Capítulo 27

- Todo está demasiado tranquilo, pero hace más frío que antes... - comentó el más alto deambulando por la estancia mientras la puerta se cerraba detrás del grupo.

- Los phantoms no estarán del todo descongelados aquí ... - supuso el de orbes jade pensativo.

- Oh ¡Hola, cansados viajeros! ¡Bienvenidos a la tercera prueba! - les saludó un holograma del menor de los Shroud apareciendo ante ellos.

- ¡Dejad de hacernos correr con vuestros jueguecitos! - gritó el de cabello lila molesto - venid aquí y pelead con nosotros de forma justa - ordenó con el ceño fruncido.

- Confiad en mí, nos gustaría mucho hacer eso - aseguró el menor con una expresión cínica que tensó a la pequeña - pero necesitamos un poco más de tiempo antes de poder encontrarnos - explicó.

- Oh, parece que estáis teniendo algunos problemillas ¿queréis un poco de ayuda? - cuestionó el de puntas moradas con una expresión burlona.

- Fufufu, permitidme explicaros los objetivos para esta ronda - pidió el de cabello azulado ignorando lo que el mayor había dicho con algo de molestia contenida - ¡Debéis rescatar a la persona que tenéis enfrente! - exclamó señalando con sus brazos toda la estancia.

- ¿Rescatar? Pensé que sólo había phantoms en este lugar... - comentó la pelirrosa en voz baja empezando a preocuparse.

- Pues pensaste mal - contestó el de ojos ámbar burlándose de la contraria y haciendo que ella frunciera el ceño molesta - escuchad cuidadosamente - pidió para que después todos se quedaran en silencio.

- A-Ayúdame... Alguien, por favor ¡ayuda! - rogó una voz amortiguada y asustada que sonaba por todo el lugar.

- Una investigadora está actualmente atrapada en una de estas jaulas - explicó el holograma serio - ayudadla si queréis conseguir la identificación para salir de aquí - añadió - ella no durará demasiado bajo estas temperaturas tan extremas, así que, morirá congelada si no os dais prisa ¡fufufu! ¡Os deseo buena suerte! - se despidió alegremente mientras desaparecía.

- ¡Grita para que te escuchemos mejor! - exclamó el de orbes azulados mirando en todas direcciones en busca de la empleada.

- Estoy aquí... ¡Por favor ayúdenme! - gritó la afectada mientras golpeaba la prisión en la que estaba, produciendo también que el resto de jaulas crujieran, alertando a los jóvenes.

- L-Las otras cajas se están descongelando... - susurró la heterocromática queriendo encogerse en su sitio y desaparecer de allí.

- ¡Démonos prisa y salvémosla! - exclamó el integrante más joven de Pomefiore decidido mientras se dispersaban para encontrar a la chica.

...

- ¿Está ahí, mademoiselle? - preguntó el de sombrero extravagante tras estar un buen rato revisando otras cajas.

- Sí... Estoy aquí... Por favor, date prisa... Tengo frío... - murmuró débilmente la joven.

- ¡Por favor aléjese de la puerta y póngase a cubierto! - pidió el prefecto de Pomefiore para después lanzar un hechizo contra la jaula, destrozándola.

- ¿¡S-Se encuentra bien?! - cuestionó la de cabello trenzado preocupada mientras se asomaba levemente para ver el interior de la prisión.

- ¡Ah, por fin soy libre! - suspiró una voz tenebrosa proviniente de la caja, la cuál estaba llena de un agobiante miasma que golpeó de repente a la pelirrosa provocando que comenzara a toser - ¡Soy libre! ¡AHAHAHAHAHA! - se carcajeó aquella voz terrorífica.

- ¡Atrás Inku! ¡Ese es otro phantom! - advirtió el más alto mientras hacia retroceder a la nombrada y apuntaba a la criatura con su varita para después derrotarla con un hechizo.

- ¡¡GIIHHH!! ¡Por fin iba a ser libre! - maldijo aquel ser mientras comenzaba a deshacerse por el ataque.

- ¡Se le cayó la identificación! - jadeó el de pelo lila mientras tomaba el objeto de los restos de la criatura.

- N-No sabía que los phantoms pudieran hablar... - murmuró la fémina semiescondida tras la pierna del de orbes púrpura, para después, volver a toser de nuevo. Le picaban los ojos y sentía su garganta agrietada, aquel miasma la había afectado bastante.

- ¿Estás bien, Inku? - preguntó el viceprefecto de Pomefiore mientras se arrodillada delante de la nombrada y levantaba su barbilla, encontrando varias manchas de tinta en la cara de la menor confundiendo a los contrarios.

- Tenemos la identificación, así que marchémonos de aquí - intervino el de puntas moradas mientras se dirigía a la puerta. Vil suponía que cuando llegaran al hangar encontrarían suministros para tratar a Inku y descansar, así que continuar era lo más lógico.

