Hola me llamo Yang acabo de cumplir 14 años y desde que conocí a una chica llamada Ying mi vida cambio por completo. Todo empezó cuando yo nací. Sabía desde el principio que era diferente al resto de los humanos, pero eso lo descubrí al cabo del tiempo. Nací en un hospital llamado  "La Paz". Mi madre tenia  unos ojos negro y el pelo largo y de un color negro precioso, pero lo que más me llamaba la atención era un pequeño corazon blanco que tenia en la mano. Físicamente mi padre se parecía mucho a mi madre, además portaba  el mismo corazón que mi madre. En ese mismo instante me llevaron a la sala para hacerme las pruebas. Allí me encontré con otros niños. Una de las niñas que más me llamaba la atención tenía ojos negros que me impactaron enormemente. Quise acercarme, pero la doctora me llevó devuelta con mis padres. Se que esto suena un poco extraño, pero cuando vi a esa chica sentí como una conexión hacia ella. Bueno cuando llegue a la sala junto a mis padres mi madre me sonrió con una gran dulzura, en cambio la cara de mi padre solo mostraba  desaprecio, como si de un insecto se tratase. Entonces mi madre dijo: " Cariño, ¿qué te parece Yang como nombre?". Mi padre no contesto y me siguió mirando. Cuando llegamos a casa me fijé en un cuadro que colgaba en el salón. En el se veía a todo mi familia. Eso me hizo sentirme mal. Físicamente todos tenían los mismos rasgos, todos  excepto yo. De repente me di cuenta que mis padres estaban en la cocina discutiendo. Escuche su conversación por partes.

Padre- Ahora ya se la verdad. 

Madre- ¿La verdad de que?

Padre- Que me engañaste con ese tipo.

Madre- No se de lo que me estas hablando.

Padre- Seguro que no.

Padre- Me hubiese gustado que nunca hubiese nacido ese...

Padre- Monstruo.

Madre- Ese no es un monstruo es tu hija.

Padre- Si seguro mío o del otro ese.

Madre- Ya te dije que no tuvimos nada.

En ese momento me sentí muy dolida. Sabia que mi padre nunca me querría así  que decidí terminar con mi vida, pero antes de que lo hiciese mi madre entró y me paro. Entonces me di cuenta que estaba a punto de echar mi vida a perder. Por que aunque mi padre no me quería sabia que mi madre si. Desde ese día mi padre empezó a maltratarme. Y cuando mi madre intentaba pararle   siempre acababa igual que yo. Con arañazos, rasguños y golpes. Pensaba que esto nunca terminaría, pero me confundí. Al cumplir los 10 años mi padre ya no me maltrataba físicamente, solo psicológicamente. El maltrato psicológico no era tan duro como el físico y lo prefería. Por ello me alivié. Todos estos años de sufrimiento terminaron. En el día de mi cumpleaños todos mis familiares vinieron a casa. Me alegre mucho, pero mi alegría duro poco. Mis primas mayores siempre me intentaban hacer un cambio de look y mi tía Isabell siempre se reía un poco de mi aspecto. A mi madre eso le molestaba un poco, pero mi padre hasta a veces se reía de mi. Entonces mi primo que tenia mi misma edad dijo.

Javier- No te preocupes a mi me gusta tal y como eres.

Yo- Muchas gracias.

Javier- Lo que más me gusta esque eres especial y me encanta el corazón negro que tienes en la mano.

Yo- ¿Qué corazón?

Justo en ese instante me di cuenta que tenia una marca de corazón en la mano. Nunca antes me había fijado. En ese instante mi padre nos llamaron a comer a la mesa. Había una tarta de frambuesa encima y unos pocos regalos. En ese instante todos estuvimos en silencio y mi tia Isabell dijo.

Tia Isabell- Como ya cumples los 10 años como cada uno de nosotros puedes pedir un deseo.

Yo- ¿El que sea?

Tia Isabell- Pues claro que si.

Yo- Bueno pues si hay una cosa que me gustaría.

Tia Isabell- Pues entonces dilo.

Yo- Me gustaría ir a la escuela.

Todos- ¡Que!

Yo- Si a la escuela ya sabes ir a un colegio y dar allí clases no desde casa.

En todos estos años mi padre me ha dado clases y la verdad esque no me gustaba mucho Antes cada vez que cometía un error  me pegaba. En cambio cuando mi madre me daba clases siempre me hacia reír y me lo pasaba genial. Solo que en esos 10 años no había conocido a  ningún niño que no fuera familiar mió.

Tia Isabell- Pero que niña más rara os ha salido.

Elena ( mi prima mayor)- Primita, ¿de verdad que prefieres ir a una escuela estúpida a ropa y joyas?

Yo- Pues la verdad esque si.

Padre- Pues a partir del lunes que viene iras a la escuela.