Capítulo 30

- Toma, hoy me ayudarás a limpiar la habitación de
Leona-san - habló el de orejas de hiena dándole a la fémina un pañuelo para el polvo, aunque primero recibió un sermón de Grim pues estaba muy preocupado por ella ya que la había perdido (era culpa de Grim, pero aún así Inku escuchó toda la bronca para no hacer sentir mal al pequeñín).

- Azul me está usando allí, y ahora Leona aquí... ¡Ya estoy harto! - exclamó el animalito desesperado al acabar de regañar a la heterocromática. Ella se acercó a él y empezó a acariciar su cabecita para animarle.

- Primero ponemos la ropa sucia en esta cesta y después recogemos el escritorio - empezó a explicar el pelicenizo - Los accesorios van en este cajón, los libros en aquel estante. Cuando hayáis terminado con eso, limpiáis el polvo con el pañuelo.

- E-Entendido, gracias - contestó la pelirrosa con una sonrisa mientras empezaba a ordenar el escritorio.

- ¡Oh! Hay varios accesorios caros ahí - señaló el animalito en voz baja - ¡Su billetera también está aquí! No creo que se dé cuenta si desaparecen unos cuántos jeje.

- No Grim, mal - le riñó la heterocromática dándole un golpe en la patita.

- Sigo diciéndoselo Leona-san. No debería dejar todas esas cosas por ahí tiradas... ¡Será demasiado tarde si te lo roban! - le regañó Ruggie frunciendo el ceño.

- Cállate ¿eres mi madre? - cuestionó con una expresión molesta - no es realmente tan importante, así que no me importa si me lo roban. Si tienen agallas que lo intenten - finalizó con una sonrisa victoriosa acomodándose en su cama. La de pelo trenzado quería protestar ante aquello pero Ruggie se adelantó.

- ¡Te lo advierto porque es muy problemático! - exclamó el contrario algo enojado - caray... Por esto los niños ricos son tan... - ni siquiera pudo acabar de murmurar lo que estaba diciendo pues la de ojos bicolor tuvo una idea.

- ¿Inku? ¿Qué pasa? - preguntó el animalito al ver la reacción de su compañera.

- ¡Guarda los contratos en la caja fuerte porque no son invencibles! - exclamó feliz ante su revelación, sus ojos empezaron a brillar por la emoción mientras daba leves saltitos en su lugar.

- ¡Jajaja! ¡Ya veo! Has tenido una idea bastante interesante ¿Eh? - comentó el de ojos verdes con una sonrisa victoriosa.

- ¡Oh entiendo! - exclamó el de orejas llameantes - ahora que sabemos su debilidad volvamos a Octavinelle.

- Realmente hay otro problema - habló el de pelo cenizo cortando la alegría de los contrarios - Si Inku tiene razón en esto, entonces los hermanos Leech estarán listos para contraatacar.

- Demonios... ¡Estábamos tan cerca! - se lamentó el de cola de tridente.

- Si solo no estuvieran cerca... - suspiró la fémina abatida mirando de reojo al mayor para que dijese algo.

- No. Sé por donde estás yendo y no. No os voy a ayudar ¿entendido? No quiero involucrarme en algo tan problemático. Y menos si es contra ese octo-punk - dijo el de orejas de león con los brazos cruzados y un tono serio.

- Hmph, que insensibles sois... - se quejó el animalito con el ceño fruncido.

- Grim... Preparémonos... - dijo la heterocromática algo nerviosa, tenía que convencer a los contrarios para que la ayudasen... Iba a ser una noche larga.

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- Buenos días - dijo Inku cuando escuchó al de tez morena despertarse. Había conseguido la ayuda de los de Savanaclaw así que estaba bastante feliz, aunque había vuelto a soñar con una escena de la Sirenita; pero no había sido como siempre, cuando estaba acabando todo comenzó a volverse tinta. Siempre me soñaba algo así pasaba algo malo al final ¿debería cambiar su plan o algo así?

