Capitulo 29: Llevala y no la devuelvas

Resultaba increíble darse cuenta lo mucho que enloquece la gente por un partido de fútbol.

Todos tenían los nervios a flor de piel y en los primeros bloques, se la pasaron mirando sus celulares o relojes, para confirmar la hora en la que serían libres y podrían salir a ver a sus amigos o compañeros jugar contra el equipo rival. Pero claro, los más ansiosos eran los jugadores, prueba de eso era la cara de enfermo que tenía Daniel en la clase de Computación, parecía estar a punto de vomitar.

Unos asientos atrás de él se encontraba Richard, con un aspecto no mucho mejor que Daniel, aunque él no tenía ganas de regurgitar su almuerzo. A su lado, Landra intentaba tranquilizarlo, pero sus intentos no parecían ser muy efectivos. Richard estaba tan blanco como la rosita blanca que aparece en la Rosa de Guadalupe, sí, esa misma que aparece de la nada y hay que ponerla en agua para que no se marchite.

—No lo van a hacer mal, practicaron mucho y se que se esforzarán al máximo. Además, si pierden...

Marcel, que tenía una sonrisa maquiavélica en el rostro, interrumpió las palabras de ánimo de Landra.

—Si pierden los vamos a hacer pasar por el callejón oscuro.

Señaló con una ceja la parte de atrás del aula, donde gran parte de sus compañeros le mostraban las manos, con gesto amenazante y sonrisas similares a la de Marcel. Con eso, ahora los chicos tenían una nueva motivación para no perder ese partido.

Tocaron el timbre, eso solo significaba una cosa: las clases restantes habían sido suspendidas y todos tenían que bajar al campo de fútbol.

Ahora Richard estaba más blanco que nunca, la confianza que tenía había desaparecido mágicamente. Se notaba a kilometros que solo quería salir corriendo de allí, pero, era más que obvio, que no lo dejarían hacerlo.

Salieron del aula, mientras Daniel se planteaba cuál era la mejor forma de huir sin ser visto y Richard se sorprendía de aún mantenerse en pie.

—Lo van a hacer bien—dijo Diana, la chica del aula de al lado, con una enorme sonrisa en la cara y dándole leves palmaditas en la espalda a Richard.

Eso pareció levantarle el ánimo, pues, cuando bajó las escaleras, tenía más color en el rostro del que había tenido unos minutos antes.

—Suerte, Danielito—susurró Kassandra en la oreja de Daniel, jalando una mejilla antes de irse con Jessica siguiéndola muy de cerca.

Se detuvieron apenas llegaron a las gradas del campo, donde sus amigos les guardaban asiento.

—Podría estar terminando esa wea...—se quejó Rachelle, mirando con cara de aburrida el campo de fútbol.

No era ningún secreto que a ella ese deporte le parecía en extremo aburrido y que solo estaba sentada allí porque eran dos de sus amigos los que jugaban. Sino fuera por eso, hace un buen rato habría saltado el muro para alcanzar la libertad.

—Mira que la puerta es enorme...—sonrió Kassandra, señalandole con ambas manos la puerta de metal por la que los estudiantes entraban y salían.

Rachelle ni siquiera se molestó en contestarle, es más, fingió que no la había escuchado. En definitiva, una de las decisiones más inteligentes que ella había tomado en su vida.

—¡Carajo!—exclamó admirada Jessica—Como que Jesús se puso más guapo estas vacaciones, ¿crees que aún quiera salir conmigo?—preguntó a nadie en particular.

—¿En serio crees que volvería a cometer el mismo error garrafal otra vez?—Carolina levantó la vista de su celular, mirando a Jessica.

Alguien se rió unas bancas más abajo, Carolina levantó el cuello para ver quién era y se sorprendió mucho al darse cuenta que era Camila, la que había encontrado super gracioso su comentario, se reía tanto que ya parecía haberse comido un payaso. A su lado estaba Estefany, su mejor amiga, intentando calmarla de todas las formas posibles, pero era en vano.

Kassandra dijo, sin mover los labios, algo que Carolina entendió perfectamente: ''Me enorgulleces'', mientras le levantaba los pulgares, en señal de aprobación.

—¡Ya va a empezar!—chillo Jessica, abrazando a Landra tan fuerte que la dejó sin aire por unos segundos.

Tampoco era un secreto que a Jessica si le gustaba el fútbol, aunque a muchos no les quedaba claro si era por el placer de ver chicos corriendo en el campo con shorts que mostraban sus trabajadas piernas o lo hacía porque amaba ver la magia que podían hacer con el balón.

***

—Esto no está funcionando...—murmuró Carolina, al ver a la gente pasar sin siquiera voltear a verlos.

—Haz como ellas—dijo Dayana, señalándole con la mirada el lugar donde Jessica y Kassandra vendían sus productos—Intenta sonreír más, ¡con esa cara asustas a los clientes!

Carolina suspiro y forzó una sonrisa en su rostro.

—¿Cómo les va?—preguntó Santiago, otro de los compañeros de aula, apareciéndose de la nada.

—Fatal, ¿y ustedes?—contestó Dayana, resignada.

—Pues bastante bien... aunque no quiero que quieras que te explique cómo logramos que nos compren...

