2) Aasa, la pirata capitana del Oseberg.

Las mujeres nórdicas navegaban, luchaban en el mar y también pirateaban. La única diferencia con los hombres consistía en que sus incursiones eran más cercanas y no estaban fuera dos años como ellos. Cuando los maridos se iban lejos gobernaban los hogares, los condados y los reinos con mano de hierro.

     Pero vayamos al grano. En 1904, el arqueólogo noruego Gabriel Adolf Gustafson excavó cerca de la granja Oseberg —en Noruega, próximo a Oslo— y halló un barco vikingo que contenía el ajuar funerario más completo de los encontrados hasta el momento.

     El túmulo —un montículo con el que cubrían la tumba— había sido construido en arcilla azul y con piedras cubiertas de turba vegetal obtenida de los pantanos. Este recubrimiento había sellado el contenido y había mantenido los niveles de humedad necesarios para conservar la madera intacta durante siglos, de ahí que el estado de conservación fuese casi perfecto. No obstante, el peso de la tierra había aplastado la estructura del navío y la tumba alojada dentro.

     El barco medía 21,44 metros de largo por 5 de ancho y la proa miraba hacia el mar. En la popa, detrás del mástil, se hallaba la cámara funeraria. Según los estudios realizados la madera era del año 834. El ajuar funerario también incluía camas, edredones, ropa, peines, útiles de cocina, aperos de labranza y tiendas. Había, incluso, una carreta, cuatro trineos y los restos de quince caballos, de seis perros y de dos vacas. Sin embargo, la tumba había sido saqueada poco tiempo después del entierro. Los ladrones habían entrado por la proa y habían efectuado un agujero para acceder a la cámara funeraria y robar lo más valioso del ajuar. Además habían diseminado los huesos por la galería.

     Lo que dejó perplejos a los investigadores fue que los esqueletos pertenecían a dos mujeres, una de alrededor de 70 años o más y otra en la cincuentena. Se cree que la mayor era la reina Aasa (743-834) —la abuela del primer rey de Noruega, Harald I— y la más joven la que se sacrificó para acompañar a la difunta al mundo de los muertos. Si eres fan de la serie Vikingos  seguro que te conmoviste con una escena semejante.

     ¿Pero cuál era la historia de Aasa? Se sabe que la unieron a la fuerza con Gudrod, el Cazador, un rey tan cruel que asesinó al padre y al hermano de la joven para raptarla. Aasa sentía por él un odio infinito, que ni el nacimiento del hijo de ambos —Hafdan, el del pelo negro— consiguió borrar.

     ¿Cómo se vengó? En el año 810, cuando el niño cumplió doce meses, Gudrod —recién llegado de un viaje— brindó durante toda la tarde en el barco festejando el aniversario. Por la noche salió de la embarcación y un paje de la reina avanzó hacia él y lo apuñaló.

     Aasa, junto con Halfdan y los hombres que le eran leales, huyó hacia el antiguo reino de su padre. Allí organizó una rebelión y gobernó en calidad de regente durante 17 años. Cuando Halfdan accedió al poder se repartió con su hermanastro el reino de Gudrod y se dedicó a unificar Noruega, tarea que terminaría su hijo Harald Cabellera Hermosa.

     Si deseas saber más puedes leer:

📚Mujeres piratas, de Germán Vázquez Chamorro. Algaba Ediciones, S.A, Madrid, 2004.

📚La tumba de una reina vikinga: el barco de Oseberg, artículo de National Geographic Historia actualizado a 28 de junio de 2022.


El barco de Oseberg se halla en el Museo de Barcos Vikingos de Oslo.

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