- ¿Eh? ¿Ya estás despierta? - cuestionó el de ojos verdes algo soñoliento - gracias a todo esto, estoy perdiendo el sueño - dijo frotando el puente de su nariz bajo la preocupada mirada de la heterocromática - Tch, hoy es el último ¿vale? Me da igual el resultado. Cuando se ponga el sol no podrás dormir aquí más ¿entendido? - ella asintió algo temerosa del resultado del plan, aunque le había prometido que solo estaría ahí tres días, si fallaba... - por cierto herbívora, ven aquí - la llamó haciendo que la pequeña de acercara a él con curiosidad.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca Leona la tomó en sus brazos y la sentó en sus piernas mientras comenzaba a peinarla. Ella se quedó quietecita mientras descansaba sus manos en sus rodillas y sacudía sus piernecitas mientras el mayor seguía arreglando su cabello.

- Hecho... - dijo de repente el de tez morena dejando el cepillo a un lado y bajando a la heterocromática de su regazo.

La fémina se acercó rápidamente a un espejo que había en la habitación y no pudo evitar dar un pequeño salto de alegría mientras sonreía al ver la bonita trenza que Leona la había hecho. Se acercó corriendo al contrario abrazando con fuerza su pierna, levantó la vista y le dedicó una sonrisa.

- ¡Muchísimas gracias, me encanta! - exclamó alegremente la pequeña sin dejar de sonreír, el de ojos verdes se quedó estático en su lugar ante el inesperado contacto.

- Emm... Sí, sí, lo que sea - contestó el de tez morena algo incómodo mientras acariciaba la cabecita de su compañera levemente - ahora... despierta a la bola de pelos que tienes por compañero y preparaos, será un día largo - y tras decir eso Inku se soltó de su pierna para despertar a Grim y Leona se fue a cambiar.

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- ¿Hablas en serio? - cuestionó el peliplata cuando la pequeña les contó a él y a los de Heartslabyul su idea.

- Exacto, iremos ahora al Mar de Coral - contestó la de ojos bicolor decidida.

- No, ¡espera! - exclamó el pelirrojo llamando la atención de sus compañeros - ¿no decidimos que obtener la imagen era imposible? - cuestionó con los brazos cruzados.

- Tsk, tsk, tsk. Escuchad, nuestra estrategia es, cough, cough... - Grim ni siquiera pudo acabar de hablar pues comenzó a toser preocupando un poco a su compañera.

- ¿Qué pasa? ¿Estás resfriado o algo así? - preguntó el de dibujo de pica algo preocupado.

- No, ayer estuve gritando bastante... Ejem, eso no es importante. Explicaré nuestro plan, bueno... - y así empezó a explicarles lo que habían pensado para derrotar al trío de Octavinelle.

...

- ¿De verdad? ¡Esa es una muy buena estrategia! - le animó el de dibujo de corazón.

- Aún así ¿Realmente funcionará? - cuestionó el peliplata no muy convencido del plan.

- Hemos llegado muy lejos, lo único que podemos hacer es seguir el plan de Inku. No nos queda mucho tiempo - habló el peliazul con la mano en su barbilla, pensativo.

- Es verdad, será mejor que esperar a que el día termine - añadió el pelirrojo - muy bien ¡Vamos! - y tras decir esto sentó a la pelirrosa sobre sus hombros y empezaron a caminar a la sala del espejo.

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- ¿¡eStÁ cErRaDo?! - el gritó que pegaron los de primero al ver el cartel del museo fue cuanto menos, ruidoso.

- Y en el peor momento... - comentó el de tez morena fastidiado.

- Los hermanos Leech no estaban cerca así que me relajé un poco, pero... ¿Sabrían de esto? - se preguntó a sí mismo Deuce.

- ¿Vinimos hasta aquí solo para darnos la vuelta? - habló el de ojos ámbar algo enojado.

- Esperad un momento... - les llamó el de ojos rojos - tengo un plan, distraeré a los guardias y vosotros os infiltráis en el museo para tomar la foto ¿Está bien?

- ¿Estarás bien solo? - cuestionó el peliplata no muy convencido.

