Los Nigromantes
Elea bajó las escaleras junto a Dallin.
-¡Espera Elea! - dijo bajando la voz.
- ¿Que quieres?
- ¡Mira!- señalando por encima del hombro.
Elea se calló la boca, al ver que Blanco estaba hablando con otra persona en la gran entrada, mientras los dos niños agazapados en el pasamanos de la escalinata etérea.
Hasta que el mago Blanco no se dió la vuelta, no pudieron observar al anciano viejo y enmarañado.
- Ese debe ser el gran mago Eotiryl, es magnífico.- dijo Dallin susurrando.
- A mí me parece un viejo con chepa, nada más - respondió Elea.
- No tienes ni idea de quién es, ¿no? Ha matado a más de cincuenta dragones, y derrotado a muchos magos de Barbaria.- indignado.
- No me caen bien la gente que mata a dragones, Dallin, - dijo seria. -
Sin darse cuenta, los que observaban estaban siendo observados. Y en unos instantes los niños habían sido destapados de sus escondites.
- ¿Por qué no os manifestasteis?- dijo Blanco al lado del anciano.
Ahora que estaban más cerca. El gran mago era más definido. Un hombre viejo pequeño y chepudo y gordo. Pero con ropas de seda ligera.
- Por sí lo creíais este no es nuestro compañero Eotiryl, se llama Ramavieja. - dice el anciano.-
Las miradas sarcásticas se intercambian entre los jóvenes con una risita de Elea.
-¿Quién busca mi presencia? - apareció una voz grave.-
De repente, al otro lado de la gran habitación, apareció el otro de los ancianos, importante pero no más que los demás.
Un hombre larguirucho pelo liso y barba larga, que con esa nariz aguileña tenía una imagen imponente.
- Por fin apareces ante nosotros gran Eotiryl, sabio entre los más sabios.- alabándole Ramavieja.
- Gracias, viejo amigo.- nuestros compañeros no esperaban tal intromisión.
- Ya hemos esperado suficiente, ahora a lo que íbamos. Está es la niña. -
- Mmm... Interesante. Elea... Cierto? Acompáñanos un momento.
- Dallin tu ve con La Compañía - dijo Blanco tajante.
Unos instantes después las cuatro personas se encontraban en una sala, con una mesa redonda y estanterías en la paredes.
- Sin más preámbulos comenzaremos la reunión.- anunció Blanco.-
Hemos descubierto una nueva información. La magia negra no ha sido disipada y los nigromantes (magos oscuros) han vuelto.
- ¿Cuáles son las pruebas? -dijo Eotiryl.
-Creemos que hemos destapado su último proyecto. -dijo Blanco.- una ultima invocación con fusión de almas, la más poderosa de todas.
-¿¡Quieres decir?!- dijo Ramavieja
- Si, una invocación de dragón, La Llama Eterna.- dijo solemne y preocupado.-
Todos se quedaron estupefactos, y asombrados pero lo que más perpetraba en esa habitación era el tormento. Elea estaba atenta a la conversación, todas las palabras estaban en su memoria gravadas a fuego.
- ¿¡Pero, no puede ser, qué cuerpo puede aguantar tal cantidad de espíritu!?- dijo Eotiryl.
- Lo tenemos delante de nosotros.- dice Blanco.
- ¿¡Ella?!- dice Ramavieja.- unas horas después...
- Bueno creó que la reunión debe ser concluida, ya que toda las noticias están anunciadas, y lo dicho, dicho está.
Elea no sabía de lo que acababa de ocurrir, pero ese cambio repercutiría en su vida mucho más adelante.
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