Capítulo 9
- ¡Deuce ya basta! - gritó la de pelo trenzado sin soltar la pierna del nombrado, este detuvo su acción al sentir como la pequeña se aferraba con algo de fuerza a su pierna dejando huir a los delincuentes.
Por varios segundos ninguno de los presentes emitió sonido alguno.
- M-maldición... - murmuró tapándose la cara con la mano - Volví a meter la pata... ¡Me prometí que esta vez sería un estudiante ejemplar! - exclamó desesperado dejándose caer contra una de las estatuas de la calle.
- ¿Deuce? - le llamó Inku algo preocupada por el comportamiento de su compañero tirando de su manga, Deuce se quedó mirándola unos segundos y suspiró.
- En el instituto... sólo holgazaneaba. Me saltaba las clases y pasaba la mayor parte de mi tiempo en peleas. Le faltaba el respeto a mis profesores, salía con alumnos de cursos superiores, e incluso me teñía el pelo. En ese entonces solo era un problemático.
- Entiendo - dijo la fémina sentándose a su lado sintiéndose toda una psicóloga.
- Pero, una noche... - hizo una pausa para tomar aire - escuché a mi madre llorar a escondidas mientras hablaba con mi abuela por teléfono ¿lo crié mal? ¿Hubiera sido mejor si estuviera su padre a su lado? Estaba muy equivocada ¡Yo era el problema! ¡Todo fue mi culpa! El día en el que el carromato del Night Raven vino a recogerme... mi madre estaba tan feliz que me prometí que no la volvería a hacer llorar. Juré que sería un estudiante ejemplar del que pudiese estar orgullosa y aún así... ¡Maldita sea, aún así! - escondió su cara en las palmas de sus manos y se hizo una bolita. Se quedó unos segundos así hasta que notó como la heterocromática tomaba la manga de su uniforme.
- Escucha, no es algo malo defenderse - dijo la pequeña - al igual que tú, mi hermano me confesó que se metía en peleas constantemente y que solo buscaba meterse en líos, nuestra madre no le soportaba jeje - le explicó con una sonrisa nostálgica - pero un día me confesó que había encontrado una razón por la cuál cambiar y con el tiempo se volvió mejor persona - narraba contenta bajo la atenta mirada azul marino de su compañero - lo importante es que quieras ser mejor persona, eso sí, sin dejarte pisotear - concluyó con una sonrisa.
- Inku... - susurró el peliazul intentando no llorar delante de la menor.
- Todo el mundo puede tener algún arrebato de ira, pero eso no es malo, si oprimes demasiado lo que sientes acabarás explotando y eso no es bueno.
- Pero hice cosas terribles ¿no temes o me odias? - cuestionó algo deprimido intentando no hacer contacto visual con la pequeña. Ella se quedó unos segundos mirándole en silencio y después volvió a sonreír.
- Sé que no eres una mala persona - dijo colocando con cuidado su mano sobre la cabeza del de dibujo de pica - además, todos hemos cometido errores en el pasado, pero lo pasado pasado está, lo importante es lo que hagamos de ahora en adelante - dijo con una de sus adorables sonrisas.
Deuce tuvo que contener las ganas de llorar ante tales palabras pero no quería preocupar a la fémina, así que puso con suavidad su mano sobre la cabeza de su acompañante y desvío un poco la mirada.
- Gracias Inku... lamento que me hayas tenido que ver de esta manera - se disculpó el joven mientras acariciaba la suave cabecita de la pelirrosa.
- No te preocupes, lo importante es que ya ha pasado ¿no? - preguntó sin dejar de sonreír levantándose del suelo y ofreciéndole su mano a Deuce para que la tomase.
- Bueno, sí, todo muy bonito y todo lo que quieras pero tendríamos que volver a la tienda para reponer los huevos rotos - dijo de repente Grim algo impaciente por el tiempo que estaban perdiendo.
- Es verdad... jeje. Es una lástima que los huevos rotos nunca lleguen a convertirse en pollitos. Espero que descansen en paz - comentó apenado mirando al suelo con una sonrisa melancólica.
Inku se le quedó mirando unos segundos extrañada, realmente no sabía de lo que estaba hablando, así que se quedó callada, tomó la mano de su compañero y ambos se dispusieron a volver a la tienda.
