Vol. 26
[entrada/salida mansión Vermillion]
La jovencita tenía las maletas listas, no se despidió de sus conocidos, pues sabía que todo se volvería más difícil de lo que ya es, más no espero lo siguiente.
-¡¡Anna!!- corrió hacia ella el joven pelirrojo- no te vayas, por favor.
-¿Lorenzo? ¿C-cómo sabes que me voy?- preguntó sorprendida, no se esperaba a nadie y aún así el fue.
-lo escuché mientras pasaba, por favor no te vayas ¿que hay de los que conoces? ¿El joven Chris y el joven Ray?- suplico mientras tomaba sus manos.
-... Tengo que hacerlo, por su bien, estaría mal que hubiera rumores sobre ellos que son cercanos a una mucama- sonrió con una mezcla de tristeza, aún así no se quería apartar.
-aún tengo varias cosas que decirte y aún así a pesar de ser la última vez que tal vez te vea, no salen de mi boca- agachó la mirada al suelo.
-tranquilo, se que nos volveremos a ver- acarició su cabello- me tengo que ir.
-esta bien, porque sé que cumples tus promesas- sonrió y beso el dorso de su mano, luego la dejó ir con leve confusión.
-n-nos vemos Lorenzo- se despidió y subió al carruaje que la esperaba, uno que la jefa de las mucamas pidió para ella.
[...]
-eso fue tan agotador- por fin el joven estaba saliendo del palacio.
-también para mí lo fue- su amigo albino estaba a su lado yendo hacia el carruaje.
-bien, nos vemos luego- entro y se despidió.
-¿por qué estas tan apurado? Sera...- su burla fue interrumpida por el contrario.
-¿no sabes calmarte? Cuando te enamores también te molestare- frunció el ceño desde la ventana.
-esta bien, esta bien jaja, nos vemos- seguido de eso el carruaje fue avanzando.
A pesar de la alta hora por el camino vio un carruaje pasar cerca del de ellos y podía jurar ver unas hebras rubias tales como Anna.
-que raro...- susurro viendo aquel transporte pasar.
Cuando por fin llegó a la mansión lo primero que hizo fue llamar a la mucama con quien siempre pasaba sus ratos.
"¿Pero donde esta? No importa cuánto la busque no la encuentro y las otras mucamas tampoco la vieron desde la tarde"
-joven amo Ray- se dirigió a el una voz masculina.
-¿hmm?...- cuando lo vio se quedó recordando un rato su nombre- Lorenzo... ¿Qué sucede?
-es Anna, ella... Ella se fue- paro su corrida cerca del azabache.
-¿qué?- su cara mostraba confusión.
-se fue de la mansión, no volverá nunca más.
-¿¡por qué!? ¿Qué pasó para que tome esa decisión?- puso su mano en el menton tratando de pensar rápidamente una respuesta.
-fue la jefa de las mucamas, los rumores fueron los que la hicieron tomar esa decisión tanto a la jefa como a Anna- respondió el pelirrojo a las dudas de su mayor.
-tengo que buscarla- dijo y corrió hacia sus caballeros, dando sus órdenes estos rápidamente salieron del lugar.
-joven emo- reconocería esa chillona voz donde fuese.
-Emma- volteo a verla.
-se olvidó... ¿Uh? ¿Por qué tanto alboroto?- preguntó al ver a todos esos soldados con prisa, alguno que otro chocaba de casualidad con ella.
-es Anna... Se fue y no sabemos donde- respondio.
-¿¡queee!?- se exaltó, no esperaba eso de su rubia amiga y dejó el objeto en las manos de su dueño, luego se subió a su corcel- yo también la voy a buscar.
La guardia se veía decidida, realmente no podría detenerla, así que suspiro.
-esta bien, pero si la encuentras...
[...]
-¿entonces este es el lugar?- miró admirando la gran casa, no era igual a la de los Vermillion pero tenía su toque.
-bienvenida ¿eh? ¿Annita?- el dueño del lugar se acercó a ella.
-¿N-Nat?- se sorprendió de verlo ahí- ¿trabajas aquí?
-ehh, bueno te sorprenderías si te digo la verdad- le sonrió y luego la llevo al salón de su gran casona.
-mi estimada rubia amiga, estas viendo al dueño de este lugar- guiño un ojo engreído.
-¿eh?- se quedó en blanco.
-es la verdad- se cruzó de brazos levemente molesto.
-su señoría, un caballero lo está buscando- entro un mayordomo avisando al joven pelirrojo.
-entiendo, ya voy, dejo a la muchacha a tu cuidado- seguido de eso fue a atender quien lo llamaba.
-¿si?
-buenas noches ¿se encuentra aquí Anna?- preguntó sin más.
-¿para qué o qué?- preguntó sin confianza en el caballero.
-si la vio ¿verdad? Estoy buscando a mi amiga, se que esta aqui- su linda cara de bebe de Emma se comenzaba a ver molesta.
-disculpe, pero si no me das una razón no podré responderte ¿qué pasa si eres peligroso?- el joven estaba a punto de cerrarle la puerta pero el caballero con gran fuerza la abre y alza al mayor para que deje de impedirle el paso.
-¡¡la encontraré aún así me lo impidas!!- grito como si el peso del joven no fuera nada entrando a la casa sin permiso- ¡¡Anna!!
-¿eh? ¿Emma?- la ojiceleste se asomo a ver que sucedía.
-Anna- dejó a Nat y fue corriendo a abrazarla- me tenias preocupada, no solo a mi sino al duque.
-¿el duque?- no entendía como se pudo haber enterado tan rápido y ¿qué hacía Emma buscándola?
-estaba llevando algo que se olvidó el duque en el palacio y luego me encuentro con que desapareciste, volvamos- tomó su mano y se dispuso a irse pero la contraria la freno.
-no puedo o al menos no aún, los rumores no sólo me atacan a mí, sino a la reputación del duque- agachó la mirada- me quedó aquí.
-...- la pelinaranja suspiro- esta bien, entonces yo me quedaré contigo.
-¿q-qué?- exclamó sorprendida, no se esperaba eso, ni que aceptará fácilmente que se quede.
-si, trabajaré aqui contigo ¿no hay problema verdad?- volteo a ver al dueño del lugar.
-... Si no me vuelves a cargar así, si puedes- se cruzó de brazos orgulloso.
-¡¡bieen!! Entonces estoy a tu cuidado- sonrió a su amiga.
A partir de ahora los días serían más peculiares de lo que ya eran.
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:0
Ando on fire y con hambre xd.
Espero les haya gustado nos vemos en el próximo capítulo.
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