Capitulo 8
"Solo Nuestro secreto"
Kumal (Uganda)
8 años después y 5 días antes de la quinceañera de Vanessa.
'Buen trabajo, Kumal '
Haciendo todo lo que me pide. Toda la razón por la que mi padre quería volver a verme, nada menos y nada más. Nunca se trató de mí, yo solo soy una simple herramienta, un medio para un fin que resultó ser su hijo.
Y aún así, mi corazón se acelera cuando escuchó esas palabras. Estas simples y meras tres palabras.
'Buen trabajo, Kumal.'
Todavía están dando vueltas en mi cabeza desde la mañana, de punta a punta, una y otra vez. Lo que daría por escuchar a Tefarí pronunciarlas de nuevo, o cualquier otra cosa.
Algo así como una oración de cuatro palabras. 'Kumal, T****'
Después de que Papá se fue y nos abandonó, me había consolado a mí mismo pensando que no quería volver a tenerlo en mi vida. Había cultivado este sentimiento y dejé de extrañarlo, deje de llorar y de soñar con él.
(Los sueños eran un tormento recurrente en los primeros días. En ellos, siempre corría detrás de él, sin atraparlo nunca. Como la luna, aparentemente al alcance de la mano y, sin embargo, inalcanzable. Me despertaba empapado en sudor, abrazaba mis rodillas, llorando mientras miraba la luna fuera de mi ventana como si fuera el ojo juzgador de mi padre.
Hasta que mamá venía a consolarme desesperada y asustada por mis sollozos 'Ella sufrió en silencio'. ¿Por qué me dejaste a mí también? ¿Qué hice mal?.
Cuando padre regreso a nuestro hogar, tan repentinamente (justo cuando había comenzado a hacer frente, después de que las pesadillas finalmente cesaron), estaba tan enojado al principio, luego indiferente.
Deje de estar molesto por haber dejado que mi padre cambiara toda mi vida en un día, por haberle permitido poner la carga de amar más a mis hermanos sobre mi en lugar de quererme (disculpándose, abrazándome, diciéndome lo que más quiero escuchar). Y en cambio abrace todo esto. Hice lo que me dijeron y trate de borrar a Papá de la foto, como si mis hermanos no eran dedos ejecutando sus órdenes.
Me consolé con la idea de que mis hermanos mayores también son peones.
Es lo único que tengo, el pensar que no soy solo yo.
Al principio estaba confundido sobre el por qué obedecía sin rechistar, el porqué insistía en impresionarlo, ya que me había dicho a mi mismo que nada podría arreglar nuestra relación, nada que pueda cambiar la imagen deplorable que mi padre tiene de mi.
Pero ahora creo que quiero intentarlo. Ya que no me habría sentido así cuando papá me elogiaba. (En sus muy raras ocasiones). Si solo sintiera odio por él. No me sentiría de esta manera.
(Y hasta el odio es una emoción y no lo contrario del ****, lo contrario es la indiferencia).
Se supone que el odió es solo amor enojado y estoy más que seguro que padre no siente absolutamente nada por mi.
Pero...si puedo ganarme sus elogios, entonces puedo ganarme su afecto. Si trabajo lo suficiente para ello. Trabajare lo duro para conseguirlo. Así que tal vez no soy un tonto. Mí razón es perfectamente normal, justificada.
Todos quieren ser amados por sus padres. No hay vergüenza en eso. ¿Verdad?.
-No estás comiendo - escucho a mi madre decir. Su voz es tranquila, casi un susurro.
Dejo de jugar con mi matoke, y levanto mi cabeza, para poder verla. Ella no me está mirando, sino que está mirando directamente hacia la ventana, más allá de la noche. La oscuridad exterior no parece inquietarla, más bien parece relajada teniendo algo más para estudiar en lugar del vacío. Sus manos están cuidadosamente colocadas sobre la mesa.
Vuelvo a mirar mi plato, y lo empujo.
-No tengo hambre...perdón.
Ninguna otra parte del cuerpo de mamá se mueve excepto sus labios.
-Creo que es una buena razón. Puedes hacerlo.
Esto es aún más sorprendente, sin darme cuenta me ruborizó y tragó nerviosamente antes de responder. Vuelvo a mirarla.
¿Leyó mi mente?.
-¿Como?.
Sin respuesta. La sigo mirando, esperando algo, sonríe amorosamente.
-Te conozco lo suficientemente bien - Mantiene la vista en la ventana.
Hay muchas cosas que desearía poder preguntarle a Mami, más que todo sobre papá, pero no se cómo acercarme a ella de esa manera. Siento que si lo intento ella se quebraría y no puedo soportar ver a mi mami triste y mucho menos ser yo el causante de aquellas lágrimas.
-No dejes de esforzarte - Continua.
-Lo intentaré.
Sin respuesta.
-Pienso que es una buena idea - me sobresalté por el sonido de la voz de Dotia, entonces giré a verlo. Esta cenando en silencio sin interferir en nuestra conversación. Hasta ahora dio su opinión, están callado que a veces olvidó que está en la misma habitación que yo.
Se que mamá quiere que sea más cercano a mis hermanos, también me gustaría, pero no se cómo acercarme a ellos. En especial Dotia, me intimida con su madurez, como si no debiera hablarle. Se parece mucho a Papá, y luego no. Su silencio es solo silencio, no dolor. Puedo ver por qué él es la única persona que padre aprecia.
A mi me gusta Dotia, pero cuando pienso en Padre y lo miró, mi corazón se estremece con una patética envidia.
Es una tontería despertar a los perros dormidos, porque ante mis ojos pasa un recuerdo de una imagen que preferiría olvidar.
Está el dolor fantasma de algo muy dentro de mi que se desgarra, se rompe cuando recuerdo el momento en que vi a mi padre y a Dotia hablando tan amigablemente. Había sido un shock ver a nuestro frío y distante padre ser tan casual e interesado en alguien. Había un aire entre los dos, más cercano que el de conocidos o amigos.
