La piratería copió el modelo de familia extensa y la jerarquía era más una cuestión de edad que de sexo. Por ese motivo las viudas y las hijas se ocupaban del negocio familiar hasta que las pudiera sustituir un varón maduro.

     No hay que pensar que por pertenecer al mismo género tenían un trato más dulce con otras jóvenes. Los intereses materiales del grupo predominaban sobre la ética, sobre la religión y sobre la moral. La violencia era la norma y estas féminas la ejercían sobre otras personas, fuesen hombres o mujeres. Aquí encontraremos a unas cuantas que no necesitaban disfrazarse para ejercer su oficio.

     Si deseas profundizar puedes leer:

📚Mujeres piratas, de Germán Vázquez Chamorro, página 20. Algaba Ediciones, S.A, Madrid, 2004.