Capítulo 19

- ¡N-No es necesario! - intervino con rapidez la de cabello trenzado, absorta al imaginarse la increíble cantidad de dinero que el prefecto ofrecía.

- Pensad en ello como una recompensa por todo vuestro trabajo - contestó el de ojos morados - personalmente creo que esto no es suficiente para cubrir todo lo que hice - añadió lleno de remordimientos - pero si no hago esto no podré seguir adelante, así que por favor, aceptadlo también por mí - pidió intentando que su voz no se rompiera. Todos se quedaron en un incómodo silencio sin saber muy bien que decir hasta que el prefecto de Scarabia intervino.

- ¡Entiendo! ¡Entonces lo aceptaré! - contestó alegremente el peliblanco.

- ¿¡Kalim?! - exclamó sorprendido su compañero de dormitorio.

- Déjame explicarme... - pidió el albino al ver la reacción del contrario - no atribuyo nuestra derrota ni ningún tipo de responsabilidad a Vil, pero, si es su manera de aceptar lo que ha hecho para seguir adelante, entonces lo recibiré felizmente - explicó con una de sus típicas sonrisas optimistas - ¡Además donaré mi parte del premio al dormitorio abandonado! - añadió haciendo que todos los presentes se sorprendieran - me sorprendí muchísimo cuando llegué por primera vez a este lugar, quiero decir ¡está totalmente destrozado! - exclamó soltando una inocente carcajada.

- P-Pensé que había hecho algo de progreso... - murmuró la pelirrosa algo deprimida.

- Hubo momentos en que no había agua caliente, hay goteras por todas partes, el viento se cuela por los huecos de las paredes... Supongo que el nombre de "destartalado" le va al pelo - comentó el de orbes rubí sin dejar de sonreír - quiero mostrar mi agradecimiento por los cuidados durante mi estadía aquí, además ¡me lo pasé en grande! - añadió alegremente - el dinero es mío ¿verdad? ¡Entonces, puedo invertirlo en lo que quiera!

- ¡Oh, roi d' Or! Realmente eres un hombre con un corazón dorado - comentó el de sombrero extravagante conmovido por el momento.

- Un sirviente no puede ir en contra de la voluntad de su amo, así que aceptaré mi parte e igualmente la donaré al dormitorio abandonado - habló el de cabello trenzado con una sonrisa.

- Yo... hice una promesa con Vil-san, pero no pude cumplirla - comentó el de orbes azul clarito algo apenado - no puedo aceptar tal premio si todavía no cumplí mi parte de la promesa, entonces, aceptaré mi parte ¡y lo donaré al dormitorio abandonado! - añadió con un semblante alegre, y al escuchar aquello, la de cabello trenzado se colocó la mano sobre la frente comprobando si todavía tenía fiebre ¿esto estaba pasando realmente? - Grim-kun se sorprenderá mucho cuando vuelva y vea lo hermoso que ha quedado este lugar ¿no crees? - cuestionó con una sonrisa recibiendo una respuesta afirmativa de la fémina que había sido contagiada por la felicidad del ambiente y estaba sonriendo inconscientemente.

- ¡M-Muchas gracias! ¿P-Pero estáis seguros? - cuestionó la heterocromática en un murmullo pues no acababa de creerse todo lo que estaba pasando.

- Yo me quedaré mi parte para mí - intervino el de dibujo de corazón - pasamos por un infierno viviente, además quiero comprarme ropa y zapatos nuevos...

- El dinero del premio le vendría muy bien a mi familia, pero... m-yo también... No, pero creo que yo... - el joven de orbes azul marino murmuraba cosas sin sentido mientras intentaba decidir qué hacer con su parte del premio.

- No tienes que esforzarte tanto para ser un buen chico, Deuce - intervino su compañero de dormitorio al ver cómo al contrario parecía que le salía humo de las orejas - hicimos una audición para conseguir este premio, no tienes porqué tirarlo todo por la borda ahora.

- Lo sé, pero aún así... - contestó el de cabello azul oscuro aún indeciso.

- Un acto de caridad no debe realizarse por presión de grupo - comentó el prefecto de Pomefiore atrayendo las miradas de los presentes hacia él - sé muy bien que esto no es suficiente para compensar mis errores, pero esto es lo máximo que puedo hacer por ahora. Me salvasteis la vida, siéntete orgulloso de eso y acepta el premio que te mereces - pidió con una sonrisa.

- E-Entiendo... ¡¡M-MUCHAS GRACIAS!! - gritó el de dibujo de pica estrepitosamente mientras hacía una exagerada reverencia hacia el mayor.

- ¿Has escuchado lo que acabo de decir? - cuestionó el de puntas moradas con una expresión de fastidio - no es necesario que me des las gracias - añadió frotándose el puente de la nariz.

- Yo también donaré mi parte al dormitorio destartalado - intervino el de orbes verdosos - el tiempo que pasamos juntos, al igual que la sangre, las lágrimas, y el sudor que derramamos juntos, valen más que cualquier premio para mí - explicó de una forma muy dramática que la pelirrosa no acababa de entender.

