𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖳𝗋𝖾𝗌
Las chicas han comenzado a entablar una conversación cuando, de repente, llega la faltante de ellas.
—¡Chicas!— Esta corre hacia ellas sosteniendose su sombrero flamboyan, vistiendo un bikini de dos piezas verde, tiene una bufanda alrededor de su cintura atada como una pequeña falda anaranjada y su cabello es castaño ondulado. Tiene el rostro perfilado de una modelo junto a facciones pequeñas hermosas, al igual carga con piernas largas y el cuerpo cuidado de una.
—Ella es Mind. Es algo tonta, pero así la amamos.— Ploy le introduce a la nueva chica mientras todas miran a la otra.
—Ploy, no hables así.— Triss murmura.
—Ay, ella sabe que es de cariño.— Se defiende Ploy. Mel agranda sus ojos realmente no aguantando la actitud incorregible de esta chica plástica. Siempre debe haber una así en cada grupo de amigos. ¿Por qué? Buena pregunta para el destino. Qué mal que él no dé las respuestas a todas las preguntas.
—¡Hola!— La chica amablemente saluda. Deteniéndose frente a ellas.
—Hola.— Triss y Mel saludan con sus manos. Ploy es la excepción en el saludo ya que solo se le queda viendo con una boca entreabierta y el ceño fruncido. Notando algo que las otras no parecen notar. Ella se baja de la silla playera diciendo un apenado:
—Ay, Mind-Mind, ¿cuándo vas a aprender a mirarte en el espejo antes de salir?— La chica se lame su propio pulgar para difuminar un trocito blanco del protector de sol en la naricita de la chica.
—Ouh.— La otra pacientemente le otorga su rostro en espera a que la chica difumine el protector solar con su pulgar.
—Ya está.— Sonríe Ploy antes de bajar su mano. La otra sonríe.
—Gracias, Ploy.— Ríe tímida. Entonces vuelve a mirar a la chica nueva hispana, esa de color. —¿Cómo te llamas?
—Soy Mel, mucho gusto.
—Mucho gusto igual. Soy Mind.— La chica sacude manos con ella.
—Bienvenida al grupo de los aventureros, novata.— Amablemente la introduce Triss. Dado a que ambas están sentadas hombro a hombro, Mel solo voltea a verla y ambas se ven con dulces sonrisas de labios.
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Llega la noche, y todavía siguen en la playa. Las olas están más salvajes que nunca y ellos son los únicos ahí. Ya las demás personas se habían ido.
Todos ellos están parados frente a las aguas salvajes, cada uno con sus tablas de surfear. El frío viento de la noche revolotea el cabello de todos.
Off es el único que no va a surfear así que él está parado al lado de Mew y Gulf con un silbato colgando en su desnudo pecho. Solo viste unos cortos.
—¡¿Listos?!— Él pregunta.
Mew y Gulf se miran con valentía. Sonriendose. Estos se toman de las manos fuertemente. Apretando su agarre ahí.
—Nacimos listos.— Dice el pelinegro con par de brincos como preparación. Off acepta la respuesta de él para mirar a la siguiente pareja, Mel y Perth, estos lo miran e asienten. Él mira a Triss entonces y ella le alza un pulgar como si ya estuviese acostumbrada a haber hecho esto demasiadas veces. Mira al lado de Triss, ahí esta First sin camisa solo cortos así que se miran y Off le vuela un besito. Haciendo reír a First.
Él mira a Ploy y a Mind entonces. Ploy asiente entonces mira a Mind. La chica ingenua anda distraída revisandose cualquier tontería en el pecho. Ploy arruga el ceño algo irritada entonces le da una pequeña nalgada. La otra brinca en su sitio con ojitos alterados buscando con la mirada qué se perdió para merecer esa fuerte nalgada. Al ver a Off, sonríe tiernamente y dice: —Ah, ¡sí!
La engreída del grupo rueda los ojos antes de sonreírle al arbitro.
—Bien, todos,— Off retrocede unos pasos. —¡comiencen!— silba el silbato entonces todos miran al agua para correr hacia esta en cámara lenta. Con miradas súper determinadas. Es como ver esa escena de la última película de Crepúsculo, esa en la que todos corren hacia los unos a los otros, pues lo mismo sucede en este momento. Solo que esta batalla iba a ser entre seres humanos contra los violentos mares de la noche.