Es como si actuarán como deberían ser "familia". Se sentía como una traición, como si mi padre me estuviera engañando, dándole todo su afecto paternal de manera exclusiva a Dotia.
¿Porqué?.
¡Mírame! una voz infantil había suplicado en mis pensamientos. ¡Mírame!.
Ya es suficientemente doloroso que se me haya negado el afecto que por derecho me pertenece. Durante toda mi vida, pero ver a papá dárselo a otra persona había cambiado por completo mi visión de él.
Me di cuenta de que Papá no es incapaz de amar como solía pensar, sino que simplemente considera que no soy digno de su amor.
Estoy bastante seguro de que padre preferiría verme morir antes que tocarme.
La única vez que puedo recordar haber sido tocado por mi padre fue después de que se fue, empacando todas sus cosas y mami llorando en el fondo hace tantos años.
Corrí tras él, agarré su pierna y le rogué que no me dejara, pero Padre me agarró bruscamente por el cuello de mi camisa y me dijo con severidad que regresara a la casa.
Tal vez la única cualidad redentora de mi padre es que nunca me golpeó. Pero incluso el dolor es tocar, incluso el abuso es reconocimiento. No era lo suficientemente importante como para enojarse conmigo, No era lo suficientemente importante como para ser *****. No era nada.
Recuerdo el agarre de mi camisa más que cualquier otro toque. No puedo recordar cómo se sintió ser abrazado o besado, pero puedo recordar a mi padre sosteniéndome por el cuello con tanta fuerza como si fuera ayer.
¿Fue esa la única vez que me tocó? ¿Hay momentos perdidos en los que Padre me abrazó con amor?. No seas idiota, Kumal.
Entonces. ¿por qué Dotia?.
Odio esta pregunta.
De repente, mirar la cara indiferente de Dotia me hace sentir enfermo. Tiene su rostro
También odio esto. No es mi culpa.
¿Es mi culpa? No. Por supuesto que no. Pero...
No es la primera vez que me pregunto por qué Padre elegiría a un hijo sobre otro, en lugar de darle afecto a todos por igual.
Estaba más que seguro que Kisai sentía lo mismo, tal vez no con la misma intensidad, pero los celos estaban allí, pululando en la superficie.
¿Qué hizo Dotia para romper su fachada y llegar al frío corazón de Padre? ¿Qué tiene él que hace que padre se preocupe o interese?
Yo aquí jurando que por sus venas no corría sangre caliente, sino un río de agua helada.
¿Qué puedo hacer para convertirme en él?
Mis dedos se aprietan, y mis nudillos palidecen. estúpido ¿Por qué me importa?
Porque quiero ser su hijo. También Quiero ser *****
Realmente es estúpido. Finalmente debería seguir adelante y renunciar a la poca relación que tengo con papá. Yo..
Pero quiero...
Sí me importa. No me arderían los ojos si no lo hiciera.
"Pienso que es una buena idea."
Analizó lo que dijo Dotia. Lo miro desde mi periferia. Ya no está comiendo, ahora mira con indiferencia a través del horizonte de la ventana. Sus palabras ondean en lo profundo, repitiéndose como disco rayado.
¿Quiere decir que tengo una oportunidad?
De repente, me siento reconfortado porque alguien a parte de mi madre, cree en mi, porque él piensa que lo que yo anhelo no es inútil y una pérdida de tiempo. Espero profundamente que mi hermano no pueda sentir la envidia y los celos escondidos debajo de mi buena actitud.
O tal vez ya lo sabe, y esa es su forma de decirme que también puedo tener lo que él tiene.
Si me esfuerzo y trabajo lo suficiente.
Al día siguiente, en mi camino de regreso de la escuela me caigo de mi bicicleta y me lastimo el codo, esto gracias a un ruido que me tomó por sorpresa, inspeccionó la gravedad de la herida, y veo que no es la gran cosa, pero mi necesidad de llorar y llamar a mi mamá es fuerte pero logro aplacarla gracias a mi fuerza de voluntad.
Cuando miro a mi alrededor, puedo ver que la carretera está desierta, pero no tardo mucho en darme cuenta que el ruido provenía de mi mochila escolar, ya que de repente suena una melodía amortiguada, una versión sintética estridente de Lacrimosa .
Es mi celular. Es la primera vez que suena y, por supuesto, me sorprendí al escuchar música de repente en mi espalda.
(Mami puso el teléfono en mi bolso y me regañó para que siempre lo tuviera conmigo después de que lo había olvidado en repetidas ocasiones.
'Incluso si no lo utilizas, debes tenerlo contigo para emergencias'
Me limpio los ojos con el dorso y rápidamente alcanzo la bolsa y recupero el teléfono, los nervios se enroscan en mi pancita .
Número desconocido.
Dudó un poco antes... Mami dice que no hable con desconocidos, pero algo me dice que si tiene mi número debe de ser familiar.
-¿Hola? - pregunto tentativo - ¿Quién está ahí?
-¿Kumal Okallo? - La voz no es familiar. Mujer. Estricto. Joven
-S-sí, soy Kumal Okallo.
-Estoy aquí para informarle que se reunirá con el ingeniero Tefarí en una hora.
¿Qué?
La noticia me inunda con un escalofrío.
¿Él quiere...verme? ¿A mi?
-Si me das tu ubicación, un empleado de la empresa te recogerá.
¿Pero por qué?
-¿Kumal?
rápidamente tartamudeo una respuesta
-L-lo siento. Estoy escuchando. N-no tienes que recogerme, estoy bastante cerca.
-Entonces será mejor que te des prisa. El ingeniero te está esperando jovencito.
esperándome. ¿A mi?
Mi garganta y mi pecho se tensan, ni siquiera logro pronunciar unas pocas palabras de despedida antes de colgar.
Padre...
Con manos ligeramente temblorosas le marco a mi mami, para avisar que llegaré un poco tarde, y que no se preocupe.
'No llegues tarde'. Fue su respuesta.
Cuando me subo a mi bicicleta, mi cuerpo está demasiado tembloroso para evitar caer nuevamente. Término empujándola hasta la empresa.
