Esta biografía la conocemos a través de la obra Vida del escudero Marcos de Obregón, escrita por Vicente Espinel y publicada en el año 1616. Este músico y escritor de Ronda fue compañero de Cervantes cuando estuvo preso en Argel. Y, lo más importante: a diferencia del autor del Quijote nos trae la historia de la renegada valenciana de un modo fiel y sin adornos. Porque su personaje, Marcos de Obregón, en realidad pasa por lo mismo que pasó él en tierras lejanas.

     La valenciana era de profesión molinera y tuvo la suerte o la desgracia de que el corsario berberisco Mamí Reis se cruzase con ella cuando se escondía de las patrullas españolas después de una incursión de saqueo en las costas. Coincidieron precisamente en el molino y la chica se hallaba tan horrorizada que no pudo escapar con las demás. El corsario se enamoró de la joven a primera vista y cuando sus compañeros lo rescataron se la llevó a Argel.

     Poco tiempo después renegó de la religión católica, aceptó a Alá y su profeta Mahoma —era una exigencia para tener una mejor vida en Berbería, de lo contrario terminaría como esclava en un harén— y se convirtió en la esposa principal de Mamí Reis. Pero no estaba conforme con esto y deseaba regresar a su tierra natal. Tuvo su oportunidad cuando un esclavo de Menorca pagó el precio del rescate y obtuvo su libertad. El hombre se despidió de su antigua ama y ella aprovechó la oportunidad para pedirle ayuda. Él le prometió por su honor que así lo haría.

     A la primavera siguiente, mientras las naves corsarias de Mamí Reis iban a realizar sus pillajes en tierras extranjeras, un bergantín también dedicado al corso salió de Mahón —en las islas Baleares— con el objetivo de liberar a la renegada valenciana. Ella, mientras tanto, se encargaba de reunir el mayor número de tesoros de los que disponía Mamí Reis y se trasladó a una de las residencias cercana a la playa acompañada de todos los esclavos cristianos, donde la esperaban los corsarios menorquíes.

     Tanto los rescatadores como los rescatados estaban nerviosos y algunos de los esclavos se hallaban remisos a escapar, de modo que la renegada valenciana los azuzó:

—¡El que quisiere la libertad y vivir como cristiano, sígame hasta España!

     Pero un antiguo soldado de Málaga, que actuaba como portavoz, le explicó los temores del grupo: los vigías de Argel habían descubierto el bergantín rescatador y las galeras berberiscas lo cazarían al amanecer. Para peor, la discusión despertó a dos pajes argelinos y a una esclava leal al amo y dieron la voz de alarma. La renegada valenciana tomó el mando de la situación y los ordenó degollar. Después obligó a todos a subir al bergantín y dejarse de cháchara.

     A la altura de Mallorca se toparon con dos naves corsarias españolas. La tripulación estalló en vítores, pero la renegada les ordenó callarse porque descubrió que eran las galeotas de Mamí Reis, que solía utilizar esta estratagema. Así que, ni corta ni perezosa, mandó que todos se vistieran con ropas turcas y que fingieran huir de los supuestos cristianos.

     Llegaron sanos y salvos a tierras españolas. La renegada compensó a los menorquíes, les dio una pensión a sus antiguos esclavos y retornó a la fe católica. Es una pena que se haya perdido su nombre a lo largo del tiempo.

     Si deseas saber más puedes leer:

📚Mujeres piratas, de Germán Vázquez Chamorro. Algaba Ediciones, S.A, Madrid, 2004.