Capítulo 5
- ¿Podríais ayudarme a pintar las rosas? - suplicó juntando sus manos delante de su cara y poniendo la mejor cara de perrito que podía, antes de que alguno de los presentes pudiese contestar, Inku habló.
- Está bien - contestó dejando a sus amigos con una cara de sorpresa.
- ¿Qué? Pero yo no quiero - se quejó Grim haciendo una pataleta.
- Pero yo si quiero ayudarle - contestó Inku, se deshizo del agarre de Deuce y se acercó a Cater - por cierto, mencionaste que iban a hacer una fiesta ¿verdad? - cuestionó con curiosidad.
- Entonces el pastel que Ace se comió iba a ser usado para la fiesta de cumpleaños del líder. Eso explicaría el enfado - razonó Deuce acercándose a Inku.
- De hecho, no es del todo así - le corrigió el pelinaranja.
- ¿¡Cómo qué no es así?! - exclamó Ace sorprendido - ¿Entonces de quién es el cumpleaños?
- No es el cumpleaños de nadie - explicó Cater, al oír esto, los ojos de Inku se iluminaron como dos estrellas, sabía a lo que se refería - pasado mañana es la tradicional fiesta de no cumpleaños en nuestro dormitorio. El líder elige un día aleatorio en el que nadie cumple años y organizamos una fiesta del té - finalizó haciendo que la pelirrosa se emocionase más.
- ¿Podríamos asistir a la fiesta? - preguntó la heterocromática con un adorable brillo en sus ojos.
- Por supuesto - le contestó el de ojos verdes con una sonrisa - pero preocupémonos por esas cosas más tarde, como no puedes usar magia tendrás que hacerlo de forma manual - le dijo a Ace acercándole una lata de pintura y una brocha - vosotros tres podéis usar magia, es sencillo... - y comenzó a explicar el hechizo que debían usar.
Inku estaba más que emocionada, iba a usar magia por primera vez, le emocionaba y a la vez le daba un poco de miedo, pero no demasiado, siempre le habían dicho que ella tenía algo que no muchas personas tenían, no sabía si eso era bueno o malo, pero al lanzar correctamente el primer hechizo y ser felicitada por Cater, comprendió que se referían a algo bueno ¿verdad?
Pasaron los minutos, y tras unos cuantos accidentes con los hechizos la gran mayoría de los rosales fueron pintados.
- ¿No crees que sería mejor dejar las rosas blancas? - preguntó Ace ya harto de pintar las flores - así son más bonitas.
- Es nuestra tradición - explicó Cater - las rosas tienen que ser rojas para la fiesta de no cumpleaños y debemos usar los flamencos para el croquet usando erizos como bolas - explicó, la mirada de la pequeña se iluminó, no sabía porqué pero imaginarse un partido de croquet con erizos como bolas le pareció adorable - ¡Oh! Y para el concierto de primavera las rosas son blancas. Eso es importante, por lo que tienen que recordarlo.
- Por cierto Cater-sempai - la llamó la pelirrosa - tenemos que encontrar al líder del dormitorio - le explicó acercándose a él.
- Es verdad. No tengo tiempo de hacer esto - dijo Ace dejando las herramientas a un lado y acercándose a Cater - tengo que hablar con el líder ¿está dentro?
- ¿Hm? Sí, creo que sigue adentro - contestó el pelinaranja pensativo haciendo que en la cara de Ace se dibujara una sonrisa ilusionada - por cierto ladronzuelo de tartas ¿has traído alguna otra como compensación?
- ¿Eh? Vine directamente hacia aquí así que no he traído nada - explicó Ace rascando su nuca.
- Ahhh, no, entonces no puedes ver al líder - explicó el pelinaranja con una sonrisa, los presentes se le quedaron mirando sin comprender del todo a qué se refería - la regla número 53 de la reina de corazones dice "Tienes que devolver lo que robaste" Lo siento pero no puedo dejar que vuelvas al dormitorio, tienes que seguir las reglas si quieres estar en este dormitorio - les explicó Cater mientras llevaba su mano a su bolsillo, al ver esto la pequeña se tensó y por instinto se colocó delante de Ace extendiendo sus brazos de forma protectora.
- ¿N-no habría otra manera de hablar con el líder? - preguntó la pelirrosa temblando un poco.
