C A P I T U L O 21

R E N A C E R
_____Una historia.

-Okay, ¿qué hago?

-Hum... primero ayúdame a decorar

Asiento y me acerco a mi hermano, el se sienta en una silla y yo me siento a su lado.

-¿Por qué dices que el puesto será una sorpresa? todos deben saber que se te da la repostería -digo y el suelta una risilla

-Si bueno, em... el caso es que quería pedirte un favor... -dijo nervioso

-¿Uh? a ver

-¿Podrías hacer dibujos para decorar el puesto? se qué sabes dibujar bien...

-Oh bien pero primero te ayudo

Sonrío y tomó una cajita de cartón blanca haciéndole señal a Emilio de que me diga que debo guardar en ella.
Emilio igual sonríe y toma una cajita igual a la mía, en ella guarda un bombón, tres chocolates rellenos de cereza y por último un caramelo.

-¿Tu los cocinaste todos? -pregunto maravillada

-Si, con ayuda de mamá -responde

Mientras guardamos los dulces en las cajitas hablamos de forma normal, Emilio se ve muy lindo con su sonrisa.

-Emilio... no puedo recordar nada

Emilio se detiene

-¿Eh? ¿a qué te refieres?

-Es como si esto sólo fuera un sueño... siento que nada es real

-Si esto no es real ¿entonces que es?

Me levanto y volteo a ver a Emilio, me mira preocupado no molesto sólo preocupado...
Emito un sollozo, siento que yo no debería existir en un mundo tan perfecto, no quiero estar aquí ya...

-Emily... no llores tranquila -dice y se levanta a abrazarme -yo también tuve ese sueño

-¿Sueño?

-Ayer te sacaron del hospital y despertaste hoy...

-¿El... hospital?

-Estuviste en coma por dos años

-¿Qué? ¿pero por qué?

Emilio tomó mis manos y me miro a los ojos

-Salimos a visitar a un amigo mío, fuimos a otro vecindario pero había un enfrentamiento cuando me disponía a llevarte lejos para que no te pasara nada una bala alcanzo tu cabeza... -la lágrimas se le salían - cuando fui a verte al hospital por primera ves estaba Eden a tu lado, no era enfermera ni doctora y ahí supe lo que realmente era.

-¿Y qué era?

-Eden era tu ángel guardián -sonrió.

-¿Y por que esta aquí? se supone que los ángeles guardianes no se dejan ver

-Ese es un asunto extraño, Eden estaba enamorada de Dylan, ¿Dylan lo viste también en tu sueño? -pregunta y asiento con la cabeza -Dylan tenía una enfermedad que le afectaba la sangre -hizo una pausa -el murió, dormía en la cama que estaba al lado de la tuya.

-¿Entonces? ¿cómo es que Dylan estaba con nosotros hace un momento?

-¿He? no había nadie más que tu, Eden y yo

-¡Claro que si! allí estaba Dylan, con Eden -respondo exaltada

-Oye, cálmate

Salgo corriendo del salón, Dylan no puede estar muerto.

-¡Emily!

Corro por las escaleras y antes de que pueda dar un paso más veo a alguien delante de mi, Emilio me a perdido de vista, frente a mi esta Dylan mirándome.

-Lo siento -dice -sólo quise una segunda oportunidad y la desperdicié, lamento haber arruinado tu sueño

-Dylan... ¿de verdad estas aquí?

-Podría decirse pero sólo tu puedes verme, tu talento te lo permite. Eres de los pocos que pueden vernos a los muertos.

-Sólo quiero verte a ti, no me importa ningún otro muerto

Dylan se sorprende con mi respuesta y mira mis ojos ¿que tan diferente me veo? Luego sonríe. Recuerdo la timidez de Eden el frágil pero oscuro Emi, luego esta el Dylan frío, mi cabeza comienza a doler y la presionó con mis manos.

-No es bueno que recuerdes cosas tan rápido

-¿Quién es el verdadero Emilio?

-Este, el otro sigue siendo de tu imaginación.

-¿Entonces puedo traerlo cuando quiera?

-Si

Sonrío, puedo tener una mejor vida ahora, comenzar desde cero y tener un final feliz al fin.

-Yo ya debo irme

-¿Eh?

-Quiero alcanzar el cielo, discúlpame con Eden, deje una carta para ella antes de morir.

-¡No! ¡espera!

Me dispongo a correr hasta el pero desaparece de mi vista, en su lugar pequeñas partículas de luz danzan hasta desaparecer, en el suelo la carta de la que me habló, la sostengo y una lagrima cae por mi mejilla.

-No... Dylan...

-¡Emily Luna!

¿Así le apellidaba...? qué extraño apellido. Volteo a ver a Emilio con las lágrimas desbordando se de mis ojos, Emilio me levanta y golpea mi mano.

-¡¿Cómo se te ocurre irte de esa forma?!

-Lo siento...

-Le contaré a mamá, estas en problemas ¡no puedes salir corriendo si no recuerdas nada!

Me quedo parada mirando hacia abajo, al darse cuenta de que estoy triste suspira y me abraza cubriendo mi rostro con su pecho.

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