~ 9 ~
Al ver que Shinichi dudaba, Irene se colocó detrás de él y comenzó a darle empujones impacientes, haciéndole avanzar hacia la puerta.
- Oye... ¿Qué estás haciendo? - le susurró el chico a la pequeña.
- ¿No has oido? Un hombre de negro secuestró a su hermana. Seguro que son ellos. Tenemos que ir.
- Pero... yo no...
- No te preocupes. Has actuado muchas veces con tu madre. Y me has visto a mí en muchos casos. Sabrás como fingir ser uno.
Asami levantó la cabeza y miró a Shinichi con expresión esperanzada.
- ¿De verdad... De verdad eres detective, Kudo?
Sus ojos estaban muy rojos como consecuencia del llanto, y sus gestos denotaban agotamiento. A Shinichi le dio mucha lastima. Si podía ayudar en algo, debería intentarlo.
- Si... lo soy... - su voz apenas fue un susurro, pero lo suficientemente audible para que el rostro de Asami se iluminara.
- Oh, te estaré eternamente agradecida. - le dijo mientras se secaba las lágrimas - Podemos ir ahora mismo, tengo el coche aquí abajo.
Dando media vuelta, bajó a paso ligero las escaleras que llevaban a la calle, seguida de Irene y de Shinichi.
Tal y como ella había dicho, un coche de estilo deportivo les esperaba a la entrada de la agencia. Asami se dirigió hacia él.
Solo había un problema.
- ¿Qué sucede? - preguntó Asami al ver que Shinichi se quedaba parado en la acera, y no subía al vehículo.
- Es que solo hay dos asientos, piloto y copiloto... Y nosotros somos 3... ¿Dónde puede ir mi prima?
- ¿Tu prima? - Asami miró a Irene que permanecía al lado de Shinichi.
- Me llamo Irene Kudo - dijo con timidez, mientras se cogía de la pierna de Shinichi.
- No tengo quien la cuide hoy. - añadiendo en sus pensamientos - "Y ella es la verdadera detective"
- ¡Yo quiero ayudar también a encontrar a la hermana de Asami-neechan!
- Vaya, que pequeña tan decidida. Claro que puedes venir también. Y no hay ningún problema, puedes llevarla sobre tu regazo perfectamente.
- ¿E-en... en... ? - Shinichi notó que un nudo se le hacia en el estómago.
- ¿... Su regazo? - Irene miró a Shinichi y el calor comenzó a calentarle las mejillas.
- Claro, es una niña y familiar tuya además, ¿no?. Adelante, subir.
Aquella situación ni se les había pasado por la cabeza a ninguno de ellos.
Díez minutos más tarde, el coche volaba por la carretera. Asami era muy buena conductora y sabía maniobrar de tal forma que adelantaba a los otros vehículos sin ningún problema, y sin necesidad de maniobras suicidas.
A su lado, Shinichi e Irene no decían nada. Si Asami se hubiera fijado más, habría visto que ambos estaban colorados cual tomate.
- "Esto es vergonzoso... Y muy raro" - pensaba la niña - "Aunque... estando tan cerca, me llega el perfume de Shinichi, y huele muy bien... No, debo mantener la mente despejada, no puedo distraerme"
- ¿Cuántos años tienes, Irene? - la sacó Asami de sus pensamientos.
- Ah... 6 años...
- Entonces aún estás en primaria. Como mi hermana Akiko, tenéis la misma edad... Me la recuerdas mucho, ¿sabés? ... - una lágrima brilló en sus ojos.
- Tranquila, Asami. Todo va a ir bien. - intentó animarla el falso detective.
La chica sonrió cálidamente.
- Gracias, Kudo. De verdad que te agradezco que vengas, sobre todo después de lo que ocurrió hace cuatro años...
- No te preocupes, está olvidado...
- Ah, ya lo olvidaste... - susurró la chica, con una sonrisa melancólica.
- ¿Qué pasó hace cuatro años, Shinichi-niichan? - a Irene la sorprendió la atmósfera que se había creado entre aquellos dos.
- N-nada importante...
- Si, nada importante. Supongo que es como dijiste, los colores del primer amor acaban por desvanecerse.
- Ey Ey... - Shinichi se removió en el asiento inquieto, cosa que no le pasó desapercibido a Irene. Se estaba perdiendo algo.
Ninguno volvió a decir nada el resto del viaje. Finalmente, el coche atravesó el portalón que daba acceso a la mansión donde vivía la familia Uchida.
Para sorpresa de Asami, un vehículo desconocido para ella se hallaba allí aparcado. En cuanto paró el coche y se bajaron, un mayordomo salió a recibirles.
- Señorita Asami, ha vuelto.
- Fuí a buscar ayuda, Aso. ¿Dónde están mis padres?
- La señora se ha encerrado en su habitación, no deja entrar a nadie. Y el señor está en el estudio con un detective de la policía.
