Capitulo 5

                  "Memoria dorada"

Dominique (Inglaterra)

—¿Dom? — Escucho a mi primo Gael llamar.

Yo estaba escondido en los establos dentro del corral de mi Grifo, descansando en la paja leyendo "El ruiseñor y la rosa" . Con Evermoor retozando a mi lado. Trato de ignorarlo lo mejor que puedo.

Genial, mi tiempo se arruino. Tal vez, si no le doy una respuesta, se vaya.

Cierro mi libro de golpe colocándolo en mi pecho, escucho un pequeño graznido y volteo para ver a Evermoor esponjando sus plumas.

Ella me entiende, me conoce lo suficiente como para saber qué estoy disgustado.

Le acaricio las plumas del cuello que brillan como el oro derretido, tan suaves como la seda.

Me recuerdan al cabello de mamá.

—Dominique — Repite más cerca. Suelto un suspiro.

—Creo que tendré que dejarte hermosa.

Evermoor hace un chillido suave y baja su cabeza para que también la acariciará allí, por supuesto que lo hice.

Me gusta pasar tiempo con ella, es mi mejor amiga, la tengo desde que era un huevo y no podría cambiarla por nada.

—¿Dom? — De nuevo.

Dios, seguramente lo obligo a buscarme.

No pierdo más el tiempo. Me levanto y me dirijo a la puerta.

—Con que aquí estás, idiota — dice enojado.

—Es bueno verte a ti también — salgo del corral cerrándolo con pestillo.

Gael me mira molestó — No te hagas el chistoso, tu padre quiere verte — frunce el ceño — Tú director llamo.

—Si sigues frunciendo el entrecejo así, envejecerás rápido, ya pareces un anciano jubilado y con pésima pensión, además. Él qué recibió la peor parte fui yo — señalo mi ojo morado.

Valió cada maldito segundo, puedo tolerar que me moleste a mi pero a Dawn o a Esme no.

—Dom, usaste Guardia real a medias y lo dejaste ciego, temporalmente .

¡Uy! Temporal, debió de ser permanente.

—Una mierda, Gael. Él depravado manoseo a Dawn.

Mierda de niño precoz, Dawn solo tiene diez años. Si tenía tantas ganas de que se la frotaran , debió de ir a una de sus "Amiguitas" igual de cachondas.

Gael suspira — Dom, se que solo quieres cuidarlas pero eres muy impulsivo, ¿y si te expulsan por mal comportamiento?.

No creo que sigas diciendo eso después de ver a un completo enfermo acorralando a tu hermanita en los vestidores de las chicas y obligándola a sobar su pene.

—Santo Dios, tampoco lo mate — Pongo mis ojos en blanco — No es para tanto, solo es temporal. Recuperará la vista en tres o cuatro días...lo más probable — eso último lo digo para mí.

Solo por qué es un maldito orco, cree que puede molestar a quien sea.

—Además recibí una paliza de sus amigotes por defender a MI hermana, creó que ya estamos a mano — La mayoría ni siquiera eran humanos, se creen superiores solo por ser de una especie "Diferente". Esos pedazos de mierda seca, juegan sucio.

—¿Qué haré contigo?. Estas de mal humor, más de lo habitual.

Ya no quería seguir escuchando a Gael, era tedioso cuando me regaña sin ninguna justificación.

—Como sea, ahora cambiando de tema, ¿y Pops?.

Gael me mira nervioso.

¿En serio envío a Gael a buscarme en lugar de hacerlo él mismo?.

—Veras...— evade mi mirada. Tal vez buscando la manera de decirme lo que ya se o tal vez para buscar un patética excusa.

Solo dilo rápido...es más doloroso si tratas de endulzar, Es como cuando tiras de una curita, duele como el infierno pero es un dolor rápido.

—Si, si, si. No me lo digas. Esta ocupado.

—Sabes que su trabajo es muy importante, Dom.

