Capítulo 2
Despiste
⤜⤞ o ⤝⤛
Blind echa un largo suspiro, y aleja las fotos de la escena del crímen. ¿Por qué le es tan difícil unir las piezas en este caso? Ha tenido escenas más complejas, con lluvia, con granizo; accidentes..., con más de un asesino, ha resuelto homicidios plantados como suicidios ¿Por qué no puede con esto? Se sentía frustrado.
-¡Agh! ¿qué me pasa?
Habían rebuscado en todas partes y no encontraron absolutamente nada, ni una pequeña pista, quizá hubiera sido por la lluvia, talvez por el momento, por la distancia entre la víctima y el asesino, quizás hubiera sido porque las cámaras estaban dañadas, o porque cerca no se registraron testigos. Él no lo sabía, lo único que sabía era que tenía un caso sin resolver y ya hacían dos días que no había avanzado nada. Le dolía la cabeza.
A veces incluso pensaba en dejar el el caso así, total, Sander era un desalmado, pero su sentido de la justicia no se lo iba a permitir, Blind había sido entrenado para cumplir con su trabajo sea como sea, así que le tocaba buscar donde fuera, en cualquier esquina, una pista, algo.
Mientras Tesa se partía la cabeza pensando, Patrick entró a su pequeña oficina para traerle más papeles y fotos de las escasas pistas en la escena del crimen.
-¿Sabes? creo que nuestro trabajo sería más fácil si fuera como lo pintan en las series de televisión, esas en dónde sacar una huella no toma tanto tiempo y las máquinas hacen todo el trabajo. -Llega él, bromeando. Cuando Patrick era principiante, se impresionaba fácil, sus compañeros le decían que no daba la talla, que un día de esos saldría corriendo aterrado de una escena del crimen; sin embargo, ahora se toma todo a la ligera y ve la muerte como una gran broma.
El detective posa la mirada en su amigo, queriendo reír por la broma, sin embargo, su propia pesadez no se lo permite.
-Estoy intentando ver cómo sería mi vida en un reality show -suspira pesadamente-. Cuéntame, ¿qué encontraste?
-Las huellas de unas botas, es difícil definir el tamaño, me puede ser de talla nueve u ocho y medio... -Blind le interrumpe.
-¿Puede? -Patrick traga saliva.
-No estamos seguros, pero no parece que hubiera estado ahí antes de la escena del crimen, no tenemos cómo comprobarlo la lluvia se deshizo de todo, si no llegamos a tiempo es posible no haber encontrado nada. Tomamos unas cuantas fotografías para prevenir. -Patrick se sentía incompetente, no le gustaba dar tan poca información, pero por el momento era lo que tenía.
-¿Qué y dónde están ahora? lo guardaste ¿no?
-Al principio no le dimos mucha importancia, por la dirección de los pasos, pero luego les dije que te iba a avisar a ver si querías que hiciéramos algo al respecto, puede ser una pista.
-Pero claro que es importante, no tenemos ni siquiera una pequeña pista, eso nos puede servir de ayuda en algo.
-Bueno, en todo caso le tomamos fotos, incluso tratamos de marcarlo para confirmar el número del calzado, pero el agua no nos ayudó; tenemos suerte si volvemos y las huellas siguen ahí. Cerramos ese callejón, por si las dudas, las huellas no estaban tan cerca así que es posible que la escena sea más grande de lo que pensamos.
-Bien hecho, si ampliamos podremos encontrar más pistas.
-¿Has logrado algo?
-Nada relevante, lo único útil fue saber que el cartucho que encontramos fue de calibre 38.
-Pudo ser una Magnum.
-O una Smith.
-Pero eso nos habla del asesino -dice Patrick pensativo, al ver que su amigo no entiende, continúa-: es un arma útil para los novatos, recuerda que el 38 es el calibre de arma corta más preciso que existe.
-Ah, eso. Ya lo pensé, pero no descarta mucho. -Menciona con desinterés y luego mira al comisario-. Patrick, todos queríamos sacar a Sander del barrio, aquí todo el mundo tuvo motivos para matarlo, lo más probable es que fuera un novato, no necesito un cartucho para saberlo.
