4) El capitán William Kidd, corsario y pirata.

Según cuentan, William Kidd empezó como aprendiz de marino en un barco pirata, donde entabló amistad con varios colonos y con ciertos importantes gobernadores.

     En 1689, Kidd formaba parte de la tripulación de un barco corsario franco-inglés que navegaba hacia el Caribe. Tanto él como otros miembros de la tripulación se amotinaron contra el capitán al mando —Jean Fantin— y se apoderaron de la nave. Luego pusieron rumbo a la isla de Nieves, donde bautizaron el barco con el nombre de Blessed William.

     Al parecer, nombraron capitán a Kidd gracias al apoyo de Christopher Codrington, en ese momento gobernador de la isla antillana. William Kidd se puso a su servicio para defender los intereses de Inglaterra frente a los ataques franceses y con esta finalidad atacó la isla francesa de Marie-Galante. Obtuvieron un cuantioso botín que ascendía a 2.000 libras esterlinas de la época. Con el tiempo, Kidd se ganó fama de capitán cruel y despiadado debido a los duros castigos que infligía a sus hombres, lo que propició diversos conatos de amotinamiento y numerosas deserciones.

     Durante la guerra de los Nueve Años, también llamada guerra de la Liga de Augsburgo —una contienda que se libró entre Francia y una coalición de países europeos, entre ellos Inglaterra, para intentar frenar la expansión francesa en el Rin—, William Kidd se convirtió en corsario de la marina británica. Apresaba barcos piratas y embarcaciones francesas. Tan bien le fue que en 1691 se estableció en Nueva York y se casó con Sarah Bradley, una joven y rica heredera.

     En diciembre de 1695, el nuevo gobernador de Nueva York —el conde de Bellomont— le ordenó a Kidd que atacara algunos buques franceses y unos barcos piratas que habían sido avistados por la zona, y, aunque no le apetecía, no pudo negarse para no levantar sospechas de traición a la Corona. El rey Guillermo III de Inglaterra, incluso, le ofreció una patente de corso a William Kidd y un nuevo barco llamado Adventure Galley. Le dio libertad para elegir a la tripulación y designó al famoso corsario Hendrik van der Heul como segundo de a bordo.

     En 1696, un tercio de su tripulación murió de un brote de cólera en las islas Comores. Unido a esto, el navío no superó las expectativas puestas en él al atacar un barco del imperio mogol y acabar en fracaso. Encima, le resultó imposible reclutar más hombres durante la escala que realizó en Madagascar. Los rumores acerca de los actos de crueldad contra los suyos y contra los prisioneros se fueron extendiendo y corría de boca en boca que Kidd se dedicaba a la piratería.

     En enero de 1698, William Kidd capturó un barco armenio llamado Quedagh Merchant  cerca de la ciudad india de Cochín. El capitán era inglés, pero llevaba salvoconductos y bandera franceses. La legalidad de la acción era confusa y por eso quiso persuadir a su tripulación de que devolviese el barco a los propietarios. Sus hombres esgrimieron que toda la documentación y la bandera eran franceses por lo cual la captura era legal. Accedió en un intento por salvar su reputación y mantener el control de la nave, y, cuando la noticia llegó a Inglaterra, se reafirmaron las historias que lo tachaban de pirata.

     De regreso a Nueva York, William Kidd se enteró de que lo buscaban por un delito de piratería y enterró parte de las riquezas obtenidas en las islas Gardiners —cerca de East Hampton, en Nueva York— esperando poder recuperarlas más adelante si las necesitaba. Lo condujeron a Boston bajo falsas promesas de clemencia por parte del gobernador Bellomont, pero en julio de 1699 lo arrestaron y lo encarcelaron en condiciones insalubres. Un año mas tarde, lo trasladaron a Inglaterra, donde lo juzgaron por piratería y por el asesinato de un tripulante. El interrogatorio, que tuvo lugar en el Parlamento británico, empezó el 8 de mayo de 1701 y finalizó al día siguiente. ¿Qué consiguieron con esto? Hacer famoso a William Kidd entre la opinión pública. No obstante, el rey Guillermo III rechazó todas las cartas de Kidd pidiendo clemencia y lo colgaron el 23 de mayo de 1701. La cuerda se rompió y tuvieron que colgarlo por segunda vez. Como escarmiento el cuerpo fue expuesto a orillas del río Támesis durante tres años.

     El escritor Robert Louis Stevenson contribuyó con la novela La isla del Tesoro  a que la leyenda del capitán Kidd y de sus tesoros escondidos perdurara hasta nuestros días, convirtiendo a un simple individuo en una leyenda inmortal. La influencia de esta obra marcó la percepción que los lectores tuvieron de los piratas y puso la atención sobre los mapas de tesoros marcados con una X, en las goletas, en la misteriosa Mancha Negra —una marca que se pasaban los piratas de unos a otros y que significaba que sus compañeros iban a matarlos—, en las islas tropicales, en los piratas con una pata de palo que cargaban un loro sobre los hombros, en las banderas negras con el símbolo de la calavera. Empezó a publicar la obra el 1º de octubre de 1881 bajo el seudónimo de Captain George North en la revista infantil Young Folks. Si bien al principio tuvo poca repercusión, a fines de 1883 se publicó en forma de libro y se convirtió en un best seller.

     Si deseas profundizar más puedes leer:

📚El final del capitán Kidd, el temido corsario y pirata inglés, artículo de la Revista National Geographic Historia, escrito por J. M. Sadurní y actualizado a 22 de mayo de 2019.

📚Mares de Sangre. Historia de la piratería protagonizada o padecida por europeos hasta comienzos del siglo XIX, de Javier Martínez Babón, Editorial Dstoria edicions, 2019.

📚Robert Louis Stevenson, escritor de piratas, tesoros e islas perdidas, artículo de la Revista National Geographic Historia, escrito por J. M. Sadurní y actualizado a 19 de abril de 2022.

📚La isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson. Diario El País S.L, Madrid, 2003.


William Kidd (1655-1701).

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