El bar.
Luego de varios minutos explicándole todo por teléfono a mi amigo, quedamos en juntarnos en un bar.
- ¿Nos vemos donde siempre? -pregunta.
-Sí, en el Popocatépetl ¿verdad? ¿Está bien a las ocho?
El bar se encuentra en el viejo barrio mexicano de la actual ciudad en la que vivo y trabajo, la hermosa Miami. Así nos conocimos, yo estaba cansada de tener mala suerte en el amor, incluso en mis fallidos intentos de conquista en los bares comunes, así qué había decidido volver a mis raíces, al menos por una noche. Pero sin pensar en los hombres, había ido vestida normal con unos vaqueros negros, remera y botines del mismo color. Él estaba cantando, era muy atractivo alto, moreno, y con el pelo largo al menos hasta los hombros. Lo que me sorprendió fue que al bajarse de el escenario se dirigió directo a barra, y empezó a tomar mezcal, uno tras otro y solo se limitaba a ignorar a todo el que se le acercara. Se veía solo pero un aire de tristeza y misterio lo rodeaba.
-No llegues tarde, yo canto a las 21:00, y cuídate mucho bonita -Se despide Will.
-Tú también querido y en verdad muchas gracias.
-No es nada linda, sabes que para mí es un placer ayudarte. Nos vemos.
-Nos vemos en un par de horas.
Son casi las seis de la tarde, la hora de mi salida. Salgo del baño ya más tranquila. ¿Quién es él? Will es mi amigo, mi confidente. Cuando caí en una pequeña depresión por aquella traición me alejé de todos, incluso de él. Lamento mucho haberlo hecho, sé que él es la única personas que puede ayudarme y entenderme en estos momentos.
«Sé que él puede entenderme porque ha pasado por lo mismo que yo, su único y primer amor que conoce desde muy joven lo abandonó sin darle ninguna razón». Suspiro.
Tomo mis cosas y como puedo las meto a mi nueva oficina, no me esfuerzo por arreglar nada, mañana tendré más tiempo para hacerlo, hoy lo más importante es salir de aquí. Levanto la mirada, no es momento para dejarme acobardar. Menos ahora que tengo un plan, salgo rápido de mi oficina y del edificio.
Llego a mi departamento, el lugar es bastante confortable, decorado a mi gusto con colores pasteles que me transmiten paz y tranquilidad.
Pido algo de comer por teléfono, cenaré comida china. Sé que no es buena idea ir a un bar con el estómago vacío.
Me doy una larga ducha y me pongo un vestido amarillo. La comida no tarda en llegar. Ceno tranquila, tomo mis llaves y me voy directo al bar.
No dejo de pensar en mi venganza, es algo demasiado arriesgado pero dicen que "el que no arriesga no gana".
El lugar esta con pocos clientes, la mayoría muy mayores, es algo lógico pues es mitad de semana, tengo suerte que Will aceptara venir a verme.
-Hola Will -Lo saludo de manera formal al verlo, él está en la barra, ese hombre de verdad llama la atención de cualquiera, veo que varias mujeres e incluso hombres voltean a mirarle, es más se lo empiezan a comer con la mirada.
-Hola preciosa -Se levanta y me da dos enormes besos, uno en cada mejilla junto con un fuerte abrazo. Él es un tanto efusivo conmigo.
- ¿Cómo estás amigo mío? -Sonrío
-Bien querida, aunque creo qué no tanto como tú -Me da una vuelta y adula mi cambio, en otras circunstancias solo vendría con unos jeans y converse, ahora iba con vestido y unos lindos zapatos que tienen un poco de taco.
-Las apariencias engañan Will, puedo verme "mejor" -digo haciendo un gesto de comillas con mis manos-. Pero por dentro me siento estúpida, destrozada.
-Siéntate por favor y cuéntame lo que ha pasado -Pide una margarita para mí y el sigue bebiendo un líquido que por el olor parece mezcal.
«Mi querido amigo siempre creyéndose mexicano»
«Por dónde empezar»
- ¿Recuerdas a Raúl? -Empiezo por el principio de mis problemas.
- ¿El neandertal ese con el que sales? -Siempre le ha gustado decirle así a Raúl.
