Secuestrada por un Payaso

❝La confianza es el sentimiento de poder creer en una persona incluso cuando sabemos que mentiríamos en su lugar.❞
–Henry-Louis Mencken

𝐋𝐋𝐄𝐕Á𝐁𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐀𝐋 𝐑𝐄𝐃𝐄𝐃𝐎𝐑 de 20 minutos esperando al querido amigo de Luffy, y estaba comenzando a creer que o el vaquero era un esquizofrénico y se lo había inventado, o lo habían traicionado.

Sinceramente no se cuál es peor.

──¿Cómo pudiste cargarme? ──preguntó Zoro de repente, rompiendo el silencio que había inundado el barco durante la espera.

──Disculpa, ¿qué? ──respondí, con la genuina confusión iluminando mi rostro. ¿Y este de qué carajos habla?

──Durante el escape ──"durante mi búsqueda" debió haber dicho, era más acertado──, tu me cargaste con una cinta rosada.

El recuerdo llegó a mi mente como un choque, así mismo como la sensación de mariposas cuando su mirada se conectó con la mía.

Creí haberlas ahogado, ¿revivieron o son zamuros?

──Oh eso ──exageré mi expresión, buscando qué explicación atribuirle. Era claro que no le diría la verdad──. Es que eres muy flaquito.

Okey, se que fue una excusa de mierda pero, ¡hey!, hago lo que puedo con lo que tengo.

Su expresión indicaba que se avecinaba otra pregunta, y como alma que se la lleva el diablo me alejé de él y me acerqué a Luffy. No más preguntas por hoy, lechuga.

──¿Enserio crees que soy flaquito? ──escuché como Zoro le preguntaba a Nami.

Les juro que estoy haciendo mi máximo esfuerzo para no reírme.

Nami parecía querer lanzarlo del barco, esta suficientemente estresada con el retraso causado por culpa del amigo de Luffy como para responder a preguntas, mucho más si no tenían contexto.

La pelirroja sólo miró de arriba a bajo a Zoro, examinándolo,  y después de unos cortos segundos respondió con total seguridad.

──Sí. ──se limitó a decir y se alejó del indicado Zoro.

Con la expresión de Zoro y la respuesta de Nami, ya se me era imposible encarcelar mi risa, así que no lo hice.

Solté una fuerte carcajada mientras me volteaba hacia Luffy, el cual estaba demasiado absorto en sus pensamiento como para estar al tanto de la situación a sus espaldas.

Dos horas, dos malditas horas llevamos esperando al amigo de Luffy y nada que llega, me estoy volviendo loca.

──¿Seguro que vendrá? ──pregunté por enésima vez hacia el vaquero, rescostándome en el borde del barco, mejor me ponía cómoda, esto va pa' largo.

──Claro que si──repitió por enésima vez Luffy, en ninguna de las veces en las que le preguntaba, su confianza y seguridad decayó. Él estaba completamente seguro de que su amigo vendría, debían conocerse desde hace años para tenerle tal confianza.

Me encantaría poder confíar en alguien así.

──¿Hace cuánto conoce a su amigo? ──me preguntó Zoro, quien estaba parado al lado mío, lo hizo con cautela y discreción, en tono bajo que se perdía entre el sonido de las olas chocando con la madera del barco.

Se notaba que no quería que nadie supiera de su pregunta, salvo yo.

Es una lástima que se la tenía cobrada desde el susto durante el escape.

──¡Hey, vaquero! ──llamé la atención de Luffy, quien inmediatamente volteó en mi dirección -con el ceño levemente fruncido ante el apodo-. De reojo noté la mirada inquisitiva de Zoro, esto sería divertido──. Zoro pregunta desde hace cuánto conoces a tu amigo.

Los ojos marrones de Zoro se clavaron en mi una vez las palabras salieron de mi boca, si aquellos ojos fuesen cañones, estaría fusilada en estos momentos.

Nami notó la situación, y de fondo se veía como trataba de contener la risa, escondiendo sus carcajadas tras su mano.
Pero Luffy no parecía entender la situación.

──¡Traidora! ──susurró Zoro, ofendido.

Solo me límite a verlo con una sonrisa inocente, como si nada. Lo siento, Zoro pero, en mi defensa, soy escorpión.

──Oh, lo conozco como hace dos días, creo. ──respondió Luffy tras pensarlo unos segundos, dudando un poco de su respuesta mientras se rascaba la barbilla.

¡¿QUÉ?!

Si tuviera algo en mi boca lo hubiera escupido del asombro.

