Capitulo 5: La puerta negra.

Estaba en mi habitación caminando de un lado a otro, Graham aún no venía, quería saber lo que había pasado con Cyril, quería saber porque él me odiaba tanto, si le preguntaba ¿Graham me lo diría? No lo sabía, pero nada perdía si lo intentaba, no aguantaba ni un segundo más ahí sin saber nada, me acerque a la puerta y la abrí.

-¿A donde vas? - la voz de Graham proveniente desde dentro de mi habitación me hizo voltear, él estaba de pie en la mitad de la habitación.

-Y-yo, quería saber que había pasado - dije volviendo a cerrar la puerta, Graham fruncio el entrecejo y luego miró a otro lado.

-No paso nada -contesto con voz rasposa, lo quede mirando por unos segundos, no le creía para nada.

-¿Porque me odia Cyril? - pregunté en un susurro, Graham me miró y se quedó callado - ¿Graham?

-Él no te odia - respondió desviando la mirada.

-Si claro, como no - dije sarcástica, me acerque a Graham hasta quedar a un paso de distancia - Tú no viste como me miraba, era como si me estuviese asesinando con los ojos, y la manera en que me hablaba era... Era como si me despreciará desde lo más profundo de su corazón.

De sólo recordar aquellas cosas se me erizaba la piel, espere a que Graham dijera algo, pero se quedó callado, sólo me miraba, ni siquiera se movía, me preguntaba si aún estaba respirando, abrí la boca para preguntar si me había escuchado, pero él me detuvo poniendo una mano en alto.

-Hay muchas cosas que aún no sabes, más bien que no recuerdas...

-Entonces dimelas - lo interrumpí.

-No es tan fácil como lo piensas Meg - repuso rascando su cabeza.

-¿Porque lo dices? ¿Que paso conmigo antes de que borrarás mi memoria? - Graham me miraba algo extraño, abría y cerraba la boca, como si luchará entre decirme o no la verdad.

-Creó que es mejor que lo sepas de apoco, ahora vamos al comedor, ya es hora de almorzar - dio un paso al frente y tocó mi hombro.

-Pero... - antes de protestar o hacer cualquier otra cosa, aparecimos en el comedor, sentados ya estaban mis otros "guardianes".

-Sientate - ordenó Graham.

-Aún no hemos terminado de hablar - protesté frunciendo las cejas y cruzándome de brazos.

-Si, ya lo hicimos - dijo mientras se sentaba.

-Nixie, sientate ¿si? - dijo Jaison, el cual se encontraba ya sentado, lo miré y me senté a regañadientes.

Cuando terminamos de almorzar, Graham se levantó y camino a la puerta, al igual que él me levante y lo seguí, una vez fuera caminamos por el pasillo.

-¿Que quieres? - preguntó sin siquiera voltear a verme, lo agarre del brazo haciendo que se detuviese.

-Tenemos una conversación pendiente - dije mirándole a los ojos, antes de darme cuenta ya estábamos en mi habitación.

-Ahora estoy ocupado, luego hablamos - dijo soltándose de mi agarre y desapareciendo.

Frustrada me senté en el sofá, tenía muchas preguntas y quería respuestas, si él no me las daba, las buscaría en otro lado, me levante y camine hacia la puerta, al abrirla miré hacia afuera para ver que no hubiese nadie, ya que no vi ni un alma por los pasillos salí, camine mirando cada una de las puertas, hasta que vi una que estaba entre abierta, me acerque sin meter ruido y vi por la pequeña grieta que dejaba la puerta.

-Tenemos que acabar con esto, ella es un peligro para todos - ese era Cyril, a las otras personas que estaban con el no las alcanzaban a distinguir, una chica rubia captó mi atención, Ariadna, ¿que hacia aquí? ¿Porque estaba con Cyril?.

-Cyril tiene razón, si no hacemos algo ahora, la historia se volverá a repetir - a ese no lo conocía, pero su manera de hablar me produjo escalofríos.

-No, ella estará bien - la voz de Ariadna era dulce y calmada, ¿de quien estaban hablando? - Sólo hay que dejarle todo a Graham, él sabe lo que hac...

-Ese perro no sabe nada - la interrumpió Cyril - Somos cuatro ancianos contra un perro, no hay por donde perder.

