Atrapados como Ratas

❝Lo nuestro fue tan breve y tan intenso, que fué suficiente como para que te quedaras grabada para siempre en mi recuerdo.❞

Zoro's Pov

𝐀𝐐𝐔𝐄𝐋𝐋𝐀𝐒 𝐏𝐀𝐋𝐀𝐁𝐑𝐀𝐒 me cayeron como un balde de agua fría.

Tanewen, ¿era la Dama Roja?

La maldita asesina que llevaba buscando desesperadamente, casando por cada rincón de los mares, rastreándola y explotando todas las pistas, reales o no, que encontrara de ella. Ahora estaba ahí, justo a mi lado.

──¿Qué ha dicho? ──pregunté, mi mirada en la mujer a mi lado, podía sentir mis dientes rechistar de la furia, si tuvieta mis katanas ya la hubiera cortado en pedazos. Aunque daba igual, podría matarla a golpe limpio.

Ella se alejó de mi, a paso lento. Notando mi ira en en mi mirar.

Alzó la barbilla, su ojos marrones se clavaron en los míos, fugaces, fuertes, tercos y con el espíruto guerrero flamiante en su iris.

Quería arrancarle ese brillo fugaz en un movimiento.

──Oh, pero ¿qué tenemos aquí? ¿Peleas maritales? ──habló el payaso, no sabiendo hacer más que comentarios estúpidos.

Lo miré de reojo, sin importarme realmente sus palabras, notando la molestia en el cuerpo del payaso.

Puños apretados, sonrisa forzada, labios apretados. ¿Y éste por qué esta tan furioso?

¡En todo caso el enojado debería ser yo!

Y lo estaba, claro que lo estaba.

Estaba a punto de lanzarme contra ella, la tenía a solo un paso de mi, nunca más cerca que antes. Tal vez me había ganando antes en una batalla, pero no lo haría ahora que no portaba ningún arma, por fin tendría su cabeza.

Noté como ella estaba en posición de peleea, debió notar mis intenciones, mi sed de sangre, su sangre. Ella sabía quién era yo todo este tiempo y fingió no hacerlo.

¿A qué jugaba?

──¿Qué quieres de nosotros? ──preguntó de repente Nami, haciendo de escudo entre La Dams Roja y yo. Entrometida de mierda.

Sus palabras parecieron recordarnos a todos dónde estábamos, en un secuestro. Parecía que hasta el payaso lo había olvidado.

──¡Oh, pero claro! ¿Dónde estan mis modales? ──dijo el payaso, juntando sus manos y esbozando una sonrisa, respondiéndole a Nami pero sin apartar, ni por un segundo, su mirada de T̶a̶n̶w̶e̶n̶, la Dama Roja──. Los traje aquí, porque quiero el mapa que ustedes me robaron.

¿Ellos dos qué se traen? ¿Son alíados? ¿Todo fué un plan de su parte? ¿Ella sabía todo desde un principio?

Mis dudas sin respuesta permanecieron así, siendo opacadas por las palabras repentinas de Nami, quien dejó de ser un obstáculo entre La Dama Roja y yo, se acercó cautelosamente hacía Luffy, y en un movimiento rápido lanzó su sombrero de paja por los aires antes de salir corriendo.

Oh, genial. Una traidora cobarde más.

Tanwen's Pov

Mis brazos dolían como el domonio, y cada intento de zafarme de sus cadenas era una autotortura estúpida.

Les explico, después de que Buggy -mi ex que traicione pero, historia para otro momento- revelera mi identidad, Zoro estaba aparentemente furioso ¿la razón? Sabrán las sirenas.

Pero, lo más importante, el plan de escape y abandono de Nami -donde solo estaba incluida su cabeza de zanahoria-, falló completamente, fué humillantemente triste.
Resultando en que ahora estemos todos aquí, encerrados y enjaulados en tontas trampas de circo, escuchando de fondo los gritos desgarradores de Luffy.

A pesar del inminente dolor en mis brazos, mis insultos hacia el cara pintada eran, casi en su totalidad, por torturar a Luffy.

