Un cambio drástico

Así es, yo lo prometí.

Le prometí a lili que yo ganaría, aún cuando ella ya no esté, yo la vengare.

Me haré fuerte, no por ese estúpido deseo de ser un héroe.

No por alcanzar a alguien en específico.

No por pena.

Si no por venganza, seré un vengador. Seré quien acabe con el sufrimiento que la humanidad a vivido por siglos.

"Yo" no seré un héroe. Solo seré alguien que desea pelear por todos, no se confundan no pienso ser un asqueroso héroe que siempre llega tarde.

Solo seré un vengador.

La crisis del piso 18. Causo revuelo en el gremio, aventureros buscaban respuesta de como un jefe de piso bajo a la ciudad rivira, si esta es supuestamente una zona de paz.

Abrumado el consejo de aventureros por las quejas y preguntas retóricas, un elfo habló.

Era gordo y viejo. Su cabello blanco denotaba su longevidad, sus ojos verdes. De más de 100 años el era la cabeza del gremio bajo uranos.

Su puesto le daba una gran fortuna y puesto socioeconómico.

Su vestimenta era diferente a la de cualquier otro empleado del gremio.

"Se que tienen preguntas, pero no sabemos al respecto. Gracias por su comprensión, pueden retirarse."

Sin tapujos, fue directo al grano.

Los aventureros disconformes por el dictado solo empezaron a gritar más fuerte.

Una voz diferente se escuchó.

Majestuosa y solemne. Un hombre formido y alto, su cabellera Blanca y sus profundos ojos azul.

"De momento estamos investigando"

El exaltado público pareció condensarse. La sala se inundó de silencio, los bulliciosos aventureros solo perpetuaron el sonar del silencio.

Reconociendo su divinidad, el mandatario de orario.

Uno de los primeros dioses en bajar, uranos.

El gremio que solo hace minutos estaba lleno, ahora no había nadie.

Pero el agitado ajetreo, había causado dolor de cabeza a un semi–elfa.

Agitada, la mujer estaba recostada en un sofá del gremio.

Su respiración era pesada y cansada. Su rostro estaba pálido, fatigada por el abrupto cambio de los aventureros, estaba frustrada no solo por la jauría, si no que sabía absolutamente nada del aventurero del cual estaba encargada.

Su mente daba vueltas en el vacío del silencio. Tensa su cuerpo reaccionó involuntariamente al ocaso que se presentó.

Recostandose en el sillón, un bostezo salió de sus labios.

"¿Donde estás Bell-Kun?"

"Por favor vuelve"

Una figura femenina estaba posando cerca del la semi–elfa, caminaba hacia su dirección.

"Eina, ¿qué te sucede? ¿Algo te molesta?"

Una trabajadora del gremio y amiga de eina, misha flott era la mejor amiga de la elfa recepcionista.

Tenia un sedoso corto cabello rosado al igual que sus ojos. Siendo un poco más baja que su amiga la  consejera se sento a su lado.

Al ver el rostro de su amiga.

Su rostro se entristeció, recordando las palabras que hace un rato le dijo.

"Misha, ¿crees que bell esté bien?"

"Claro, no te preocupes eina"

"No se si pudiera soportar que alguien más muera, estando a mi cuidado. Le he agarrado mucho cariño al chico"

". . ."

Terminando de pensar en sus palabras, su brazo rodeó el cuello de Eina y un abrazo cálido fue expuesto.

"No te preocupes Eina, bell sobrevivirá"

En verdad ella no lo podría soportar, ya no más.

Mirando en dirección del creciente sol brillante, su mente formuló una pregunta tajante.

"¿Donde estas Bell-Kun?"

Rugidos de monstruos siendo atravesados por el arma de un aventurero que quería sangre.

Sus ojos ardían de ira, furia teratogénico. Derramaba y descargaba su ruin estado en los monstruos del laberinto.

Esto era presenciado por su diosa y sus amigos. Sabían la razón de su ira, pero este actuaba muy frívolamente.

