°28°
Espero en la acera. Cada minuto que pasa de las dos en punto me parece una eternidad. Pienso que a lo mejor ha cambiado de idea. A lo mejor Blard Darling le ha dicho que no podía hablar con sus amigos tan tarde por la noche y hacer "jornadas de orientación profesional" con ellos.
A las dos y siete minutos, su coche dobla la esquina. Reaper aparca y sale de él.
-Hola -dice.
-Hola.
Mi cuerpo sigue reaccionando ante él como siempre lo ha hecho: el ritmo cardíaco aumenta, y un hormigueo se extiende por mis brazos y me sube por el cuello.
Mira por encima de mi hombro en dirección a la tienda, y después otra vez a mí.
-¿Estás listo? -Asiento con la cabeza, y el levanta una mano y le lleva hasta mi hombro-. ¿Te encuentras bien?
Lo miro a los ojos y tengo ganas de decir: "No, me siento como una mierda. Mi madre me guarda secretos, probablemente me quedaré sin casa dentro de un mes, mi padre salió huyendo para escapar de nosotros, Y tú tienes un novio que los dos fingimos que no existe".
-Si, ¿Por qué no iba a estarlo?
No debe de creerme, porque me da un abrazo. Cierro los ojos y respiro su aroma.
-Estoy aquí -dice contra mi pelo.
Quiero preguntar durante cuánto tiempo seguirá estando.
-Eres un buen amigo -respondo en su lugar, y después me separo de sus brazos.
El trayecto en coche es silencioso, hasta que Reaper aparca en el aeropuerto.
-Eh... -Observo un avión que está despegando, y después dirijo la mirada aturdida hacia Reaper-. ¿Vamos a ir en avión a algún sitio?
-No tienes miedo de volar, ¿Verdad?
-No lo creo.
-¿Nunca has subido a un avión?
-No.
Y a lo mejor sí que tengo miedo, porque las palmas de las manos empiezan a sudarme.
-¿De verdad?
Me examina durante un momento, como si estuviera tratando de resolver un rompecabezas.
-Sabes qué le dije a mi madre que estaría de vuelta esta noche, ¿Verdad?
-Si. Lo estarás.
-Vale.
No me hubiera sorprendido que Reaper entrará en la cabina de mando del Jet privado en el que embarcamos y pusiera en marcha los motores, pero por suerte no lo hace. Hay un piloto esperándonos.
Nos acomodamos en unos asientos que se encuentran el uno frente del otro. Reaper saca una botella de agua de un armarito qué hay debajo de su asiento, toma un sorbo y me la entrega. A continuación saca otra para él.
-¿Agua prebebida? En este vuelo son muy serviciales.
Me dirige una sonrisa. Sin embargo, no dura demasiado, y trato de pensar en algo más que decir para que vuelva a aparecer. Es una buena distracción, y he echado de menos su sonrisa. Debería decírselo, pero no lo hago.
Tiene la atención puesta en la pantalla de su teléfono móvil, y veo que comienza a mandar un mensaje, o a escribir un mail o algo así. Me quitó los zapatos y me colocó un pie por debajo del cuerpo, tratando de ponerme cómodo, tratando de olvidar que estoy sentado en un avión a punto de despegar.
Reaper se mueve un poco y de una palmada en el espacio que hay junto a él.
-Puedes poner los pies aquí si quieres.
-¿No tienes fobia a los pies?
-¿Es que eso existe?
-Claro, es una enfermedad real. Hay grupos de apoyo, terapeutas, etcétera. -Subo los pies hasta el asiento que hay junto a él, y mi tobillo le roza el muslo-. ¿No te falta el aliento? ¿No te late el corazón con rapidez?
Deja una mano sobre mi pie mientras continúa trasteando con el teléfono. Sus ojos se encuentran con los míos, divertidos.
-¿Son esos los indicadores? Tal vez tengo un problema, después de todo.
¿Por qué tiene que decir cosas como esa? Antes de conocerlo, pensaba que sabía cuando un tipo estaba tratando de ligar conmigo. Pero él me dice las cosas con tanta sutileza, con tanta suavidad, qué es difícil saber si lo hace a propósito o si simplemente está siguiendome el juego con las bromas.
A lo mejor debería preguntárselo directamente y ya está.
"¿Qué piensa tu novio de mi?" Es una pregunta justa.
-¿Reaper?
-¿Si?
-¿Que...? -Baja el móvil y me dirigí toda su atención-. ¿Qué estás haciendo con el móvil? ¿Estás jugando a Palabras con amigos o algo así?
Soy un cobarde. Una vez que la verdad queda al descubierto, tal vez empiece a tratarme como si tuviera novio.
Y eso es lo que no quiero. Ese es el problema.
Se rie un poco.
