Capítulo 2

-Dime tu nombre - ordenó el espejo.

- I-Inku yogore - susurró lo suficientemente alto para que el espejo la escuchara.

- Inku yogore - repitió el espejo - la forma de tu alma es... - se quedó unos segundos en completo silencio y en su "rostro" se dibujó una expresión de asombro y sorpresa - no tiene... - concluyó haciendo que la sala se llenase de susurros.

- Espera ¿a qué te refieres con qué "no tiene"? - preguntó Crowley acercándose.

- El lugar dónde debería estar su alma está ocupado por una gran mancha de tinta, tengo que admitir que siento algo de magia dentro de ella pero no creo poder asignarle un dormitorio - explicó el espejo y la máscara desapareció.

El cuerpo de Inku comenzó a temblar ligeramente por los nervios, no era la primera vez que le decían algo parecido, estaba acostumbrada pero esta vez se sintió diferente y los susurros de los demás no ayudaban. Crowley se dio cuenta de esto y se agachó a la altura de la pelirrosa mientras colocaba su mano en su cabeza.

- No te pongas triste - susurró - encontraremos alguna forma de solucionar esto ¿vale? - le propuso con una sonrisa amable, ella asintió resistiendo las lágrimas que amenazaban por salir, era bastante llorona.

Debido a esta acción, Dire descuidó la sujeción de Grim dejándolo libre.

- ¡En ese caso dejadme entrar a mí en su lugar! - exclamó Grim deshaciéndose de las cuerdas.

- ¡Maldición! ¡Quédate quieto! - le ordenó el director intentando atraparlo.

- Al contrario que ella yo sí tengo alma y puedo usar magia ¡mirad! - exclamó preparándose para lanzar un ataque.

- ¡Todos al suelo! - gritó Riddle justo en el momento en el que la estancia se llenó de fuego azul.

Inku lo esquivó sin ningún problema y se retiró a una esquina para evitar el caos que se estaba formando, se sentó en el suelo y sacó al señor abrazos de su bolsillo para achucharlo un poco, solo quería tranquilizarse pero los gritos, las discusiones y las persecuciones no la dejaban. Cerró los ojos con algo de fuerza y apretó más al peluche contra su cuerpo.

Tras unos segundos de caos la pequeña escuchó la voz de Crowley lo cuál la tranquilizó y sus ojos se abrieron para comprobar lo que estaba pasando.

- Saquen de aquí a ese gato, no te convertiré en guiso porque soy muy amable - dijo sonriente mientras Grim intentaba liberarse - tuvimos algunos problemas técnicos, pero doy por concluida la ceremonia de bienvenida - concluyó - acompañen a los nuevos alumnos de vuelta a sus dormitorios, por favor - les pidió Crowley a los líderes, estos asintieron  y empezaron a caminar para salir de allí, Inku se levantó del suelo y empezó a buscar a Dire.

Avanzó por la estancia esquivando a varios alumnos los cuáles la miraban de forma extraña. Todos los alumnos dejaron la estancia y ella consiguió llegar al lado de Crowley.

- ¡Ah! Aquí estás - exclamó Dire sorprendido de ver a la pelirrosa mirándolo - no te preocupes, aunque el espejo no te haya asignado ningún dormitorio, creo que te puedo dejar usar un edificio del campus - propuso agachándose a la altura de la heterocromática.

- Pero tengo que encontrar a mi hermano - le recordó Inku, los ojos del director se abrieron como platos al escuchar eso.

- ¿Tu hermano? - preguntó incrédulo.

- Sí, se lo comenté antes pero no me hizo caso - le explicó.

- ¿E-en serio lo hiciste? - cuestionó con una gota de sudor en la mejilla, ella asintió con la cabeza - bueno podemos ir a buscarlo con el espejo de la oscuridad y luego podemos volver ¿te parece? - Inku volvió a asentir con la cabeza - ok, ¿dónde fue la última vez que lo viste? - preguntó cómo si Damián fuese un juguete perdido.

- La última vez que lo vi, estábamos en la carretera MK-18 en la ciudad de Kosaka - recordó la pequeña con la mano en la barbilla pensativa - pero quizás esté en el hospital de la ciudad - pensó la heterocromática.

- ¿Pasó algo? - preguntó Dire extrañado.

- Tuvimos un accidente en la carretera, pero me dijo que iba a estar bien y yo confío en él - confesó Inku con una pequeña sonrisa que derritió el corazón de Crowley.