──¡¿SOLO DOS DÍAS?! ──preguntamos todos a la vez. Casi media hora esperando a un extraño al que Luffy decidió titular "su amigo".

Comienzo a dudar de si Luffy realmente analiza en quien confían o solo se deja llevar por su instinto.

──Luffy, es hora de irnos, la Marina nos esta buscando. Tu "amigo" tendrá que quedarse. ──sentenció Nami, tomando el control de la situación como dueña del barco.

"Que se joda tu 'amigo', no iré a la cárcel por él", fué lo que dijo, pero en palabras más sutiles.

──¡No podemos dejarlo, es mi amigo! ──sip, definitivamente Luffy tenía la percepción de la realidad alterada.

Luffy siguió protestando, obviamente, pero entre su discusión, escuché unos pasos llegar.

Las tablas de madera se movieron, provocando un sonido sutil, pero presente.

Ví a un chico rubio llegando, por dios tenía el peor corte de cabello que le pudieron hacer.
El barbero debía haberlo odiado para dejarlo así.

Suponiendo que era el tan esperando amigo de Luffy, hize mi mayor esfuerzo (mentira) para aclamar mis risas.

Imaginarán mi sorpresa cuando sacó un arma y nos amenazó.
Tal parece que no era tan amigo de Luffy.

Me acerque a la escena con cautela, escondida tras el cuerpo de Zoro, usándolo como escudo.

Ya saben, por precaución.

──¿Qué le pasó en el cabello? ──pregunté con sutileza, con las risas al borde de mis labios.

──¿Te gusta? Es mi obra maestra. ──dijo Zoro con orgullo, dando a entender que la intención del corte fue, desde el comienzo, que quedara horrible. Cumplió su cometido.

Dando a conocer, además, de que no era el amigo de Luffy, sino otro de los enemigos de Zoro.

Aunque, ahora que lo pienso, el nombre de Zoro se me hace conocido. ¿Dónde lo escuché antes?

──Deberías montar una barbería, verdecito. Tienes talento. ──le dije con burla, dejando mis teorías y la búsqueda de recuerdos en mi mente para después.

Pude notar la sonrisa oprimida del nombrado mientras rodaba los ojos.

«Pronto cae.» pensé.

──¡Silencio! ──gritó el hongo, pero la orden fué directamente enviada hacia el hombre a mi lado, lo noté por la mirada furiosa y amenazadora que el rubio portaba en sus ojos.

Por otro lado, Zoro lo miró con cansancio, aparentemente demasiado acostumbrado a estas situaciones como para inmutarse.

──Los entregaré a la Marina, mi padre estará orgulloso de mi, y Michele me pedirá que nos casemos. ──en ese momento, con las palabras tan fantasiosas del contrario, salí de mi trance mental y algo hizo clic en mi cabeza.

Ese pelo de hongo, era el maldito que me acosaba y hostigaba cada que iba a la Marina.

Nunca pude matarlo debido a su estátus y el riesgo que significaría para mi coartada.

Pero esa coartada ya no existe, y no hay nada que se interponga entre su cuello y el filo de mis estiletes.

Nada excepto un fornido brazo.

Zoro obstruía mi camino, y el deseo de cortale el brazo cruzó por mi mente.

Nadie se mete en mi camino de matanza, eso no se hace.

En el momento en que iba a protestar por la intervención, un sonido seco se escuchó en el lugar.

──¡Kobby! ──gritó Luffy con euforia, ignorando por completo el marinero desmayado que estaba es sus pies.

Debo admitir que, para cometer tal azaña, el autor de la acción estaba más asustado que un camarón a punto de ser hervido.

──Sigo sin creer que estuvimos esperando por media hora al amigo del tonto ese, para que se quedara. ──expresó Zoro con resentimiento por, ¿quinta vez? sinceramente ya perdí la cuenta de sus quejas.

Desde que nos embarcados lo más lejos posible de la Marina para acercarnos al centro de mi corazón (el mar), Zoro seguía quejándose del tiempo perdido.

──Se quedó para cumplir su sueño, el sueño que se había planteado desde antes de conocer al vaquero, no podías esperar que lo dejara de largo. ──le respondí, diciendo lo mismo que desde hace dos horas pero con otras palabras.

──Lo sé, pero... ── y aquí vamos de nuevo, quejas interminables seguían saliendo de su boca.

Al que lo calle le doy un beso, se lo prometo.

