42
Christopher había dormido durante todo el vuelo mientras yo no pude pegar un ojo, cada que lo hacía sentía que esto se derrumbaría y quien sabe Dios qué otra cosa. Me tenía prohibido dormirme.
Como si con eso pudiese evitar cualquier cosa.
Agradecí al momento de aterrizar, ya en tierra firme, removí un poco a mi acompañante que aún seguía dormido, al tener su atención le informe que ya debíamos bajar, desabroche mi cinturón de seguridad y deje el asiento.
-Tengo sueño.- dejo salir un bostezo mientras bajaba su equipaje de la parte sobre el asiento.
-Naguara, tienes más de tres horas dormido.- blanquee mis ojos.
-Estoy cansado.- me dedico una sonrisa.
Después de pasar por seguridad y que le hicieran revisión a nuestros equipajes, salimos al área de desembarque para ir por un servicio público que nos llevara a la casa de Chris.
-¿Qué hace ese loco aquí?- pregunto mirando a lo lejos dejando salir una sonrisa.
-¿Quién?- fruncí buscando con la mirada a quien se refería -. ¿Es tu hermano?- él me miro y asintió sonriendo para luego acercarse hasta el chico a unos cuantos pasos. Al estar junto a él ya, se abalanzo para fundirse en un tierno abrazo.
-Hola.- sonrío. El parecido con Christopher es muy notable, comparten la misma mirada, al igual que sus sonrisas -. Jonathan.
-Carolina.- me atreví a acercarme a él y plantar un beso sobre su mejilla en forma de saludo -. Mucho gusto Jonathan, Christopher me hablo mucho de ti.
-Eso cuñaita, yo si te quería conocer, quería ver a quien flecho a mi hermanito.- rió abrazando a Chris de los hombros y revolviendo su cabello, causando que este le diera un manotazo y lo apartara -. Es muy linda, chacho tienes muy buenos gustos, igual que su hermano mayor.- sonrió con orgullo.
-Te lo dije.- Chris me miro y sonrío. Sonreí igual.
-Mami nos espera para almorzar, mejor apurémonos antes de que se enfríe la comida.- dijo Jonathan tomando una de las maletas de Chris y caminando fuera del aeropuerto donde un auto pequeño nos esperaba.
El transcurso fue rápido, en unos diez minutos ya el auto estaba siendo parqueado frente a una casa de dos plantas de color blanco, se veía bastante grande y espaciosa. Me detuve frente a la puerta justo detrás de Chris, tenía temor de entrar y embarrarla y salir de aquí con la señora Yenni odiándome.
Chris había pasado por dos ramos de flores para dos de las mujeres más importantes en su vida.
-Mi amor.- sonrió al abrir la puerta y ver a su hijo con un ramo de flores en una de sus manos. Ella se abalanzo sobre él y lo abrazo con fuerza.
-La extrañe mamita.- respondió él a su abrazo.
-Mijito que grande te me estás haciendo.- su voz sonó casi eludible. ¿Quién no, con semejante sorpresa?
Jonathan me miro y sonreí.
-¿Y la chica?- pregunto. Fue justamente cuando sentí un bajón, mis piernas se hicieron gelatina y mis manos temblorosas, Chris se hizo a un lado dejándome visible ante ella y esta me sonrió para luego abalanzarse hasta mí y abrazarme dejándome atónita.
-Mucho gusto.- fue lo único que se me ocurrió decir.
-No estés nerviosa niña, no como.- sonrió al alejarse -. Soy Yenni cariño.
-Mucho gusto señora Yenni, Carolina.
-Es muy guapa papito, eres muy bonita.- me sonrió.
-Muchas gracias señora Yenni, usted es muy guapa la verdad.- le elogie. Era mucho más bonita de cómo se veía en fotos, realmente a pesar de tener dos hijos que pasaban ya los veinte años se veía muy jovial y muy bien conservada.
-Ay hija, dime solo Yenni que estamos en familia.
-Yenni.- asentí -. Eres muy guapa.
-Tan bella hija, gracias.- su sonrisa era dulce y se notaba que Chris se había quedado corto al describir a su mamá, realmente se veía una gran persona -. La comida se enfría.
Chris me dedico una sonrisa y me dio paso a seguir yo primero, al entrar mi mirada se dirigió hasta las paredes blancas y una en específico, tenía unas cuantas fotografías colgando de ella en la que se miraban fotos tanto de él, como su hermano de pequeños.
-Abue.- fue rápido hasta la señora que dejaba un plato sobre la mesa, ella alzo la mirada y sonrió al ver a su nieto con un ramo de flores para ella y le abrazo -. ¿Cómo está?
-Bien hijo, con achaques, ¿y ella?- me miro discreta aunque de igual manera lo noté.
