Capítulo 13: Violeta y dorado.

Mientras caminaba por mi habitación, pensaba en el reciente recuerdo. Es que no era posible, esto no podía estar pasándome, ¿Litsa era una bruja? Entonces, ¿Cómo era siquiera posible que ahora tuviese los ojos de una hechicera? Y lo más importante era, ¿Litsa y Graham eran mejores amigos? No los había visto ni una sola vez como tal, ¿y ahora que? ¿Qué iba a hacer? Salí de la habitación sin importarme nada, necesitaba ver a Graham y a Litsa, ellos me debían muchas explicaciones. Maldije por lo bajo luego de unos minutos sin encontrar a ninguno de los dos, más también por saber que ya estaba perdida y lo peor de todo era que en este momento tenía frente a mi al estúpido anciano, hermano del tierno de Colín.

—¿Qué quieres? Estoy ocupada — dije ya que no me dejaba pasar, él frunció el ceño, disimuladamente mire la marca en mi muñeca, ésta estaba rosa, por lo que supuse no estaba en peligro, no aún.

—Niña irrespetuosa — sonreí de medio lado, por lo que él enfureció aún más — Deberías aprender a respetar a tus mayores.

—Oh, cuanto lo lamento, pero la verdad es que aún no recuerdo nada y según yo te ves como alguien de mi edad, lastima — traté de pasar por su lado pero él me tomo con fuerza del brazo — Suéltame.

—Mocosa engreída — dijo entre dientes.

—Anciano inútil — lo mire enojada, no estaba de humor para algo como esto.

—Como te atreves siquiera a sonreír y comportarte como una niña mimada, maldita asesina — sus palabras siendo como un balde de agua fría.

Me quede inmóvil, aquellas palabras taladrando mi mente, ¡Maldita sea, necesitaba, necesito y necesitare mis malditos recuerdos de vuelta! ¿en verdad soy una asesina? Mis ojos comenzaron a escocer, mis piernas temblando ligeramente. Cyril apretó aún más su agarre, me dolía, pero eso no importaba, por que lo que veía justo ahora, era mucho más doloroso, los ojos de Cyril no solo mostraban odio hacía mi persona, también un dolor terrible. Sabía que no estaba en peligro, mi marca siendo una clara evidencia de ello.

—Lo siento— dije en un susurro, él se sorprendió.

—¿Por que te disculpas?— preguntó confundido, sin soltar el agarre que tenía mi brazo adormecido.

—Por lo que te haya hecho — murmuré mirándole a los ojos — Aún no lo recuerdo, pero estoy segura que no te pondrías así por nada. Lamento si te cause daño a ti o a alguien más, no se si pueda repararlo...

—¿Repararlo? — preguntó en un murmullo, sus ojos cristalizándose — Los mataste a todos — sentía mi corazón acelerarse, pequeñas dagas invisibles clavándose en mi pecho, ¿yo había asesinado a personas? Esto no podía estar pasando, quería llorar, correr a mi habitación y llorar hasta dormirme — Al menos que encuentres una forma de resusitarlos, no hay forma de reparar lo que hiciste.

Me soltó y se fue dejándome ahí, sola y con muchas dudas, estaba confundida, molesta y triste. Debía recuperar cuanto antes mi memoria, aunque todos me habían dicho que recuperarla podría ser peligroso, ¿era por esto? Tal vez no querían que recordara esas muertes. Di unos cuantos pasos antes de dejarme caer al suelo, el estúpido vestido se ensuciaría, ¿pero a quien le importaba eso? Lleve mi diestra a mi pecho, me dolía, a pesar de no tener los recuerdos, me dolía mucho.

—Graham — dije en voz alta, lo necesitaba, después podríamos hablar de la bruja, por ahora lo necesitaba a mi lado.

—Él no vendrá — alce la vista tras escuchar la voz seria de Adara. Ella me miraba con su rostro triste, de seguro se compadecía de mi. Ya no pude contenerme más, unas gruesas lágrimas escaparon de mis ojos y se deslizaron por mis mejillas — ¿Meg, estas bien? ¿que paso?

—Dara— murmuré mientras lloraba, sus delicadas manos acunaron mi rostro y con sus pulgares limpió mis mejillas, aunque era algo inútil ya que mis lágrimas no cesaban.

—Tranquila — dijo con voz suave, mis ojos ardían, no tenía fuerzas para ponerme de pie y lo peor era que mi cabeza comenzaba a doler, pero estaba a salvo ¿verdad? ¿podía desmayarme con tranquilidad? Con tranquilidad o no, ya no podía evitarlo, me deje llevar por la oscuridad, aún escuchando mis propios soyosos.

