Capítulo 10: Ambrus.
-¿Porque debo quedarme aquí?- pregunté molesta cruzándome de brazos, la chica me sonrió antes de contestar.
-Lo siento, son ordenes - frunci el ceño, esto sólo podía ser obra de él.
-¡Graham, ven aquí ahora mismo maldita sea!- Ariadna me miro sorprendida, claro, ahora no podía decir malas palabras ya que estábamos en un templo o también podía ser que su "Princesa" no debía hablar de ese modo, pero no me importaba.
-Belenus dame paciencia - me volteé al escuchar su voz, él estaba de pie al lado de mi cama, su cabello húmedo y su traje perfectamente arreglado.
-Po... - carraspeé para que la voz no me fallara - ¿Porque diablos me tengo que quedar aquí encerrada?- entre cerro los ojos y suspiró.
-Ya deberías saber el porque - respondió con voz queda - Es peligroso que andes sola, podrían atacarte de nuevo.
-Entonces que Ariadna me acompañe- dije, él no respondió- También podría ser Ares - me miró algo molesto - No quiero estar encerrada, me siento como una prisionera más que una princesa- Graham se quedo observándome por unos segundos.
-¿Que recuerdas? - alce una ceja, lo de princesa lo decía ya que Ariadna y Colín me lo pasaban diciendo, no es que recordará ser una princesa ni nada de eso, mis recuerdos llegaban a mis veiticinco años, aunque claro, parecía de cinco o seis años si lo comparabamos a los años del mundo humano.
-A mi padre - murmuré, sonreí por un momento, aquel hombre, mi padre, era una persona amable, siempre sonriendo, sus ojos violetas mirandome siempre con amor. Sentí una punzada en el pecho, él ya no estaba en el mundo de los vivos, me hubiese gustado verlo ahora - Myles desde pequeño ha sido un fastidioso - reí, mi hermano mayor siempre ha sido muy bromista, le encanta reírse de los demás, por eso antes él siempre se la pasaba castigado, ¿y quien no lo castigaría si mete un Fachen dentro de la panadería, o les pinta el cabello a los vecinos usando hechizos? - Nixie - murmuré, ella siendo como mi propio reflejo, pero también muy distinta. Delicada, con su hermoso y revoltoso cabello cobrizo, mientras que yo era más salvaje y problemática, mi cabello blanco liso, iguales y diferentes a la vez.
-¿Solo eso?- preguntó luego de unos segundos en silencio.
-Por ahora - me acerque hasta él - ¿Porque, hay algo que quieres que recuerde, o es todo lo contrario?
-Hay muchas cosas que preferiría que olvidarás para siempre - dijo sin inmutarse - Nos vemos más tarde, y no vuelvas a llamarme por algo así - no alcance a protestar cuando él desapareció.
-¡Maldito imbécil! -dije molesta y me deje caer sobre la cama, quería golpearlo, lo haría, si, si solo estuviese aquí, maldita sea. La risa ronca de un hombre hizo que me levantara de golpe, aquel joven de cabello castaño que estaba sobre mi cama reía sin parar - ¿Quien demonios eres tú?- rió con más ganas, Ariadna se acerco y al ver al chico, se arrodillo enseguida.
-Maiestas- dijo haciendo una reverencia.
-Non ut faciam- su voz era suave, en comparación a su risa.
-Sed, maiestatem tuam...- levantó la vista y guardo silencio al ver la seriedad en el rostro del joven, lentamente se puso de pie- Ut dicis.
-Bien, ¿en que estaba?- posó sus ojos en mi, lo mire curiosa, ¿quien era este tipo? no tenía muchos recuerdos de hablar latín, pero si había entendido bien, ¿él era alguien importante, verdad?
-¿Quien eres?- volví a preguntar.
-Cierto, aún no recuperas la memoria - frunci el ceño, ¿como es que él sabía eso? no recordaba haberlo visto antes - Un gusto verte de nuevo Megara - se puso de pie sobre la cama e hizo una reverencia - Ambrus, a tus servicios - alzo la vista y me sonrió, desapareció en un parpadeo y volvió a aparecer a mi lado, tomo mi mano y beso el dorso de ésta.