-Carolina.- sonreí dejando un beso en su mejilla.
-¿Carolina?- miro de nuevo a su nieto -. ¿La chica?- Chris asintió.
-Mucho gusto señora Piedad, Chris me hablo mucho de usted, de lo increíble que es y lo rica que es su comida.
-A pues eso si lo vamos a comprobar ahora mismo porque les prepare el ceviche que tanto le gusta a tu chico.- sonreí forzadamente. ¿Ceviche? Con el asco que me da esa vaina.
-Cuando quieras te doy la receta, ya sabes que a los chicos se les enamora por el estómago.- elevo una de sus cejas.
Sonreí. -. Claro.
-Abue, no me la asustes oye.- rió Chris -. Luego le enseñas pero ahora tengo mucha hambre.
-¿Por qué no se van a lavar las manos mientras yo termino de poner la mesa?- pregunto Yenni.
-Amor, vamos.- me tomó de la mano y sentí como el par de miradas nos seguían en el recorrido. Dejamos la puerta abierta para evitar cualquier tipo de mal entendidos -. ¿Qué te parece mi familia?
-Son muy dulces.- sonreí secando mis manos -. Además tu mami es mucho más linda que en fotos.
-¿Estas cómoda?
-Traigo un poquito de nervios pero ya se irán.
-No quiero que te sientas tensa o fuera de lugar.
-Tranquilo amor, estoy bien.- le dedique una sonrisa.
-¿Si estas segura?
-Segura.- deposite un corto beso sobre sus labios -. Ahora vamos que nos esperan.
-Bueno vamos.- sonrió -. Ujum, que rico huele esto.- comento al llegar a la mesa -. Por favor señorita.- alejo la silla y la ocupe.
-Gracias.- agradecí cuando me acerco a la mesa, para luego ocupar lugar junto a mí.
-¿Dónde está Jonathan?- le pregunto Yenni buscándolo con la mirada para luego fijarla sobre su hijo menor.
-No se mamita.- respondió llevando la comida a su boca.
-Christopher...
-Boca llena.. boca llena.- le aparto la mirada.
-¿Qué se haría ese muchacho?- bufó -. Bueno, y dime hija, ¿planeas darme nietos en el futuro?
Abrí mis ojos de golpe al escuchar aquella pregunta que acababa de realizar, Chris que estaba a mi lado se ahogó con el bocado que traía y su rostro se tornó rojo.
Que no esté roja, que no esté roja.
-Este...- aclaré mi garganta -. En un futuro si, ahora Chris esta con la banda y las giras y yo continuó con mi trabajo, me gustaría mantenerlo.
-A bueno, pero yo quiero nietos.- sonrió. Mire a Chris esperando a que dijera algo.
-En su debido tiempo mamita, ahora cada uno está enfocado en el trabajo.
Mire el plato frente a mi lugar en la mesa, no lo había tocado ni un poco, la comida de mar no era mi debilidad incluso no estaba entre mis gustos culinarios, detestaba el olor a las sardinas.
Mire a Chris de reojo.
Suspiré y me atreví a tomar un bocado a mi boca.
-¿Qué te parece? ¿Te gusto?- pregunto doña Piedad. Sentí la mirada de Chris sobre mí. Asentí repetidas veces.
-¿Si te gusto? Se sincera.- dijo Chris. Achique mis ojos -. Abu lo que pasa es que Caro no es de comer mucho comida del mar.
-No pero si esta rico doña Piedad, está muy bueno.- sonreí.
-Y cuéntanos, ¿Cuántos años tienes?- pregunto Yenni.
-Veinte.- sonreí.
-¿y tus padres?
-En Venezuela. Se divorciaron cuando estaba pequeña, hace un buen tiempo no veo a mi papá.
-¿Tu mamá no lo permite..?
-Oh no, mi mamá no interfiere en eso, solo que él se mudó de cuidad y está bastante lejos.
-¿Con que sueñas?- me miró fijamente.
-Mi sueño es el baile, y también eso hace parte de trabajo.- comente con una sonrisa.
-Baila muy bien.- comento Chris con la boca llena.
-Deberías enseñarle a que se aprenda a mover.- señalo con la mirada a su hijo y comenzó a reír.
-No quiere, él dice que enseñará él a mí.- reí.
-No es cierto.- negó -. Ya yo te enseñé y tú no aprendiste nada.- blanquee mis ojos divertida.
-Hijo si tu apenas intentas bailar.- rió su abu.
-Ha aprendido.- reí -. Ahora baila muy bien.
-Y a ti te encanta como yo te bailo.- elevo una de sus cejas.
Lleve mi mirada hacia mi comida.
Me iba a poner roja.
¿Por qué tengo que ser tan mal pensada carajo?
-¿Qué te sucede hija?
