TEMA 20. MUJERES QUE SE HICIERON PASAR POR HOMBRES.

Hubo un sinnúmero de mujeres que se rebelaron contra los roles de género impuestos por la sociedad patriarcal. Algunas se escondieron tras identidades masculinas con la finalidad de estudiar. Otras, para no tener que casarse con un marido impuesto por el padre o por el tutor. Muchas lo hicieron para escabullirse de una suerte incierta o para participar en las actividades que les vetaban por el simple hecho de haber nacido dentro del «género equivocado».

     Porque en el pasado vestir ropas ajenas al propio sexo se consideraba una transgresión, un acto de rebeldía o un ataque a la decencia y al buen gusto, conducta que además la ley castigaba. Cuando era una mujer la que vulneraba la norma, dicha transgresión se convertía en una violación mucho más peligrosa, porque significaba un intento de ascender en la jerarquía social y de negarse a aceptar el destino que le correspondía dentro de la sociedad en la que los hombres lo decidían todo.

     Hasta casi el siglo XX, las diferencias de vestimenta entre ambos géneros se regulaban por leyes y ni siquiera la Revolución Francesa cambió esta situación. En 1793, la Convención Nacional aprobó un decreto que reconocía que «cada uno es libre de llevar la ropa u ornamentos que le convengan», de modo que los plebeyos desde ese momento podían vestirse con prendas reservadas hasta entonces a la aristocracia, pero siempre ropa propia «de su sexo». Siete años más tarde, la policía de París obligaba a tramitar una autorización policial a las mujeres que quisieran «vestirse de hombre».

     Por fortuna, a lo largo de los siglos hubo muchas féminas transgresoras que se enfundaron las vestiduras propias de un varón y que se negaron a ocupar el lugar marginal al que se las destinaba. Pese a la diferencia de motivos individuales concretos, el denominador común de todas ellas era la voluntad de acceder a ámbitos sociales o a espacios profesionales que se hallaban reservados solo para los hombres.

     A finales del siglo XIX, la popularización de la bicicleta les permitió a las mujeres cambiar las anchas faldas de la belle époque  por bombachos bloomers  o por faldas pantalón. La difusión del feminismo y la integración en el mundo laboral convirtieron en habitual lo que en el pasado se consideró una amenaza contra el orden establecido. Sin embargo, aunque parezca increíble, en París esperaron hasta el año 2013 para abolir la norma que prohibía a las mujeres el uso del pantalón.

     Os dejo debajo la foto de uno de estos permisos que aparece en la Revista National Geographic referente al tema. En aplicación de una ordenanza de 1800, el permiso de travestissement  de 1862, autorizaba a una mujer de 36 años a vestirse de hombre «por razones de salud». Esta autorización era válida solo por seis meses y prohibía a la beneficiada asistir travestida a «espectáculos, bailes y otros lugares abiertos al público».


     En las entradas siguientes clasifico a las mujeres que se hicieron pasar por hombres de la siguiente manera:

I- Mujeres soldados.

II- Mujeres en navíos.

III- Mujeres artistas.

IV- Mujeres abogadas.

V- Mujeres médicos.

VI- Mujeres esclavas.

VII- Mujeres piratas.

     Si deseas profundizar más puedes leer:

📚Travestidas, un desafío a los roles de género, artículo número 218 de National Geographic Historia, escrito por Carlos Prego y actualizado a 29 de marzo de 2022.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top