Capítulo 29

- ¿Es eso un phantom? - murmuró el de puntas moradas preocupado - No, espera... Ese es... ¡¡IDIA!! - exclamó sorprendiendo y asustando a los presentes, mientras veían como el nombrado ascendía desde las profundidades del infierno hasta donde estaban ellos.

- Exacto... - contestó el de cabello de flama con una voz oscura.

- ¿Q-Qué te pasó? - murmuró la pelirrosa al ver a la sombra oscura de orbes brillantes acercándose a ellos.

- ¿Eh? ¿No os gusta? ¡Porque yo me siento genial! - aseguró el contrario determinado - no sabía que el overblot pudiera sentirse tan bien, los criticaba y al final también me uní a la colección de Chicos problemáticos SSR - añadió para después soltar una carcajada.

- ¡Hay más miasma saliendo desde la puerta del inframundo! - señaló el viceprefecto del dormitorio mientras se tapaba la nariz con la manga del uniforme. La visión de Inku empezó a emborronarse y lentamente sentía como si estuviera flotando en una nube, pero aún así el agarre en su varita se apretó con determinación al recordar que tenía que acabar con esto, y más aún cuando sintió otra sacudida en el lugar y escuchó los quejidos de las almas del otro mundo, que se acercaban cada vez más en forma de otra sombra gigante.

- ¡Hola a todos! ¡He vuelto! - les saludó la nueva sombra de forma alegre y casi, hasta un poco infantil. El color se desvaneció de la piel de los estudiantes de primero al ver aquella monstruosidad.

- Por lo que puedo ver, esa... cosa, está conectada al blot que desborda Idia, probablemente sea su phantom - comentó el de puntas moradas pensativo - pero ese "¡he vuelto!" estoy seguro de que he oído esa voz antes - añadió confundido y el horror dentro de la de cabello trenzado creció al darse cuenta de que, aquella voz infantil y alegre, pertenecía a...

- ¿No me reconocéis? Soy yo ¡soy Ortho! - aseguró confirmando las sospechas de la pequeña y sorprendiendo al resto de grupo - ¿Qué os parece? He crecido mucho ¿verdad? - cuestionó "sonriente" - todos los que se hicieron mis amigos en el inframundo, me ayudaron a crecer. La "maldición" que mora a en mí, era una bendición que en realidad me fortalecía; absorbí todo el blot del inframundo en mi cuerpo y seguí quemándolo ¡Hasta que finalmente me convertí en el mismísimo inframundo! - concluyó mientras varias voces provenientes de su cuerpo, celebraban la cercana libertad. Aquellos susurros sólo conseguían que el dolor se cabeza de Inku aumentara.

- Esperad un momento... ¡Mirad! ¡En el hombro de Ortho-kun! - pidió el integrante más joven de Pomefiore mientras señalaba el área afectada.

Sus compañeros dirigieron sus miradas hasta ese punto, descubriendo una pequeña silueta regordeta que le pertenecía al otro estudiante del dormitorio abandonado. Los ojos de la heterocromática se abrieron como platos al ver a su amigo allí arriba, pero era incapaz de pronunciar palabra alguna.

- Probablemente se perdió en el inframundo y Ortho-kun lo atrapó... - supuso el de orbes esmeralda sorprendido ante aquella revelación.

- Tenemos que quitárselo... Pero ¿cómo podemos hacer eso? - preguntó el de cabello lila nervioso.

- Hay que detenerles, aquí y ahora... - sentenció el prefecto de Pomefiore con el ceño levemente fruncido - si no lo hacemos, nunca recuperaremos a Grim ni nuestras vidas tal y como las conocemos - añadió agarrando su pluma, dispuesto a prepararse para la batalla.

- ¡Tch! ¡Además de esos palurdos, hay más phantoms que salen del inframundo! - dijo la voz de Leona a través del walkie-talkie.

- Esto no es bueno - se unió la voz de uno de los trabajadores del lugar preocupado - la mayoría del personal que están abriendo y cerrando las escotillas de emergencia son no combatientes, si los ataca un gran número de phantoms, ¡no sobrevivirán! - aseguró haciendo que los jóvenes de NRC se preocuparan por otro problema más.

- ¡Vil-sempai, Leona-sempai! ¡Vayan a los niveles superiores con sus chariots y ayuden a los miembros del staff! - pidió la voz del pelirrojo de Heartslabyul por el walkie-talkie - ¡Azul y yo retendremos a Idia-sempai y a Ortho para ganar algo de tiempo!

- Bueno, parece la única forma de hacerlo... - comentó el más alto determinado - ¡Leona! ¡Ve al sexto nivel! ¡Yo me dirijo al primero! - ordenó mientras el chariot comenzaba a ascender

- Qué molesto, son como unos débiles conejitos, ¿por qué no se quedaron escondidos? ¡Lo único que hacen es hacernos perder el tiempo! - se quejó el contrario.

