Recuerdos del Pasado
❝La decepción duele, pero más duele el recuerdo de la misma.❞
𝐔𝐍𝐀 𝐒𝐔𝐀𝐕𝐄 𝐂𝐀𝐑𝐈𝐂𝐈𝐀 me arropaba la mejilla, la mano era extrañay exageradamente más grande que la mía pero, aún así, me reconfortaba, brindándome seguiedad y amor, como si nada malo pudiera tocarme mientras estuvira con él, el responsble de mis caricias.
──Creí que te habías quedado dormida. ──me decía aquel hombre, aquel que no veía desde hace tantos años.
Al principio no creía lo que mis ojos veían, no podía ser él. Pero su voz era la misma, su mirada con ese amor oculta en ella, y su aroma, una mezcla de mar, arrena y ron me inundaban las fosas nasales.
Era él, no cabía duda.
Quería decirle tantas cosas, hacerle tantas preguntas, pero ninguna me salía de mis labios, el nudo de mi garganta aprisionaba mis palabras con fuerza en el fondonde mis cuerdas vocales.
Él seguía hablando, consolándome de una pesadilla que no había tenido, como si de un monologo se tratase. No me molestaba, siempre hablaba yo cuando estábamos juntos, quería escucharlo a él, antes de volver a olvidar cómo sonaba su voz.
──¿Vez aquella estrella? ──me preguntó de repente, sacudiendo mis pensamientos. Mi mirada se enfocó en su dedo lleno de anillos y el como señalaba a la nombrada.
La estrella iluminaba la oscuridad de la noche, era la única presente, como si hubiera sido la única valiente de salir y esperar con paciencia a sus hermanas. Ni siquiera la luna se asomaba aún, solo brillaba ella, la primera estrella de la noche.
──Es fácil de ver, porque es la única que sale a principios de la noche ──me explicaba él, con aquel tono paternal que te hace creerle y admiar cada palaba que sale de sus labios──. Te regalo esa estrella, mi flor roja, cada vez que la veas, sabrás que estaré cuidándote aún si no puedes verme, su existencia será la prueba que papá estará siempre contigo.
Sentía mis ojos picar cuando me besó la frente, quería llorar, llorar y crear un nuevo océano con mis lágrimas, lanzarme a sus abrazos y ahogar mis sollozos en su cuello.
De repente, el esenario cambió, ahora me encontraba corriendo al mar, persiguiendo un barco.
Ya no había rastros de ese sentimiento de seguridad y confort, solo miedo, angustia y desesperación.
Mi mente y recuerdos eran confusos, sabía lo que pasaba pero, aún así no lo entendía del todo. Era difícil de explicar y aún más de vivir.
Solo me limitaba a correr, correr con la esperanza de saltar y llegar a ese barco.
¿Por qué lo quería alcanzar?
──¡PAPÁ! ¡NO TE VAYAS! ──gritaba, sientiendo el agua bañar mis pies y agregarle peso a mi vestido. Los recurdos llegaron de golpe a mi mente y, con eso, las lagrimas──. ¡PAPÁ, NO ME DEJES! ¡SERÉ BUENA HIJA, LO PROMETO! ¡NO ME ABDONES!
Seguía gritando y seguía corriendo, pero la dificultad crecía con cada paso que daba, el agua me pesaba y mis lagrimas solo lo hacían crecer.
El barco seguía alejándose, no importaba cuánto corriera.
No, no, no me dejes, por favor.
──¡PAPÁ! ──grité, grité hasta que me doliera la garganta, quería seguir corriendo, pero el barco seguía andando sin intención de detenerse──. Papá, no, yo aún no te quiero, no me dejes.
El barco se volvió una mancha en el horizonte, demasiado lejos como para poder alcanzarlo.
Me tumbé en el agua, provocando que me llegara hasta un poco más arriba de la cadera.
Grité su nombre una y otra vez; grité y supliqué que diera la vuelta y regresara, que me abrazara y dijera que todo estaba bien, que jamás se iría de mi lado.
Pero eso no pasó.
En cambio, solo tuve el recuerdo de su mirada cargada de pena e impotencia acuchillándome como espadas y el mar y la luz de la única estrella de la noche acompañando mi sufrimiento, acompañamdo mi dolor pero, sobretodo, acompañando mi decepción.
Abrí los ojos de golpe, encomtrándome esta vez con la oscuridad de una caja de madera.
Fué un sueño, o mejor dicho, una pesadilla. No pude evitar soltar un suspiro cuando procesé que no estaba en el agua, que estaba en tierra, ¿una caja?
Entiendo que me digan "muñeca" pero esto ya es demasiado.
¿Entienden? Porque las muñecas las guardan en cajas.
¿Si? ¿No? Ya, mejor me callo.
──¡Tanwen! Al fin despiertas ──me recibió un vaquero con sombrero de paja frente a mi──. Por un momento creímos que te habíamos perdido, hasta Zoro se asustó.
──Claro que no. ──contradijo rápidamente un chico musculoso de cabellos verdes a unos pasos frente a mi -aunque tampoco es que hubiera mucho espacio en esta micro caja-.
──Claro que si ──volvió a defender su declaración anterior el de sombrero de paja──. Yo te ví, hasta Nami te vió.
Por un momento estuve a punto de preguntar quién era toda esta gente, hasta que en medio de su, absurda, discusión, los recurdos de hace unos días aparecieron de golpe.