Hay caos dentro de mi cabeza, un millón de pensamientos y emociones en conflicto chocando entre sí como autos.
Esta es mi oportunidad.
Tengo miedo.
Llegó a una empresa bastante grande de aspecto elegante, estoy algo confundido, nunca había visitado la empresa de mí padre, dejo mi bici en un sitio que considere seguro y me acerco al portero.
-¿Disculpe? ¿Señor?.
Dada la diferencia de estatura tengo que estirar mi cuello, para poder hablar correctamente con él.
El Portero un hombre de aspecto jovial y de traje, me mira y sonríe
-¿Si? En qué puedo ayudarle jovencito?
_V-vengo a hablar con el ingeniero Okallo...es...es mi Padre. - suelo tartamudear cuando estoy nervioso. Odio esta reacción tonta.
El hombre me mira sorprendido.
-Espera un momento jovencito, iré a confirmar algo. - no me sorprende su reacción, padre no suele hablar sobre su hijo menor. No lo culpo, si no lo hace.
El hombre se va y puedo ver qué habla por teléfono. Voltea a verme para confirmar que aún estaba en la entrada. Veo que asiente y regresa a donde estoy.
-Muy bien jovencito, entras a la recepción y vas directo al escritorio donde la señorita te guiará hasta tu padre - dice señalando con un dedo a una joven.
-Muchas gracias, señor.
Entro y veo que el lugar es enorme y lujoso, bellamente decorado, podría perderme si no tengo la guía apropiada. Noto un enorme cuadro en toda la entrada de mi abuelo. Su rostro luce severo. Pero el abuelo era un hombre amable y gentil. Tengo vagos recuerdos de él.
Camino con paso lento hacia el escritorio, y veo a una elfa oscura muy bonita, ya estando allí debo de ponerme de puntillas para poder hablar con la mujer.
-Disculpe, señorita...Vengo a ver al ingeniero.
Ella deja de teclear y me mira con ojos aburridos.
-Debes de ser su hijo menor.- me dice inspeccionándome como si estuviera juzgando el parentesco de mi padre conmigo, reconozco su voz debe de ser la mujer que me llamo en nombre de mi padre.
-Espera un segundo - dice y acto seguido marca un número.
-Si, ya está aquí. ¿lo llevó con usted?... entiendo. - cuelga y se gira a verme - Sígueme, te está esperando - se levanta y me hace una seña para que la siga y obedientemente lo hago.
El nivel ejecutivo de Kesho se ve decididamente diferente de sus contrapartes tácticas y científicas. Hay una recepción y una sala de espera, muebles caros y grandes pinturas en las paredes
una es de mi padre. No tengo idea de quiénes son los otros hombres representados. Parecen extranjeros, tal vez Alemanes y Chinos.
no tengo mucho tiempo para mirar a mi alrededor antes de que me conduzcan a un ascensor.
En el viaje, estoy demasiado nervioso para siquiera notar el incómodo silencio entre yo y la elfa que me escolta (que dada su actitud indiferente y sin temor puedo deducir con facilidad que es la secretaria o asistente de mi padre). Mis dedos se mantienen cerrados en puños inconscientemente, y al darme cuenta de esto los vuelvo abrir sin fuerzas. Ya cuando se abre la puerta del ascensor, rápidamente me seco el sudor de la frente y trato de tragar el nudo que tengo en la garganta.
El corredor está hecho completamente de mármol negro; las paredes están grabadas con símbolos de aspecto extraño y formas geométricas que parecen tener un significado más profundo en lugar de ser simples decoraciones (Parecen símbolos Adinkra).
Al final hay una enorme puerta doble de apariencia intimidante. Doy un paso fuera del ascensor y me quedo parado algo asustado, dudando si continuar o regresar.
-Continua, espera por ti.- la secretaria dice a mis espaldas desde el ascensor sin separarse de el y con su mano aún posado en el tablero, aprieta un botón y las puertas se cierran automáticamente.
Me dejó a mi suerte. El ascensor baja.
Tragó mi miedo y continuó hasta la única puerta de aspecto opulenta en este pasillo recto.
Cuando llegó hasta ella veo que encima de la misma hay una estatua del rostro de una hiena de aspecto enojado ( El enlace de mi padre) es una imagen algo aterradora eh inquietante, siento que mis manos tiemblan descontroladamente y trató de calmarme, respiró hondo y levanto mi mano para tocar y escuchar la confirmación del otro lado, pero antes de siquiera poder dar el primer golpe una voz profunda habla, dejándome paralizado con la mano en el aire.
-Adelante
Entro, es la primera vez que estoy en la oficina de mi padre.
Cuando la veo, la vista hace que mi respiración se acelere y mi corazón dé un vuelco. El lugar es enorme el gran ventanal permite una vista panorámica exuberante de la hermosa vegetación que se extiende aparentemente sin fin ante mis ojos, y que están bañados por el cálido y dorado resplandor del sol poniente que brilla. La vista es abrumadoramente hermosa. Mi padre debe sentirse como un Dios.
mirando a todos desde arriba.
Pero en cambio, el rostro de mi padre está apartado de ella. Para mi, la vista puede ser milagrosa, pero para él es mundana, algo cotidiano. Está sentado en su escritorio, luciendo como si hubiera pasado horas esperándome cuando en realidad llegué 8 minutos antes.
-¿Q-querías hablar conmigo, padre? - Me acerco tímidamente, cada uno de mis pasos es seguido por un eco.
Después de que finalmente estamos a un metro el uno del otro, Tefarí todavía no me ha dicho una sola palabra. Pero sus ojos me han estado perforando todo el tiempo; a veces me pregunto si el hombre alguna vez parpadea.
Pararme frente al escritorio de mi padre me hace sentir como si estuviera en un juicio sin saber si soy culpable o inocente.
Me hace sentir pequeño. Juzgado
Sin embargo, cuando padre finalmente rompe el silencio, no alivia la tensión en absoluto, se intensifica.