- Bien, entonces, Rook y yo nos encargaremos del frente y Epel e Inku os encargaréis de la retaguardia ¿está bien? - cuestionó el de puntas moradas recibiendo una respuesta afirmativa de tus compañeros - si no te encuentras del todo bien, no hace falta que...

- ¡Estoy bien! - le interrumpió la más bajita determinada - a-ayudaré en todo lo que pueda... - aseguró apretando un poco más su bolígrafo mágico, decidida.

- Entiendo... - respondió el contrario con una pequeña sonrisa preocupada mientras acariciaba con suavidad la cabeza de la más joven - entonces, preparémonos... - concluyó sacando su arma mientras acababan de acercarse a su destino.

...

- ¡E-Están empezando a subir por la pared! - exclamó Inku al ver cómo los Shroud se acercaban peligrosamente hacia donde estaban. Llevaban ya bastante tiempo de pelea contra los phantoms más pequeños y, aunque los otros dos grupos habían conseguido debilitar a los hermanos, no fueron suficiente para derrotarles, así que sólo quedaban ellos.

- ¡La Lanza Relámpago está cargada al 80%! - anunció uno de los trabajadores volviendo con el aparato y entregándoselo a los jóvenes.

- Hemos concentrado toda la energía mágica disponible para recargarlo, pero no conseguimos que llegara al 100% - explicó uno de sus compañeros apenado.

- El 80% es suficiente, gracias - contestó el prefecto de Pomefiore tomando el arma.

- Esto se convertirá en un campo de batalla - advirtió el de sombrero extravagante - ¡Todos los de S.T.Y.X id a un lugar seguro! - pidió con un semblante serio recibiendo una respuesta afirmativa de los contrarios para que después éstos se marcharan.

- Respasemos lo que tenemos que hacer... - intervino el de orbes amatista - en primer lugar, separaremos a Idia de su phantom para liberarlo del estado de overblot. Después, rescatamos a Grim y entonces enviaremos a todos los phantoms que se fusionaron con Ortho de vuelta al inframundo. Finamente, restauraremos el sistema Cerberus y sellaremos con él el Tártaro y el Inframundo - concluyó.

- Está bien... - murmuró para sí mismo el de cabello lila intentando tranquilizar un poco el ambiente - si aquella vez conseguimos que Vil-san con su overblot volviera a sus cabales y bailara en el VDC, ¡también podremos hacer esto! - aseguró determinado, y aquellas palabras lograron que el estado de ánimo de la pequeña mejorara considerablemente, debido a la adrenalina del momento, no sentía demasiado cansancio y mucho menos, las dificultades que las manchas de tinta le causaban al ir creciendo lentamente por su cuerpo con el paso de los segundos.

- Así es, monsieur cherryapple... - comentó el de orbes verdosos guiñándole un ojo al nombrado - ahora, los que están en la sala de control ¿tienen algún plan para restaurar el sistema Cerberus? - cuestionó por el walkie-talkie.

- La situación no es buena - contestó uno de los adultos con seriedad - el sistema Cerberus es capaz de controlar el Tártaro y el Inframundo - explicó - se apaga y se reactiva mediante la identificación genética de la familia Shroud, los guardianes del sistema. Sin embargo, fue un Shroud quién desencadenó esta situación, los códigos de control establecidos para la emergencia fueron reescritos por Ortho y el ordenador no acepta comandos del exterior, estamos haciendo todo lo que podemos...

- Me temo que ellos tendrán que arreglar lo que han hecho ¿no creen? - cuestionó el más alto - entendido, dejennos a Idia y a Ortho a nosotros - pidió recibiendo el visto bueno de los trabajadores del lugar.

- Cuando Idia-san recupere la cordura ¿creéis que nos va a escuchar? - preguntó la de cabello trenzado un poco preocupada por qué algo en el plan fallara.

- Aunque no quiera, lo obligarnos nosotros - aseguró Vil con una pequeña sonrisa - al estilo Night Raven College - añadió mientras se subía al carruaje junto a sus compañeros

- ¿Al estilo Night Raven College? - cuestionó la heterocromática confundida.

- ¿Por qué no le preguntas a Epel? Él debería conocerlo muy bien... - aseguró el más alto divertido y haciendo que la expresión del nombrado cambiara a una de horror al recordar cierto suceso - la regla principal de nuestra escuela es que los débiles sigan a los fuertes, los perdedores no tienen derecho a quejarse - explicó - si ganamos, nos obedecerá, sin importar lo que Idia quiera.