—Claro, tiene cosas que hacer en su muy sofisticada y burguesa agenda.

Me golpean por defender a SU hija ¿y no puede hablar conmigo directamente?.

—Solo me envió a buscarte, no seas tan dramático. No es el fin del mundo.

Pero si le importará lo suficiente me buscaría personalmente.

—¿Sabes que?. Olvídalo. ¿Irá a mi partido de Fútbol?.

No puede faltar, tiene que verme jugar.

Gael cambia su semblante de enojo a uno de lástima. Odio cuando hace eso.

—Se que te lo prometió, pero a surgido algo de imprevisto y...

¿Igual que cuando prometió ir a mi partido de Basquetbol?.

—Maldita sea Gael, se lo mencioné hace cuatro meses — Me estoy irritando.

O cuando faltó a mi competencia de atletismo.

—Dom...

O al ... funeral de mamá.

—No necesito de esta mierda.

—Dom...entiendo que estés molestó, pero tío es un hombre muy ocupado, No deberías de ser tan duro con él. Lo está intentando lo mejor que puede.

—Si, pero no lo suficientemente.

Ya no aguantaba escuchar a mi idiota primo justificar y defender a mi padre . Así que decidí hacer lo más maduro que se me ocurrió.

huir.

Regresé al corral de Evermoor, ella se levanta con prisa seguramente sintió mi molestia, le coloco la silla y luego las bridas

—¿Qué haces ? — Me pregunta siguiendo de cerca y observando todos mis movimientos.

—¿Que creés que estoy haciendo?.

—Dom...no hablarás en serio, ¿verdad? — Gael habla temeroso de mi posible huida.

—Solo necesito espació — digo cortante, Evermoor comienza a caminar.

—No puedes simplemente irte así sin más.

—Puedo y lo haré, solo mírame — finalicé, Dando el silbido de orden para correr y luego despegar.

Gael corría desesperadamente detrás de mi gritando mi nombre desesperadamente.

Lo ignoro deliberadamente, y al siguiente ya me encontraba en el cielo, sintiendo la calidez del sol y la brisa suave en mi rostro.

¿Qué más se suponía que debía hacer? Dios, mi intestino se sintió pesado como si hubiera comido una tonelada de plástico.

Levante la cabeza y vi pasar una nube, entrecerrando los ojos hacia ella, tratando de imaginar cómo sería ser una nube. Sin preocupaciones ni nada, simplemente flotando todo el día. Todo el tiempo.

Miro el cielo y está en el punto exacto de la puesta de sol, la bella paleta de colores me dejan embelesado, los fríos celestes de la mañana se entrelazan con los naranjas cálidos del atardecer. Me llena de un sentimiento de nostalgia y vacío.

—Vamos Evermoor, vayamos a nuestro lugar. Donde papá me enseñó a montar.

Aún venía a ese lugar cuando me sentía enojado y agobiado, antes no lo hacía solo.

Papá me enseñaba a montar justo después de practicar con la pelota, me compraba un helado y nos elevaríamos a lo más alto para poder contemplar el atardecer juntos.

Solo él y yo subidos a Evermoor, nadie más. En ese entonces me dijo muchas cosas.

"El grifo es un ser de luz, una criatura indomable que no puede vivir en la oscuridad o encadenada, necesita la calidez del sol, y la libertad del viento".

Fue una conversación algo amena pero me sentí unido a él.

Parte de él.

Cuando me regalo a Evermoor me hizo el niño más feliz del mundo ya que sentía que confiaba en mí.

"Un enlace de Grifo sin uno, es un ser incompleto."

"¿Y tú Grifo?. "

Se quedó callado y yo me preocupe, creí haber dicho algo que lo entristeció solo por la expresión de su rostro, pero me revolvió mi cabello de manera afectuosa y dijo.

"La vida no es color de rosa hijo...de hecho no es ni negra ni blanca, es solo gris... aunque tú decides que matiz usarás".