-Claro y nosotros somos invisibles - dijo un chico rubio, era alto y elegante.

-Si están con nosotros, deberán hacer todo lo que les digamos - dijo uno de los ancianos, se veía sombrío, no me gustaría estar a solas con él.

-¿Y que quieres que hagamos? - preguntó Ariadna, vi a Cyril sonreír.

-Ya que tu le sirves, deberías envenenarla.

-¿Que? - dijo algo alterada.

-¿Estas hablando de matarla? - preguntó el rubio - Hay otras maneras, sin necesidad de hacele daño a ella.

-¿Que? ¿Mandarla de nuevo a otro mundo? Eso ya lo hemos hecho tres veces - dijo Cyril, espera ¿que? ¿Estaban hablando de mi?

-Sabes muy bien que no podemos matarla, la hemos protegido por años para que los brujos no la maten - dijo Ariadna acercándose a él - Ella es nuestra única esperanza.

-Claro que no, los ancianos también pueden derrotar a Mordred, a su descendencia y al hechicero oscuro.

-Si los pueden derrotar, ¿porque no lo han hecho? - pregunto el rubio.

-Porque no todos los ancianos están de acuerdo con nosotros - dijo el sombrío.

-Eso es porque no es una buena idea - dijo Ariadna, no podía creer todo lo que estaba escuchando, estas personas estaban conspirando en mi contra, y ni siquiera sabía el porque - Cyril, no deberías dejarte llevar por tu odio, es mejor que dejemos todo como esta, tal vez deberíamos hablar con la oráculo y preguntarl...

-Esa niña no es digna de ser una oráculo - grito Cyril, sin querer movi un poco la puerta, me quede quieta y esperaba que nadie se diera cuenta, volvi mirar hacia adentro y mi mirada se cruzó con la del rubio, estaba pérdida, me habían descubierto.

La puerta se cerro sin hacer ruido alguno, era mi oportunidad de escapar, di media vuelta para volver a mi habitación, camine a gran velocidad por los pasillos, miré hacia atrás para ver si alguien me seguía, una sombra a mis espaldas hizo que comenzará a correr, estaba muy asustada, necesitaba regresar a mi habitación lo más pronto posible.

Todas las puertas se veían completamente iguales para mi, ya me comenzaba a desesperar, abrí una de las puertas y entre, por esta puerta había otro pasillo, corrí sin parar hasta llegar a otra puerta, me detuve a unos dos pasos de la puerta, esta era de color negro, algo en mi interior me decía que no la abriera, miré sobre mi hombro y a lo lejos pude ver a aquella sombra que me seguía, sin pensarlo dos veces tome el pomo de la puerta y la abrí, me metí deprisa y corrí, me detuve al ver a mi alrededor, habían muchos árboles, un hermoso pasto verde y un pequeño riachuelo a unos cuantos metros, al voltearme lo único que veía era la puerta, el templo ya no estaba.

-No puede ser - murmuré, se suponia que la única puerta de salida era la principal, la cual se habría con magia, pero la puerta por la que había cruzado no era la principal, ¿como era posible que estuviese fuera? Ahora que recordaba yo no podía salir del templo ¿los brujos ya sabrían que estaba aquí? trate de abrir la puerta pero no pude, después de unos cuantos intentos me rendí.

Decidí que quedarme ahí no sería la mejor idea, ya que si los brujos sabían que estaba aquí, era mejor que me estuviese moviendo, camine por un largo rato, iba miraba el paisaje, el cuál era  realmente hermoso, nunca había visto algo igual, mientras caminaba daba vueltas sobre mis talones para ver todo aquel paisaje, me acerque a unos árboles y de pronto me tropecé con algo, seguramente una raíz, y antes de caer me volteé para no golpearme la cabeza, cuando abrí los ojos me di cuenta que había caído sobre un chico, el tenía los ojos cerrados, parecía como si estuviese durmiendo, me levante enseguida.

-Lo siento, no te vi - dije mirándolo, él aún estaba con los ojos cerrados, lo examine con la vista, su cabello era castaño claro el cual traía algo desordenado, era de piel pálida, por su porte se notaba que era alto, por lo menos mucho más que yo, su rostro era hermoso parecía de la realeza, su rostro estaba tan pálido que por un segundo creí que estaba muerto, me agache a su lado y puse mi oído en su pecho, escuche los latidos de su corazón, me separe de él y suspire aliviada.