- Los débiles y los fuertes... Nuestra filosofía escolar es simplemente hermosa - comentó el viceprefecto del dormitorio conmovido y confundiendo un poco a la más joven, no entendía muy bien que tenía eso de hermoso, pero bueno. En ese momento varias sacudidas, bastante violentas, removieron todo el lugar, sacando a los jóvenes de su conversación y haciendo que se centraran en la inminente amenaza.

- ¡Ya vienen! - exclamó la de ojos bicolor, viendo como los integrantes de Ignihyde se arrastraban lentamente por las paredes del abismo en su dirección.

- Yo pilotearé el chariot, sempais, concéntrese en el ataque por favor - pidió el integrante más joven de Pomefiore serio mientras se escurría hasta los mandos de la nave.

- ¿Lo vas a conducir tú, Epel-kun? - cuestionó el de orbes jade un tanto sorprendido.

- Jeje, solía ayudar en el campo con un camión agrícola en mi pueblo ¡así que estoy acostumbrado a conducir un vehículo así! - explicó el contrario con una sonrisa retorcida - ¡vamos! - exclamó para después arrancar el transporte y comenzar a descender hasta estar más cerca de Idia y Ortho.

- Muy bien, chicos. Esta es la última línea de defensa - dijo Vil con una expresión de seriedad - no podemos perder esta batalla, si queremos recuperar nuestras vidas tales y como las conocemos.

- Somos los únicos que podemos salvar a Grim y al resto - pronunció la de cabello trenzado, determinada a acabar con aquello.

- ¡Vamos! - ordenó el prefecto de Pomefiore mientras finalmente quedaban a la altura de los contrarios y la batalla comenzaba.

...

- ¡¡AAAAHHHHHH!! - gritaron los estudiantes de NRC al cargar la lanza del trueno para darle el golpe de gracia al overblot. Una expresión de horror apareció en el rostro del mayor de los hermanos, y más, cuando vio como el rayo impactaba contra su compañero.

- Estábamos... Estábamos tan cerca... Y aún así... - murmuró Ortho agotado mientras comenzaba a caer de nuevo al abismo.

Varios quejidos de las almas atrapadas en el Inframundo hicieron acto de presencia al ver como su plan a la libertad se volvía añicos. Todo aquello fue lo último que pudo con Inku. La batalla, cargar la lanza y dispararla; sin duda había excedido sus límites y ahora estaba pagando por ello. Pudo ver como Idia volvía a la normalidad y como el cuerpo de su hermano empezaba a romperse, pero no podía más. Su cuerpo goteaba tinta en exceso, causando que un gran charco de aquella sustancia oscura yaciera bajo sus pies, poco a poco sus párpados comenzaron a volverse más pesados y el mantenerse de pie era demasiado complicado para ella. Podía escuchar las voces de todos los presentes, pero no acababa de entender lo que decían; y en tal estado no pudo evitar que, al más leve movimiento de la nave, su cuerpo se desestabilizara y cayera de ésta, aproximándose hacia el abismo.

Sus ojos se abrieron por la sorpresa y por el miedo, al ver cómo la nave comenzaba a alejarse a una velocidad vertiginosa, escuchó un grito, pero no acabó de reconocer quién era ¿su hermano? No, eso era imposible, él debía estar en el hospital de su ciudad verdad; ni siquiera estaba en ese mundo, y mucho menos, en aquel lugar. Pero ¿realmente era así? ¿realmente estaba en el hospital recuperándose del accidente? ¿y si realmente él estaba allí con ella? ¿y si estaba en el fondo del abismo? Por algún motivo aquel pensamiento consiguió calmar un poco su mente, al imaginar cómo por fin se reencontraría con su hermano y tendría el final feliz que la prometió, ya que, bueno, las continuas promesas del director nunca aportaban nada a aquel tema; ya llevaba allí más de medio año y nada cambiaba ¿si quiera su hermano seguía vivo? Todo se volvió oscuro en ese momento, quizás porque, por fin cedió al cansancio cerrando los ojos, o quizás porque éstos fueron cubiertos por tinta, simplemente se dejó llevar, dejando de sentir su cuerpo y sumiéndose en la más absoluta oscuridad. Lo último que pudo escuchar fue una voz que juraría conocer...

Oh querida... no podemos vernos... no todavía... tienes mucho por lo que vivir... lo siento...

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Aaaahhhhhh, no sabéis cómo me ha costado escribir este capítulo, pero me ha gustado bastante el resultado, la esperanza que tenía Inku sobre qué su hermano seguía vivo comienza a desvanecerse y decide sucumbir al Inframundo para reencontrarse con él; obviamente no está del todo consciente de esto, pero bueno, poco a poco se va dando cuenta de que lo que había creído desde un principio, a lo mejor no era tan verdad como ella pensaba ¿qué os ha parecido a vosotros?

Tengan un buen día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo uwu.

Continuará ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

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