-Puedes conocerme, pero yo no te recuerdo y no se si te conocía antes así que manten tus manos lejos de mí - me solté de su agarre y él se hecho a reír.
-Eres tan parecida a Muriel - ¿Muriel? ¿ese no era el nombre de mi abuela?
-¿Conoces a mi abuela?- pregunté en un murmullo.
-Por supuesto, nadie la conocía mejor que yo - se alejo unos pasos - Ni siquiera Urien hubiese podido decir lo mismo, mi sobrino era todo un santurrón, él pobre ni siquiera veía todos los defectos que tenía su madre. Como haberse casado con un brujo por ejemplo, aunque no me quejo, Xylon era un buen hombre y amaba a mi hermana por sobre todas las cosas, a pesar de haber sido exiliado por los brujos, aunque claro, eso es mejor a que lo maten, solo por amar a mi torpe hermana.
¿Mi abuela se había casado con un brujo? ¿entonces, habían brujos buenos? Otro punto importante era que él había dicho que era el hermano de mi abuela, eso lo hacía mi tío-abuelo, ¿verdad? Entonces también era hijo de Merlín, o sea, de mi bisabuelo. Me iba a dar una migraña y eso no pasaba muy seguido, ni siquiera el idiota de Graham había logrado eso.
-¿Entonces que? ¿quieres que te llame abuelo? o tío si quieres- escuche su estrepitosa risa, ahora estaba recostado en mi cama.
-Ambrus esta bien, si me dices abuelo me harás sentir viejo - puso ambas manos detrás de su cabeza - ¿Cuando se irán a buscar a papá?- su pregunta me tomo por sorpresa, su voz y semblante siendo más serio.
-¿Como sabes eso?- pregunté, él miro a Ariadna.
-Un par de días como mucho - perfecto, me estaban ignorando, y yo que amaba que me ignorarán.
-Hey anciano, te estoy hablando - dije molesta, ¿a quien le importaba que fuera mi tío-abuelo? Él me miro por un segundo antes de volver a reír, ¿que le pasaba a este tipo?
-Muriel estaría orgullosa de saber que saliste igual a ella - continuo riendo, suspire agotada.
-Ambrus, ¿me podrías decir como es que sabes lo que haremos?- pregunté calmadamente, o lo intente lo mejor que pude, cerré mis ojos por un momento.
-Un mago nunca revela sus secretos- su voz siendo un susurro en mi oído, al abrirlos él me sonreía desde la cama, maldito imbécil, me volvería loca.
-¿Puedes dejar de hacer eso? Ni siquiera Graham es tan molesto - murmuré cansada - ¿Iras con nosotros?
-No, no me necesitan - frunci el ceño.
-Es tu padre de quien hablamos.
-Lo sé, pero mi padre es un ser milenario el cual me matara si sabe que deje sola a mamá - se sentó en la cama e hizo un gesto para que hiciera lo mismo, me senté con algo de desconfianza - Megi, no soy tan poderoso como tú y lamento tener que dejarte este trabajo. Mamá esta enferma y soy lo único que le queda, su enfermedad es grave ya que después de todo es una plebeya y es mucho menos resistente a los nobles.
-¿A que te refieres con plebeyos y nobles?- eso era algo que quería saber desde hace un tiempo.
-Los nobles son aquellos que tienen magia y los plebeyos son lo contrario, no magia, no pociones, no nada - tomo mis manos y me miró a los ojos - Ten cuidado Megi, lo único que puedo hacer por ti, es acelerar un poco las cosas.
-Maiestas, non opus sit, Graham dicit enim esse inquit periculosum - intervino Ariadna, ni siquiera me había dado cuenta que ella seguía aquí, Ambrus le sonrió.
-Nolite in sublime tolli- odiaba que hablaran en latín, no entendía ni media palabra - Im 'multo amplius potens quod, Scio quid faciam tibi.
Ariadna no dijo nada más, Ambrus soltó mis manos para poner las de él sobre mis sienés, no se si era mi idea pero sus ojos violetas y dorados brillaron, no hablo, pero sentí como la magia comenzaba a hacer efecto, mi cabeza comenzando a doler y mi vista nublandose, muchas imágenes comenzaron a pasar por mi mente, demasiado rápido, el dolor intensificándose cada vez más.