Fue lo único que me dijo mostrándome su mano con prótesis.

¿Que paso con esos momentos?. ¿Porque te alejaste?.

No me había dado cuenta de que Evermoor estaba sobrevolando el parque. Le pido que aterricé. Y me bajo estirando mis piernas.

Observó las no me olvides esparcidas por la hierba. Pensé en mamá. Realmente la extraño, Cuando era niño, veía estas cositas bonitas en todas partes, especialmente en este parque, pero ya no las veo, no las he visto en años, después de todo.

¿A quién le importan estas cosas tan discretas y pequeñas?.

A ella.

Mi madre antes de quedar embarazada de Dawn me llevaba a pasear al Parque todas las noches y mi padre venía directamente del parlamento a unirse a nosotros cuando no estaba ocupado. Mi momento favorito, a mi madre le gustaban las no me olvides moradas y las llamaba "moritas" y ella siempre me decía:

"Dom. mi príncipe, ¿te gustaría elegir dos moritas para mami?."

Yo lo hacía, iba, elegía las más bonitas y se las llevaba

¡Ese es mi principito!. — y recibía varios besos, y luego mi madre tomaba dos y las prendía con cuidado en mi botón y el otro en su broche.

Mira, tienen Magia, así, podemos encontrarnos, y saber donde esta el otro donde quiera que vayamos.

Era nuestro secreto, ni siquiera papá lo sabía, y cuando la perdí lo enterré en un abismo hasta que un día. Ya mayor regresé al parque, las flores silvestres se habían ido hacía mucho tiempo, las perdí para siempre, junto con ella, y ahora, de repente los pequeños magos morados con pétalos regordetes florecían frente a mi.

Como en el ayer.

No sentí las lágrimas hasta que Evermoor me lamió la mejilla izquierda con afecto. Yo la miro y sonrió

—Gracias hermosa — acarició su cuello.

Las lágrimas cálidas aún bajan errantes por mis mejillas, y las limpió con frustración.

—Estoy bien — le digo a Evermoor. Ella solo acerca más su cabeza y la frota contra mi pecho. Se agacha para facilitarme el subir a su espalda. Me subo a ella y veo como la puesta de sol ya está más abajo en el horizonte, está anocheciendo. No me había dado cuenta de la noción del tiempo. Me perdí en mis pensamientos y simplemente voló.

—Carajo.

Papá va a matarme.

Debe de estar preocupado, podré estar molestó con él pero no quiero que le dé un ataque cardíaco.

—Ya tenemos que irnos hermosa.

Ella suelta un pequeño chillido afirmativo. Doy la orden y despega haciendo un giro lateral. Duramos casi siete minutos en el aire, hasta que llegamos al terreno de mi casa. Y efectivamente mi padre estaba frenético.

Dios, podré tener doce pero no tienen que tratarme como a un bebé.

Evermoor aterriza con cuidado.

Y mi padre ya me estaba esperando con cara de pocos amigos.

—¿¡Donde estabas!? — grita mientras se acerca pesadamente.

Sip, está cabreado.

—Dominique no vuelvas a hacer eso — Gael intercede justo detrás de él.

—Solo estaba volando con Evermoor, no fui tan lejos — la acarició un poco.

Mi padre ya frente a mi, me agarra del ante brazo con fuerza.

Me dejara una marca eso es seguro.

—No lo vuelvas a hacer. ¿Acaso no tienes idea de la hora que es? . Estaba muy preocupado...creí que...—apaga su voz al final.

—No me digas, ¿creíste que había escapado? .

Me da una mirada de advertencia sin suavizar su agarre y Gael solo mira callado nuestro intercambio algo preocupado por el apretón de hierro de mi padre.

—No me provoques, Dominique. En lugar de dificultar las cosas. ¿porque no me las haces más fáciles? — afloja un poco y me suelta más tranquilo. Volviendo a su mirada seria y comedida.

