Capítulo 11
Al día siguiente los estudiantes de primero se dirigieron a la biblioteca tras acabar sus clases. Esperaban que Trey estuviese allí, así podrían hablar con él e intentar arreglar el problema que estaba pasando.
- Clover-sempai - le llamó levemente la pelirrosa acercándose al de lentes quién se dio la vuelta al escuchar su nombre.
- Oh, sois vosotros... - dijo Trey sorprendido de verlos.
- Deducimos que vendrías a la biblioteca para devolver el libro de cocina para el Mont Blanc - le explicó el peliazul.
- Escucha Trey. No estamos de acuerdo con la forma en que el líder hace las cosas - añadió el pelicarmesí con el ceño fruncido.
- Ya me di cuenta - respondió el peliverde desganado.
- Se sincero con nosotros ¿Qué es lo que realmente piensas de él? Desde que erais niños ¿Siempre lo has estado obedeciendo? - le preguntó el de dibujo de corazón haciendo que los ojos de Trey se abriesen como platos.
- ¿Quién te dijo eso? - preguntó el de dibujo de trébol sorprendido.
- Un chico llamado Che'nya - contestó la más joven.
- Ah, ese tipo... - dijo el peliverde algo fastidiado.
- Oye, eres mayor que Riddle ¿no? - cuestionó Grim sobre la cabeza de Inku - ¿Por qué no te enfadas con él?
- Lo haría, pero... no hay nada que pueda hacer contra él... todo lo que Riddle es ahora es debido a las estrictas reglas con las que se crió - explicó el de lentes haciendo que los presentes se sorprendieran por la revelación.
- ¿Cómo? - preguntó el peliazul.
- ¿Podrías contarnos la historia desde el principio, por favor? - preguntó la heterocromática.
Trey suspiró y empezó a narrar la historia desde el principio, y a cada palabra que el peliverde decía la pequeña se iba horrorizando cada vez más, no podía imaginarse teniendo a alguien controlando cada cosa que hacia, con quién debía relacionarse, lo que debía comer y sin quejarse, debió de ser horrible.
- Así que el verdadero motivo detrás de la actitud de Riddle se debe a como se crió... pero le quitaron su niñez - susurró la más joven algo triste.
- Entiendo por qué piensan que es un tirano. Y que su manera de hacer las cosas está mal, pero... no puedo regañarlo - finalizó con la cabeza gacha.
Todo se quedó en silencio unos segundos hasta que Ace suspiró y comenzó a hablar.
- Ahora que conozco un poco más al líder, puedo decir que la razón por la que Riddle es así... es por tu culpa - finalizó el de dibujo de corazón con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Al escuchar esto los presentes abrieron los ojos por la sorpresa - Riddle no podía hacer nada en contra de sus padres. Pero al menos has pensado siquiera una vez que ellos estaban equivocados ¿verdad? - el peliverde intentó hablar pero las palabras adecuadas no salían de su boca - ¿no puedes decir algo solo porque tienes miedo de "perder la cabeza"? ¡Eso es patético! - poco a poco el tono de voz de Ace iba aumentando por el enfado, Inku intentó calmarlo pero no pudo - ¡Ni siquiera puedes llamarte su amigo de la infancia!
- ¡Oigan! ¡Guarden silencio en la biblioteca! - gritó el director sobresaltando a los presentes.
- Pero si eres tú el que hace ruido - le contestó el pequeño felino con el ceño fruncido.
- Ups, lo siento - se disculpó el de máscara de cuervo sentándose en la misma mesa que los jóvenes. Sentó a Inku en su regazo - dios mío, la biblioteca es para estudiar o leer tranquilamente.
- Perdón director Crowley - se disculpó la pelirrosa, se fijó en los libros que estaba revisando el "adulto", eran libros de paternidad, nunca pensó que el director tendría un hijo ¿sería de su edad? Quizás podrían ser amigos.
- Me alegra que lo entendieran, por cierto ¿qué pasa con esas caras largas? - preguntó mirando a los jóvenes, también se fijó en los collares de los de primero. Sabía que eso era cosa del líder de Heartslabyul, pero nunca pensó que la de pelo trenzado llevaría uno.
- Sobre eso... - Deuce comenzó a narrar todos los sucesos por los cuáles habían pasado, el director escuchaba atentamente la historia mientras jugaba con las mejillas de la fémina.
- Ya veo. Pero si no te gusta la forma en la que tu líder maneja las cosas, siempre tienes la opción de cambiar de dormitorio o un duelo decisivo para tomar el lugar de líder, después de todo así el joven Roseheart se convirtió en líder - explicó el de ojos dorados.