-Kumal, ¿crees que mi decisión fue correcta?.
No se qué decir. ¿A que se refiere? ¿Se referíra a mi desempeño en lo académico? ¿Se refiere a su decisión a ingresarme en su proyecto de robótica para niños con ese talento?
Un escalofrío. Se me pone la carne de gallina. Mantén la calma.
¿Padre quiere que confirme o niegue?
Si digo 'sí', ¿eso lo complacerá o le hará creer que solo lo estoy engañando y que estoy siendo arrogante?
Y si elijo 'no', ¿Me consideraría humilde o estaría molesto por no estar de acuerdo con él?. Solo seguiré la corriente.
-Creo... creo que fue la decisión correcta - ya es tarde cuando me doy cuenta de lo inseguro que sueno.
-Ya veo.
Padre se recuesta en su silla y solo su mirada me deja claro que hice algo incorrecto.
-Será mejor que no haya necesidad de que te recuerde que no te duermas en los laureles entonces. El orgullo siempre tendrá una caída y esa caída es en picada.
-¡P-por supuesto que no lo haré, padre! - tartamudeo - ¡E-esto es solo el comienzo! Voy a mejorar más que nunca antes. ¡Prometo que me superaré a mí mismo!.
-Entonces enséñame. Sigue tus palabras. Después de todo, hay mucho margen de mejora.
Para mi sorpresa, padre se levanta de repente de su escritorio. Se mueve hacia mi, acercándose hasta que apenas estamos a un brazo de distancia. La repentina proximidad es abrumadora, aterradora. El cuerpo alto de mi padre se yergue sobre el mío más bajo, sus ojos juzgadores mirándome, invocan más miedo en mi corazón que cualquier otra persona.
Quiero huir. Quiero esconderme debajo de mi cama.
-En el tiempo transcurrido desde la última vez que hablamos, te he evaluado, Kumal. - habla, y es como si pudiera sentir el eco de la voz de barítono de padre en mis huesos.
Demasiado cerca. Demasiado cerca. Tan cerca.
-Y me di cuenta de que tu mayor defecto es que eres increíblemente dependiente. En tu Madre. En la opinión de los demás. Espero más de ti. Espero más que un simple "Voy a mejorar", necesito acciones no palabras.
Detente.
Mis dedos se cierran en puños, luego los vuelvo a abrir sin fuerzas.
Estoy temblando.
-A diferencia de Dotia y Kisai, careces por completo de la capacidad de liderazgo. Asumes que con sacar notas altas es suficiente. - Sus ojos se estrechan.
Por favor basta.
-Pero lo que no puede funcionar por sí solo no es una persona, es una herramienta.
Soy el acusado y eh sido declarado culpable de ser un patético fracaso de hijo.
Por favor. Te lo ruego. Por favor, detente.
Dime qu-
-Dime, ¿qué pasaría si un día tu madre ya no esté? ¿Qué pasaría si de repente muere? ¿Crees que podrías vivir por tu cuenta?
Por favor, por favor, por favor, detente.
Mi garganta se aprieta, como si algo estuviera tratando de salir de ella pero se hubiera quedado atascado en mi tráquea, arañándome con sus muchas garras y extremidades.
Solo quiero ser bueno. ¿Cómo puedo ser bueno para ti? Quiero ser como Dotia. No quiero que me hables así, o que me mires así. ¿Que puedo hacer para que me notes?
Estaba equivocado. Los ojos de padre no son la luna, son el sol. Calidez que llega a mi solo para chamuscar mi carne. Son insoportables de mirar, pero me falta la fuerza para arrancarlos de sus cuencas.
Porque sin ellos solo hay oscuridad.
Mi padre me quitó toda la luz en mi vida cuando me abandonó, me dejó pudrirme en la oscuridad, fría, solo y sin amor; tenía a mamá, pero en algunas ocasiones ella me hacía sentir mas solo que antes.
Los humanos siempre se arrastrarán hacia el calor del sol. No pueden vivir sin el, aunque arda, aunque duela. Aunque tu piel se calciné.
-Contéstame honestamente, Kumal. ¿Crees que puedes vivir sin la guía de tu madre o de algunos de tus hermanos?.
Nada cambia. Sin escape de la entrada de mi casa, sin olvidar ni deshacer. Siempre el niño. Siempre el fracaso. Cada palabra amarga que pronuncia Padre corta algo dentro de mi como unas tijeras en un hilo.
Pero es verdad. Todo es verdad.
-No...padre.- Y finalmente, las lágrimas hacen su aparición. No importaba cuánto intentara luchar, mi cuerpo decidió demostrarle a padre lo patético que soy. - Lo siento.
-Te falta impulso. No puedes pensar por ti mismo, no puedes tomar tus propias decisiones. A menos que te den instrucciones claras, eres completamente inútil.
Inútil.
Por un momento temo que se me doblen las rodillas, que me caiga al suelo y agarre la pierna de padre como cuando era un niño, pedirle que no me deje, pedirle que por favor, por favor, me ***.
Inútil. Inútil. inútilinútil. inútilinútilinútilinútil. Inútil. Inútil. Inútil. Inútilinútilinútilinútil.
"eres inútil para mí"
Soy un idiota. Soy estúpido. (Soy un inútil.) No fue una buena idea, fue una estupidez. Nunca seré lo suficientemente bueno. Nunca lo arreglaré. ¿Por qué tengo esperanza? ¿Por qué incluso lo intentó?
Qué patético soy, queriendo, anhelando una palabra de reconocimiento. Padre tiene razón en todo, y eso es incluso peor que si fuera cruel sin razón alguna. (No es odio. Es indiferencia. Lo opuesto al **** .) A él no le importan mis sentimientos, solo dice lo que piensa de mi.
Y es la verdad.
Teodioteodioteodioteodiomucho.
Es una hazaña, pero la vergüenza logra hacerme finalmente capaz de mirar al suelo, alejarme del calor abrasador, la evaluación de este hombre-dios al que llamo 'padre'. De lo contrario, mi corazón podría rendirse conmigo. Yo odio esto. Odio todo. Me odio a mi mismo. Odio a mi padre. Mentiroso. No lo hago. Estoy llorando. No dolería si no lo hiciera.