- ¡OHHH~! Ahora que tienes tanto dinero ¡podemos arreglar este lugar! - comentó felizmente el de orbes rojizos de Scarabia. Y la fémina no pudo evitar sonreír también, porque, a parte de que podría arreglar el dormitorio, también podría comprarle a Grim sus 4000 atunes, seguro que cuando volviera estaba feliz - arreglar el techo es imprescindible, pero cambiar el papel de las paredes y las cortinas también estaría bien... Encárgate de las cosas sencillas primero y después busca buenos sofás y cosas así cuando puedas - recomendó sin dejar de sonreír.

- No, el agua, el gas y ese tipo de cosas deben actualizarse primero - intervino el de orbes chocolate con una expresión seria - aunque tampoco deberías perder de vista su presupuesto - añadió haciendo que Inku asintiera levemente con la cabeza. La pequeña estaba apuntando mentalmente lo que sus amigos decían pues no sabía demasiado en cuanto a reformas, pero estaba emocionada por aquella situación.

- Te deseo una exitosa remodelación - comentó el viceprefecto de Pomefiore soltando una pequeña risita mientras despeinada con cariño a la pelirrosa.

- Yo no voy a donar nada de mi parte pero, puedo invitaros a un almuerzo de lujo en la cafetería a ti y a Grim cuando regrese a casa - propuso el pelirrojo de Heartslabyul.

- ¡Yo os invito al postre! - saltó el de dibujo de pica.

- Muchas gracias, chicos - contestó la de cabello trenzado feliz por la amabilidad de sus compañeros. Pero en ese momento hubo un gran temblor que sacudió todo el lugar.

- ¿¡U-Un terremoto?! - exclamó el integrante más joven de Pomefiore alarmado.

- ¡No, no lo es! - exclamó el de sombrero extravagante con una expresión seria mientras miraba por la ventana - ¡mirad por aquí! - añadió haciendo que todos los presentes se acumulasen a su alrededor, a excepción de la pelirrosa, que comprendió que con aquella cantidad de personas reunidas en la ventana y su altura no alcanzaría a ver demasiado, así que se asomó por encima del sofá esperando a ver que decían sus compañeros.

- ¿¡Qué es eso en el cielo?! - exclamó el albino alarmado - Espera ¿¡son personas sobre skates voladores?!

- ¿¡Qué demonios?! A menos que haya eventos, se supone que la escuela debe estar protegida por una barrera mágica para alejar a los intrusos - explicó el prefecto de Pomefiore con una expresión de seriedad y la cara de la pequeña palideció al darse cuenta de que el temblor de antes había sido la barrera rompiéndose.

- ¡Se dirigen hacia aquí! ¡Al suelo! - ordenó el de orbes jade para que después la ventana y la pared del dormitorio abandonado dónde estaban asomados explotase.

- ¿¡Estás bien Inku?! - cuestionó el de dibujo de pica acercándose a la más bajita y recibiendo una respuesta afirmativa de ella. Con la explosión el sofá había acabado tumbado y la pelirrosa lo había usado como escudo.

- ¡Detrás de mí, Kalim! - ordenó el de cabello trenzado colocándose delante de su amo a modo de escudo - nunca había visto algo así ¿¡Qué sois?!

- Esta es la unidad Hepta, tenemos imágenes sobre los sujetos D, E y G - anunció un robot grisáceo con detalles azulados, aunque no era el único, habría unos cinco en total - maniobras de detención iniciadas.

- No sé quién sois, pero es muy descortés entrar por la ventanas - comentó el de puntas moradas con una sonrisa sádica mientras sacaba su varita mágica - ¡esto es una emergencia! ¡Bajo mi autoridad como prefecto de Pomefiore todos tenéis permiso para usar magia contra los intrusos! - exclamó con una expresión seria mientras los estudiantes de segundo y tercero se unían con sus varitas en mano, dispuestos a pelear - ¡Estudiantes de primer año, permaneced detrás de nosotros y contactad con el prefecto de Heartslabyul! - ordenó recibiendo una respuesta afirmativa de los contrarios. La de cabello trenzado se alegraba en el fondo de no tener que luchar, la sentaba mal no poder ser nunca de ninguna utilidad, pero los intrusos, que a los ojos de la pequeña eran sombras malignas, parecían muy fuertes y peligrosas; ella sabía escoger sus batallas y esta no era una de ellas, así que aprovechó para permanecer relativamente escondida tras el sofá con sus compañeros de primero.

- Sujetos D y E confirmados por resistencia hostil, solicito permiso para actuar - pidió uno de los robots en los laterales.

- Permiso concedido - contestó la armadura central - prepárense para ejecutar el plan C de maniobras de detención - ordenó y así comenzó la batalla.

...