- ¿Cófo ce edigen lod lídered? - preguntó la de pelo rosa mientras Crowley seguía tirando de sus mejillas.
- Hay muchas formas de ocupar dicho puesto. Pero el duelo es el más simple, en mi opinión. Todos los estudiantes tienen derecho a asumir el papel de líder ¿Qué dices joven Trappola? ¿Desea desafiar al joven Roseheart? - le preguntó Dire al pelirrojo.
- Acepto. No lo sabré a menos que lo intente - dijo con una mirada de determinación.
- Cuenten conmigo también - dijo Deuce con una sonrisa.
- ¡Yo también me uno! - exclamó la pequeña levantando sus manitas en el aire, Crowley puso su mano sobre su cabeza y comenzó acariciarla.
- Lo siento querida, pero los estudiantes de otros dormitorios no pueden participar en el duelo - explicó el de máscara de cuervo deprimiendo a la fémina.
- ¿Ffgna? Entonces ¿cómo me libraré de este collar? - preguntó el pequeño felino al ver su plan truncado.
- Ordenaré a Riddle que os los quite cuando me convierta en líder - les prometió el pelirrojo con una sonrisa.
- ¿Habláis en serio? Lo que pensáis hacer es una locura - dijo el de dibujo de trébol.
- Bueno, a veces lo correcto es hacer una locura ¿no crees? - preguntó la más joven con una sonrisa, Trey suspiró exasperado ante la respuesta de Inku.
- Yo me ocuparé de los asuntos burocráticos - dijo Crowley con una sonrisa amable.
- ¿Tienen algún plan? - preguntó Ace.
- No creo que podamos superarle en magia. Pero en una pelea física sí - dijo Deuce crujiéndose levemente los nudillos.
- ¡Oh! Olvidé deciros una cosa. En este partido decisivo, cualquier ataque que no sea mágico está prohibido - dijo el director con su típica sonrisa preocupando aún más a los jóvenes los cuáles se habían quedado sin plan - ¡Jajaja! ¡Disfrutemos de este divertido duelo mientras seguimos las reglas! Nos veremos mañana, adiós - se despidió y junto a sus libros de paternidad se marchó del lugar.
- M-muy bien, no tengo mucha confianza en nuestra magia, pero... ¡Estoy seguro de que estaremos bien! - exclamó intentando convencerse de eso - cuando me convierta en líder lo primero que haré será que él diga "Me equivoqué, lo siento" ¡Y lo haré detener todas esas tontas reglas! - exclamó determinado.
- ¡Lo haréis genial! - les animó la más joven con su típica sonrisa y alzando sus brazos arriba, pero en el fondo presentía que algo malo iba a suceder, esperaba equivocarse.
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Los ojos de Inku se abrieron de golpe dándose cuenta de que estaba estaba en el dormitorio abandonado. Había soñado otra vez con una de las escenas de la película de Alicia en el país de las maravillas, pero esta vez había sido diferente. Cuando el sueño estaba acabando, del techo comenzó a gotear tinta, al principio era poca, pero poco a poco la cantidad empezó a ser mayor ahogando a la más joven, no era la primera vez que sentía aquello, pero no le gustaba, era demasiado agobiante.
- ¡Oh! Ya despertaste Inku - dijo el felino apoyando su pata sobre la cara de la pelirrosa.
- Buenos días Grim, los demás están abajo ¿verdad? - preguntó la heterocromática levantándose para ir al baño a cambiarse.
- Sí, ya están con el uniforme - contestó Grim desde el otro lado de la puerta.
- (Si que son rápidos) - pensó Inku y comenzó a cambiarse, pero algo la horrorizó.
Las manchas de tinta habían crecido demasiado. Antes eran muchas gotas pequeñas adornando la piel de la de ojos bicolor como si fuese un dálmata, pero ahora solo tenía un par de manchas enormes que cubrían su cuerpecito. Tomó aire y se tranquilizó un poco, lo último que había que hacer en ese caso era alterarse, además las manchas no tenían la textura típica de la tinta así que no todo estaba perdido, con suerte en un par de horas las manchas disminuirán su tamaño y el peligro habría pasado.
Acabó de cambiarse y antes de salir una sonrisa se formó en su rostro, ya era costumbre.
En el laberinto de rosas estaban todos reunidos; los estudiantes de Heartslabyul formando una media luna alrededor de los combatientes, Grim sobre la cabeza de la pelirrosa como siempre, Crowley e Inku. Los murmullos inundaban el lugar poniendo cada vez más nerviosa a la de pelo trenzado y a sus compañeros.
- ¿Realmente está sucediendo? ¿Ace y Deuce están luchando contra Riddle por el puesto de líder? - preguntó el pelinaranja algo preocupado.