-¿Que haces por este lugar? - su voz era cálida, algo rasposa ya que supongo acababa de despertar hace un momento, me quede quieta sin poder moverme.

-Y-yo, ehm... - el chico abrió los ojos y me quedó mirando, sin expresión alguna, en cambio yo estaba muy sorprendida, el tenía los ojos dorados con una pizca de violetas en ellos ¿no se suponía que todos aquí tenían los ojos violeta? Sus ojos eran hipnotizantes, al parecer él estaba esperando una respuesta, me levante lentamente -E-estoy pérdida.

Pude decir al fin, él se levantó quedando frente a frente, miró mi rostro, mis ojos, mi cabello, sus ojos viajaban de un lado para otro, examinándo cada parte de mi, di un paso atrás, por un momento sus ojos se detuvieron en mi brazo izquierdo, baje mi vista y pude ver con claridad la marca de mi muñeca, la cual estaba de color verde, estando en el templo ya no me había preocupado de esconder aquella marca, con rapidez puse mi mano derecha sobre mi muñeca izquierda tapando la marca, el chico me volvió a mirar el cabello y entre cerro los ojos ¿que era él? ¿Un hechicero? ¿Un brujo? ¿O algo más? tal vez era el hechicero oscuro, si era así, estaba pérdida, me mataría.

-Es peligroso estar aquí - dijo tomando mi mano derecha y caminando en la dirección por la que venía - ¿De donde vienes?

-Del templo - murmuré, él seguía caminando y mirando para todos lados.

-Eso creí - respondió, en unos minutos llegamos a la puerta negra por la cual había salido - Debes tener más cuidado, no vuelvas a salir del templo - dijo mientras abría la puerta, esta se abrió sin problema alguno.

-¿Como pudiste abrirla? Yo lo intente y no pude - dije mirando mal a la puerta, volví a mirar al chico y él sonrió.

-Estaba abierta - respondió - Ahora entra y no vuelvas a salir, aquí afuera es muy peligroso - me empujó dentro del templo.

-¡Espera! - dije antes de que cerrará la puerta -¿Cómo te llamas? - pregunté, pero el sólo sonrió y cerro la puerta, trate de abrirla otra vez pero no pude, miré el pasillo y comencé a caminar, llegue a la segunda puerta y la abrí, el pasillo estaba vacío, salí y camine a quien sabe donde, ya que siempre me perdía por el laberinto llamado templo.

-Señorita, la he estado buscando - escuche la voz de Ariadna detrás de mi, me paralice al recordar que ella era una de las que conspiraban junto a Cyril en mi contra, exhale el aire que retenía y me voltee.

-Pues ya me encontraste - dije con una pequeña sonrisa, Ariadna sonrió y se acercó a mi.

-Por favor, sigame - dijo caminando al frente de mi, la seguí a paso lento, si iba a morir no quería que fuese tan rápido, caminamos por unos minutos hasta que nos detuvimos delante de una puerta, Ariadna entró sin toca y me hizo pasar, una vez dentro pude ver que la habitación era parecida a la mía, pero menos femenina, ¿y si era la de Cyril? Estaba nerviosa, dentro de la habitación no había nadie, la puerta se abrió y me volteé a ver quien era el que entraba, el chico rubio se adentro en la habitación con una sonrisa.

-Es un placer conocerla su Alteza - dijo este acercándose a mi y tomando mi mano, se inclinó y beso el dorso de mi muñeca.

-¿Que es todo esto? - pregunte soltandome de su agarre.

-Tranquila Nixie, te explicaremos todo - Graham apareció a mi lado, lo miré por unos segundos, ¿él también era parte de esto? No lo entendía, tenía miedo, no sabía en quien confiar ¿que me querían hacer? ¿Me iban a matar? si era así, ¿porque? ¿Que era lo que había hecho para que me quisieran muerta?

-Bien, comiencen a hablar - me acerque a la cama y me senté, los miré por unos segundos, todos se miraban entre ellos, me cruce de brazos esperando a que hablaran.

••••••••♪•••••••♪•••••••♪••••••

N/A: Hola, esperó les guste el cap,
si gustan voten y comenten.

HarunaNanami

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top