- E-entiendo, vamos - dijo levantándose del suelo, tomó la mano de la pelirrosa y se colocaron delante del espejo - visualiza tu ciudad natal ¿vale? - Inku asintió con la cabeza.

Cerró los ojos y en su mente aparecieron unos flashes de su "hogar".

- Espejo, espejo en la pared. ¡Ilumina nuestro camino a la carretera MK-18 en Kosaka! - recitó Crowley en voz alta.

Al abrir los ojos Inku esperó ver a su hermano en frente de ella con los brazos abiertos dispuesto a abrazarla, pero se llevó una gran decepción cuando vio que seguía en esa extraña sala junto a Crowley.

- Ejem... una vez más... Espejo, espejo en la pared ¡Ilumina nuestro camino a...! - pero no pudo acabar pues el espejo lo interrumpió.

- No existe - contestó el espejo dejando atónitos a los dos presentes.

- ¿Cómo? - preguntó Dire.

- Ese lugar no se encuentra en ninguna parte del mundo... no existe - explicó el espejo, al oír eso los ojos se Dire se abrieron como platos por la sorpresa y empezó a pensar en una explicación lógica para esa situación.

Pero algo lo sacó de sus pensamientos, un quejido, miró hacia abajo encontrándose con los llorosos ojos de la pelirrosa, su labio se movía de forma nerviosa, su cuerpo temblaba ligeramente y de sus heterocromáticos ojos comenzaron a brotar silenciosas lágrimas, las estaba intentando contener pero no lo estaba logrando, esto asustó al director quién al ver esta escena se agachó rápidamente y la tomó en sus brazos como si fuese un koala, ella escondió su cabeza en su cuello mientras más lágrimas salían de sus ojitos.

- ¡Ey, no, no, no! ¡No llores! - le dijo intentando calmarla sin éxito - ¡s-seguro que encontramos a tu hermano! No te preocupes - dijo acariciando su cabecita, ella apartó la cara de su cuello y lo miró a sus amarillentos ojos. La cara de Inku estaba algo hinchada y rojiza, además de sus humedecidas mejillas.

- ¿L-lo promete? - preguntó la pelirrosa en un susurro trabándose a la mitad de la frase por el disgusto.

- Lo prometo, venga vámonos - comentó con una sonrisa mientras salía de la cámara de los espejos hacia el dormitorio abandonado.

- ¿Qué es esto? - preguntó Inku señalando el dormitorio abandonado.

- Cómo no te podemos asignar un dormitorio he pensado que podría dejarte dormir aquí ¿no soy amable? - se preguntó a él mismo con una sonrisa, la pequeña sonrió incómoda intentando no hacer sentir mal al director.

Ambos entraron al interior del edificio, la pelirrosa empezó a mirar todo el interior con una mezcla de curiosidad y miedo por que algo se cayese encima suyo y la aplastase.

- Por ahora quédate aquí ¿vale? Tengo que ir a hacer unas cosas pero volveré pronto para traerte la cena y algo de ropa - le explicó con una sonrisa, ella se despidió con la mano y Dire salió de allí.

- Creo que empezaré a limpiar el salón - se dijo a si misma mirando toda la porquería que había allí, caminó por un pasillo buscando materiales para poder empezar con su labor, pero un chillido interrumpió su búsqueda, venía de la sala. Con el poco valor que tenía se dirigió a la sala principal para descubrir que o quien había causado ese sonido.

- Hace mucho frío - se quejó el pequeño felino con las orejas gachas.

- Eres el gato del fuego azul - susurró Inku acercándose a Grim con cuidado, este se giró rápidamente hacia ella.

- ¡Ah, sí! Tú eres la humana que no tenía alma - se burló con una sonrisa socarrona, al oír eso los mofletes de la pelirrosa se hincharon mostrando enfado.

- No te burles de mí - dijo frunciendo el ceño, Grim rió un poco más ante la reacción de la pequeña - por cierto ¿cómo has vuelto? pensé que te habían hechado - susurró apretando a su fiel amigo contra su pecho.

- Si piensan que una expulsión hará que desista de mi sueño están muy equivocados - sentenció cruzando sus patitas.

- ¿Y por qué quieres entrar en esta escuela? - preguntó inocentemente ladeando su cabeza, se sentaron en el sofá para continuar con la conversación.