El odio que caló en su corazón ya lo había consumido, su vida estaba dictada. El odiaba a los monstruos.

Inclemente su cuerpo cada vez se hacía más rápido y reaccionaba a un velocidad impropia de un nivel 2.

Tan rápido como aparecían los monstruos desaparecían.

Gritos de ira eran irradiados del chico mientras mataba a los hijos del calabozo.

Apartados, el grupo de expedición del albino presenciaba su actuar tan exaltado.

"¿Bell-Kun en que te convertiste?"

Una pequeña diosa de cabello negro atado en coletas.

Preocupada por la conducta errática de su hijo, la diosa estaba reflexionando, pensando en las palabras dicha por el chico en el piso 18.

"Kami-sama, yo vengare a lili y mataré a toda bestia que haga llorar a un niño"

Absorta en sus pensamientos, su hombro fue suavemente sacudido.

Sorpresa.

Girando, una pequeña hobbit apareció fugazmente.

Su rostro se desfiguró su corazón se apretó, al mismo tiempo que sus músculos se conmocionaron.

Estaba aturdida sus sentidos se habían apagado, su cabeza daba vueltas que castigaban su estado penoso.

Llegando al punto de vomitar. Su cuerpo temblaba.

"¿¡Hestia-sama está bien!?"

Sus ojos parecían apagados, nauseabunda la diosa se había desmayado.

Pálido, el chico corrió hacia su diosa. Sujetándola entre sus brazos, la levanto y la cargó.

"Hay que salir de este infierno"

Su voz era apagada y ronca.

Esto deferia completamente. El ya no era el mismo.

La noche era el modo perfecto para pasar desapercibido, pues los dioses tienen prohibido bajar a la dungeon.

Cuando los aventureros están descansando o celebrando. En sus pensamientos el sabía que esto hubiera dicho su amiga.

". . .L–Lili . . . Era muy lista"

Una gran escalera en forma de espiral conectaba la superficie con el calabozo, descendiendo hasta el primer piso.

En adición a la entrada, la puerta principal de babel.

Era resguardada por guardias. Pero a esta hora no había nadie.

En las sombras de la oscuridad una figura contemplaba la salida de los aventureros.

A la salida de babel.

Una mujer de pelo castaño esperaba en la penumbras de la oscuridad.

Al mismo tiempo que los aventureros salían miraba a la empalagosa esfera en el cielo.

Por el rabillo del ojo pudo destingir la figura del chico que tanto esperaba.

Su salida fue cautelosa, nadie se había percatado de su irrupción excepto una hermosa demi–elfo.

Apenas los vio corrió mientras gritaba casi desesperadamente su nombre "¡Bell-Kun!"

No obteniendo respuesta alguna.

Viendo al chico, su expresión, el como un vacío se podía ver claramente por sus ojos. Pero lo que más resaltaba es que en su mirada se podía percibir un odio abominable.

El decaido autoestima de los demás inundaba la desolada calle.

Como una nube negra el pesimismo se plantó en todos. Incluso afectando a la recepcionista.

"Bell-Kun ¿Que fue lo que paso?"

Agachado la mirada, sus ojos eran cubiertos por su pelo. Sus puños fueron apretados con tal fuerza que sangre salió de ellas.

"¿Acaso no lo notas?"

Sin comprender la situación, una expresión de incomprensión se formó en su rostro.

La tensión aumentó y el delirante chico gritó.

"¡Claro que no lo notas. Nunca te tomaste el tiempo de siquiera conocerla! ¿¡Verdad!?"

El fulgurante deseo de acabar con esto ¿lo llevo a este estado?

Indignado e iracundo de su "supuesta amiga" dicho por sus propias palabras.

Gritando ahogadamente y descargando su cólera en la mujer delante de él.

"Cranel-San, es suficiente"

Una voz serena. Estoica la elfa habló.

Obedeciendo, un silencio sepulcral se presentó.

"Adiós . . . Eina








Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top