1) Legrand, el filibustero que agujereó su barco para evitar la rendición.

Entre los más afortunados abordajes de los filibusteros Exquemelin nos cuenta el del francés Pierre Legrand en 1643. Cuando estaba en las islas Caicos —situada al norte de La Española— a bordo de una barca con 28 hombres y lo invadía la desesperación por no haber hallado ninguna presa y por la falta de víveres, divisaron un galeón español. Al capitán del navío le señalaron la embarcación de Legrand y le advirtieron que era de piratas, pero este la despreció porque consideraba que su barco era mucho más poderoso.

     Legrand y sus hombres juraron tomar el navío o morir en el intento. Al caer la noche se acercaron al costado del galeón, pero antes hizo agujerear el fondo de su barca para que nadie tuviera la tentación de abandonar la empresa. Luego treparon con sigilo hasta la cubierta del enemigo. Unos corrieron a la cámara de popa, donde sorprendieron al capitán y a otros tripulantes jugando a los naipes, y otros se adueñaron del almacén de las armas y de las municiones. Así, mataron a quienes se les oponían.

     Luego Legrand, satisfecho con la captura, puso proa a Francia. Su hazaña avivó el afán de los cazadores y de los plantadores de la isla de la Tortuga por volverse también piratas.

     Si deseas profundizar más puedes leer:

📚Los piratas en la Isla de la Tortuga, artículo de la Revista National Geographic Historia número 198 escrito por Xabier Armendáriz, actualizado a 11 de marzo de 2021.

📚Mares de Sangre. Historia de la piratería protagonizada o padecida por europeos hasta comienzos del siglo XIX, de Javier Martínez Babón, Editorial Dstoria edicions, 2019.

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