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Davika está abrazando su pequeño cuerpo del frío mientras camina por los pasillos del hospital que rige el padre de Mew. Ella llega a la máquina expendible de bebidas. Adentra un dolar para pulsar la bebida que quiere. Espera pacientemente bajo el sonido hipnotizante de la máquina ejecutando la orden. Mira a sus alrededores mientras la máquina hace lo suyo.
Cuando suena el caer de la bebida a la bandeja negra, Davika se dobla para tomar la bebida. Al doblarse, de la habitación de enfrente salió un paciente. Este vestido en bata de hospital. Ella agarra la lata en una mano antes de restaurar su espalda y pega un brinco con el sujeto de enfrente. Este es un chico joven, guapo él, de ojos redondos asiáticos, labios grandes por igual e una nariz de tronco largo y base ancha.
—El director de este hospital es un mentiroso.— Dice el paciente como si estuviera hipnotizado. Mirandola a ella con seriedad.
—Um, okay...— Ella trata de ignorarlo por ser paciente mental. No quiere buscarse problemas ni entrometerse en nada así que se da la vuelta para irse con una sonrisa de labios penosa para el paciente, pero en mitad de su giro vio algo por el rabillo del ojo. Eso la hizo darse la vuelta con el ceño fruncido y caminar hacia la puerta al lado de la que salió el joven paciente. Este sigue su cuerpo con la mirada.
Ella se detiene frente a la puerta que tanto le llamo la atención, señalando algo en esta con su dedo. —Ese nombre... ¿Es...?— Ella comienza murmurando antes de mirar con el ceño fruncido al paciente mental.
Este se le queda viendo. —Por eso te digo, el director es un mentiroso.— Vuelve a decir el paciente. Ella frunce el ceño volviendo a mirar lo que sea que llamó su atención en esa puerta. Sin eliminar el ceño fruncido en su bonito rostro.
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Las olas están salvajes, pero Mel, sorprendentemente lo lleva demasiado bien. Esta se trepa en su tabla de surf adentrándose a un remolino alto de agua. Se agacha en la tabla de surf para sujetarse a la punta de este y portar una confianza extrema. Viéndose buena onda.
Mew, Gulf son otros que brincan una ola para tirarse, dando vueltas en el aire mientras caen al agua. Estos aullan durante la levitación.
First se trepa en su tabla de surf con neutralidad pasando encima de una ola salvaje. Perth también va pasando por la misma ola solo que en dirección e "carril" contrarios. Estos chocan sus cinco como buenos compañeros que son al pasarse por al lado.
Ploy, Mind, Triss andan haciendo volteretas o simplemente nadando en sus tablas de surf.
Off aplaude cuando ve que han finalizado de hacer volteretas, malabares y todas esas cosas. Su aplauso no es de halagar, es un serio: «Regresen». Así que todos se disponen a regresar en sus tablas de surf. Él vela a que todos ellos estén regresando. Después de todo nada le importa más que la seguridad de sus amigos y de su novio. Siempre vela por ellos, no lo puede evitar, a veces le entran unas ganas de velarse por sí mismo, pero no puede evitar ser un amigo fiel.
Para cuando llegan a la orilla mayormente halagan a Mel. —Wow, Mel, lo hiciste súper bien.— Gulf es uno en agradecerle caminando a su lado. Ella ríe tirando hacia atrás gran parte de su cabello mojado.
—Gracias. Esto fue muy peligroso, pero divertido. Creo que me van a dar un infarto y ni siquiera hemos llegado a America.
Juega la chica mientras caminan. Todos ríen, Gulf la acerca a su pecho rodeando sus pequeños hombros con un brazo.
—¡Es cierto! No hemos llegado a America y ya te tenemos mal. ¿Cómo va a ser?
La hispana de color no puede evitar reír. El novio del moreno anda caminando al lado de ellos con risas también. Van llegando hacia Off. Este los recibe con aplausos que ahora sí son de halagos.