Shinichi e Irene intercambiaron miradas. Si estaba allí la policía, era posible que ya tuvieran al secuestrador, o que la pequeña hubiera aparecido muerta.
- ¿Acaso han encontrado a la niña? - preguntó Shinichi.
- No. Todavía no... - empezó a decir el mayordomo, pero una voz enérgica le interrumpió.
- Y no tardaré mucho en dar con ese mal nacido.
Quien había hablado era un hombre de unos 47 años de edad. Por la expresión de su rostro, se pensaría que siempre estaba enfadado.
Detrás de él venía el dueño de la casa, el señor Uchida. Al verle, Asami se acercó a él corriendo.
- Papá, ha venido conmigo un amigo. Es detective, y nos ayudará a encontrar a Akiko.
Shinichi sintió como el policía le evaluaba con la mirada, y la expresión burlona que se dibujó en sus labios le irritó bastante. Que sin conocerle apenas le juzgara así... Podía sentir en su interior formarse un deseo de resolver el secuestro, y borrarle la sonrisa de la cara.
- Dale las gracias - el señor Uchida tenía expresión agotada - pero el detective Yuu Sou se ha hecho cargo del caso.
- Exacto. Y aquí no hace falta mocosos aprendices. Esto es para hombres hechos y derechos. Tratamos con un tipo peligroso. Si se producen otras novedades, Señor Uchida, llámeme de inmediato.
- Si, entendido.
El detective Sou se marchó, sin perder su expresión y sus gestos altaneros. Shinichi le miró mientras se subía al coche y lo arrancaba.
- No sé como puedes tratar con gente así... Aunque no es muy diferente al fútbol, cuando un entrenador te infravalora para que des lo mejor de ti - susurró el chico de modo que solo la pequeña que se hallaba a su lado le oyese.
- Terminas acostumbrandote. Pero si, es como dices, a veces es frustrante. Deberíamos mirar el lugar de los hechos, a ver si hay alguna pista que a ese detective se le haya podido pasar.
El señor Uchida intercambió algunas palabras con Asami, y disculpándose por no encontrarse bien, se marchó a su estudio.
- Perdona a mi padre, Kudo. - le dijo a Shinichi mientras se acercaba a ellos de nuevo.
- No pasa nada. ¿Podría echar un ojo al lugar donde se produjo el secuestro?
- Ah, si claro. Fue en el jardín.
Los tres salieron al jardín que se hallaba en la parte trasera de la casa, acompañados por el mayordomo. No era demasiado grande, pero tenía un aire clásico.
- Así que fue aquí - intentando actuar como un profesional, Shinichi dio una mirada a su alrededor.
- Si, Aso fue el único testigo. ¿Verdad?
- Si, señorita. Cuando los demás vinieron, el secuestrador ya no estaba...
Irene notaba que su cuerpo temblaba de adrenalina. Tenía que encontrar a esos hombres de negro y recuperar su tamaño.
Un mensaje entrante en su móvil la sacó de sus pensamientos. Alejándose un poco de los demás, lo abrió. Era de Sonoko.
Sonoko: Ey, hola. ¿Qué tal te encuentras del resfriado?
Ran: Aún estoy muy enferma. No sé cuánto tiempo tardaré en recuperarme.
Sonoko: Que lástima. Intenta ponerte buena rápido. Sino, te vas a perder un cotilleo muy interesante que ha sucedido entre Taishi y Akane.
Irene movío la cabeza en un gesto que quería decir "ésta Sonoko, siempre pendiente de los cotilleos que suceden en el instituto".
Cotilleos... Irene miró a Asami que se mantenía muy cerca de Shinichi, observándolo con expresión melancólica. Pensó en la conversación que habían tenido en el coche, tal vez Sonoko sabría algo sobre lo que ocurrió hace cuatro años. No perdía nada por preguntar.
Ran: Oye Sonoko, ¿te suena el nombre de Asami Uchida?
Sonoko: ¿Asami Uchida?
Ran: Si, fue presidenta del consejo de estudiantes de Teitan. ¿No te suena si se dijo algo sobre ella alguna vez?
Sonoko: Ahora que lo mencionas, cuando empezamos la escuela intermedia hubo un rumor sobre que se veía con un chico de primero, poco después de hacerse manager del equipo de fútbol.
¿Un chico... de primero? ¿Manager del equipo de fútbol?
Sonoko: ¿Por qué la pregunta?
Ran: No es nada. Recordé a esa chica de pronto. Te dejo, creo que me sube la fiebre.
Sonoko: Oh, ok. Cuídate.
A la memoria de Irene acudieron las palabras de Asami en el coche.
Los colores del primer amor acaban por desvanecerse.
- "El primer amor... ¿Acaso... Acaso ella es el primer amor de Shinichi?"
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