Capitulo 32: Herida

—¡¿Como que no saben dónde está Carolina?! ¡¿Que clase de amigas son?!—les preguntó Sebastián al borde de la histeria.

—Debe estar por allí, ya deja que se divierta.—dijo Kassandra, restándole importancia.

—Te recuerdo—siguió Sebastián, apuntando con un dedo acusador a Kassandra—, que es la primera vez que Carolina bebe una gota de alcohol, ¿y si se emborracha y monta tremendo escándalo? ¡¿Donde tienes la cabeza, Gamin?!

—Ya te pareces a mi madre...—susurró Richard, mirando con recelo a su amigo.

Sebastián estaba siendo un exagerado, ¿que tan mala sería una primera borrachera? No es como si Carolina empezara a hacer un streptease en medio de la pista de baile... Bueno, ese no es uno de los pensamientos más agradables posibles.

En ese momento apareció Rachelle, bastante agitada.

—David acaba de decirme que... Carolina se fue con Camila, pero no sabe a donde.—jadeo Jessica y sus amigos se quedaron de piedra.

Tenían que salvar a Carolina antes de que cometa la peor estupidez de su vida. Ella estaba borracha y los borrachos no son los mejores para guardar secretos, aparte, si Caro se había llevado aparte a Camila era solo para confesarle su amor y... ¡estaba borracha, carajo!

Sin decir una palabra más todos salieron corriendo de allí con un solo motivo: encontrar y traer de vuelta a Carolina a la seguridad de su compañía, con ellos podía hacer todas las estupideces que quiera pero no con los demás y mucho menos con Camila.

La buscaron sin descanso por más de diez minutos, incluso fueron a inspeccionar detrás de los parlantes y abajo de la mesa del DJ, pero allí no la encontraron.

Fue Landra a quien se le ocurrió la idea de buscar en el baño y fue justo allí donde la encontró. Mirando fijamente su reflejo en el espejo del baño, con los ojos hinchados y el maquillaje corrido. Había estado llorando.

—Caro...—murmuró, acercándose a su amiga.

Cuando ella escuchó esa voz llamándola, escondió su rostro, no quería que la vean en ese estado tan lamentable. No podían verla llorando.

—Ah...¿qu-qué haces aquí?—dijo Carolina, con la voz ronca.

—Pues, te estamos buscando—contestó Landra, caminando con lentitud hacia a su amiga—¿Quieres ir afuera?

Carolina asintió con la cabeza y Landra le pasó una mano por los hombros, para llevarla afuera del local.

Cuando sus amigos las vieron salir, todos soltaron suspiros de alivio, al fin sus corazones podían volver a latir con normalidad. Pero esa tranquilidad les duró muy poco, pues al ver la cara de preocupación de Landra y a Carolina mirando fijamente el suelo, se les formó un nudo en la garganta.

No era necesario saber leer mentes para entender lo que Landra les queria decir: todos afuera.

—¿Todo mejor?

Carolina asintió con la cabeza.

Se habían alejado bastante del lugar de la fiesta y los ocho habían terminado sentados en una de las bancas del solitario parque. Ya eran más de las doce de la noche y eso explicaba porque el parque estaba vacío: ya todos estaban metidos en sus casas.

—¿Necesitas algo? ¿Agua?—le preguntó Jessica, arrodillándose junto a ella.—Solo tienes que pedirlo.

Todos estaban de acuerdo en que era más fácil consolar a Jessica que a Carolina, tenían miedo abrir la boca y decir algo equivocado y que Caro vuelva a llorar como María Magdalena. Un movimiento en falso y todo su esfuerzo se iba directo al carajo.

Tal vez la música ayude en algo...

—¡Apaga eso!—gritó Rachelle a Kassandra.

Ese no era el mejor momento para escuchar a Myriam Hernández y su música corta venas, ¿o creen ustedes que es buena idea poner Herida cuando tu mejor amiga estaba sufriendo su primer rechazo amoroso? ¡No señores! ¡Es un grave error! No lo intenten a menos que quieran que su amigo agarre un cuchillo y se corte las venas allí mismo.

—No la cambies.

¿Carolina era masoquista?

Y hoy te marchas de mi lado con otro querer...

y así yo vivo mi vida, herida.

Y así yo vivo soñando, soñando que tu estarás a mi lado...

por siempre, conmigo...

Ahora Carolina tenía la mirada perdida, no soltó ni una lágrima, pero su expresión les preocupaba más que verla llorando a moco tendido.

—Apagala.—ordenó Rachelle, haciendo cosas raras con sus manos.

Kassandra entendió esos movimientos como una amenaza de muerte y apagó su radio.

Silencio.

Sus respiraciones eran lo único que se escuchaba en ese momento.

No querían dejar a Carolina sola, con lo pendeja que estaba seguro se tiraba en el primer auto que viera cruzando la calle y manchaba la pista con sus órganos, ¡los mismos que costaban una fortuna en el mercado negro!

En el otro extremo de la banca se encontraban Richard y Landra, que miraban con bastante concentración el celular del chico. Justo en ese momento estaban hablando con Estefany, la mejor amiga de Camila que ya había abandonado la fiesta junto con ella, para intentar obtener algo de información sobre lo que en verdad había pasado.