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- Oh, ya volvieron - exclamó Ace girándose hacia los recién llegados y se fijó en la mano ligeramente hinchada de la pequeña - ¿qué te ha pasado en la mano? - preguntó preocupado acercándose rápidamente a ella y examinando un poco la zona herida.
- ¡Oh! No te preocupes, tuvimos un pequeño incidente, pero nada importante - contestó la de pelo trenzado con una de sus sonrisas.
Los minutos pasaron lentamente mientras acababan de preparar la tarta, Trey le aplicó una pomada a la mano de la más joven para bajar la hinchazón de esta, además de colocarle un pequeño vendaje.
- ¡Listo! - gritaron todos al ver el resultado final de su esfuerzo.
- Hacer dulces lleva demasiado tiempo. Estoy agotado... - se quejó el pelirrojo apoyándose en una encimera cansado.
En ese momento apareció Cater dispuesto a probar la tarta, Trey repartió una cucharas y al probar el postre que habían creado casi se desmayan del gusto.
- Al parecer si que os ha gustado - comentó Trey divertido al ver las reacciones de sus kohais y de Cater - bueno, como ya hemos terminado será mejor regresar a casa, mañana le daremos la tarta a Riddle. Así que no lleguéis tarde a la fiesta de no cumpleaños - les advirtió a los presentes.
- Te prometemos no llegar tarde - contestó la pequeña mientras Trey acariciaba su cabecita.
- Nee, Inku - la llamó el pelirrojo, ésta se dio la vuelta para mirarle a los ojos - ¿me dejarías pasar esta noche en tu dormitorio? Mis crueles superiores no me dejan quedarme aquí - dijo fulminando a Cater con la mirada, él simplemente colocó su mano en su pecho dramáticamente como si le hubiese dado un paro cardíaco.
- Oye, no te aproveches de ella - le reprochó el peliazul a su compañero.
- ¡Es verdad! ¡Si te vas a quedar tienes que pagar diez latas de atún! - exclamó el pequeño felino cruzándose de brazos de forma autoritaria.
- ¿¡Qué?! ¿Me estás diciendo que me quede afuera? - exclamó Ace mirando al de orejas llameantes, para después posar una mirada suplicante sobre la pequeña - Inku por favor... - suplicó delante de ella de rodillas y juntando sus manos delante de su cara.
- Por mí bien - contestó sin pensárselo demasiado, toda su vida había estado durmiendo sola y ahora que le estaban pidiendo dormir con ella quería aprovechar.
- En tal caso, Deuce ¿por qué no duermes tú también en el dormitorio para vigilar a Ace? - propuso el peliverde haciendo que la heterocromática se alegrase más.
- Está bien - contestó Deuce sintiendo como la de pelo rosa abrazaba su pierna feliz.
- Un momento Trey ¿no estás mimando demasiado a los novatos? Estoy celoso - se quejó el pelinaranja como si fuese un niño pequeño.
Y aunque pidió muchas veces poder dormir junto a los demás Trey siempre le contestaba que no.
- Mañana contamos con vosotros - dijo Trey despidiéndose de los jóvenes.
- Está bien, nos vemos mañana - se despidió con una sonrisa yéndose junto a sus amigos.
Pasaron toda la noche jugando juegos, haciendo tonterías, hablando de cosas, incluso los jóvenes de Heartslabyul se dejaron peinar y maquillar por la más pequeña. Y os preguntaréis ¿de dónde sacó el maquillaje? Bueno, digamos que a falta de maquillaje buenos son unos marcadores permanentes ¿no? El resto de la noche básicamente fue Ace y Deuce limpiándose desesperadamente la cara, Grim riéndose de su desgracia e Inku disculpándose una y otra vez por lo que había hecho.
Tras ese pequeño y divertido desastre (según Grim), los cuatro se quedaron dormidos, estaban completamente agotados y necesitaban descansar para poder estar al 100% en la fiesta de no cumpleaños.
Esa noche la fémina soñó con otra escena de la película de Alicia en el país de las maravillas, la reina había descubierto que la rosas no eran carmín y ordenó que decapitasen a los culpables, no le gustaba demasiado esa escena, le parecía bastante cruel. En ese momento sintió como alguien sacudía levemente su cuerpo intentando despertarla.