La bóveda, el mapa, la persecución, miradas absorbentes, peleas, secuestro, payasos.
Esperen, ¿payasos?
¡Mierda, Buggy!
──Tenemos que salir de aquí. ──informé con autoridad, parándome tan rápido que me marie. Yo ya no estoy para estos trotes.
──Vaya, ¿cómo no se nos ocurrió? ──preguntó Nami con ironía. Uy pero que mal humor.
──Tal vez porque son un dúo de vegetales y un grangjero. ──respondí en su mismo tono, mirándola desde arriba con superioridad y una sonrisa de labios cerrado. Ventajas de ser más alta que ella, supongo.
En medio de la batalla de mieradas que se produjo entre la zanahoria y yo y la cual, obviamente, estaba ganando, una música de circo comenzó a sonar.
──Joder, pero estoy más salada que cola de sirena. ──comenté, para nadie en particular, viendo como las tablas que conformaban nuestra "prisión" se iban cayendo.
No me había molestado en buscar mis armas, sabía que él me las había quitado. No es tan listo como para cambiar su modus operandi.
Cuando cayeron por completo, la carpa de un circo nos recibió, junto com más música de circo y diversos espectáculos de "fenómenos" como decía el narizón.
──No soy experta en circos, pero que pésima coordinación grupal ──dije casi sin pensar, con voz de un crítico de comida, ganándome la mirada incrédula de mis compañeros criminales──. ¿Qué? Es la verdad.
Ni una sola mentira había salido de mi boca con la anterior frase -lo cual es un milagro por el cual nadie me ha felicitado-, ya que no existía una armonía entre los actos que estaban haciendo los raritos.
Cada quien hacía su acto sin tener en cuenta al de al lado, provocando que parezca un conjunto de ensayos individuales antes que un show en conjunto. Sin mencionar que las luces entraron tarde.
Pésimo trabajo.
Y parecía que alguien compartía mi opinión.
──¡Basta, basta! ¡Eso fue horrible! ──gritó Buggy entrando al lugar, claramente furioso por los evidentes errores de sus fenómenos.
Mientras enumeraba los errores de los mismso, me puse a detallarlo, quería ver si había cambiado algo en los últimos años.
Creo que su nariz esta más grande, ¿o sigue igual?
──Escúchen todos, soy Roronora Zoro, el cazador de piratas ──se presentó el vercedito, dando un paso hacia adelante y mirando a todos de forma amenazante──, les perdonaré la vida si nos liberan.
Pero que frase de mierda. Esperaba algo más intimidante no..., eso.
Los del circo parecían compartir mis pensamientos, debido a que estallaron en risas que Buggy guiaba. Me maldije mentalmente al conjeniar tan rápido con ellos.
Luffy se metió a la conversación burlándose -conciente o no- de la nariz de Buggy y hacienfo constante referencia a su ignorancia y, por ende, falta de miedo ante el payaso.
Seamos sinceros, es un payasao y es Buggy, lo menos que te da es miedo.
Solté una leve risa sileciosa en el proceso, traté de ocultarla al mover mi rostro a un costado, alejándolo de la conversación. De por si estaba detrás de Nami y Zoro, haciendo todo lo posible para que Buggy no me reconozca.
Justo en ese momento, noté que habían otras personas en el lugar, haciendo el papel de "público".
Pero algo no estaba bien, tenían un aspecto esquelético y sucio, reían y aplaudian pero su mirada reflejaba temor, casancio y gritos de ayuda.
La mirada del "público", era una mirada de alguien que prefiere que lo maten antes de seguir viviendo así.
Reconodería esa mirada en cualquier parte, pues alguna vez tuve esa mirada.
──Debemos sacarlos de aquí ──murmuré por lo bajo, de forma que solo los vegetales que hacían la función de escudos humanos me escucharan──. Algo no esta bien.
Pero no conté con que Buggy me escuchara, cuando mi voz llegó a sus oídos, casi inmediatamente giró su cabeza a mi dirección.
Su mirada se iluminó más que los reflectores del lugar.
──Oh, pero miren a quién tenemos aquí ──habló el narizón, alzando los brazos para mayor dramatismo, sin apartar en ningún momento su mirada de la mía──, pero si es la hermosa de Tanwen.
No pude evitar esbozar una sonrisa egocéntrica. ¿Qué les puedo decir? Vivo del egocentrismo y ego.
O eso quería hacer parecer, es mejor quedar como egocéntrica que como asutadiza, o por lo menos frente a él.
──¿O debería decir... La Dama Roja?──mi sonrisa desapareció una vez escuché esas palabras salir de sus labios pintados.
Mierda.
Hiii, qué tal el capítulo?
Bien? Mal? Corto? Igual de Siempre?
Al fin Buggy y Tanwen se encuentraaaan ¿Qué creen que pasó entre ellos?
¡Quiero leer sus teorías!
Pero, ahora, Zoro sabe que Tanwen es la Dama Roja, ¿qué pasará?
LA HISTORIA ESTA CERCA LAS 12K VISTAS 😭😭😭♥♥♥
Los amo muchísimo, gracias por eso.
Gracias a este gran logro (es la historia más famosa que tengo) haré un especial 2×1 + nuevos gráficos + Playlist.
Los amo, nos vemos pronto 💗
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