Capítulo 61: La Doncella de Hierro y Selene.



Selene cabalgó a lomos de su blanco corcel hacia la primera fila. Los hombres en la primera fila yacían con un miedo en la mirada cuando vieron el ejército enemigo. Selene sacó el catalejo de su alforja y observó hacia el ejército enemigo. Y luego lo vio, su corazón se volcó al verlo, Edric. El muchacho vestía con ropa negra y una armadura de cobre. A su lado cabalgaba un hombretón con la cabeza rapada. Los estandartes que guiaba eran los de la luna dorada y el fondo verde de Saladino. También los estandartes con emblema de halcón de Al Mutah Alim. Hubo un momento de silencio.

"Espera por mí, Edric..." pensó Selene.

El Duque Enrico se posicionó al lado de Selene, el hombre sería quien encabezara el principal contingente de infantería, El sultán Hairam Balik comandaría la caballería. Sarah Ades a pesar de los esfuerzos de Selene por quedarse lejos del campo de batalla decidió guiar las propias fuerzas de Escalón en el campo de batalla. Ella comandaría el flanco izquierdo. El flanco más débil, por eso posicionó en medio de la formación de lanceros los ballesteros de Enrico. Ser Jean Pierre de Cala y Jacques irán en la vanguardia junto con Selene. Entonces se escuchó el clamor de los gritos del enemigo.

--¡Saladino!, ¡Saladino! ¡Saladino! —habían vitoreado los hombres de Edric.

Entonces el Duque Enrico desenfundó su espada y la alzó al cielo.

--¡Doncella de Hierro! —gritó el hombre. Un gritó al unísono fue pronunciado a medida que los hombres de todas las facciones en el ejército de Selene gritaban con fuerza.

--¡Doncella de Hierro!, ¡Doncella de Hierro!, ¡Doncella de Hierro! —gritaron con fuerza los hombres.

Selene entonces desenfundó su espada y pronunció frente a las tropas.

--¡Hermanos, Hermanas!, ¡Nuestro enemigo está ahí al frente! ¡Estamos tan cerca de liberar Tierra Santa, de traer paz! ¡Marchad conmigo una última vez!, ¡Duque Enrico, usted y sus tropas quienes llegaron a Tierra Santa para liberarla de manos de Saladino! ¡Todo nos lleva a este momento! ¡Sultán Hairam!¡Su pueblo quien sufrió la persecución a manos de Saladino, está a punto de terminar! ¡Señora Sarah de Escalón, su pueblo nunca más será débil ante los ojos de los sarracenos! ¡Marchad conmigo, Peleen conmigo! ¡Vivan conmigo! ¡Hacia la victoria! ¡Atacad! —exclamó Selene. Entonces Selene inició la carrera, los hombres comenzaron a correr hacia el campo de batalla siguiéndole, Jacques desenfundó su espada y le siguió, los escoltas y portaestandartes de Selene le siguieron. Y los dos ejércitos colisionaron en medio del campo de batalla. escudo chocó contra escudo a medida que las líneas se cerraban. Los hombres caían.

--¡Valor!¡Tened valor! —Exclamó Selene, mientras cabalgaba lanzando tajos a los enemigos desde los lomos de su caballo. Vio entonces, en el flanco como un contingente de caballería enemigo chocaba contra las fuerzas de Hairam Balik, y como Sarah comenzó la movilización de sus tropas para acabar con el resto de la caballería enemiga.

El plan estaba funcionando, solo tenía que flanquear las fuerzas de Edric y Selene habría ganado la batalla. Los hombres continuaron atacando a Selene pero la chica lograba evadir sus golpes. Desde la primera vez que alzó su espada, la sangre, la arena y el polvo salpicaba sus mejillas. El duque Enrico peleaba con fiereza lanzando tajos a diestra y siniestra, comandando a sus hombres no abrir brechas en la formación. Un lancero lanzó la estocada hacia Selene, la chica logró evadirlo, aunque casi se cae de su montura El capitán Pietro lo mató con un tajo antes de que volviese a atacar a Selene. los hombres de Enrico pelearon bien. Y entonces vio a Sarah con su armadura plateada a lomos de su caballo mientras daba ordenes a las falanges que había creado atacar por el flanco izquierdo.

La chica tenía potencial para esto, su voz calmada y tímida se había llenado de valor en medio de la batalla, como los rugidos de una pantera la chica ordenaba atacar. Una y otra vez.

--¡Adelante!—exclamó Selene. y entonces lo pudo ver sobre la duna, a Edric con sus tropas, solo tenía que romper la formación solo tenía que quebrar las primeras dos o tres líneas del ejercito de Edric y podrían entonces ganar. Pero entonces El muchacho dio una orden y un trompetista sopló con fuerza, las fuerzas de Edric entonces se separaron y el corredor quedó libre, pero los hombres de Selene comenzaron a empujarla en medio del corredor. Era una trampa, el corcel blanco de Selene fue estocado varias veces y el equino cayó muerto, Selene se liberó de él y comenzó a pelear como un soldado más, sus hombres estaban siendo masacrados mientras pasaban por aquel corredor siendo atacados por ambos lados. Selene continuó peleando primero un hombre trató de ir tras ella pero la chica lo mató con velocidad. Luego otro y luego otros dos. Entonces vio como Edric guió sus reservas hacia la batalla. Selene comenzó a avanzar con los hombres que le quedaban. Las filas de Edric comenzaban a desmoronarse y un segundo corredor se abrió. El flanco derecho de Edric quedó divido y nuevos refuerzos se posicionaron alrededor de Selene, la chica giró la cabeza, ahí estaba Jacques peleando y lanzando ordenes de reforzar la unidad de Selene.