-No. estoy mirando unas propuestas para la página web antes de perder la conexión. Perdona, ya lo dejó. Estoy siendo maleducado.
-No. No pasa nada.
Los motores que hay al otro lado de la ventana se ponen en marcha, y yo me tenso.
Reaper guarda el teléfono y me sujeta el tobillo.
-Lo peor es el despegue. Una vez que estemos en el cielo, ni lo notarás.
-¿Y qué hay del aterrizaje?
-Bueno, vale, los segundo peor en el despegue.
Las luces de la cabina se atenúan y el avión avanza hacia delante, en dirección a la pista. Reaper traza patrones en mi tobillo con el pulgar. Debería sentirme nervioso por el avión, pero todas las terminaciones nerviosas de mi pierna están vibrando con su tacto. Observó las luces que pasan junto a nosotros mientras el avión adquiere velocidad, y después cierro los ojos cuando la presión del despegue me empuja contra el siento. Cuando nos quedamos firmes en el aire, me relajo.
Reaper me suelta el tobillo.
-Ya está. ¿Ves que fácil?
-Ahora sólo tenemos que aterrizar.
-Exactamente.
Miro a mi alrededor.
-Hay baños en los aviones, ¿Verdad? ¿No es sólo cosa de las películas?
Señala detrás de mí. Cuando me pongo en pie y comienzo a moverme junto a él, el avión entra en alguna clase de turbulencia que me desequilibra. Me sujeto a los hombros de Reaper.
-Les he pagado bien para que lo hicieran en el momento preciso -dice. Su forma de no flirtear es verdaderamente irritante.
Estoy a pocos centímetros de su regazo. Tan sólo tendría que relajar las piernas un poco y estaría sentado sobre el. la tentación de hacer exactamente eso es muy real. Me estabiliza con una mano en la cintura, sólo que no me empuja para ayudarme a levantarme. Únicamente deja la mano ahí, contra mi cintura, y me mira a los ojos.
Ahora tengo la garganta constreñida por razones distintas. Y entonces el avión vuelve a dar otra sacudida, Y puede que sea mi imaginación, o mis piernas débiles, pero juraría que en lugar de sujetarme con la mano que apoya en mi cintura, me ha empujado hacia delante. Porque ahora estoy sobre su regazo, con las manos todavía sobre sus hombros.
-Hola -dice.
-Lo siento.
-¿Por qué?
-Porque te guste tanto coquetear.
Se ríe.
-Eres tú quién se encuentra encima de mi regazo. Yo estaba aquí sentado, ocupándome de mis asuntos.
-¿Sólo ha sido el avión, entonces?
-Pues claro. -Trato de levantarme, pero el vuelve a hacerme bajar-. Vaya, el avión está dando muchos tumbos hoy-dice.
-Que gracioso. - Solo que no es gracioso en lo absoluto. Una oleada de furia me atraviesa. Tiene novio, pero le gusta mucho coquetear. No quiero ser un secretito sucio. Si eso es lo que piensa que soy, lo lleva bien claro-. Deja que me levante.
Debe de notar la seriedad en mi voz, porque esta vez sí que me ayuda a ponerme en pie. Me encierro en el lavabo el tiempo suficiente para recobrar la compostura. Después de esta noche, tengo que terminar las cosas con Reaper Renrink. Lo digo en mi cabeza, y después en voz alta frente al espejo.
-Tengo que terminar las cosas con Reaper Renrink.
Soy tan convincente que casi me creo a mi mismo.
Regreso a mi asiento.
-¿Tienes frío? ¿Calor? ¿Hambre? -pregunta.
-No, estoy bien.
-El asiento se reclina, por si quieres dormir.
-¿Es un vuelo largo?
-No, una hora o así.
No puedo imaginar cuan lejos llegaremos desde donde estamos en una hora. En coche no llegaríamos más allá de Oakland, pero por el aire es diferente.
-¿Alguna conclusión? -pregunta.
-¿Que?
-¿Has averiguado a dónde vamos basándote en tus increíbles habilidades de observación?
-No.
Me molesta que me conozca tan bién como para saber que estaba planteandome exactamente eso. Reclino el asiento hacia atrás y finjo dormir durante el resto del trayecto. Debido a mí recién encontrada determinación, tengo que sufrir el aterrizaje sin su ayuda.
~~ • ~~ • ~~
-Ese es mi hermano -dice Reaper, y señala al chico que nos está saludando con la mano mientras salimos del avión a la pista de aterrizaje. Me giró y trató de volver a entrar en el avión-. Quédate quieto -me pide, sujetándome la mano-. Te caera bien. Papyrus. -Se dan un abrazo con una única palmada en la espalda-. Este es Geno Crayon.