—Todos ustedes son unos suicidas. Bienvenida al Club de Los Que Se Quieren Morir Jóvenes.— Bromea el pelinegro dirigiendo sus palabras a la nueva. Ella ríe.
—Un título muy largo ¿no crees?— Ella opina.
—Sí — Él se sujeta el mentón todo pensativo mirando al cielo nocturno solo con sus ojos. —aún sigo pensando en un nombre que sea corto. Pero no encuentro cuál.— Sus palabras dan risa porque así las intenciona, pero su actitud sigue viéndose como la de un joven serio. Los demás siguen caminando, sin embargo, Mel es la que se queda parada frente a él para escucharlo.
First llega a su pareja rodeándole el cuello con un brazo antes de jalarlo a su pecho para alborotar el cabello de su pareja. —Él se complica mucho. Solo seamos el Club de Suicidas y ya.— Dice el joven por él.
—Esto es lo bueno de tener un novio inteligente.— Dice Off con voz de asfixiado tratando de luchar por salirse del agarre de su fuerte novio.
Mel ríe con las locuras de esos dos. Divirtiéndose con ellos.
Luego de un rato están todos sentados en forma de circulo como si estuvieran en un ritual o una secta. Pero solo están sentados con sus piernas cruzadas como taínos. Mew está acurrucado del moreno, descansando su cabeza en el hombro de este mientras miran a sus amigos con risas. Están riendo de algo que Ploy está compartiendo con todos.
Perth y Mel parecen estar en una burbuja enfocados en su pequeño mundo. Él le está colocando una flor tras su oreja mientras se miran bonito con sonrisas de labios.
Off está dibujando algo en la arena. Este empuja el hombro de su pareja varias veces con el suyo propio para que su pareja deje de mirar a sus amigos y vea la arena. Al mirar, ve que hay unas cabecitas comicamente dibujadas. Parecen cabezas de monos con orejas demasiado grandes. Esas caritas cargan sonrisas enormes en forma de gusano con dos puntitos como ojos. Líneas en olas como cabello.
—¿Somos nosotros dos?— Pregunta First asomando su cabeza aún más al dibujo con una pequeña sonrisa.
—Mjm. Aunque eres más lindo en persona. Al igual que yo.
—Cállate.— Ríe el chico, mirándolo a los ojos.
—Entonces, ¡sobre el viaje!— Mew les llama la atención a todos así que todos lo miran emocionados. —Iremos primero al hotel Grand Morrison a situarnos.
Efectivamente como está contando, es que sucede una vez han tomado vuelo a Estados Unidos, Florida. Los primeros en pararse frente al hermoso hotel son Mew y Gulf, ambos cargando maletas sobre sus hombros e incluso en sus manos. Ambos portan gafas de sol. Mew vistiendo una chaqueta mahón encima de una playera, caquis y tenis blancas.
Gulf viste unos mahones, camisa playera y una pulsera. El hotel es súper ancho e grande. También, de color blanco enteramente. Casi puede lucir como una simple casa vacacional.
—Conque así luce algo estadounidense de cinco estrellas.— Dice Mew carraspeando su garganta en lo último.
—Se ve divertido.— Sonríe positivo el moreno. Este le da una palmada en uno de sus brazos y reacomodando una de las tiras de la maleta sobre uno de sus hombros, se dirige a las puertas.
—Luego podríamos explorar el hotel.— Sigue contando Mew, todo lo que contó en ese día de playa está sucediendo en el día en que han llegado a Estados Unidos.
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Triss está explorando el lobby del hotel, vistiendo una camisa de mangas largas púrpura, pantalones cortos del mismo color y sandalias. Ella camina lento mientras explora todo. Pero no puede evitar pensar en aquel hombre de la playa. Ese que se masturbó mirándola a ella. La realidad es, que Triss no sabe ni por qué le sonrío. Ella actúa como si nada de eso le importará, pero cada vez que ignora cosas como esas, solo se acumulan en su mente. Acumulando un odio desconocido. Una ira de la que ella no tiene control. En esa ira siempre crea escenarios tipo "¿Qué hubiera pasado si...?", y en vez de seguir explorando el hotel sus piernas lideraron el camino mas sin embargo, su mente se esfumo al recuerdo de ella estirándose en la playa.