──¿Sabes? Voy a ir a ver cómo van la zanahoria y el vaquero con la caja fuerte. ──le dije, encontrando la excusa perfecta para irme.

No me malinterpreten, no es que no quiera pasar tiempo a solas con ese guapo, es solo que..., llevo tanto sin socializar o hablar de verdad con otras personas -sin intenciones de estafa por el medio-, que me resulta abrumante hacerlo de nada.

Entonces prefiero escapar, tal como lo hice de mi casa, como lo hice de él y como lo hago de la Marina y cazarecompensas.

──¿Cómo van? ──pregunté, hacia la zanahoria y el vaquero, encontrándolos uno encima del otro──. ¿Interrumpo algo?

Luffy me miró con una sonrisa inocente y me respondió en negativa, parecía no comprender la pregunta de doble sentido.
En cambio, Nami si la entendió, y con molesta se quito al del sombrero de paja de encima.

──¿Te lo podrías llevar? Estoy tratando de abrir la bóveda y su inquietud no me lo permite. ──explicó Nami, más como una súplica que una pregunta, parecía claramente estresada.

¡Y cómo no estarlo! Salimos del puerto a las 5pm, ahora son las 8pm y aún ni abrimos la bóveda.

Solté una leve risa. Últimamente me rio mucho y comienzo a sentir que las mejillas me duelen por eso.

──Vente Luffy, deja a Nami trabajar. ──le dije al sombrero, tomándolo del chaleco rojo.

Me sorprende lo liviano que es el vaquero.

──Entonces me lanzó su maso, pero yo lo esquivé y la golpee, ¡así! ──Luffy fingió un movimiento de golpe, recreando la escena──. ¡Entonces salió volando! Tomé a Kobby y nos fuimos de ahí.

──Eso es increíble, Luffy. ──le respondí, jugando con el filo de mis estiletes.

Mientras Nami trataba de abrir la bóveda y Zoro dormía, yo ejercía el papel de niñera, escuchando la historia del cómo Luffy y su amigo cuatro ojos se conocieron.

Con representación teatral, cabe aclarar.

──¿Ustedes qué hacen? ──preguntó Zoro, por su voz se notaba que estaba recién levantado.

Válgame dios, pero esa voz.

──¡Le estaba contando a Tan, el cómo conocí a Kobby! ──le explicó Luffy, sumamente emocionado y con una sonrisa gigante en su rostro──. ¿Quieres escuchar?

El vaquero estaba listo para contar la historia de nuevo, se colocó en posición y todo.

Esperen, ¿"Tan"? ¿Me acaba de llamar por un apodo?

Odio los apodos, nadie me llama por apodos, solo "La Dama Roja" y porque suena cool.

──¡Lo Logré! ─el grito de Nami desde afuera llamó la atención de todos, interrumpiendo mis pensamientos.

De inmediato, todos salimos al exterior del barco, en busca de la causante del grito.

Nami sostenía el mapa entre sus manos, orgullosa de su azaña. Zoro buscó en la bóveda algo más... monetario.

──¿Eso es todo? ¿No se supone que en una bóveda debe haber oro y joyas? ──preguntó Zoro, rebuscando entre los papales de la bóveda.

──Esto vale más que las joyas, es conocimiento. ──respondió Nami, sosteniendo el mapa con firmeza.

Por mi parte, revisé los papeles de la bóveda, sin ninguna intención oculta en ese momento. Hasta que me encontré con información incluso más valiosa, información comprometedora que sirve para sobornar.

Mientras tomaba los documentos, un polvo rojo cayó del cielo, tiñendo mis manos de un rojo pálido.

Esto se me hace familiar.

Un estruendo retumbó en el barco. Todos miramos confundidos a nuestro alrededor, buscando el causante.

Cuando subí la mirada, Zoro y Nami se desmayaron, no se a dónde estaba Luffy. El sueño que inundó mi cerebro me impedía pensar con claridad, luchaba con mantener los ojos abiertos, pero se me era imposible.

Lo último que ví fue un barco pirata, su barco pirata.

Holaaa, ¿les gustó el capítulo? Recuerden que si les gusta como escrito y Harry Potter tengo una historia en mi cuenta jsjs

Pido perdón por si no he podido representar correctamente la personalidad de Zoro, así que pofa díganme cómo voy 😭

Recuerden que ellos se conocen hace unas horas, así que lo que siente Tanwen es atracción, no le gusta o esta enamorada. Espero eso se entienda 😃

Nos veremos pronto, junto a cierto payaso, ¿emocionad@s?

Los quiero, bay 💗

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