O sea, él se ve como un tonto confianzudo y soñador con complejo de niño de cinco años, pero fué el primero en hacerme sentir incluida en un grupo de piratas ¿okey? Le tengo cierto aprecio a su infantil actitud, es lógico que me moleste que lo torturen a tal magnitud.

Como cuando rescatas a un perro callejero.

──¿Por qué a ustedes les tocaron las trampas cómodas? ──me quejé de repente, casi hablando en voz alta sin querer. Tratando, desesperadamente, de apaciguar los gritos de sufrimiento del vaquero.

Yo estaba atada de brazos al techo, con mis pies sobre una, ridículamente diminuta silla, mientras Nami estaba cómodamente sentada en una jaula y Zoro andaba de exhibicionista frente a mi, atado de brazos y piernas a un tiro al blanco.

──¿Te parecemos cómodos? ──preguntó Nami, claramente ofendida.

──¿No es el caso? ──contraataqué, dando micro pasitos en puntilla en mi silla, para poder verla directo a la cara──. Porque si estas incómoda, con gusto cambiamos. Me encantaría sentarme unos cinco malditos segundos.

Nami rodó los ojos, claramente harta de mis quejas sin sentido pues, al final del día, los tres estábamos secuestrados y despojados de nuestras armas.

Aunque no por mucho, nadie había atrapado a la Dama Roja, y hoy no sería la excepción.

Después de todo, adoro los escapes sangrientos.

──Tres sogas, cuatro sogas, cinco sogas buscó el ahorcaaado, antes de conseguir la perfecta para su cuello colgar...──taradeaba mientras movía mis pies con cuidado, callando con mis cantos el sonido del metal de mi pulsera cortando la soga.

──Cállate de una maldita vez. ──me exigió Zoro, mirándome con la ira y estrés que encarcelaba un bello mirar; o eso quería suponer.

──Tan divino, Zoro, debes tener a todas como locas en tu hogar. ──le reproché con el sarcasmo bañando mis palabras, entrecerrando los ojos a la par.

──Cállense los dos, pelean igual que un viejo matrimonio. ──intervino la zanahoria, dejando momentáneamente su labor de tratar de abrir la cerradura que la mantenía prisionera.

"¡Claro que no!" respondimos los dos, en una sincronía perfecta que parecía ensayada.

Pero que estupidez, ¿yo? ¿casada con él? Tal vez unos cuandos besos aquí y allá o un deslizón, pero, ¿casados? Soy demasiado enemiga del compromiso y de la responsabilidad sentimental como para albergarme en tal importante y encarcelero estilo de vida.

Un suspiro me sacó de mis pensamientos -últimamente eso pasaba mucho, ¿es así cuando estas rodeada de otras personas?-, el suspiro era de Nami, la cual nos miraba de una forma casi suplicante.

──Escúchen, entiendo que no se llevan bien, aunque no se el porqué ──oh, creeme Nami, somos dos ignorantes del tema──, pero necesito su ayuda para poder salir de aquí.

──¿Esperas que confiemos en ti? Escapaste a penas tuviste la oportunidad.

Asentí ante las palabras de Zoro, como si yo no hubiese hecho lo mismo si habría tenido la oportunidad.

──Él verdecito tiene un punto. ──ambos me miraron mal ante mis palabras, pero casi de inmediato Nami retomó su monólogo de convencimiento.

──Entiende, estábamos rodeados, era una pelea sin sentido. ──explicó Nami, dándome un sutil vestigio de sus pensamientos.

Parecía una chica que actuaba siempre con la cabeza, demasiado arraigada a la verdad para ver algo más. Esos eran el tipo de pensamientos que alguien a quien la realidad le golpeó muy duro de nuy jóven. ¿Qué ocultas, Nami?

Hi💗

VIERON LA NUEVA PORTADA?! BELLA

¿Les gustó el capítulo? Espero que si, me esforcé mucho en él 😠

¿Cuál creen que fue la traición de Tanwen a Buggy?

¿Lo de Zoro es ira o celos? ¿Qué dicen?

Tanwen y sus apodos, ¿cuál creen que le ponga a Ussop?

Los amo, baay 💗

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