- Q-Qué frío hace... - murmuró la heterocromática mientras salían del asilo, cuánto más bajaban, más baja era la temperatura; y aquello sólo hacía que la debilidad de la pequeña aumentara.

- Los uniformes están hechos con telas gruesas, así que deberíamos estar bien bien, no os preocupéis - aseguró el líder de Pomefiore mientras seguían su descenso, aunque aquella tarea fue interrumpida por una violenta sacudida del lugar.

- ¿¡Un terremoto?! - gritó el integrante más joven de Pomefiore intentando no caerse al vacío.

- ¡No, esto no es un terremoto! - contestó el cazador con una expresión seria - ¡Mirad! - pidió mientras señalaba al abismo en el cuál comenzaba a asomarse una silueta colosal y monstruosa que se iba acercando lentamente hacia los jóvenes.

- ¿¡Eso es un phantom de la antigüedad?! - cuestionó Vil horrorizado ante la rocosa criatura que a los ojos de la menor era la sombra más grande y terrorífica que había visto en su vida, suponía que bajo aquella oscuridad se encontraba uno de los titanes de Hércules, lo cuál no sabía si era mejor o peor que una de esas sombras - ¡usad hielo y apuntad a sus pies! ¡Así perderá el equilibrio! - ordenó lanzando un hechizo que esquivó el enemigo con facilidad.

- ¿¡DÓNDE ESTÁS JÚPITER?! - gritó la criatura haciendo que el lugar retumbara y confirmando las sospechas de la de cabello trenzado de que aquello era un titán.

- ¡Debemos retirarnos! ¡El hangar tiene que estar a la vuelta de la esquina! - exclamó el prefecto de Pomefiore mientras echaba a correr junto a sus compañeros.

- ¡Yo cuidaré vuestras espaldas! - declaró el de sombrero extravagante serio mientras intentaba retener al coloso con sus hechizos. La de orbes bicolor avanzó lo más rápido posible intentando alcanzar el hangar junto a sus compañeros, aunque no era tan sencillo como parecía; había un nudo en su garganta que la impedía respirar con normalidad, tenía una sensación de pesadez debido a la expansión de sus manchas de tinta y comenzaba a marearse con tantos estímulos y estrés.

- ¡Lo encontré! - exclamó el de ojos violetas mientras abría la puerta del hangar y todos entraban. En cuánto todos estuvieron dentro de la estancia la pelirrosa no pudo evitar tener que apoyarse en la pared y recuperar el aliento que había perdido por la carrera. Estaba agotada y su condición física no estaba, precisamente, ayudándola. Podía ver cómo sus compañeros merodeaban por toda la habitación, buscando algo que no acababa de saber muy bien el qué era, le estaba costando demasiado no desfallecer.

- ¡H-Hay algo brillante ahí! - murmuró la pelirrosa extrañada con algo de esfuerzo mientras señalaba algo que se escondía tras una estantería.

- ¡Eso es! - exclamó el de ojos azulados mientras se acercaba al lugar junto al resto de sus compañeros y sacaban un aparato en forma de rayo que era incluso más alto que el prefecto del dormitorio.

- ¡¡¡SALID!!! - ordenó el titán molesto al otro lado de la pared mientras intentaba llegar hasta los jóvenes.

- No tenemos tiempo para hacer planes ¡Voy a encenderlo! - intervino el de puntas moradas empezando a ponerse nervioso.

- Código: titanomaquia. Nivel de emergencia A reconocido - anunció la lanza - los circuitos mágicos están operativos, porcentaje de carga: 100, activando lanza relámpago - añadió mientras el aparato empezaba a brillar - registro de huellas dactilares en curso, por favor, coloque su mano en el panel - pidió.

- ¡Vil-san, dese prisa! ¡¡La puerta no va a durar mucho!! - rogó el integrante más joven del dormitorio empezando a entrar en pánico.

- ¡Ya lo sé! - gritó el nombrado siendo contagiado por el nerviosismo del ambiente mientras activaba el aparato.

- Huella digital registrada, soltar los bloqueos de seguridad, modo de apoyo activado: todo verde - dijo la lanza.

- Ack... ¡Qué pesado! - se quejó el más alto mientras intentaba sostener el arma - tendré que usar magia para levantarlo... - añadió con fastidio para que después la puerta fuera destrozada por el titán.

- ¿¡DÓNDE ESTÁIS... HUMANOS?! - rugió la criatura aterrorizando a los jóvenes.

- Incluso si uso magia para moverlo, es demasiado complicado para mantenerlo estable... - maldijo el de puntas moradas - Epel, Inku y yo sujetaremos la lanza ¡Rook, dinos dónde apuntar! - pidió determinado.