Se reprodujo exactamente la misma escena de cuando ella deja los estiramientos para sonreír coqueta a aquel pervertido. La escena añade secuencias que no sucedieron. Como por ejemplo, ella empieza a alejarse del grupo. Caminando en dirección a la del hombre pervertido con una postura menos femenina. Sus pasos siendo firmes. Sus hombros viéndose toscos a pesar de lo pequeño que es su cuerpo. Sus ojos oscureciendose.
El hombre desfallece el bombeo en su propio miembro mientras la mira con miedo. Ella se detiene a su lado. —Quién te dio permiso a tocarte pensando en mí, ¿eh?— Pregunta Triss con un tono serio. El hombre mira a su alrededor solo con sus ojos. Desesperado por escapar de la chica. —Nadie — La voz de la chica tiembla del enojo. —Nadie te dio el permiso, maldito hijo de perra.
Ella le mete un puño que le desvía el rostro enseguida. Su mente recreo el recuerdo con tanta perfección que hasta recuerda que en una mesa de al lado hay una botella de cerveza. Ella toma la botella para romperla contra la cabeza del tipo. Haciendola añicos e haciendo sangrar la cabeza de ese tipo.
Triss sonríe como una psicópata agrandando sus ojos un poco. Ama ver cómo resultó su defensa. Ama ver cómo ese hombre sufría por ella defenderse...
Incluso si fuera en su mente.
En la realidad, mientras ella pensaba no se dio cuenta de por dónde caminaba, así que choca pechos con un muchacho. Este se sostiene a su espalda involuntariamente y con jadeos, ambos caen al suelo. Solo que sobre el uno al otro.
Andan en el trance del golpe así que permanecen en su posición con los ojos cerrados. Jadeando. El chico sobre todo, se toca la cabeza con dolor. Ella alza su cabeza del pecho contrario, apoyando una mano al lado de sus cuerpos.
—Lo siento. ¿Estás bien?— Va preguntando ella hasta que él también abre sus ojos sin dejar de jadear, y ambos se miran a la cara. El chico es un asiático de cabellera marrón, labios pomposos, nariz larga e ancha, ojos redondos y cejas gruesas de arco. Ambos permanecen viéndose. Incluso la calidez del sol que los alumbra añade más ambiente a la mirada de ambos.
Permanecen viéndose por unos segundos. Solo Dios sabe cuántos ya han pasado. Ambos secretamente admirando la belleza del uno al otro. Después de todo, eso era lo que sus ojos parecen escanear.
—Lo siento.— Triss procedió a disculparse primero, levantándose a horcajadas. Entonces camina como pingüino hacia atrás para salir de encima de Boun. Este incómodamente se levanta también.
—Está bien. Fue solo un accidente.— Él se arregla uno de los hombros de su chaqueta abierta. Su ropa es demasiado cotidiana. Tanto que parece ropa de dormir en vez de salida.
—¿Te quedas en este hotel?— Pregunta suavemente apuntando el interior del hotel con un dedo.
—Sí. Aunque ahora debo irme, estoy algo apurada.— Triss miente.
—Sí. Claro. Adiós.— Él sonríe.
—Adiós.— Ella sonríe y se marcha con indiferencia a pesar de que se vieron a los ojos por unos largos segundos. Segundos que parecieron eternos. Él se le queda viendo con interés. Brinca sus hombros para sacudirse sus pensamientos con una sonrisa entonces camina hacia una de las mesas del lobby. Hay muchas mesas redondas de color plateado, y en una a la que se dirige en especifico, hay un hombre americano de cabello largo hasta los hombros. Este está sentado comiendo un cheesecake, vistiendo ropas negras.
—Oye, vi eso.— Le comenta el americano antes de llevarse un trozo pequeño de cheesecake a la boca.
—Qué, viste qué.— El asiático se hace el loco con un tonado de voz torpe mientras se sienta en la silla.
—Tú y ese bombón. Se miraron por largos segundos.
—Ah, no fue nada. Solo tropezó conmigo. Vamos.— Se sonroja el asiático frotando de adelante a atrás sus palmas contra sus propias rodillas. Teniendo una sonrisa muy grande en su rostro. El americano lo mira con una sonrisa de labios sin dejar de masticar. Cuando regresa su mirada a la comida, el asiático deja de sonreír para tímidamente ponerse cabizbajo.