- Es simple... ¡Soy un genio que está destinado a convertirse en un gran mago! Toda mi vida he estado esperando a que me recogiesen, pero... pero... - los ojos de Grim se cristalizaron y sus orejas se bajaron indicando que estaba triste. Inku al verlo así le acarició la cabecita suavemente deleitándose por su suave pelaje y después le puso al señor abrazos en el regazo de Grim - ¿qué es esta cosa? - preguntó mirando extrañado al peluche y después a la pequeña.

- Es el señor abrazos, cuando estoy triste lo abrazo y me siento mejor - explicó con una sonrisa - al ser un pulpo da muy buenos abrazos - Grim no le encontró mucha lógica a lo que había dicho la pelirrosa, pero no quería romper esa sonrisa. En ese momento una gota cayó sobre la cabeza de Grim asustándolo.

- ¡Qué frío! ¡El techo está goteando! - chilló cubriéndose la cabeza con sus patitas y otra gota cayó sobre su cabeza - ¡Sigue cayendo! ¡Mis adorables oídos se apagarán a este paso! - gritó aterrorizado.

- Deberíamos buscar un cubo - le propuso Inku a Grim.

- ¿Deberíamos? Lo siento pero me niego, yo no estoy aquí para trabajar sino para convertirme en el mejor mago - explicó con aires de grandeza.

- Pero si no encontramos un cubo tus adorables orejitas se apagarán y no podrás convertirte en el mejor mago del mundo - intentó convencerle.

- Eso no tiene nada que ver.

- Si no vas a ayudar entonces tendrás que irte - sentenció cruzándose de brazos y poniendo la cara más seria que podía.

- ¿Ah? ¿Te crees que puedes amenazarme? - preguntó acercándose peligrosamente a la de ojos bicolor y preparándose para atacar.

- Si me haces algún daño me chivaré al director, te volverá a echar de aquí y tú no quieres eso ¿verdad? - preguntó con una sonrisa maliciosa pero adorable, Grim gruñó algunas cosas en voz baja mientras se iba a buscar el cubo, Inku sonrió feliz y mientras abrazaba a su peluche empezó a buscar el cubo que necesitaba.

Inku paseó por los pasillos en busca de un cubo para las goteras, había limpiado un poco la sala principal pero todavía quedaba bastante. Cuando encontró la cubeta se dirigió de vuelta al salón, pero a mitad de camino las luces se apagaron sobresaltando a la pelirrosa.

- ¿G-g-grim? ¿E-e-eres tú? - preguntó mirando por todos lados buscando al pequeño felino pero al sentir que alguien tocaba su hombro se dio la vuelta rápidamente para ver quién estaba con ella. Se sorprendió bastante al ver a un trío de fantasmas mirándola.

- Hace mucho que no tenemos ningún invitado... - dijo el más grande.

- Estoy ansioso por algo de acción - tomó la palabra el delgado.

- ¿Quiénes sois? - preguntó Inku curiosa.

- ¿Eh? ¿No nos tienes miedo? - preguntó el más pequeño extrañado.

- No mucho, me recordáis a una película que veía con mi hermano cuando era pequeña. ¿Cómo os llamáis? ¿Sois fantasmas de verdad? ¿Podría convertirme yo también en fantasma? ¿Podéis comer? - empezó a bombardear a los presentes con preguntas, ellos salieron corriendo para evitar las preguntas de la pelirrosa - Qué maleducados ¿no crees? - le preguntó a su pulpito de peluche con los mofletes hinchados por el enfado.

En ese momento escuchó gritar a Grim, se acercó rápidamente hacia el salón y se colocó delante del felino, estaba escondido entre los cojines del sofá.

- ¿Qué ha pasado Grim? - preguntó preocupada mientras ponía su mano sobre la cabecita de Grim.

- F-f-f-fantasmas - susurró aterrorizado.

- ¿Eh? No te preocupes por ellos, son inofensivos - le tranquilizó la pequeña acariciándole.

Tras unos segundos la puerta principal de abrió dejando ver al director el cuál había vuelto para revisar al pequeño rollito de canela.

- Buenas noches Inku - saludó sujetando un par de bolsas - te he traído la cena y... - pero al ver a Grim se quedó callado - ¿¡Qué hace aquí el mapache destructor de ceremonias?! - exclamó iracundo sobresaltado un poco a la pequeña.

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Nuevo capítulo :D ¿qué os ha parecido uwu? ¿Alguna teoría loca? Por cierto creo que me voy a saltar el prólogo porque ya estoy un poco hasta las narices, además quiero dejar el primer overblot de Inku para Riddle, y creo que eso sería todo por hoy, nos vemos en el próximo capítulo.

Continuará ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

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