-Salía -Le corrijo.
- ¿Qué pasó? ¿Por fin te diste cuenta que era un estúpido machista que se cree el más guapo del planeta?
-Él me engañó -Agacho la mirada-. Me cambió por otra mujer, dijo que yo era demasiado inocente, una niña y que él deseaba una mujer.
-Bueno, en eso -duda-, tiene razón, lo siento. Eres demasiado noble, ese hombre estaba jugando contigo desde el principio y tú estabas cegada. Yo mismo te lo dije varias veces, te dije que no confiaba en él.
-El amor nos vuelve tontos -Intento defenderme-, nos ciega.
-No. Esto no es por el amor y perdón si soy muy duro contigo, pero tú a veces eres demasiado -duda- ingenua.
-Y qué me dices tú Will -Sigo intentando defenderme-. ¿Aún detrás de un hombre que te ha rechazado más de un millón de veces? Un hombre que no puede ni siquiera aceptar lo que es.
-Deb, querida, el caso con Johan es muy diferente y tú lo sabes. Además estamos aquí para hablar de ti, no de mí. Pero bueno, ahora comprendo tu cambio de apariencia, deseas demostrar que eres alguien distinta, supongo.
-Sí, ya no quiero ser aquella niña tonta de la que todos se burlan.
-Pues, creo que aún podrías hacer algo más -Me observa de arriba abajo-. Con esas enormes tetas y un buen escote puedes tener el mundo a tus pies -Lo golpeo en el hombro y él finge sobarse adolorido.
-Will estoy hablando en serio.
-Yo también Débora, en este mundo el que no enseña no vende.
-Tienes la misma mentalidad que todos, si no te conociera, dudaría de ti -Suspiro.
-Es cierto querida, ¿por qué crees que yo invierto tiempo en un gimnasio? ¿Por qué crees que elijo bien que ponerme? Muchas veces te he dicho que yo puedo asesorarte respecto a tu apariencia, pero tú nunca me escuchas.
-No quiero que me tilden de zorra -Niego-. El mundo es un asco.
- ¿Y qué te importa lo que piense el mundo? Además que te vistas bien no implica que parezcas una zorra. Confía en mí. Tienes un buen cuerpo, un poco carnoso para mi gusto
-se burla-. Pero demasiado atrayente. ¿Qué talla de brassier usas? -Se ríe.
Sí, él siempre me hace ese tipo de comentarios en "broma" pero ya estoy acostumbrada.
-Olvida eso y concéntrate en lo que en verdad nos importa.
-Cierto, tu compañero de trabajo y como deshacernos de él.
Comenzamos a platicar del plan, el tiempo se nos pasa muy de prisa y se nos hace demasiado tarde. Tiene que dejarme esperando cuando dan las nueve de la noche, canta y yo pienso en irme, pero no me atrevo a irme sin darle ninguna explicación, sé que él me habría comprendido. Pero de igual forma no lo hago, me espero casi noventa minutos. Al momento de bajarse del escenario me acompaña hasta mi casa y yo lo invito a quedarse, de todos modos ambos habíamos bebido bastante y ya era tarde.
-Pero, ¿y Johan? -dice con expresión preocupada.
«Puede llegar a ser tan lindo, tiene justo lo que le gusta a todas las mujeres y sí, me refiero a un enorme y maravilloso... corazón, me duele y molesta verlo así».
-Que se joda. Que piense que ya lo superaste... -contesto en mofa-. En la cama de alguien más.
-Estúpida -Se ríe.
Dormimos en la misma cama, Will es mi amigo y lo quiero con toda el alma, con él no tengo ningún tipo de problema. En fin, él es el único hombre en el que puedo confiar.
(...)
Al día siguiente desayunamos juntos y me ayuda a elegir mi atuendo.
Por primera vez me siento, elegante y sensual al mismo tiempo, pero sin exagerar. Estoy lista para lo que venga, lista para hacer pedazos a Ben.
Silencio eterno y ésta historia comparten universos, el personaje de Will es un CrossOver entre ambas historias si desean conocerlo mejor, dejo el link en los comentarios.
Agradecimientos a LeviAdan
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top