- Incluso Vil-san y los demás están teniendo problemas... - comentó el de cabello lila horrorizado al ver la escena ante sus ojos. Llevaban ya varios minutos de intensa batalla y los integrantes de NRC no avanzaban en absoluto, sólo agotaban su magia y sus energías haciendo que los ataques enemigos fueran más difíciles de esquivar, fue entonces cuándo dos descargas alcanzaron al prefecto de Pomefiore y al viceprefecto de Scarabia dejando inconscientes a ambos.

- Los sujetos D, E y F han sido asegurados, iniciando la búsqueda del sujeto G - anunció la armadura principal mientras el resto de robots se encargaban de los cuerpos de los estudiantes inconscientes. Aquella escena era más que aterradora para la heterocromática y podías ver con facilidad aquel miedo con tan sólo echarle un vistazo a su cuerpo, cubierto por manchas que asomaban por debajo de la ropa de la joven o adornaban su carita. Además de qué todavía no había acabado de recuperarse del bajón de la noche anterior y el estrés que la situación le estaba provocando tampoco la sentaba bien. Tenía mucho frío, le dolía la cabeza, no podía dejar de temblar y mantener los ojos abiertos estaba consumiendo mucha energía, todo esto era horrible pero de repente pasó algo.

- E-oye, espera... Ese es... - murmuró el de orbes azul clarito señalando a uno de los robots, los de primero dirigieron sus miradas hacia donde señalaba el recién nombrado descubriendo algo que les sorprendió.

- ¡¡¡DEJADME SALIR!!! ¡¡¡DEJADME SALIR!!! - gritó una voz estridente que provenía de una especie de ¿trasportín? que cargaba uno de los robots.

- ¿¡GRIM?! - exclamó la pelirrosa asomándose desde detrás del sofá, al reconocer la voz de su amigo y, a pesar de la terrible situación en la que estaba, no podía evitar sentirse un poco feliz al saber que su amigo estaba sano y salvo.

- Objetivo G localizado, ejecutando plan de captura - habló el robot, y los jóvenes de primero palidecieron al darse cuenta de que, el "sujeto G" que estaban buscando, era la pequeña Inku.

- ¡No dejaremos que te lleves a nuestros amigos! - exclamó el de dibujo de pica levantándose del suelo con su varita en la mano.

- ¡Recuperaremos a Grim y a los demás! - dijo el integrante más joven de Pomefiore uniéndose a Deuce determinado.

- ¡Hey! ¡¡Nos dijeron que no interfiriéramos!! - exclamó el de orbes rubí intentando llamar la atención de los contrarios - ¡Ugh, demonios! - se quejó al ver que no conseguía detener a sus compañeros y también sacó su varita dispuesto a ayudar. Inku, por su parte decidió ayudar, pero en la retaguardia, usaría su magia para crear escudos, evitando que sus amigos fueran heridos por los robots o por los escombros que caían del techo, un plan perfecto sin duda...

...

- Maldita sea... No puedo mover... me - murmuró el de dibujo tendido en el suelo incapaz de moverse para después perder la conciencia. Aunque, bueno, no era el único que había sido derrotado por la armaduras, ya que el resto de estudiantes de primero también habían sido apalizados por los intrusos. La única que todavía mantenía algo de conciencia era la pelirrosa que miraba horrorizada cómo por su culpa, sus amigos habían acabado heridos. Siempre era su culpa.

Levantó lentamente la cabeza encontrando delante de ella a una de las armaduras que la miraba fijamente, pero a los ojos de la más bajita era una sombra oscura de orbes brillante y no pudo evitar asustarse más. El uso continuo de magia también había afectado a su condición física; no podía ver demasiado bien y de las manchas que cubrían gran parte de su cuerpo caían pequeñas motas cuyo goteo taladraban su cabeza, un hilo de tinta mezclada con sangre se deslizaba por su nariz y no podía parar de temblar, aunque no sabía si era por el frío o el miedo que sentía.

Las palabras de súplica se atacaban en su garganta y las lágrimas hacia un buen rato que habían salido de sus ojos, pero simplemente no podía parar y entonces recordó una de las reglas fundamentales de su mundo, da igual lo que hagas, lo bueno que seas, lo que supliques o lo que grites, aquellos que sean manchados por la tinta sólo merecen el sufrimiento eterno.

Lo último que sintió fue una gran descarga que recorrió su cuerpo en cuestión de segundos y lo único que pudo hacer fue gritar...

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Uf, estuvo intenso ¿no creen? Lo único que espero es que Crowley haya escuchado el grito de Inku y se arrepienta de todo esto porque si no lo mato, bueno lo mataría de igual manera, dios es que le odio tanto... Pero bueno ¿qué les pareció? Quería ser original y se me ocurrió esto, al fin y al cabo Inku es como un cofrecito de blot andante y también quería incluir drama ¡mucho drama! >:D

Tengan un buen día/tarde/noche y nos vemos en el próximo capítulo uwu.

Continuará❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

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