- ¡Oui! - contestó el nombrado - mi orgullo como cazador está en juego ¡qué emocionante es cazar titanes! - comentó sin poder reprimir una sonrisa de emoción. A pesar de su malestar, la pequeña sacó su pluma y se preparó para la batalla; no había podido ayudar a sus amigos, tanto como hubiera querido, así que debía esforzarse al máximo en ese momento, costara lo que costara.

Los cuatro estudiantes invocaron su magia, levantando el aparato, apuntándolo hacia el coloso y preparando el rayo.

- ¡Toma esto! - gritó el de orbes amatista cuando el disparo estuvo cargado, consiguiendo tirar a la criatura por el abismo - ¿Ganamos? ¿Realmente... ganamos? - murmuró en shock mientras observaba como el phantom era engullido por el vacío.

- ¡Sí! ¡Lo logramos! - celebraron los otros integrantes del dormitorio, aunque su júbilo no duró demasiado pues escucharon un golpe seco a sus espaldas.

Se giraron rápidamente descubriendo como la pelirrosa estaba tirada en el suelo vomitando grandes cantidades de tinta y algo de sangre. Manchas de aquella sustancia oscura, adornaban el cuerpo de la fémina, extendiéndose por este sin pausa. Esto claramente alarmó al resto del grupo que rápidamente tomaron el cuerpo de la heterocromática y se adentraron de nuevo al hangar en busca de medicamentos para ayudar a su amiga. Las voces de sus compañeros se sentían tan distantes para la de cabello trenzado que no podía evitar asustarse más, además del ardiente dolor que le provocaba su enfermedad, toda aquella situación comenzaba a superarla y lo único que podía hacer era aferrarse al cuerpo del viceprefecto de Pomefiore y llorar en silencio por el dolor.

...

- Bueno, creo que esto será suficiente... - comentó el prefecto de Pomefiore mientras se sentaba en el suelo junto al resto del equipo - ¿te encuentras mejor Inku? - le preguntó recibiendo una respuesta afirmativa de la nombrada la cuál estaba sentada sobre el regazo del viceprefecto de Pomefiore. Habían podido conseguir disminuir el dolor de la fémina gracias a varias medicinas que encontraron en un botiquín. Aunque eso no quitaba que la condición de la pequeña fuera mala. Tenía algo de fiebre y el tamaño de las manchas no había encogido demasiado, pero por lo menos ya no sentía tanto dolor - nos quedaremos aquí mientras la lanza relámpago se carga y de paso podremos descansar - añadió.

- Hay un temporizador proyectado ¿es ese el tiempo que tendremos que esperar? - cuestionó el de orbes esmeralda observando al objeto sobre su cargador.

- ¡¡N-No tenemos tanto tiempo!! - intervino el de cabello lila al ver el temporizador del arma.

- Siendo honestos, no creo que hayamos derrotado al phantom, a pesar de haber conseguido golpearlo - dijo el de sombrero extravagante con seriedad, deprimiendo a la pequeña, no quería volver a encontrarse con el titán, había sido demasiado aterrador.

- Puede que la espera sea agonizante, pero sería demasiado peligroso continuar sin la lanza - habló el de puntas violetas concordando con su compañero de dormitorio - además, realmente necesitamos descansar después de tantas batallas - añadió refiriéndose sobre todo a la pelirrosa, pues era la más perjudicada en aquel momento.

- Creo que voy a contactar con los demás, para ver cómo van - comentó el cazador mientras sacaba el walkie-talkie, aunque aquella acción se vio interrumpida por un gruñido.

- ¿Qué fue eso? ¿Hay un phantom cerca? - cuestionó el prefecto del dormitorio poniéndose a la defensiva.

- Oh, um... Ese, ese era mi estómago, lo siento - se disculpó el integrante más joven de Pomefiore mientras se rascaba la nuca avergonzado.

- ¿Ah? ¿En serio? ¡Pensé que el titán nos estaba atacando de nuevo! - exclamó el más alto en shock.

- Lo siento... Ejeje~ - murmuró Epel con una gota de sudor en su mejilla y una risita entretenida en su rostro. Aquello provocó que los otros dos jóvenes restantes estallaran en risas por aquella situación.

- ¿Por qué estáis sonriendo? - cuestionó Vil cruzándose de brazos con una expresión de confusión.

- Por nada, sólo me alegro de que seas el mismo de siempre - contestó su viceprefecto si poder dejar de sonreír - también encontramos algunas raciones, así que acomodemos al titán del estómago de Epel-kun antes de continuar - propuso sonriente.

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Y fin del capítulo ¿qué tal? Hace poco descubrí un anime llamado "Kumichou musume sewagakari" y aaaaahhhh, la diabetes. En serio es un anime bastante bonito con yakuzas buena onda y una niña pequeña achuchable, realmente recomendable uwu.

Tengan un buen día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo.

Continuará ❤️❤️❤️❤️❤️❤️

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