¿A quien quieres engañar?
-Mírame, Kumal.
No puedo hablar. El disgusto en la voz de padre es inconfundible. Es la primera vez en mucho tiempo que hemos estado tan cerca el uno del otro, que mi padre decidió hablar conmigo ¿Y qué estoy haciendo? Desmoronándome en un patético y lloroso desastre.
Inútil.
Ojalá me tragara la tierra. Ojalá mi cuerpo me obedeciera y me dejara escapar, escapar de la mirada de padre y de este horrible momento. Eso es lo único que se me da bien, huir. Correr a los brazos de mi madre y ser un llorón cobarde.
-Dije: Mírame - padre se está irritando aún más, molesto por mi comportamiento infantil.
Mis manos cuelgan sin fuerzas a mis costados, temblando. Quiero enterrar mi rostro en ellos y esconderme. Más lágrimas caen por mis mejillas y apenas puedo contenerme.( Y una terrible necesidad de ir y correr para abrazar a mi mamá se apodera de mi) No voy a lloriquear. tengo suficiente control sobre mi mismo para estar en silencio, inmóvil mientras lloró. Mi sangre fluye en mi cuerpo, haciéndome sentir completamente entumecido y dolorosamente vivo al mismo tiempo.
No puedo mirarlo. Yo no puedo. Si miro a padre, esa pequeña fracción de control que me queda se me escapará, y perderé la dignidad que aún conservo.
No me mires. Déjame ir. No quiero estar aquí. Te odio. Nunca seré lo suficientemente bueno. Por favor, déjame ir. No puedo soportar más este momento. Quiero desaparecer.
Te odio.
No...yo te ***
-¡Kumal! - y de repente una de esas grandes manos enguantadas, agarran mi barbilla y la levantán con fuerza hacia arriba.
Entonces, de hecho, finalmente lo miró, y el momento es dolorosamente largo.
No existe emoción en el rostro de padre. Desdén, tal vez. Pero él siempre se ve así. Ni siquiera está enojado, como si no pudiera provocar un sentimiento tan fuerte en él.
No soy lo suficientemente importante como para que se enoje. Soy inútil.
Mi conclusión fue cierta. Los ojos de padre son como un eclipse, abrasando un agujero a través de mi pecho, mordaz hasta mi centro.
Mi corazón.
Es extraño. No puedo soportar la mirada de mi padre, aunque todo en él está desprovisto de emoción. Sus ojos son una pared, pero también un espejo, que no me permiten mirar más allá de ellos, dentro de su corazón, sino que reflejan todo mi odio y desesperación directamente hacia mi.
Me siento tan desesperanzado, la fuerte mano de mi padre agarrando mi barbilla con tanta fuerza que no hay duda de que podría dislocar mi mandíbula si esa fuera su intención.
Es un toque y eso es lo que hace que el momento sea tan impactante, mantengo las lágrimas saliendo junto a pequeños gemidos que asfixian al salir, contenidos por el agarre de acero de mi padre.
Padre no me da ninguna forma de escapar de él. En lugar de enviarme lejos, me mantiene prisionero. Prisionero de todo el odio a mi mismo que rebota en sus ojos, de la asquerosa verdad de que no soy nada.
Nada a mi padre. Nada al mundo.
Me pregunto qué ve padre en mis ojos, enrojecidos por las lágrimas y dilatados por el miedo. ¿Alguna vez me había mirado antes? ¿Alguna vez me ha visto realmente?
Qué vista tan patética. Que niño tan patético. Nunca me miró dos veces.
Las pupilas de padre perforan las mías. Cuanto más miró, más pienso que está buscando algo.
¿Qué ves en mi?
Es entonces cuando me encuentro repentinamente arrojado y chocando contra el piso. Y la sensación ardiente de un impacto en mi mejilla.
Gimo, y miro hacia arriba confundido tocando mi mejilla con cuidado.
Tengo miedo, ¿que está pasando?. Levanto mi rostro para ver a padre que me mira desde arriba.
No hay emoción allí. Sin ira. Nada que pudiera decirme qué hice mal, qué hice para merecer esa brutalidad.
Él nunca me lastimó antes. Ni siquiera me tocó. ¿Eso significa que lo enojé? ¿Significo algo para él? ¿Él me ***?
-¿Padre? - mis voz sale temblorosa y suena asustada.
Noto un extraño olor a cobre. Mi nariz está sangrando.
Quiero a Mami.
Padre se mueve, y se agacha lo suficiente para estar cara a cara.
-No te muevas.
usa sus manos para desabrochar mi cinturón, mis pantalones y los baja hasta llegar a mis tobillos justo cuando la comprensión y el pánico entran en acción.
¿Qué estás haciendo?
¡¿Qué estás haciendo?!
¡¿¡¿Qué rayos estás haciendo?!?!
Quiero gritar pero recuerdo la advertencia
'No te muevas'.
¿Por qué me aferró? ¿Por qué lo intento? ¿Por qué siempre regresó?
A medida que mi ropa interior se une a mis pantalones en el suelo, mi parte inferior está completamente expuesta y la vergüenza se arrastra por mi columna, haciéndome querer cavar un hoyo y meterme adentro.
¿Es esto un castigo? ¿Algo para humillarme?
La mano enguantada de Padre se posa sobre mi cabeza , es una sensación extraña. Descansa sobre mi cabello y luego baja lentamente a mi nuca... ¿Está acariciándome?
-Mírame
Levanto mi rostro y veo a padre, todavía con la mano en mi cabello mirándome con expresión distante.
-¿Padre?
Silencio.
Todo está frío excepto la parte donde está la mano de Padre. Otro toque. Tan anhelado pero la situación es tan abrumadora y confusa que no se cómo me siento.
¿Qué estás haciendo?