-Pero por lo menos eso puede descartar a los que estamos armados.
-¿Por quién lo dices? -cuestiona sospechando.
-Por nadie en específico, es solo que... Piénsalo, lo miembros del cuerpo utilizan la Taurus 40, tienen un buen manejo a la hora de armarse, y todos tienen experiencia en campo, ¿no crees que si hubiera un policía involucrado no tendríamos una escena tan desastrosa?
-Estás pasando por alto muchas cosas con esa deducción -contesta Tesa con calma, queriendo estar solo y poder pensar-
Según el forence, le dispararon de lejos, pero el casquillo, las marcas de lucha y los rastros de pólvora dicen lo contrario, además la posición del cuerpo y dónde estaba la bala... Todo el caso es un caos.
-Sí, cuando llegamos dió la impresión de un suicidio, pero sus manos estaban limpias, no había tomado un arma en las últimas horas. Es todo muy confuso. ¿Y en su cuerpo? ¿Supieron algo sobre los arañazos? Parecían recientes.
-Nada, quizá tuvo una pelea antes, o se rasguñó con algún objeto, el forence no me habló de eso, pero tendré que volver antes de mañana, se me han ocurrido un par de cosas.
-Mejor, Kamal fue a hablar con Francisco, le dije que te comunicara directamente si se enteraba de algo, de todas formas, si hoy no encontramos nada, mañana lo interrogaremos.
-Mánda a tomar más fotos en los alrededores, cualquier detalle cuenta. Cuando salgas cierra bien la puerta. -Le echó para seguir en lo que estaba.
Eran las tres de la tarde, Diana y Sol habían terminado de limpiar toda la casa. Sacudieron el polvo, fregaron la loza, reorganizaron los muebles y todo a su alrededor. Para esa hora el apartamento estaba totalmente reluciente. Ahora podrían cotillear en paz.
-Sí, claro, y yo soy Blanca Blancanieves -corta Sol con sarcasmo.
-Lo sé, no la soporto, y la muy barrial apuesta que es la última gota de agua en el desierto, me estaba discutiendo ¿Puedes creerlo?
-Luego las echan de los lugares, nadie las quiere contratar, y corren a buscar ayuda del gobierno: "Señor presidente, soy una madre soltera sin oportunidades, mis hijos están pasando hambre, vivo en una casa de madera necesito su ayuda, señor presidente".
-Sí, pero ve a ver cómo son en el trabajo, tratan a todo el mundo mal, incluso conociendo a la gente. Y no piensan en los hijos cuando están ganando dinero, tú las ves muy arregladas y peinadas, y los muchachitos todos sucios y con la nariz rebosando de moco. -dice Diana, sintiéndolo y a la vez molesta; siempre se irrita cuando hablan de mujeres descuidadas e ignorantes.
-Me disgustan ese tipo de mujeres que te miran con desdén y se creen más que tú, si supieran lo ridículas que se ven -critica la peliroja-. Con lo fácil que pueden perder su trabajo, sólo es hablar con el gerente y las echan el mismo día.
-No querida, ellas creen que son intocables.
-Oh, sí. -Sol lanza más leña al fuego.
-Lo único que espero es que ninguna se me venga a acercar cuando estén pasando trabajo, porque ya sabes cómo soy, no voy a tener ningún tipo de tolerancia, yo lo siento por esos niños, pero lo hubiera pensado mejor antes de tener tantos hijos. Y ninguno tiene papá, desde que salen embarazadas los hombres desaparecen.
-Eso es como un repelente para ellos, los hombres de hoy día no quieren hijos. -Ese comentario pone a Diana pensativa; duró seis años viviendo con Tesa y él nunca quiso tener hijos con ella. De nuevo, volvió a pensar en él.
Sol estuvo a punto de preguntar por el cambio de humor de su amiga, pero el timbre la interrumpió a tiempo. Viendo que Diana no pretende hacerlo, Sol se para y abre.