Edric yacía a lomos de su caballo. Mientras les ordenaba a sus hombres matar a Selene, trató de avanzar hacia Edric, pero los hombres que tenía el muchacho eran más.

--Doncella aguante un poco más. —respondió el capitán Pietro, el hombre reunió a varias decenas de hombres alrededor de Selene.

--Mi hermano está a lomos de ese caballo. —dijo Selene.

--Yo me encargo. —respondió el capitán Pietro y él y sus tropas se acercaron a Edric para tratar de derribarlo de su montura. Edric lanzó tajos desde su montura entonces el capitán Pietro y otros dos hombres tiraron con fuerza y lograron arrojarlo de su montura. Edric cayó en la arena, el muchacho se levantó, el yelmo se cayó de su cabeza. El capitán Pietro trató de capturarlo, pero entonces Edric le atacó con la espada y le cortó la garganta al hombre, El capitán Pietro cayó de rodillas y luego muerto.

Selene miró al capitán muerto, Edric entonces mandó a más de sus hombres atacar a Selene, la chica luchó con todo lo que tenía, con cada enemigo que mataba la espada y los brazos cada vez le pesaban más, se estaba cansando más y más. la chica subió la mirada. No podría más, entonces Edric levantó su cimitarra y atacó a Selene, la chica alzó su espada y logró bloquear el golpe.

--¡Edric ya basta! —Exclamó Selene.

Entonces el muchacho volvió a lanzar un ataque descendente, y Selene lo volvió a bloquear, las hojas de las espadas chocaron en medio del aire. Y los dos comenzaron a forcejear. Selene sabía que estaba en una situación precaria, si ella perdía el equilibrio y rompía primero el forcejeo, Edric le atacaría y estaría completamente expuesta. Pero a Selene ya no le queda más fuerza y poco a poco comenzó a ceder. Entonces rotó su espada y la hoja de Edric al quedar sin la fricción comenzó a derrapar a lo largo de la hoja de Selene, el muchacho había perdido el equilibrio, pero Edric prefirió soltar la espada para desenfundar una daga y con ella atacar a la cabeza de Selene. La daga iba a la garganta, pero solo logró cortar la correa que sujetaba el yelmo a la mandíbula de Selene. El yelmo de la chica salió volando, los mechones de cabello de Selene hondearon en la brisa al ser liberados del yelmo.

El muchacho entonces quedó impresionado con aquella mujer. La última vez que Selene había visto aquellos ojos almendrados había sido años atrás en Normandía, nuevamente volvía a ver esa mirada mientras su hermano pronunciaba las palabras aún sin creerlo...

--Selene...--Dijo Edric, el muchacho bajó la daga.

Los ojos de Selene se aguaron, la chica soltó su espada y corrió hacia Edric. La chica lo abrazó con fuerza, los petos de los dos hermanos resonaron. Mientras la chica se soltó en llanto.

--¡Edric! ¡Oh Edric! —Exclamó Selene entre llanto. --¡Te había estado buscando por tanto tiempo!

--Selene...La Doncella de Hierro eres tú Selene...mi hermanita...--dijo Edric –La mujer santa, la gracia de Dios. La mujer que mató a Al Mutah Alim, era mi hermana.

La chica entonces alzó la mirada hacia su hermano. Edric retiró los mechones de la cara de Selene y la abrazó con fuerza.

--¡Finalmente, ¡Finalmente después de tanto tiempo! —dijo Selene entre llanto. —Oh Edric, te había extrañado tanto Ahora finalmente podemos estar juntos.

--Está bien Selene, ya estás a salvo...--dijo Edric. La voz del muchacho calmó el agitado corazón de Selene. Su promesa había sido cumplida finalmente. Su promesa de hacía tanto tiempo de reunirse con su hermano... Edric colocó su mano por detrás de la cabeza de Selene y la llevó a su pecho.

Entonces Selene sintió el agudo dolor. La chica trató de dar un grito ahogado. La hoja de la daga de Edric había penetrado su armadura y se había enterrado en su vientre. Selene no podía creerlo...

--Está bien Selene...--dijo Edric. —Todo terminará pronto, ya puedes descansar...

La chica cayó de rodillas mientras miraba a Edric...los brazos de la chica entonces bajaron de la espalda del muchacho hacia sus piernas. Selene se recostó en la arena, mientras la sangre brotaba del interior de su cuerpo, de la comisura de sus labios un hilo de sangre comenzó a fluir. La visión de Selene comenzó a ponerse borrosa.

"¿Por qué... Edric?" pensó Selene.

Entonces la chica notó como los soldados comenzaban a correr, sobre la colina se escuchó el sonido de los cuernos de guerra, las columnas de jinetes descendieron por el terreno elevado. Los estandartes del león dorado. Un dardo de ballesta se clavó en el hombro de Edric. El muchacho se le lo quitó y luego ordenó la retirada.

Sus hombres comenzaron a correr, Selene se sujetó el vientre y quitó la daga de su cuerpo, sabiendo lo que pasaría si lo hacía. La visión de Selene cada vez se volvía más turbia y difusa cuando vio a Edric correr con el resto de sus tropas.

"Te lo prometo papá, iré a Tierra Santa, buscaré a Edric..."

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top