Estoy bastante asustado y no me atrevo a desviar la vista de nuevo, incluso si eso solo hace que mi vergüenza empeore, mis mejillas están ardiendo, otra ola de lágrimas emerge y las trato de contener.
Los ojos de padre están sobre mí . Mirándome fijamente, sangrando, llorando con la cara roja y tan espantosamente expuesto. Nunca me e sentido más fracasado que en este preciso momento, pero para mí propia sorpresa no hay eclipse. Los ojos de padre parecen nublados, como si no estuviera realmente allí. Sus pupilas deambulan por mi cuerpo, asimilando toda mi humillación, pero me preguntó si mi padre en realidad no está mirando a través de mi.
¿También le haces esto a Dotia y Kisai? ¿O es exclusivo para mí?
Me doy cuenta de que es la expresión que vi por un segundo o dos, antes de que me abofeteara
Padre se ve extrañamente humano así.
-Tranquilo. - repite
Su mano que aún descansa sobre mi cabello, baja hacia mi mejilla y aparta mi rostro. Pero no me trata con la violencia de Antes, se podría decir que es casi suave .
¿Querías que te mirara, pero ahora no lo haces?
Apoyo mi mejilla en su palma, persiguiendo su tacto. Siento que me sale más sangre de la nariz. Tiene un sabor... agridulce.
Su mano es cálida. Cálida, se siente cálida. Es lo primero que pienso
Mi pancita se retuerce.
-Súbete los pantalones. Solo quería cerciorarme de que no tuvieras pañales.
Me paralizó. ¿Cree que aún soy un bebé?
Dada a mi falta de movimiento, manos enguantadas agarran bruscamente mis brazos para ponerme de pie. Después, gracias a que todavía estaba paralizado decide subir mis pantalones y arreglar lo mejor que puede mi ropa junto con mi apariencia y postura como si estuviera arreglando las extremidades de un maniquí
Nunca podría moverme solo. Necesito orientación. Necesito que me dicten cada paso, cómo mi cuerpo tiene que doblarse y romperse o de lo contrario estaré perdido y estancado. Muévete a esta posición. Mantén la postura. Retírate. Haz esto. Haz aquello. 'Buen trabajo'.
Se aleja de mi. Ya extraño su cercanía.
-Arregla tu uniforme. - dice sin emoción.
Reacciono. Me enderezó torpemente y casi me caigo cuando me agacho para subirme los pantalones. Que volvieron a caerse, ya que papá no abrochó mi cinturón. Mis dedos resbalan cuando trato de pasar la hebilla por el mismo agujero en mi cinturón una, dos, tres veces antes de que al fin lo lograra.
La tercera vez es cuando mi mente comienza a recomponerse nuevamente. Como cuando la porcelana rota se repara, ocultando todas las grietas viejas y nuevas.
Me doy cuenta repentinamente de que un líquido cálido baja por mis muslos sin darme cuenta. La humedad comienza a extenderse uniformemente por mis muslos. Me petrifico.
¿Me hice pipí?
-Te orinaste - no es una pregunta, es una afirmación. Su mano permanece en mi cabello, acariciando suavemente
No puedo darle una respuesta por la vergüenza y el dolor, estoy sollozando hasta el punto de que pequeños hipos salen.
-Lo- lo siento. - no lo miro, pero me doy cuenta que puede estar viendo el punto húmedo entre mis piernas, que va expandiéndose. Él sigue acariciando mi cabello de manera calmada, con movimientos rítmicos de izquierda a derecha.
Quiero a mi mami...pero.
Me preguntó cómo se ve.
Izquierda y derecha, izquierda y derecha
Aunque pudiera, nunca lo haría.
Una y otra vez.
Tengo miedo de mirar, quiero mirar. A mi padre.
Una y otra vez.
Entonces sucede algo que atraviesa todas las demás sensaciones como una cuchilla.
Su mano que antes presionaba mi cabeza ahora sujeta mi mano. Un peso pesado, controlándome, reteniendome, pero aún sosteniéndome.
la mano de padre.
No me dejes ir. Déjame ir. Te odio. Te ***. No me dejes ir.
No puede ser una decisión consciente de padre. Ni siquiera parece darse cuenta, ya sea porque está muy presente en el momento o porque está en otro lugar de su cabeza. Pero para mí es lo más real en toda esta situación extraña.
Los sonidos de su respiración tranquila y constante resuenan por todo el enorme salón. Una cacofonía tanto lejana como cercana. Y no puedo discernir si Padre está aquí conmigo o si está en algún lugar lejano. Él se mueve. Y yo permanezco en el sitio. Nunca suelta mi mano.
Cuando miro hacia arriba, veo la vista que el hombre-dios de Kesho tiene todos los días. Acceso al Bosque Bwindi cubierto de luz dorada y montañas. Una creación tan hermosa es un pecado.
Mientras tanto, ardo por dentro.
Aún las lágrimas recorren mis mejillas manchándolas, mi nariz moquea y aún arde donde padre golpeó.
Y sin embargo, al mismo tiempo estoy desapegado, mi mirada está en el reino, como si la otra mitad de mi solo estuviera flotando por encima de este momento.
Aquí y allá y aquí y no.
El sentimiento y la insensibilidad se acumulan alrededor de la mano de padre sujetando la mía.
El ancla en las corrientes violentas.
¿Se está hundiendo conmigo? ¿Me está protegiendo de ser arrastrado?
No estaba allí cuando más lo necesite, ¿por qué está ahora?
¿Es esto lo que quiero?
¿Qué es esto?
¿No es esto lo que quería?
Padre suelta mi mano. No lo hagas, porfavor.
-Deja de llorar.
Me estremezco cuando habla, su voz se filtra a través de mi piel y se pudre en mis huesos.
Algo se rompe en mi pecho. Dolor, solo dolor.
No dura mucho, no lo suficiente como para compensar nada.
Entonces, sólo dolor.
Todo el calor se drena, saliendo de mi cuerpo como sangre.
El aire se congela en mi espalda donde estaba el refugio del cuerpo de padre, la sombra de padre cubriéndome por completo, absorbiendo mi forma en la oscuridad de él.