- Lo siento, querida, pero no - contestó Cater con una sonrisa acariciando la cabeza de la de ojos heterocromáticos despeinándola en el proceso - os propongo algo, os dejaré ir solo si cuando volváis traéis una tarta para el líder ¿trato? - propuso Cater, Inku al oír eso asintió con la cabeza rápidamente - bueno, espero veros pronto - se despidió el sonriente Cater volviendo a su tarea.
Deuce, Ace, Inku y Grim se reagruparon y comenzaron a irse del dormitorio. Al estar lo suficientemente lejos de allí los cuatro suspiraron aliviados, no era la primera vez que Inku se metía en alguna discusión, suya o ajena, pero siempre acababa estresada.
- ¿Cuál es su problema? - comentó Ace molesto ante la actitud del pelinaranja - no puedo volver sin una tarta ¿no? ¡Desde el principio no tenía oportunidad de ver al líder y encima nos echó después de pintar las rosas!
- Me siento estafado - se quejó Grim sobre la cabeza de la pequeña.
- Bueno Ace, tendrás que preparar una tarta. Después de clase podrías ¡Ah! - gritó el peliazul sobresaltando a los presentes.
- ¿Q-qué pasa? - preguntó algo asustada la heterocromática.
- Esto es malo ¡Vamos a llegar tarde a clase! - explicó Deuce alterado, al oír eso los ojos de la pelirrosa se abrieron por la sorpresa.
- ¡Funyah! ¡Démonos prisa! - exclamó Grim nervioso, Inku dio un pequeño salto y se agarró como pudo a la espalda de Ace.
- ¿¡Q-qué estás haciendo?! - preguntó Ace alterado girándose hacia la pequeña.
- ¡Arre caballito! - gritó la de pelo rosa clavando un poco sus tobillos en los costados del pelinaranja haciendo que este avanzase por el dolor. Deuce les siguió intentando aguantarse la risa por ese momento.
- Por cierto ¿cuál es nuestro primera clase? - preguntó Grim mirando a Deuce.
- Creo que alquimia - contestó el peliazul corriendo detrás de Ace.
- ¿Os recuerdo que no puedo usar magia? ¿¡Qué voy a hacer?! - se quejó el joven pelinaranja.
- No te preocupes, seguro que encontraremos alguna solución - le animó la pequeña con una sonrisa - ¡y ahora arre! - dijo volviendo a clavar sus tobillos en los costados de Ace haciendo que este avanzase más rápido.
Ninguno supo como pero llegaron a tiempo evitando una regañina del profesor. El día pasó rápidamente, las clases eran parecidas a las del primer día lo cuál no supuso ningún problema para la de ojos bicolor. Y por fin llegó la hora de la comida.
- ¡Finalmente es la hora del almuerzo! - exclamó Grim alegre y voló rápidamente a la fila para el bufet seguido de los demás.
- Contrólate Grim ¿vale? - le pidió la pequeña tomando una bandeja.
- ¡Esponjoso omurice, tartas de huevo, pollo a la parrilla y tocino! - comentó el felino emocionado por tanta comida deliciosa, el otro día había tenido una reacción parecida - quiero eso y eso ¡y eso! - empezó a señalar platos ganándose miradas hostiles de otros estudiantes.
- Grim, más despacio - le pidió la de pelo trenzado cogiendo algo de comida con ayuda de Deuce, ya que había algunas cosas que no alcanzaba. Tras acabar se sentó en una mesa junto a Deuce y Ace dejando su comida sobre esta y esperando a Grim, pero al buscarle con la vista su cuerpo se tensó y su piel se volvió blanca como la nieve.
En frente de Grim había dos sombras de ojos brillantes, parecían bastante amenazantes, y se veía que estaban discutiendo con el gato, cerró los ojos por unos segundos, tomó aire varias veces, guardó al señor abrazos en su mochila y se dispuso a ir a ayudar a su amigo.
- D-disculpe s-sempai m-mi amigo no se dio c-cuenta de lo que haya ocurrido f-fue un a-acc-accidente, n-no volverá a pasar - dijo la pequeña de cabellos rosados con la rodillas temblorosas por el miedo.
- ¿Ah? ¿T-T-te p-p-pasa a-a-algo renacuaja? - se burló uno de los matones con una cínica sonrisa que hizo que el cuerpo de la pequeña se tensase.
- P-pero él no lo hizo aposta, por favor no le hagáis daño.
- ¡Y a mi que me importa que lo vuelva a hacer! ¡Que pague lo que hizo u os daré una paliza! - amenazó el otro tirando del pelo de la heterocromática para que esta lo mirase a los ojos. Ella emitió un pequeño quejido de dolor.