-Hola... vine a visitar -aparece Nohemí tras la puerta. Ambas amigas se asombran de su presencia, y más les impresiona la expresión para nada devastadora que tenían su rostro y voz-. Ah, hola Sol, pensé que no estarías aquí ¿No tenías que ir a la capital?
-Ehm... Sí pero... No, es decir, me comunicaron que no se iba a poder así que... vine con Diana.
-Qué bueno, ahora tienes más tiempo para hacer tus cositas. Si no has cobrado te recomiendo ir hoy, mañana habrá mucha gente.
-Sí, eso había oído -confiesa mirando a la nada-. Oye Nohemí, andabas desaparecida, con Diana hemos estado hablando de ti, fui a tu casa ayer y no estabas, quería verte antes de irme.
-Estaba con mi novio -habla la castaña fingiendo seriedad.
-Sí, claro. -grazna Sol
-¿Qué tiene?
-Tiene que es mentira.
-Envidiosa -Se burla Nohemí con su suave voz, ella, a diferencia de Sol, tiene siempre semblante sereno y habla con tono dulce y melodioso.
-¿De tí? Ya quisieras.
-Me amas -afirma, sentándose sin ser invitada.
-¿Estás bien? -pregunta Diana, quien se había quedado viendo a sus amigas conversar. Las demás se quedan en silencio unos segundos.
-Define bien.
-Deberíamos quitarle el título universitario -dice Sol a Diana y ambas ríen.
-Por lo menos tengo uno -responde Nohemí atacando a la equivocada.
-Yo también -ríe Solangie mirando a Diana.
-¡Oigan, no me ataquen! -reprende acomodando sus dorados cabellos- Deberían frenar su guerra.
-Hablando en serio ¿cómo estás? -pregunta ahora Sol y la mira con atención.
-Puedo preguntarte lo mismo -responde con evasivas. Cuando Nohemí está mal, suele ocultarlo cambiando de tema y evadiendo preguntas. No le gusta mostrar sus sentimientos.
-Ya no tienes que contestar, eso me indica que no estás bien ¿quieres que te sirva un poco de café? -ofrece poniéndose de pie con la proa hacia la cocina.
-Quiero que me ayudes a cocinar, hoy vendrán a visitarme y no quiero quedar mal, además estoy muriendo de hambre, no he comido en todo el día. -Sol se preocupó, por lo general, Nohemí despierta y desayuna temprano, sobre todo, es muy responsable con su desayuno. Si no ha probado bocado, es probable que esté muy mal emocionalmente.
Se entristeció; Sander era un desgraciado en su máximo esplendor, todo mundo estaba satisfecho con su muerte porque tenía al barrio en un miedo constante, trayendo y regando delincuentes como si fueran flores y el barrio un altar. Pero Nohemí no, Nohemí es la otra cara de la moneda; ella tiene limpia su ficha desde el primer día, no falta a la iglesia un domingo, se viste siempre de forma prolija, nunca la ha visto metida en peleas, su sola persona reboza de paciencia, siempre tuvo las mejores notas, es buena en todo.... Podría seguir sacando virtudes en su amiga de forma incansable y no lograba entender como dos personajes como esos pudieran tener la misma sangre ¡Y de una forma tan directa!. Sin embargo, aunque Sander fuera el mal echo carne, ella nunca desprecio a su hermano y siempre lo cuidaba cuando llegaba mal herido.
-Perfecto recién iba a mandar a comprar algo para la cocina - Diana muestra sus perfectos dientes perlados en una sonrisa agradable, a pesar del nudo en el estómago que le produce la conversación que se avecina. Eso hace que Sol aparte sus pensamientos.
-¿El chisme estaba bueno?
-En realidad sí, te criticábamos a ti, pero siempre tienes que dañar el momento. -Nohemí ríe en respuesta, pero siente raro ¿está Solangie tratando de compensar algo haciéndola reír? Sabía que era cosa de Sol andar bromeando con ella, pero hoy se esmeraba. Eso la llevó a una serie de pensamiento desagradables.
Por más que intentó no desconfiar de su amiga, Nohemí no pudo sacarse de la cabeza las últimas palabras que escuchó decir a su hermano:
«Le haré una pequeña visita a tu amiga la pelirroja.»
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