-¡Maiestas!- gritó la chica, él me soltó y caí sobre la cama, mis párpados se sentían pesados.
-Suerte Megi- pude leer aquellas palabras de sus labios, ya no oía nada, él me sonrió antes de desaparecer y luego todo oscureció.
*"*
Corrí con velocidad para que Myles no me alcanzara, aunque después de lo que le hice le costaría mucho. Traía en mis brazos un pequeño Globin salvaje que me rasguñaba sin piedad, ¿que esta tonta cosa no entendía que lo quería salvar?
-Meg, esperame, no corras tan rápido- la dulce voz de la niña se escuchaba cansada por lo difícil que era seguirme el paso.
-Apurate Nix, el hechizo no durara mucho y cuando se rompa, Myl nos alcanzara - grite por sobre mi hombro.
-Estoy cansada, ya no puedo seguir más - se detuvo, hice lo mismo al percatarme que ella no me seguía.
-¿Es enserio? Recuerda que fuite tú la quiso salvar a esta cosa - dije alzando al Goblin - También deberías ser tú la que lleve a la bestia en brazos, este tonto animal me lleva rasguñando y mordiendo desde que me lo pasaste - lo iba a dejar caer pero Nixie corrió para que no lo hiciera.
-No puedes hacer eso Meg, es un bebé - dijo asustada deteniéndose a mi lado.
-No te confies Nix, esta cosa es una bestia peligrosa y salvaje, que al crecer un poco más nos podría matar - sus ojos violeta se veían tan tristes que desistí de votar a la cosa molesta que estaba en mis brazos - Bien, vamos, el hechizo que le lance a Myl ya debe haberse cancelado, es difícil mantener la gravedad bajo diez por tanto tiempo.
Avanzamos para alejarnos del pueblo y nos adentramos en el bosque. Los Goblins vivían dentro de cuevas en las montañas, era difícil encontrar uno de sus nidos y no teníamos ni la más mínima idea de como había llegado este monstruo al pueblo. Por eso lo dejaríamos en el interior del bosque cerca de alguna dríada, tal vez ellas lo podrían ayudar a volver a su hogar. Era peligroso estar fuera de casa con este clima, lo bueno era que recién comenzaba el invierno y aún no hacía tanto frío, y los lagos y demás cosas aún no estaban congelados, con un poco de suerte la estúpida bestia podría volver a casa a salvo y nosotras igual.
-¡Nix, Meg, ¿donde están?!- la voz de Myl se escucho a lo lejos, seguimos avanzando sin aminorar el paso.
Cada vez se estaba oscureciendo más y más, si seguíamos avanzando se nos haría de noche y el bosque era aún más peligroso en la oscuridad, me volteé a ver a Nixie, ella apenas podía seguirme el paso y al parecer el monstruo se había calmado ya que no me rasguñaba.
-De prisa Nix, puede que Driope o Epimelia estén cerca.
-Pero, Erato y Phigalia son más amables - dijo con la voz entre cortada.
-Nix, ellas son Hamadríades, no pueden dejar su árbol para ayudarnos, en cambio si le pedimos a Driope y Epimelia, ellas nos podrían ayudar, después de todo pueden moverse por el bosque a su antojo - ella asintió, al parecer alguien no había prestado atención a clases.
Era bueno conocer a algunas criaturas del bosque, a las dos Dríadas las habíamos conocido hace seis meses atrás, una de ellas me ataco cuando sin querer me tropese con sus raíces. Hace dos meses Nix me había traído al bosque para que conociera a sus nuevas amigas, Phigalia y Erato, ambas muy hermosas, era una pena que tuviesen que pasar en el mismo árbol hasta que éste muriera y ellas con el. Me detuve de golpe al ver como las ramas de un árbol se movían de forma brusca.
-Driope - le hable, ella debió reconocerme ya que salio del tronco de aquel gran árbol, esto era bueno, Driope era mucho más amable que Epimelia - Necesitamos un favor - ella se acerco a nosotras, su cabello marrón llegándole a la cintura, sus ojos negros nos miraban con cautela, su piel era de un verde oliva y traía un corto vestido de un tono musgo que cubría lo más importante.