- Inku despierta - dijo Deuce, ya preparado sacudiendo ligeramente el cuerpo de la menor que solo se frotó el ojo algo cansada y se incorporó dispuesta a cambiarse.
- Buenos días Deuce, te has despertado muy pronto ¿no? - cuestionó la de pelo rosa bostezando y estirándose mientras se dirigía al baño para cambiarse.
- Tenía que hacerlo, hoy es la fiesta de no cumpleaños ¡y perderemos la cabeza si llegamos tarde! - contestó.
- Oh es verdad, hoy es el día - dijo metiéndose en el baño y empezando a cambiarse, escuchó como Deuce salía de la habitación y como si alguien hubiese llamado a la puerta de abajo, fuese lo que fuese no le prestó mucha importancia.
Al acabar de cambiarse se miró en el espejo y se fijó en una marca que tenía en el cuello, al verla se deprimió un poco, recordaba lo que había ocasionado esa marca y no fue algo demasiado agradable, en ese momento recordó el collar de Ace, solo imaginarse volver a sentir esa sensación de prisión en el cuello hacía que su cuerpo se estremeciese. Suspiró un par de veces y salió del baño con una de sus típicas sonrisas encontrándose con Cater y los demás abajo.
- ¡Buenos días a todos! ¿Disfrutaron de la pijamada? - preguntó acercándose a los jóvenes.
- Buenos días Cater-sempai - le saludó soñoliento el pelirrojo - Sí, jugamos a las cartas y tuvimos una pelea de almohadas - explicó frotándose el ojo.
- También les pintamos la cara con rotuladores permanentes - dijo Grim recordando el incidente de anoche - si te fijas todavía les queda algo de tinta bajo los ojos - comentó divertido riéndose.
- ¡Ya dije que lo sentía! - exclamó la heterocromática algo apenada.
- No pasa nada - le animó Cater con una sonrisa agachándose a la altura de la fémina para acariciar la cabeza de la más joven - bueno, cambiando de tema, sería mejor conseguir el pastel que hicimos ayer y llevarlo a la fiesta de no cumpleaños - dijo el pelinaranja sentando a la pequeña en sus hombros - ¡Vámonos! - exclamó levantando en el aire uno de sus brazos animado, con el otro sujetaba una de las piernas de la de ojos bicolor quién, contagiada por el entusiasmo del de ojos verdes, también levantó los brazos emocionada por la fiesta del día de hoy haciendo que a los presentes casi les diese un ataque de ternura por la sonrisa de la menor.
Al llegar a la entrada del dormitorio les recibió ¿Cater?
- ¡Hola! Finalmente llegaron. Los estuve esperando por mucho tiempo, otro yo - le regañó el Cater que llevaba el traje de educación física al que había acompañado a los jóvenes todo ese rato. Inku les miró algo confusa para después frotarse los ojos pensando que estaba demasiado dormida.
Los estudiantes de primer año se quedaron mirando a los múltiples Cater que poco a poco iba uniéndose al grupo.
- ¿¡Tenías un gemelo?! - exclamó el peliazul extrañado.
- Nop, soy hijo único - contestó uno de los Cater - esta es mi magia única Split Card, puedo hacer clones de mí mismo - explicó bajo la emocionada mirada de la de pelo trenzado, quería saber más sobre ese tema y descubrir si ella tenía una.
- De todos modos, nos van a decapitar si llegamos tarde. Necesito que me echéis una mano para acabar de pintar las rosas. No tengo suficientes manos, así que prestadme las vuestras. Los llevaré con Riddle cuando terminemos.
- ¿Pintar más rosas? - cuestionó el felino cruzando sus patitas.
- ¡Está lleno de sorpresas! - exclamó fastidiado Ace.
- ¡Adelante! - exclamó el Cater original adentrándose en el jardín seguido por los estudiantes de primero.
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¡¡¡Ahhhh!!! Ya vamos por la mitad del arco de Heartslabyul, estoy muy emocionada por continuar esta historia uwu, en fin ¿alguna teorías loca? Ya tengo pensado lo que haré cuando lleguemos a 1k de lecturas, espero que os guste uwu.
Creo que eso es todo por hoy, tengan un buen día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo.
Continuará ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
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