- ¡Apártate ahora, monstruo!
- ¡Ohhh! ¿Vas a llorar? - se burló el de peloplata viendo los ojos cristalizados de la pequeña.
En ese momento Deuce se levantó de su asiento dispuesto a acabar con esa pelea, todo sucedió como a cámara lenta.
-¡No te acerques!
-No te acerques, por favor - susurró la pequeña mirando a los dos delincuentes y por un momento su ojo derecho se cubrió de un líquido negro semejante a la tinta desconcertando a los dos matones.
- ¡Hey vosotros! ¡Dejadla en paz! - exclamó Deuce al llegar al lado de la de pelo trenzado - la magia está prohibida para una pelea... pero puedo usar mis puños - amenazó el peliazul.
- ¿Una pelea? ¡Solo es una pequeña lección para-! - pero no pudo acabar la frase pues Inku le había pegado una patada en la espinilla haciendo que este cayese adolorido al suelo.
- S-siento las molestias, tengan un buen día - dijo la heterocromática haciendo una pequeña reverencia y volviendo a su mesa junto a Deuce, Grim y Ace.
- ¡Heh! ¡Ese golpe fue muy bueno! ¡Ladran mucho pero muerden poco! - felicitó Grim a la pequeña sobre su cabeza.
- N-no ha sido nada Grim, espero no meterme en más problemas - esto último lo susurró preocupada.
- ¡Increíble Inku! Doloroso, pero increíble - dijo Trappola con una sonrisa revolviendo el pelo rosa de Inku.
- Quién hubiera pensado que habría tantos delincuentes en esta escuela - susurró Deuce pensativo - por cierto Inku deberías tener más cuidado la próxima vez. Podrían haberte lastimado gravemente. Si vuelven a hacer algo así no dudes en decírnoslo ¿está bien? - le dijo mientras acariciaba con suavidad la cabeza de la pequeña.
- Por más que odie admitirlo el señor serio tiene razón. Para eso están los amigos ¿no crees? - cuestionó Ace con una sonrisa.
Los ojos de la pequeña se abrieron como platos, a lo largo de su vida había tenido algún amigo, aunque no demasiados y casi todos se alejaban de ella por su "condición", así que escuchar eso y saber que no estaba sola hizo que sus ojos se aguadasen por la felicidad y en su cara se dibujase una sonrisa que casi derrite a los dos jóvenes.
- Bueno, ahora comamos tranquilos. Con todo lo que perdí en educación física creo que me voy a desmayar si no como - dijo Ace empezando a comer de su bandeja.
- Por cierto Inku, ¿quién te enseñó a golpear así? - al escuchar la pregunta del pequeño felino los ojos de la pelirrosa se iluminaron como dos estrellas.
- Me lo enseñó mi hermano - contestó orgullosa - él siempre me decía que si alguien me molestaba le diese una patada en la pierna para que se callase, aunque no lo hacía muy a menudo - explicó rascándose la mejilla.
- ¿Tu hermano? - preguntó Deuce, ella asintió.
- Sipi, me visitaba todos los días y a veces me traía algún pastel o se quedaba conmigo para ver alguna película - explicó con un precioso brillo adornando sus ojos bicolor.
- ¿Visitaba? ¿Vuestros padres se divorciaron o algo? - preguntó Ace, al oír su pregunta la expresión de Inku cambió por completo, el brillo de sus ojos se apagó y se quedó callada mientras desviaba la mirada para no mirar a Ace, Deuce o Grim.
- Es... algo muy complicado de explicar - susurró algo deprimida rascándose la nuca y sin mirar a los jóvenes.
Todo se quedó en silencio hasta que Grim rompió ese incómodo silencio que se había formado.
- A-así que ya vimos su dormitorio esta mañana, pero me pregunto como se verán los demás - dijo el pequeño felino tomando se su comida.
- Antes de nada ¿conocen las siete estatuas que están exhibidas en la calle principal? - preguntó una voz a sus espaldas y al girarse vieron a cierto pelinaranja junto a un peliverde.
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Vendo motosierra y guadañas para matar a los delincuentes que se metieron con Inku :3 ¿quién quiere una? okno ¿qué os ha parecido este capítulo? ¿Alguna teoría sobre la pequeña rollito de canela Jr? ¿A qué tipo de "condición" se refería? Esas y muchas preguntas más se responderán más adelante uwu, y eso sería todo por hoy tengan un buen día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo.
Continuará ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
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