    Tuve suerte al esquivar la filosa espada, aunque mi traje igual sufrió las consecuencias, me encantaba usar pantalón, blusa y botas, eran tan cómodos, me podía mover mucho mejor así, aunque claro, la mayor parte del tiempo usaba los estúpidos vestidos que mi madre me hacía llevar. Alce mi espada para evitar la estocada de mi oponente, él brujo me sonrió de un modo algo engreído, el sonido de ambas espadas encontrándose era estruendoso, giré sobre mis talones por la parte interna de su brazo, aún manteniendo ambas espadas unidas, le di un codazo en el abdomen, pero no fue suficiente para que soltara el arma. Cuando me separe del de ojos dorados, él aprovecho para patear la parte interna de mi rodilla y dejarme arrodillada, luego golpeo mi mano votanto mi espada y puso la de él cerca de mi cuello.

—Yo gano esta vez — dijo sonriendo, mi respiración estaba agitada por el reciente combate — ¿Que pasa Megi? te vez cansada.

—¿Has escuchado alguna vez el dicho; El que ríe último, ríe mejor?— el brujo fruncio el ceño confundido, claro, la que tenía la espada en el cuello era yo.

Se sorprendió cuando tomé la espada por el filo con la palma desnuda, no me importo el dolor del corte ni la sangre que salia por ésta. Le di una patada en el codo y con la mano que tenía libre, lo tome por la muñeca arrebatándole la espada. Solté el filo de la espada, la tome bien por la empuñadura con mi mano derecha, en el momento justo que me inclinaba y giraba sobre uno de mis pies, mientras que con el otro golpeaba los talones de mi oponente y lo mandaba a tierra. La caída fue fuerte, tanto que hasta sentí lastima por él, de pie a su lado le puse uno de mis hermosos pies sobre el pecho para que no se levantara, la punta de su propia espada justo en su cuello, sonreí al verlo derrotado.

—Bien hecho cariño, pero a la próxima evita salir lastimada — la dulce voz de la mujer llamo mi atención, alce la vista a donde ella se encontraba sentada, le sonreí y ella hizo lo mismo — Ahora deja ir a tu abuelo.

—Eh~ dejame disfrutar el triunfo, es la primera vez que le gano — dije haciendo un puchero, mi abuela rió por lo bajo y negó con la cabeza.

Hace años que entrenaba con el abuelo Xylon, él me enseño el arte de la espada, arco y flecha, también a controlar bien una daga y lucha cuerpo a cuerpo. La primera vez le había preguntado porque lo hacíamos, ya que siendo una hechicera no había necesidad de usar armas, pero él que era un brujo, me había dicho que éstos no aprendían solamente la magia en pociones, y que muchos de los que me querían matar, si es que no todos, sabían como cancelar mi magia por el tiempo suficiente para acabar conmigo, y que era justamente por eso que me enseñaba todo esto, para poder defenderme cuando me creyeran indefensa. 

—Megi — volvió a hablar mi abuela.

—Bien, lo dejaré aleje la espada y quite mi pie de encima.

—Tú amabilidad me sorprende Meg — se burlo Graham, él estaba en la rama de la Dríada que cuidaba aquel árbol.

—Hey no molestes, yo si soy amable, tanto que hasta acepte salir contigo — alce una ceja mientras sonreía.

Él apareció frente a mis ojos y me robo un pequeño beso, lo iba a regañar por hacer eso delante de mis abuelos, pero el quejido por parte de mi abuela me detuvo, me volteé a verla, en su pecho, justo en medio, tenía clavada una flecha de donde escurría una enorme cantidad de sangre. Ella cayo al suelo, vi a mi abuelo correr hasta ella, todo estaba sucediendo tan rápido, pero tan lento a la vez, una horda de brujos venían corriendo hacía nosotros, Graham detuvo el ataque de los brujos que lanzaban flechas, los levito lanzándolos lejos, mi abuelo tuvo que dejar a mi abuela agonizante ya que lo estaban atacando.

—¡Maten al traidor! — gritó uno de los brujos, mi abuelo me miró con sus ojos llorosos.

—Que nada los toque — nos gritó — Sus armas están envenenadas — no alcanzó a tomar su espada cuando uno de los brujos le lanzo una daga, él la esquivo pero ésta alcanzo a rozar su piel.