- Intenté detenerlos... - dijo Trey acomodándose las gafas.
En ese momento Crowley comenzó a presentar el evento, la más joven estaba muy nerviosa, había estado en alguna pelea leve, sí, pero tenía miedo de que saliese mal, y si perdían ¿Les harían algo a Deuce o a Ace? Y si se quedaba con ese incómodo collar toda su vida, esos pensamientos lo único que hacían era causarle picores en los brazos y el cuello.
Después de que Riddle les quitase los collares a Ace y a Deuce los tres sacaron sus plumas dispuestos a comenzar el combate.
- Director, puede comenzar de inmediato - ordenó el ojiplata con una expresión seria. Crowley asintió con la cabeza y empezó con la cuenta atrás.
- ¡A luchar! - gritó de repente el de ojos brillantes.
- Off with your head!! - gritó el líder de Heartslabyul haciendo que los collares volviesen a aparecer en los cuellos de los de primer año - ni siquiera duró más de cinco segundos ¿pensaban que podrían desafiarme con ese pobre nivel de magia que poseen? - se burló - esto solo prueba que aquellos que rompen las reglas siempre están equivocados. Tal como dijo mi madre.
- ¡E-eso no es verdad! - gritó la más joven haciendo que todas las miradas se posasen en ella, no quería haber gritado, pero ya estaba algo cansada del comportamiento de Riddle - las reglas están hechas para poner orden en algunas situaciones, sí, pero hay algunas que solo hacen daño a la personas quizás si no fuesen tan estrictas... - su tono se iba volviendo cada vez más bajo por cada palabra que decía, Riddle hoy no estaba teniendo un buen día, aunque por fuera pareciese tranquilo, por dentro estaba hecho un basilisco y llevaba días soportando a personas que no paraban de romper las reglas. Su ira le llevó a ponerse delante de la de pelo trenzado y desquitarse con ella.
- ¡Nadie seguiría reglas tan indulgentes! - gritó asustando un poco a la pequeña - ¿Qué clase de pésima crianza recibiste que ni siquiera puedes entender algo tan simple? Estoy seguro que tus padres ni siquiera te dieron una buena educación antes de estar en esta escuela. Eres tan patética que tus padres se morirían de la vergüenza de haber criado a alguien como tú - realmente él no quería decir todo eso, la ira a veces nos hace hacer o decir cosas terribles. Inku se quedó quieta en su sitio con una expresión impasible por un par de segundos, pero después en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa algo triste.
- Bueno, realmente nunca llegué a conocerlos de verdad, así que supongo que nunca recibí una educación adecuada, y sé que ellos están avergonzados de haber engendrado a alguien como yo - esas palabras estaban libres de cualquier malicia, las había dicho sin pretender entristecer a nadie, en su mundo era algo normal ¿por qué todos se sorprendían de lo que había dicho?
- ¡CÁLLATE YA! - gritó Ace encolerizado golpeando a Riddle y colocándose delante de la pequeña de forma protectora.
Todos comenzaron a susurrar impactados por lo que acababa de pasar.
- ¿A-Ace? ¿Por qué demonios hiciste eso? - preguntó algo preocupada la más joven - ahora te expulsarán del duelo.
- Se lo tenía merecido - dijo mirando fríamente a Riddle - además estoy cansado, ya no me importa el duelo.
- ¿Eh? ¿Acabas de... golpearme? - susurró Riddle sobándose la mejilla.
- Los niños no son trofeos de sus padres, y los logros de los niños no determinan el valor de los padres ¡Ahora comprendo la razón por la que eres un bastardo! ¡Es por tu culpa! - empezó a gritar - ¡piensa por ti mismo! ¡No eres el soberano carmesí! ¡Solo eres un bebé dotado con magia! - tras decir estas palabras Inku se fijó en Riddle horrorizándose. La sombra que vio días atrás estaba creciendo exponencialmente, consumiéndolo.
- ¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! ¡CÁLLATE! ¡Mi madre siempre tenía la razón! ¡Así que yo también tengo la razón! - su cara comenzó a ponerse roja mientras no paraba de gritar como un niño haciendo pataleta.
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Fin del capítulo ¿qué os ha parecido? Tengo que admitir que la parte de Inku me ha dolido hasta mí, pero que puedo decir, adoro el drama jeje. En fin quería comentaros que he escrito un historia de Incorrect Quotes con nuestro hermoso rollo de canela, ya he publicado nueve partes pero tengo más escritas, si la queréis leer está en mi perfil.
Eso es todo por hoy, tengan un buen día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo.
Continuará ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
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