-¿Qué? ¿A mí?- ella asintió -. No es que... me atragante un poco, igual ya paso.- sonreí.
-¿Quieres a mi hijo?
-La pregunta sería si él me quiere, lo amo.- comente para posar mi mirada sobre el chico que robaba cada una de mis sonrisas -. Él es el chico que siempre quise fuera parte de mi vida.- él me dedico una sonrisa.
-Yo también...-achique mis ojos al ver que ahora su cara se me tornaba borrosa, que tanto su sonrisa como su rostro desaparecían de mi vista, mire a todos lados y todo se había vuelto negro, ya no estaba en aquella casa junto a la mesa ni me acompañaba su sonrisa, sentí como un fuerte escalofrío se hacía presente en mi cuerpo.
¿Qué me estaba sucediendo?
¿Dónde estaba él?
Me levante de golpe al sentir aquel vacío tan grande en mi pecho, abrí mis ojos y fije mi mirada frente a mí, ¿Qué?
Las paredes blancas.
El olor a rosas.
Mi edredón favorito rojo.
Las fotos con mis amigos.
Mire frente a mí, mi mamá me miraba con el entrecejo fruncido buscando entenderme.
Pase mi mano por mi cabello. Todo había sido un maldito sueño.
Mire a mi mamá e hice una mueca de fastidio escondiendo mi cara entre una de mis almohadas.
Carajo.
Pensé que había encontrado a mi chico ideal, che, esto no me pasaba constantemente, eso de soñar con famosos no me había ocurrido antes, o por lo menos no de esta manera.
No recuerdo su rostro y menos el nombre del chico que se había ganado mi corazón en aquel sueño, seguramente es uno de esos carajitos de los que tanto habla Karol, que ya me tiene verde.
-¿Qué te pasa?- pregunto mi mamá y la mire -. ¿Estabas llorando?
-Tuve un sueño y fue el más bonito que jamás soñé.-solté una sonrisa de solo recordarlo.
-Haber, ¿y que soñaste? ¿Me cuentas?- pregunto con interés.
-Soñé con un chico.
-He, he, he.- me sonrió divertida -. ¿Y qué más?
-No recuerdo su nombre ni su rostro solo sé que era el niño de mis sueños, literalmente. Y era famoso.- blanquee mis ojos divertida -. Me comprendía y parecía quererme, duh, creo que era guapo.
-¿A si?
-Sí, creo que era uno de esos carajitos que a Karol le obsesionan. Soñé que bailaba, todo era tan real.- sopese.
-Cielo, los sueños significan algo, quizá esté quiera decirte que si sigues soñando con bailar lo puedes lograr.
-Mami ya eso ya no va, el baile no es para mí. Termine la última vez con un pie roto, no hay futuro en mi con eso. Ya tengo mis pies sobre la tierra, y comprendí que eso no es para mí.
-Amo que seas tan madura hija pero, nunca dejes de creer en lo que vas a lograr, tú eres una niña con mucho talento y tarde que temprano este será mostrado ante el mundo.
-Gracias mami, pero por ahora continuo con mis planes.
-¿Sigues con la absurda idea de irte del país?- me miro.
-Mami, eso me ayudara a mí, a mi futuro, quiero ayudarte a ti, a mi familia y aquí no se me permite hacerlo.
-Cielo ya te lo dije antes, si tú te llegas a ir tiene que ser por ti, olvídate de nosotros, si tú te decides ir del país lo harás por un futuro para ti, o nosotros aquí vemos lo que hacemos.
-Mamá yo quiero ayudarlos, la situación cada vez está peor y estando yo afuera podré enviarles para que estén mejor. Además con Karol y Jimmy nos vamos, no será sola y me será más fácil. Además también está la prima de Karol, ella nos ayudara.
-No.- negó doltando un pequeño sollozo -. No quiero dejarte ir, no puedo cariño.
-Mami no me voy de por vida, solo será un año, volveré y seguirá todo igual.
-¿Escuchas lo que dices? Un año.
-Mami, es una decisión que ya tome.
-Bien Carolina, es tu decisión, eres mayor de edad y responsable de tus actos pero, recuerda, tienes a tus abuelos y si algo llega a pasar no vas a poder verlos.
-Lo sé, pero prefiero arriesgarme, estando aquí no les ayudaría.
Ahora la única pregunta que rondaba en mi cabeza era, ¿Quién era el lacho que había entrado a mis sueños?
-------------------Fin------------------
Wejele, ¿como andan mis corazones de melocotones?
¿se esperaban este final?
¿Nah?
Pues adivinenle el porque...
Estoy dispuesta a darle una segunda a esta historia parte solo que mucho mas corta
¿les gustaría leerla?
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Nueva portada gracias a erickchamito
Gracias bella <3
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