Tomó la espada y se la enterró al brujo que tenía a su lado, volví a mirar a mi abuela, ella ya no se movía, quería moverme, ayudar en algo, pero mi cuerpo no reaccionaba, mi vista se nubló por las lágrimas, un gritó fuerte, volví mi vista hasta mi abuelo, él había sido atravesado por dos espadas, por el frente y por la retaguardia. Podía escuchar todo, pero no podía moverme, ¿porque no podía hacerlo? De pronto me sentí encerrada en mi propio cuerpo, como si estuviese una mini yo tratando de salir de la muralla de vidrio que eran mis ojos, sentía el inmenso poder brotar desde mi interior, veía como uno a uno los brujos levitaban en el aire, y uno a uno les fui rompiendo el cuello. Esto era más que imposible, porque yo era una hechicera, solo los Magos entraban en fase locos cuando perdían a alguien, pero si yo estaba entrando en este estado, quería decir que era una Maga, pero yo no tenía el distintivo color violeta y dorado de los Magos, no quería esto, por más que estuviera sufriendo, no quería convertirme en una Maga oscura.

Megara, detente — Graham gritó a mi lado. <Por lo que más quieras, alejate de mi, no quiero hacerte daño> mis gritos internos no llegaban a mis labios y él no sabía en el peligro que se encontraba. <Por favor mi amor, alejate. Anus te lo suplico, no dejes que lo dañe, te lo ruego> sus manos cubrieron mis ojos y lo escuche a lo lejos murmurar un hechizo, tan pronto como término todo oscureció.

Abrí los ojos al mismo momento en que me senté, a los pies de mi cama Adara me miraba sorprendida, mis manos temblaron, las lleve a mi boca para tapar los soyosos, sentí el liquido en mis dedos al momento de tocar mis mejillas. Esto era horrible, mi pulso era irregular, mi cabeza martillaba al ritmo de mi corazón.

—¿Estas bien?— preguntó Adara poniéndose a mi lado, negué con la cabeza y ella me abrazo con fuerza — Tranquila.

Estuvimos en aquella posición por un rato, ella me consolaba frotando mi espalda, cuando el llanto ceso lo suficiente como para hablar de forma coherente, me separe de ella, seque mis mejillas con el dorso de mis muñenas ya que éstas estaban aún húmedas por el llanto.

—¿Donde esta Graham? — mi voz se escuchaba más ronca de lo normal, ella evito mi mirada por unos segundos antes de contestar.

—Salió del palacio, volverá más tarde, dijo que tuviésemos todo listo para irnos apenas vuelva.

—¿A donde fue?— no me importaba nada más, quería saber donde estaba y porque no estaba aquí conmigo.

—No lo se, no nos dijo — respondió, trate de levantarme pero ella me detuvo — Deberías descansar un poco, el viaje sera largo y agotador.

—Me estas ocultando algo ¿verdad? — ella desvío la mirada, suspire — Bien, creó que descansaré un rato más.

Tras decir eso, me volteé y me recoste en la cama otra vez, sabía qué ella seguía a mi lado, también era evidente qué me estaba ocultando algo, tal vez era cierto qué Graham no le había dicho donde iba, pero ella era una oráculo y estaba casi segura de qué había visto algo. Estuve así por un rato sin poder dormir, la verdad era qué no quería hacerlo, por culpa o gracias a Ambrus, los recuerdos eran más recurrentes, escuche la puerta pero no me moví.

—Es hora — la inconfundible voz de Myles se hizo escuchar, me senté y giré mi rostro para mirarlo, a su lado estaba Ariadna, ella me sonrió y se acercó a mi.

—¿Prefiere cambiarse de ropa? Su vestido esta algo sucio y arrugado — comentó al ver mi estado, me miré a mi misma y asentí en respuesta, mi hermano salio de mi habitación junto a Adara. Ariadna me entrego un lindo vestido de un hermoso genero color crema, unos tacones blancos bajos, cuando termine de vestirme, ella me peino, preferí dejar mi cabello suelto — Listo.

—Bien, pues vamos — dije antes de levantarme del sofá donde estaba sentada y caminar a la puerta.

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Que o quien es:

Anus: El Dios supremo de Eris, Dios del cielo, señor de las constelaciones, Rey de los Dioses. (Es un Dios Celta)

No estoy usando una mitología en especifico, aunque claro, ya deviron haberse dado cuenta, pero igual quería aclararlo. Por cierto, no saldrán todos los Dioses Celtas, así qué si los conocen no esperan que los mencione a todos 😅 son muchos.

Bueno, besos.

Capítulo dedicado a
Gracias por apoyarme 😘

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