—¿Ya conseguiste a otras personas para ir a la cueva?— Pregunta el asiático.
—Aún no — El americano presiona con su tenedor una cereza encima del cheesecake. La presiona hasta hundirla por en medio del cheesecake tocando el plato. La corta por la mitad ahí. —pero lo haré.— Agarra una de las mitades de la cereza con su tenedor para introducirselo a la boca dándole una mirada feroz al asiático. Típica mirada de todo villano en una historia.
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Para cuando Triss regresa a la habitación de hotel que comparte con Ploy, encuentra a esta acostada en SU cama cruzada de pies leyendo su diario púrpura. —Un hombre se masturbó mirándote en la playa ¿Y no nos dijiste?— Esta pregunta indignada bajando el diario sobre su regazo.
Toda la ira de Triss se resume en su rostro. Ella cierra la puerta caminando un poco rápido hacia la asiática. —Qué rayos te pasa, ese es mi diario.— Triss toma su propio diario.
—Tienes mucha ira reprimida, cariño.— Ploy le dice con una sonrisa creyéndose una psicóloga para psicoanalizarla.
—Sí, bueno, no soy la única porque al parecer tú sigues tratando a Mind como si ella fuera tu pequeña hermana. Debes aprender a dejar ir, Ploy. Mind es algo lenta, pero no es tu hermana menor.
La asiática rápido pone una cara larga. Poniéndose de pie con los ojos en algún punto irrelevante de la habitación. Ella comienza a pasar de la hispana, dirigiéndose a su cama. La castaña gira al seguirla con la mirada.
—Es porque se acerca ese día ¿no?— Pregunta ahora la castaña de ropas purpuras en un tono más suave. La asiática se detiene justo frente a su cama. Mirando a la nada frente a ellas. Sus ojos cristalizados con un mentón tensado.
FLASHBACK:
—¡Hermanita! ¡Hermanita!— Una niña pequeña grita en traje de baño completo, esta está siendo llevada por las corrientes de un río en un bosque abierto. Tiene su manita casi de bebé alzada en el aire. Su cuerpo se hunde y vuelve a la superficie por las olas. Ahogandola.
—¡Prim! ¡PRIM! AHÍ VOY.— Grita una Ploy totalmente opuesta a la que se muestra ahora. La Ploy de esa entonces usaba anteojos, llevaba una chaqueta gris encima de una camisa blanca, cortos y sandalias. Su cabello lacio sobre sus hombros. Ella corre con los cachetes rojizos de la alteración. Trata de seguir el río corriendo por el césped de al lado.
Se tropieza con una roca, raspandose bruscamente el mentón. —Agh.— Jadea presionando sus ojos cerrados y sintiendo la herida abrirse con sangre de por medio. Ella alza la mirada apoyándose en ambas manos para alzar su propio pecho del suelo.
Al hacerlo mira el río y ve cómo este culmina en un acantilado con cascada. La pequeña niña cae por el acantilado con un pequeño grito.
A Ploy se le fue el aire. Se le fue todo. Sus ojos se tornaron rojos del terror, y un fuerte grito pegó, temblando sus cachetes y todo de sí.
—¡PRIM!— Grito desgarrando las cuerdas vocales de su garganta. Gritó tanto que ni su pequeño cuerpo podía ser capaz de soportarlo. Temblando como nunca antes en la vida.
FIN DEL FLASHBACK.
Ploy permaneció congelada en su sitio con parpadeos lentos. Simplemente herida mientras se abraza así misma.
—Tienes razón. Lo siento.— Se disculpa Ploy por coger el diario de Triss. Se da la vuelta a verla con lágrimas ya habiendo caído de sus ojos. La hispana la observa con demasiada calidez. Ella camina hacia la asiática entonces se abrazan. Sintiendo el fuerte afecto por la una a la otra a pesar de todo.
—Lo siento por hablarte así.
—No, no te disculpes. Es lo normal.— La asiática comprende durante el abrazo.
*N/A: 🥺Conociendo a los personajes💕*
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