Ambos tenían el corazón en la mano, rezando a todos los santos por un milagro y no fuera lo que todos estaban pensando pero nadie se había atrevido a decir en voz alta.

Carolina le había confesado su amor a Camila y ella... bueno, ella había reaccionado como se esperaba que todos lo hicieran, ¿no?

El mensaje que tanto habían esperado llegó y lo que los chicos tanto temían se confirmó.

«¿Carolina es gay?»

Landra le quitó el celular a su amigo y se apresuró a responder el mensaje.

«¿Porque la pregunta?»

—Me siento culpable—murmuró Sebastian, uniéndose a los chicos y leyendo la conversación por encima del hombro de Landra—Yo también le decía que fuera un poco más valiente... Si hubiera sabido que pasaría esto...

—Todos le decíamos que lo fuera—lo corrigió Landra, quitando la vista del celular por un segundo para mirar a Sebastian. Cuando el aparato vibró en sus manos, los dos chicos que la acompañaban también miraron con ansiedad la pantalla.

«Camila me lo dijo, al parecer Caro le dijo que estaba enamorada de ella. Le llevo diciendo hace media hora que pudo ser una mala pasada por culpa del alcohol (¡los vi tomando, no se hagan santos!), pero ella insiste que no, que Caro estaba bastante seria y se notaba que hablaba con sinceridad. Ahora que ya te dije eso, Navarro, ¿CARO ES GAY O NO?»

Terminaron de leer el mensaje y los tres intercambiaron miradas de sorpresa, ¿que debían hacer ahora? Estefany no estaba dándole vueltas al asunto, ella estaba haciendo la pregunta directamente y quería la verdad, ¿pero debían decírselo? Si se lo pensaban bien, no tenían ningún derecho para soltar esa información, esos eran los asuntos de Carolina.

—¿Qué hacemos?—preguntó Landra, mirando a sus amigos con la esperanza de escuchar una respuesta cargada de sabiduría de su parte.

—Ya sabemos lo que queríamos... dile, ¡dile que tienes sueño y estás a punto de quedarte dormido! Eso debe funcionar hasta que pensemos en algo, hasta que Caro este bien...

Landra hizo caso a la idea desesperada de Richard y se apresuró a escribir la excusa algo patética. Cuando envio el mensaje, desconecto los datos y le devolvió el celular a su dueño. Él lo cogió y se lo guardó en uno de los bolsillos del pantalón.

Ahora todos volvieron su atención a Carolina.

—¿Quieres que te llevemos a casa?—preguntó Daniel tímidamente.

Ella negó con la cabeza, sin levantar la mirada del suelo.

—Ya, está bien, pero no te puedes quedar aquí.

—No me importa dormir en la banca—dijo Carolina.

—¡No vamos a dejarte dormir en una banca!—se apresuró a decir Jessica.

—No grites, me duele la cabeza—se quejo Rachelle, cerrando los ojos.

Jessica suspiro para tranquilizarse, a ella también le daba vueltas la cabeza y parecía querer explotar. Ahora solo tenía que hacerse la idea que, en la mañana, el dolor se multiplicaría, pero no era el momento de preocuparse por lo que aún no pasaba.

—Está bien, está bien—murmuró—No quieres ir a tu casa y no te dejaremos dormir en la banca, entonces llamaremos a tu casa y diremos...

—Que se quedara conmigo, ¡sí! Caro puede quedarse en el cuarto de invitados, a mamá no le va a importar—la interrumpió Kassandra, con una sonrisa.

—Genial, ¿que dices, Caro?

Ella solo se encogió de hombros y, para todos los presentes, eso fue un sí. Al menos eso era mejor que dormir en el parque y correr el riesgo de despertar calata a la mañana siguiente.

***

Carolina estaba bastante callada, tirada en la cama de Kassandra, mirando el techo con sus ojos llenos de ojeras, pues no había dormido bien.

¿Y como esperaban que lo hiciera? Toda la noche se la había pasado pensando en la reverenda estupidez, según ella, que había hecho la noche anterior. Le había dado tantas vuelta a ese asunto y repetido ese momento en su mente tantas veces, que en ese momento tenía unas muy grandes ganas de tirarse un balazo.

—Ella no está molesta.

—¿Cómo puedes estar segura?

—Estuve hablando con ella.

Kassandra levantó su celular y se lo lanzó a su amiga, para que ella misma lo comprobase. Pero Carolina no lo cogio, se quedo quieta como estaba, mirando la pared del cuarto de su amiga, como esperando que algo (lo que sea) saliera de allí y se la llevara lejos, muy lejos.

—¿Y si lo que leo me hace sentir peor?

—¡Carajo!—exclamó Kassandra, sentándose en la cama, al lado de su amiga—Ella no me ha dicho nada malo, sólo quiere hablar contigo.

—¿Hablar conmigo?—preguntó Carolina, mirando a su amiga con los ojos muy abiertos. Con la incredulidad dibujada en el rostro—¿Porque querría hablar conmigo?

—No lo sé—admitió Kassandra—Solo que, esta vez, no te hagas ilusiones...



Lamento decirles que no actualizare hasta el proximo año Muajajajajajajajajaja :v (risa estremadamente malvada xd)

¡Feliz Año Nuevo por adelantado! 

Recuerden que tomar bebidas alcoholicas en exceso es dañino 7u7r *cofinvitenmecof* 

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