¿Qué sucedió?
-Límpiate - dice sin emociones mirándome con ojos sombríos. - Espero que hallas traído un par de repuesto.
Mis rodillas se doblan cuando la pegajosidad entre mis piernas comienza a enfriarse, se me pone la piel de gallina por todas partes. Y la incomodidad de los pantalones pegándose a mis muslos.
-S-si. Padre, en mi mochila -Las pisadas resuenan detrás de mi.
Partida. Dejándome. No te vayas. No otra vez.
De repente, el susurro de la tela me da a entender que papá hurga en mi mochila.
-No me sorprende que tu madre guardé un repuesto de pantalones y bóxer. También te guarda toallas húmedas. - Me pasa la muda doblada en orden - Ahora límpiate.
Las recibo y miró a mi alrededor, buscando un baño.
-Cerca de la biblioteca.
Camino torpemente, casi tropezando. Logró llegar al baño, sentía la mirada de mi padre quemando agujeros en mi cabeza.
Ya al entrar, me miró en el reflejo del espejo elegante. Mi corazón palpita errático. Me limpió con mis toallitas húmedas. Y finalizó poniéndome mi ropa. Debi de dejar un charco, me siento mortificado.
Tonto Kumal...al fin tienes una interacción moderadamente decente con tu padre y ¿te haces pipí encima?. Mis ojos están rojos por el llanto y puedo ver mi mejilla roja y nariz sangrando. Con manos temblorosas me limpio la sangre de la nariz las lágrimas y mis mocos, me enderezó para verme lo más presentable posible.
Fue tan fácil para padre destrozarme de nuevo, rasgar todas las heridas que necesitaron años sanar simplemente con su mirada, luego cerrarlas con su toque, luego rasgarlas de nuevo con su retirada.)
A pesar de que realmente odie toda esta interacción, está es la única ocasión en donde padre me tocó tan libremente. Y lo arruine.
Respiró hondo y me armo de valor para enfrentar a padre de nuevo. Abro lentamente y asomo mi cabeza, buscando con la vista a mi padre. Lo primero que noto es que el charco ya no está, ardo de vergüenza imaginando a mi padre limpiando mi desastre.
Cuando miro de nuevo, mi padre está parado en el ventanal, mirando su reino como si yo no existiera. El brillo dorado del sol poniente le da a su forma un marco inquietantemente divino, haciéndolo aún más imponente e inalcanzable de lo que ya es. Me acerco a paso lento. Me posicionó en frente del escritorio y mis ojos vagan por su escritorio y noto unos documentos de apariencia importante. Padre es un ingeniero cuya empresa tiene por finalidad la creación de tecnología avanzada para ayudar a la sociedad, teléfonos, Vehículos, Robots.
Me encantan los cómics en especial los de Iron Man, el trabajo de padre me gustaba. Porque me recordaba a lo que hacía Tony Stark. Pero estos documentos tenían planos y esquemas. Pero no parecían un teléfono nuevo o un auto inteligente. Parecía...¿Un arma?. No, imposible. El abuelo fundó está empresa con la finalidad de usar la tecnología para la paz no para fomentar la guerra. Y se supone que padre continúe con su legado.
-Son armas - responde mi pregunta no formulada. Todavía de espaldas. - Espero que no compartas está información
-Yo...yo - tartamudeo. Tragó.
No puedo pensar en nada que decir sobre esta situación.
-Regresa con tu madre - dice cortando mi línea de pensamiento.
No sabía cómo responder a eso por lo que simplemente repito la línea de despedida que se me ocurrió antes de esta reunión (de las muchas oraciones y guiones posibles que mi cerebro de niño de 10 años ensayo en el momento a que me dijeron que mi padre quería verme. Ansiedad y palabras sobre palabras, sin querer equivocarme. No podía fallar. ¿Fracase?
Ya lo hice
-G-gracias por tu tiempo, padre.
Sin respuesta.
Cruzó el umbral de la puerta enorme y opulente de la oficina de mi padre y cuando la cierro aún observó que padre jamás volteo a verme la puerta se cierra gracias a la gravedad obstruyendo así la imagen omnipotente de mi padre. Salgo silenciosamente de la oficina, cada uno de mis pasos resuena tan fuerte que me hace estremecer.
Tan irreal y a la vez tan real.
¿Qué pasó? ¿Qué fue todo eso?
Camino con dificultad por el largo pasillo hasta llegar al ascensor presionó el botón y espero su llegada.
El ascensor llega y subo en el. Presiono el botón del piso de la recepción.
De nuevo un recordatorio que solo soy un mortal cualquiera y que mi padre es inalcanzable para mí, tan arriba de todos.
'Como un Dios'
Reflexiono sobre lo que ocurrió en su oficina. Esa cercanía que casi nunca compartimos. Pero siento está sensación de que acabo de saber un secreto de mi padre. Un secreto que tal vez Dotia no sabe. Y eso me llena de alegría de estar por encima de mi hermano por una vez, de compartir algo con nuestro padre una vez en mi vida. Me sentí especial. Ya que, cuando ingrese en su oficina, esos documentos no estaban sobre su escritorio. ¿Los abra puesto a propósito?.
El pitido de aviso del ascensor me despierta de mis pensamientos.
Me dirijo a la entrada y trató de disimular lo mejor que puedo.
La secretaria me mira desde su asiento con una mirada escrutadora, y trató de ignorarla.
Si la miro puede que se de cuenta, de mi situación agobiante.
llegó a la entrada principal y paso a un lado del portero. Trato de apurarme, pero la voz del portero me detiene.
-Espero que el ingeniero y tú disfrutaran de su reunión.
Disfrutar
-Cla-claro, padre fue muy amable.
El portero que por lo que veo y deduzco es un enlace de guepardo me mira y mientras lo hace su sonrisa pierde algo de fuerza.
-Entonces esperamos su visita en un futuro próximo, jovencito.
Puede que no regresé. No por mí, por decisión de padre.