Papyrus se gira hacia mí y me da la mano, con una sonrisa llena de sinceridad. Y eso es lo otro que me extraña tanto. Sea un amigo o no, ¿Porque su familia actúa como si esto fuera tan normal? ¿Como si no les importará que Reaper haya recogido a un chico cualquiera de la calle y ahora está quedando con él y llevándolo por ahí en el Jet privado de la familia? Algo no encaja.
Papyrus y Reaper comienzan a ponerse al día de sus vidas, como si no se hubieran visto en meses. A lo mejor es así.
-¿Papa te va a obligar a volver a casa para el evento benéfico? -pregunta Reaper mientras llegamos a un todoterreno negro aparcado la calle.
Papyrus suspira. No se parece en nada a Reaper. Tiene el pelo blanco con las puntas naranjas, mientras que el de Reaper es negro. Su tez es un poco morena, mientras que la de Reaper es clara, casi llegando al blanco. Pero los dos tienen el mismo aire.
-Si. ¿Crees que podría contratar a un doble?
-Ya sabes que eres el bebé de mamá. Un día dije en la mesa del desayuno que no tenía ganas de que llegará ese día, y ella casi rompió a llorar. Así que ahora finjo que es lo más emocionante del mundo, qué funciona mucho mejor. -Reaper abre la puerta del copiloto y aguarda, como si esperara que yo entrara en la parte delantera. Sonrío.
-Puedes sentarte junto a tu hermano.
Abro la puerta de atrás y subo.
-Mamá se estresa mucho -dice Papyrus cuando todos hemos tomado asiento.
-Lo se.
-¿Va a ir Chara? Porque no sé si podre soportarla este año.
-No lo sé. Anoche estuvo en casa y no dijo nada, pero estoy seguro de que mamá trató de convencerla. Hablo con mamá y papá durante un rato mientras yo no estaba. -Reaper lanza una mirada en mi dirección y sonríe, y me doy cuenta de que Chara debe de ser la chica que interrumpió nuestra llamada telefónica noche, por alguna razón escuché su voz un poco masculina y creí que era Blard. Debió ser por la distancia-. Pero seguro que tendrá algún cotilleo sobre todos los que vayan al evento benéfico. es como nuestra propia fuente personal de información horrible. No sería lo mismo sin ella.
Papyrus mira por encima del hombro.
-No deberíamos hablar de estas cosas o vamos a asustar al pobre Geno. No te preocupes, te gustará. Habrá un montón de señores mayores repulsivos y querrán bailar contigo. Mucha comida con aspecto de estar a punto de salir corriendo del plato. Y el grupo que tocará será tan emocionante que ni siquiera necesitan vocalista.
-Yo soy miembro de ese grupo. Me alegra que te guste.
-No. O sea, si -tartamudea Papyrus-. El grupo es genial. Sólo estaba diciendo tonterías. Los siento.
Reaper se ríe.
-Está de broma, Paps. No es miembro del grupo.
Papyrus niega con la cabeza y me mira a los ojos por el retrovisor.
-Lo has dicho con una cara tan seria que estaba seguro de que era verdad.
-Es muy bueno con el sarcasmo.
Doy un golpecito en el reposacabezas de Reaper.
-Pensaba qué estábamos de acuerdo en que la palabra correcta era "excepcionalmente"
-Estoy tratando de no alentarte.
-¿Y funciona?
Papyrus sonríe.
-A lo mejor el evento benéfico no será tan aburrido como pensaba. Se sentara en nuestra mesa, ¿Verdad?
-Geno es muy listo. Se niega a ir conmigo.
-¿Que? -Papyrus le da un puñetazo en el brazo a Reaper-. ¿Esto ha pasado alguna vez anteriormente? ¿Necesito apuntarlo en algún sitio? -Mira a su alrededor, y al final acaba agarrando el teléfono de la consola central y se lo lleva la boca como si fuera un dispositivo de grabación-. Un chico se ha negado a ir a un sitio con Reaper. Avisen a la prensa.
-Lo que tú digas -replica su hermano.
-Y ya qué hablamos de ello... ¿Dos semanas seguidas? Es impresionante, hermano. Yo debo de ser demasiado aburrido como para que no se preocupen por mí estos días.
-¿De qué estás hablando? -pregunta Reaper.
-De Starz. -Pone los ojos en blanco con un suspiro al ver que Reaper no parece tener ni idea. Si yo no supiera exactamente de lo qué está hablando Papyrus, tal vez tendría el mismo aspecto-. La revista. Tú. En primera página.
-¿En serio?
Suena más enfadado que sorprendido.
-Si. Dicen que estás saliendo con Blard Darling otra vez.
-¿Qué? -Señala más allá del semáforo donde estamos parados, a la tienda que hay en la esquina contraria-. Para ahí.
Papyrus se encoge de hombros, obedece y aparcara alli. Reaper apenas espera a que el coche se detenga antes de saltar fuera y desaparecer en la tienda fuertemente iluminada.
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