—Brayan los amenazó, ¿verdad?

—¡No! ¿Que nos has querido decir? Nos ganamos nuestro dinero de forma honrada—respondió Santiago a la pregunta de Carolina, fingiendo estar ofendido.

Desde hace un tiempo que los chicos se habían organizado para reunir fondos con la intención de irse de viaje de promoción. Ese día, todos habían salido a vender en las calles de la ciudad, poniéndose fuera de los lugares más concurridos, como las Iglesias o parques. Claro, algunos (como Jessica y Kassandra) tenían una facilidad de convencimiento increíble y les resultaba bastante fácil venderlo todo, otros (como Carolina, que espantaba a la gente con la mirada) no tenían esos dones y la tarea les resultaba complicadisima.

—¡Terminamos!—saltó emocionada Jessica, mientras Kassandra es mostraba, con una enorme sonrisa, la bandeja vacía.

Sus sonrisas se borraron de sus rostros al ver a sus amigas con las bandejas exactamente como se las habían entregado hace unas horas antes.

Jessica se adelantó y, con una sonrisa en los labios, se acerco donde estaba Dayana y le quitó la bandeja de las manos.

—Supongo que tengo que ayudarlas...—murmuró.

—Las ayudo—se ofreció Santiago.

—Genial... Kassandra...

—Iré a ver cómo están los demás, vuelvo en un rato.

*

A Kassandra casi se le cae la mandíbula de la sorpresa.

Nunca se hubiera imaginado ver eso.

Nunca en su vida.

Brayan, Daniel y David se habían sacado sus polos y mostraban el pecho desnudo, mientras sostenían las bandejas con una enorme sonrisa en el rostro. A su lado, estaban Mayra y Estefany, haciendo propaganda.

Las chicas que pasaban se quedaban mirando a los tres muchachos algo cohibidas, eso llamaba su atención y, se acercaban a comprar lo que ellos vendían. Claro que eso solo era una excusa para verlos más de cerca.

—Ya me han violado como cincuenta veces con la mirada—susurró Daniel a Kassandra, cuando la última chica se fue con una sonrisa tonta en el rostro.

—No eres el único—añadió Brayan.

—¿Y tu de que te quejas?—le preguntó Mayra, con una ceja alzada—Si no me equivoco, ya tienes citas para todo lo que resta del año... A ver si asi sientas cabeza y te quedas con una sola.

—Cada mujer es un país y yo quiero darle la vuelta al mundo—contestó él.—¿Verdad, muchachos?

¿Entonces Jessica ya recorrió el universo?

Daniel y David asintieron con la cabeza, provocando que Estefany ruede los ojos y Mayra intente golpear a Brayan con el cuaderno que tenía en las manos, pero se contuvo al ver que un grupito de chicas gritonas se acercaban. Suspiro y se apartó, jalando a Kassandra del brazo.

—No dejes que esto te sorprenda, aún no has visto a Vania...

—¿Dónde está?

—Atrás del parque.

Movida por la curiosidad, Kassandra fue a buscar a sus otros amigos, para ver los trucos con los que ellos planeaban vender sus productos.

—Dos por uno, super promocion, llevate un churro y de regalo a cualquiera de ellos... llévatelo y no lo devuelvas hasta que Bolivia gane un mundial de surf...—decía Vania, sonriendo.

—¿Tanto tiempo?—preguntó Rachelle, asustada.

—Sabes que no lo digo en serio, solo hasta que Perú llegue al mundial... ¡Ah, hola Kassandra! ¿Como les va todo por allá?

—¿Y se supone que eso debe consolarme?—Rachelle estaba más asustada que antes y razones no le faltaban. Sabrá Dios cuando Perú llegará a un mundial...

—No seas escandalosa—le dijo Vania—¿Cómo le va todo por allá?—repitió, dirigiéndose a Kassandra.

Kassandra se encogió de hombros.

—Pues bastante bien, yo ya lo vendí todo, pero a los otros aún les faltan algunas cosas... ¿Nadie se ha querido llevar a Rachelle?

—Nada. Y no me extraña, no saca de ningún apuro...

Rachelle le levanto el dedo medio a Vania, a su lado, Camila se reía muy despacio.

Así siguieron un buen rato, hasta que al fin todos estuvieron libres y, para el descontento de muchas, Daniel, Brayan y David ya se habían puesto sus camisas antes de que su nuevo club de fans locas se les tirara encima. Aunque ya habían tomado las fotos suficientes para empezar a fabricar sus altares...

—Ahora sí, todo listo. Pueden ir a casa.—dijo Gabriela, cuando termino de hacer las cuentas necesarias con el dinero—De frente, no tomen atajos ni desvíos o se los come el loco.

—Ya no somos niños, Gaby...

—Si, pero algunos no maduran—objeto, mirando a los chicos que se estaban lanzando entre ellos el zapato que le habían quitado a Aldair.

Los chicos que si se comportaban de acuerdo a su edad (en el que no estaba Kassandra, claro está) asintieron con la cabeza.



Soy tan idiota jajajajaja, publique el capitulo 30 y no el 29! De todas formas les dejo los dos, sientanse afortunados ajajaj

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