Le doy una sonrisa débil y camino hasta donde aparqué mi bicicleta.
No creo poder mantener el equilibrio, así que optó por caminar. Buena suerte que mi hogar, la escuela y la empresa queden relativamente cerca.
Ya al llegar a la casa que se supone considero mi hogar.
Puede que padre fuese alguien con bastante desapego emocional pero nunca permitió que madre y yo viviéramos en pobreza, y se aseguró que recibiera la mejor educación pero supongo que ser uno de los hombres más influyentes de África le daba la capacidad de hacerlo.
Pero yo trataba de mantener la humildad aunque con un riesgo todos los días. Gracias al apellido de mi padre, los secuestradores existen, pero mami se encargo de enseñarme todo lo necesario para escapar de una situación agravante.
Dejo mi bicicleta en el mismo lugar de siempre, saco mis llaves y entro con cuidado a la casa. Al parecer mi madre me estaba esperando y aparece vestida tan elegante como siempre.
-Entonces, ¿cómo fue esa reunión con tu padre? - me pregunta emocionada.
No puedo responder. En mi mente todavía estoy tratando de salir de la oficina de mi padre. El momento sigue repitiéndose como la música de mi teléfono.
Mi madre al notar el silencio supone que no fue una reunión muy agradable.
-Oh. Entiendo. Veo que no estás de humor para hablar de eso, así que hagamos algo bueno en su lugar.
Él me tocó. Este pensamiento se eleva por encima de todo.
¿Eso significa que si me ***?
Aunque debajo hay un mar de miedos. Algo me inquieta, pero no sé que es.
Padre me prestó atención, pero no puedo comprender qué significa nada de esto más allá del hecho de que parece que es algo que no debería haber sucedido. Puede que sí. No lo sé.
Mi madre al notar mi renuencia trata de suavizar la situación.
-¿Porque no vemos una película? Tal vez antes podamos ir y comprar algo de comida para llevar de un pequeño lugar que conozco, se que te encantan las hamburguesas. ¿Que película quieres ver?.
-¿Podemos ver Mary Poppins?
-¡Oh! ¿De nuevo? Estas muy encariñado con esa película.- se ríe.
En realidad me encantan todas las películas de Disney pero esa me gustó desde el primer momento que la vi. Y desde entonces ha sido uno de mis favoritos.
(...)
La gotas de lluvia golpean contra la ventana, solo para ser devorada por el zumbido bajo del aire acondicionado y la radio. Suena de fondo I wanna be yours. Pero no la versión de Artic Monkeys. La original de John Cooper Clarke.
De repente choco contra mi asiento cuando el auto de mami se detiene abruptamente, acompañado por el ensordecedor grito de los frenos.
Un árbol cayó en el camino, mamá lo esquivó pero apenas. Estos árboles son muy antiguos.
-Dios mío. - murmura mami y rápidamente se gira a mi dirección a cerciorar mi estado.
-¡¿ESTAS BIEN?! . ¿No te hiciste daño?. Tu cabeza...- recorre mi cuerpo con sus manos como loca. Toca mi cabeza, asegurando que no tenga ninguna herida.
-Estoy bien. Llevaba puesto el cinturón. - digo un poco amortiguado, porque mamá apretaba con sus palmas mis mejillas. Suspira aliviada.
-Gracias al cielo que jamás dejas de usar el cinturón. - murmura para si misma - definitivamente, deberían hacer algo con esos árboles ancianos. Hablaré con Tefarí para que lo conversé con el alcalde - en lugar de llamar a alguien, simplemente saca el auto de la carretera y conduce alrededor del árbol caído. Me siento como un maniquí de prueba de choque, mi cuerpo inerte cae hacia adelante. La mención de mi padre me hace rebobinar todo lo que ocurrió, aún no puedo quitarme de la cabeza esos planos. ¿Serán un nuevo proyecto? ¿Padre fábrica y vende armas?
¿Debería decirle a mami sobre los planos?
No, no es mi lugar para opinar. Solo soy un niño y no quiero que mamá se preocupe. Y...una parte de mi egoísta tampoco quiere que esté secreto se revele. Ya que es solo algo que padre y yo compartimos, solo él y yo.
Él y yo. Nadie más.
Ya al llegar a casa, comí mi hamburguesa, durante la película. En algún punto me quedé dormido, porque me sentí sobre una superficie y luego me encuentro flotando. Los suaves brazos de mamá son tan cálidos. Después del beso habitual en mi frente y el suave click de la puerta, Me sente en mi cama, y me levanto.
Porque, simplemente se me quitaron las ganas de dormir y decidí que un baño caliente ayudaría a recuperar mi sueño perdido. Y calmaría la lluvia de recuerdos que invadían mi cabeza.
El baño está caliente, tanto que me hace sentir mareado. Si el agua fuera menos clara. Quizás entonces podría dejar de mirar los moretones en mis muslos.
No los había notado, hasta ahora
Evidencia de algo. Evidencia de algo así como las cicatrices de trabajo duro en las manos de Padre.
Manos que me tocaron, dejaron estas marcas.
Padre me tocó. Al fin me tocó ¿Como me tocó? Fue un castigo, creyó que usaba pañales. Porque cree que soy un bebé. Pero me prestó atención. Y me tocó.
La primera vez desde que se fue. En ese entonces, sus manos me habían empujado, me alejaron. Esta vez me arrastraron, recorrieron mi cuerpo. A pesar de mi humillación y vergüenza, sentí ¿Alegría?.
Cuando me acuesto tratando de dormir, no deja de rastrear los moretones con la punta de mi dedo. Me duele cuando aplico Algo de presión, pero el dolor me asegura que están allí. Si ocurrió, no fue un sueño.
No quiero pensar en lo que pasó, pero tampoco quiero que los moretones desaparezcan nunca.
Si.
No diré sobre los planos. Es nuestro secreto.
Pero tengo la sensación de que es algo que no debía de ver. Pero padre los colocó por una razón, dijo que no compartiera esa información. Si, es nuestro secreto.
Nuestro secreto.
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