—Diría lo mismo, si no fueras un adicto al trabajo que literalmente me evade como la peste negra.

Me frotó el brazo. No me duele tanto.

Mi padre suspira cansado.

—Gael, ¿nos puedes dejar a solas?.

—¿Estas seguro?.

—Si. Ve alimentar a Arial y llévate a Evermoor contigo.

—Esta bien. Estaré en el establo de Arial si me necesitan — Gael me rodea y sujeta a Evermoor de la rienda para luego marcharse con ella. Papá me mira.

—Ahora que estamos a solas. ¿Me vas a regañar ? Tal ve-

Estaba listo para defender mi posición hasta que sin previo aviso sus brazos me rodean. Me está abrazando.

—Gracias al cielo que estás bien -escucho el alivio en su voz.

—¿Qué?.

—No sabía que te había pasado — se separa de mí para verme con más calma — Por favor. Perdóname campeón.

ahora yo soy la mierda seca.

Lo cierto es que no hui solo para despejar mi mente. Era también un castigo para él. Pero ahora que escucho su tono de alivio y culpa.

Me hace sentir como una porquería humana.

—Se que estas enojado conmigo pero no me castigues de esta manera, tú y tus hermanas son lo único que me quedan.

Bien hecho Dominique, eres un pendejo con P mayúscula.

—Lo...Siento — me siento algo avergonzado por esas palabras.

—Eso ya no importa. Vamos, te preparare chocolate caliente. Debes de tener frío.

Avanzamos poco a poco. Con movimientos telegrafiados, mi padre estaba demasiado cerca. Irradiaba calor corporal. Caminamos en silencio hasta que papá se detiene abruptamente, me detengo con él. Y voltea a verme en silencio.

Con mi rostro en llamas y con mis orejas empezando a calentarse, me moví incómodo bajo la mirada demasiado perspicaz de mi padre.

Entonces, papá habló.

—Lo siento — casi susurro. Haciendo un gesto por las heridas evidentes en mi rostro.

Tapo mi ojo morado, extrañamente cohibido.

—Eso no importa. Mejoraré — paso un rato antes de que papá hablara de nuevo.

—Dom — dijo con esa voz demasiado cariñosa y suave. Una mano se acercó para descansar suavemente sobre mi hombro. — Lamento no estar más tiempo contigo.

Lo interrumpí.

—O-Olvídalo — espete, intencionalmente duro — Se que estás ocupado. Debo de aceptar ese hecho. Pero eres pésimo.

—Lo sé — asintió.

—Tu capacidad para mantener una promesa es horrible.

—Lo sé.

—Eres un padre de mierda.

—Lo sé.

Quede en silencio.

—No quise decir eso — dije un momento después culpable por mis duras palabras.

—Está bien si lo dijiste — respondió, apretando mi hombro ligeramente a cambio. Su voz era suave y gentil — Sé que no he sido el padre que te mereces.

Una vez más, nos sumimos en un silencio incómodo. Y retomamos la caminata .

—No eres bueno en esto — resople un momento después, ¿desde cuándo se había vuelto tan difícil hablar con él?.

—Sí — Papá estuvo de acuerdo en voz baja. — Soy consciente de que me falta algo más. Extrañamente, creo que me entiendes con facilidad.

—Extrañamente — respondí — creo que me gustabas más cuando no eras tan complicado. Tal vez sea la edad.

Una risa tranquila salió de los labios de papá, el ruido fue un suave retumbo. Si cerraba los ojos, podía imaginar ese entonces. Solo papá y yo. Cuando todo era más fácil entre los dos.

Nos quedamos en silencio de nuevo.

—¿Campeón? - Él dijo.

—¿Hm? — respondí.

La mano de papá se apretó en mi hombro.

—Te quiero.

—S-sí -— respondí — Supongo que yo también te quiero, viejo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top