-¿Yeá?- su voz siendo melodiosa, alce al Goblin y cuando ella lo vio dio unos cuantos pasos hacía atrás, si, lo sabía, ellas odiaban las cosas feas, pero ya era tarde como para buscar a algún otro ser que nos quisiera ayudar - Neén, see bloede.
-Por favor, es solo por esta vez ¿si? Prometo que nunca más te pediré que ayudes a una cosa tan fea, Zvaere- ella se lo pensó un momento y luego asintió - Gracias.
Con cuidado deje al Goblin en el suelo, la bestia me mordió la mano y quise maldecirlo, pero si lo hacía Driope tal vez no me ayudaría, el estúpido Goblin tenía lastimada una de sus puntiagudas orejas, pero eso me daba igual, la maldita bestia me tenía mucho más lastimada a mi, me aleje de él para que Driope lo pudiese ayudar.
-Cuidate Feroxzni - se despidió Nix moviendo la mano hacía el estúpido monstruo.
-¿Le pusiste nombre? - pregunté anonadada, ella me sonrió, suspire cansada -Va faill - me despedí de Driope, ella repitió las mismas palabras y se llevo al Goblin.
Ya caminando de vuelta al pueblo nos encontramos con Myl, él nos regaño en todo lo que restaba de camino. Papá y mamá estaban preocupados por nosotros, después de todo era un estúpido monstruo al que llevamos al bosque, uno muy peligroso si no fuera un simple cachorro, aunque los Goblins no crecían mucho y cualquiera podría parecer un "bebé". Nixie siempre me arrastraba a este tipo de cosas, solo porque no le gustaba que dañaran a las criaturas del bosque, los encontraba tiernos y lindos, hasta el Bugul Noz, esa hada del bosque era tan horrenda que hasta los animales lo evitaban, él gritaba en advertencia cuando iba pasando, porque si alguien lo veía se enfermaba de dolores estomacales, náuseas, fiebre, etcétera. Pero bueno, mi hermana era feliz ayudando a esas cosas y yo era feliz viéndola sonreír. Luego de tomar un baño, papá conjuró un hechizo para curar mis heridas, no eran tan graves, pero si dolían mucho.
-Buenas noches lindas - beso nuestras frentes antes de apagar la luz y salir de nuestra habitación.
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Glosario:
Maiestas: Majestad.
Non ut faciam: No hagas eso.
Sed, maiestatem tuam: Pero su majestad.
Ut dicis: Como usted diga.
Maiestas, non opus sit, Graham dicit enim esse inquit periculosum: Majestad, no puede hacerlo, Graham dice que es peligroso.
Nolite in sublime tolli: No te preocupes.
Im 'multo amplius potens quod, Scio quid faciam tib: Soy mucho más poderoso que él y se lo que hago.
Glosario Lengua Antigua:
Yeá: Si.
Neén, ess bloede: No, ser maldito.
Zvaere: (Se utiliza cuando haces un juramento, prácticamente dices Lo juro)
Va faill: Adiós.
Que o quien es:
Belenus: Uno de los Dioses de Eris, es el Dios del sol, del fuego y de la luz. Tiene el poder de la regeneración y la purificación. (Es un Dios celta)
Fachen: Conocidos como Fachen, Fachan, Fachin y Peg Leg Jack. Es un ser de medio cuerpo; tronco, de un brazo y una pierna, de plumas negras y con un hacha en la boca. Suele tener o un hacha o una cadena, destruye todo a su paso, odia a los humanos.
Goblin: Monstruo con orejas puntiagudas, colmillos y garras. Son peligrosos y atacan a los humanos.
Dríada: Ninfas de los arboles, con forma femenina. Son muy bellas y protegen el bosque.
Hamadríade: Ninfas de los arboles, parecidas a las Dríadas, pero están unidas a un único árbol y mueren si este es cortado.
Bugul Noz: Hada del bosque, muy feo, tanto así que hasta los animales lo evitan. Si lo ves, te sientes mal, te enfermas del estomago o te da fiebre. Él grita para advertirles a las personas que va pasando, y así no asustar a nadie. Es un ser bueno y gentil.
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