Manada Sur.

—Mi señora, su prometido está aquí, desea verla —dice una de las empleadas.

—Que se vaya, no deseo verlo —responde Libis.

—Se lo haré saber mi señora —responde la empleada para salir.

—Ja, venir ahora a verme después que me desprecia, yo no soy una tonta que cae, ojalá existiera la maldita forma de eliminar esta marca.

Unos pequeños gritos se escuchan y Kao entra a la habitación.

—¡Perdón mi señora! Entro igual —manifiesta la empleada.

—Vete, ya sé cómo es —responde Libis.

—Permiso —dice la empleada para salir.

—¿Qué haces aquí? ¿Por qué irrumpes así en mi hogar?

—Necesitamos hablar —responde Kao.

—Claramente, es así, por algo llegaste y entraste a mi habitación como un salvaje. ¿Qué deseas?

—Tuve audiencia con el Rey Alfa —dice Kao sentando en una silla—. Perdí momentáneamente mi puesto como Líder de la manada Norte.

—¿¡De verdad?! Bueno era de esperarse, seguramente estuviste merodeando a Gulf, ya sabes que es su Omega, y fuera de que sea el Rey Alfa, es el destinado de él y tú tratas de meterte en su camino. Por lo menos estás vivo, eso es bueno. Sigue hablando.

—Fui borracho a su casa y estaba con el Rey Alfa, ellos consumaron su relación, me puse grosero por lo que si vez mi cuello me gane un fuerte apretón de su parte y hace poco también —dice Kao mostrando las evidentes marcas.

—Te lo mereces, pero tengo cosas que hacer. Además, no olvides que era tu prometida, ¿no tienes vergüenza de decirme, estás cosas? Es como si yo tuviera que escuchar lo mucho que quieres a Gulf, ¿no consideras mis sentimientos?

—Claro que los considero y por eso estoy aquí Libis, por órdenes del Rey Alfa debo entrar a un centro Psiquiátrico, ya que supongo que sí estoy loco. Tal vez no era amor a Gulf y solo es una obsesión a él. Tengo que estar un año y entender también que tú eres mi destinada. La Diosa Luna nos unió y dudo que se haya equivocado.

—¿A qué te refieres?

—Me refiero a que quiero hacer bien las cosas contigo, que quiero respetar la marca que te hice, que quiero ser un buen alfa para ti.

—¿Te estás drogando ahora?, ¿fuiste poseído?, ¿tienes pulgas? Realmente no suenas como Kao. Seguro otra vez ya estás borracho.

—¡No seas ridícula, estúpida, trato de ser sincero y me sales con esa idiotez!

—Ahora si me convenciste de ser ese imbécil —responde Libis riéndose.

—¿De qué te ríes? ¡Argh! No se puede hablar contigo. Mejor me largo, todavía tengo cosas que hacer.

—Ya… Ya… Lo siento, es que es extraño tu cambio tan repentino, pero no creas que eso cambia en algo entre nosotros. Tú me hiciste mucho daño y tus palabras con las de tu madre no se olvidan fácilmente, especialmente las de tu madre que se atrevió a faltarme el respeto olvidando que yo tengo un cargo y ella es simplemente una sarnosa.

—Ese ya es un tema que mi madre debe solucionar contigo, yo ya no me dejaré manipular por ella. Yo solo vengo a pedir disculpas por mí y ahora sí me puedes esperar un año trataré de ser el Alfa que necesitas.

—¿Y si te espero y no cambias?

—Prometo que así será, prometo que seré un buen alfa para ti y sobre todo me debo a mi manada que la perdí momentáneamente por una tontería que es Gulf, él ya es el Omega del Rey Alfa y cuando me habló me di cuenta de que lo ama, yo quiero eso contigo Libis, quiero amarte, siempre has estado a mi lado y jamás te has rendido y sé que pudo llegar a amarte porque eres una maravillosa Omega y sobre todo una Omega muy fuerte.

—Te esperaré un año, pero si no cambias buscare la forma de eliminar esta marca de mí y después acabaré contigo por hacerme perder el tiempo, ¿estamos?

—Estamos —responde Kao para abrazar a Libis y oler sus feromonas—. Ese aroma.

—¿Qué aroma? —interroga Libis al olerse—. Es verdad, es algo distinto.

—¿Estás embarazada? —pregunta Kao sintiendo sus feromonas.

—¡¿Ah?! ¿¡Qué dijiste?! —pregunta Libis apartándose—. ¿Embarazada?

—Sí, tu aroma cambio y siento que mi lobo está inquieto, mírame a los ojos.

Libis mira fijamente a Kao y puede ver en sus ojos el brillo color naranjo que reflejaba al cachorro.

—Sí, definitivamente estás embarazada —dice Kao para abrazarla fuertemente—. Vamos a ser padres.

—¡Mierda! Eso es demasiado.

—Con mayor razón debo ser un mejor Alfa para ti, por ti y por nuestro cachorro. ¿No lo quieres verdad?

—No es eso, solo me es sorpresivo, siempre he querido ser madre, solo ahora me da miedo que mi Alfa no esté para mí, ya sabes que lo que más necesitaría es a mi Alfa, pero por órdenes del rey Alfa debes estar en Psiquiatría.

—Hablaré con él y que me dé otra oportunidad de demostrar que puedo hacer terapias y así estar cerca de nuestro cachorro.

—Está bien, trataré de creer en ti una vez más, pero si me decepcionas una vez más, te largas y sabes perfectamente que no te necesito para criar.

—Deja las amenazas, ya dije que cambiaria y así será.

—Es que de verdad me cuentas creer en tú cambiaste, llevamos tres años y siempre soy yo la tonta que iba tras de ti, cuando me marcaste me sentía muy feliz, pensé que las cosas podían mejorar entre nosotros, claro mejoro un tiempo hasta que nuevamente viste a Gulf y es como que todo se desvaneció.

—Ya no nombres más a Gulf, ya sé que él está fuera de mí alcancé, él ya es el Omega del Rey Alfa, y creo que si solo es una obsesión porque jamás lo busque en el periodo que estuvo fuera del territorio, solo verlo fue revivir algo del pasado que estaba enterrado. Creo que solo fue más la culpa.

—Tengo entendido que el rechazo es algo muy doloroso para un Omega, a veces lo admiro mucho, pese a ser rechazó y desterrado pudo surgir sin problemas, incluso ahora es ceo de la pequeña empresa.

—Sí, es así como el Rey Alfa pudo observar mejor quién era su destinado. Gulf es admirable de verdad, si hubiera atravesado lo mismo que él quizás hubiera muerto y jamás me hubiera levantado. Es más un Alfa que un Omega.

—Sí, por eso no puedo guardar odio ni rencor a él, además nada me ha hecho él a mí, solo fui estúpida por ti, los celos me consumían.

—Ya, deja los celos. Buscaré la oportunidad de hablar con el Rey Alfa y decirle que no me podría internar en un Psiquiátrico, tú eres mi Omega y necesitas de mí para que mi cachorro no sienta que su padre lo ha abandonado.

—Sí, sacaré la hora con la ginecóloga para poder llevar un control apropiado y que mi cachorro nazca sin problema.

—Nuestro cachorro nazca sin problema —corrige Kao para abrazar a Libis—. Prometo que seré un buen Alfa y padre.

—Es todo lo que pido —responde Libis para sollozar—. Espero no estar soñando, solo cambia y ámame a mí.

—Prometo que así será, seré tu Alfa.

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