- Mira, eres demasiado honesto, Jack. Deuce no creo que sea capaz de mentir, e Inku... - se quedó mirando unos segundos a la de pelo trenzado quién le estaba fulminando con la mirada, retándole a qué continuase con su oración - bueno, solo dejádmelo a mí... - y tras decir esto dejó a la de pelo trenzado junto a los demás, nadó hacia la entrada del museo y empezó a hablar con los guardas.

- Me sorprende que pueda mentir tan bien... - susurró el animalito sobre la cabeza de la pelirrosa al ver cómo Ace estaba manteniendo una conversación decente con los contrarios.

- Los guardias están distraídos, es nuestra oportunidad, vamos - habló el de dibujo de pica empezando a nadar al interior del museo ayudando un poco a la fémina a avanzar.

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- Este es el lugar que Azul mencionó ¿verdad? - preguntó Jack mirando a su alrededor cuando entraron al lugar - esta es la foto conmemorativa de la visita de la doceava hija del rey... Corte del músico Horacio... Y esta es la de la visita de la Cuarta reina... Hay bastante ¿Eh? - comentó el de tez morena sin dejar de avanzar, Inku estaba en sus hombros observando maravillada cada rincón del lugar.

- La conmemoración del Príncipe Rielle de hace 10 años... La encontré - exclamó de repente el peliazul llamando la atención de sus compañeros - es esto ¿verdad? - preguntó señalando una pequeña imagen donde se podían ver varias sirenas pequeñas en el museo - parece que fue tomada en una excursión de una escuela primaria - comentó pensativo observando detalladamente la imagen.

- Hay muchas sirenas pequeñas, mira - habló el animalito señalando la foto divertido. La mirada de Inku se volvió un tanto filosa para poder ver mejor el objeto ya que desde los hombros de Jack era bastante complicado, juraría que dos de las sirenas que aparecían ahí se parecían muchísimo a los hermanos Leech.

- ¿Por qué estos tipos nos pidieron que les llevásemos esta imagen? - cuestionó el de tez morena pensativo.

- No lo sé, pero... ¡Si se lo llevamos, adiós a esta anémona! - exclamó el de dibujo de pica emocionado de que todo aquello se fuera a acabar - démonos prisa y vámonos - y tras decir esto el grupo empezó a caminar hacia la salida, el sonido de sus zapatos chocando contra el suelo era lo único que se podía escuchar, a Inku ese silencio le dio mala espina y no sólo eso, también recordó aquel estremecedor silencio que la rodeaba a ella y a su hermano la última vez que estuvieron juntos. Aquel pensamiento hizo que un escalofrío recorriese su espalda.

- Ni siquiera hay alarmas... supongo que si que es una foto sin importancia alguna ¿Eh? Me siento aliviado - suspiró el peliplata más relajado.

- ¿Qué están haciendo aquí, muchachos? - al escuchar aquella voz desconocida para ellos a sus espaldas el cuerpo de la pelirrosa se tensó por completo para después darse la vuelta lentamente (como en una película de terror) encontrándose con uno de los guardias del museo.

- ¿Qué? ¡Oh, mier-! ¡Demonios, es un guarda! - exclamó el de orejas flameantes aterrado, la fémina podía sentir levemente sus uñas empezando a clavarse en su cabecita.

- Parece que no tenemos tiempo para relajarnos ¡Derrotémosle! - exclamó Jack bajando a la heterocromática de sus hombros y junto a Deuce sacó su pluma mágica dispuesto a atacar.

Inku se quedó unos segundos estática en su lugar sin saber muy bien lo que debía hacer, habían hecho mal en entrar sin permiso en el museo, pero si no lo hacían perdería la apuesta con Azul, entonces ¿lo que estaba haciendo estaba bien o mal? Estaba tan confundida que comenzaba a dolerle la cabeza, pero ese no era momento de dudar.

Sacó su pluma rápidamente y, junto a sus amigos empezó a lanzar hechizos contra el guardia dispuesto a derrotarle.

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No sé porqué pero creo que la imagen de multimedia sería la forma de Inku de ver a Azul en su forma pulpo, change my mind :v

Bueno ¿qué les ha parecido? Tengo que admitir que me ha gustado bastante el momento de Leona, he disfrutado escribiéndolo úwú.

Tengan un buen día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo.

Continuará ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

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