El chico con sombrero de paja

Especial I.

Luffy y Nami no tuvieron mucha química al principio. Luffy era bueno peleando. No le gusta la normalidad y también, lucía perdido la mayoría de veces. Nami era inteligente, tanto que le había terminado robando el Merry en un inicio pero nunca dudo de ella. Tampoco le interesó su pasado, si ella necesitaba su ayuda Luffy se lo daría.

Nami lo comprobó mientras se apoyaba contra la pared en ruinas, sus ojos cansados ​​observaban débilmente cómo una figura solitaria se levantaba entre todos ellos y al observar cómo su mítico capitán permanecía destrozado y fatigado por la guerra, Nami llegó a varias conclusiones al mismo tiempo.

Luffy era un héroe por derecho propio, no, espera... pensándolo bien, estaba lejos de ser un héroe, era un pirata. Un pirata gomoso cuyas únicas armas verdaderas eran una serie de golpes violentos, sin espadas legendarias, sin poderes mágicos, solo fuerza bruta y una voluntad que superaba a cualquiera.

Haciendo una pequeña mueca, vio cómo su capitán era lanzado contra la pared exterior de una casa local. La misma estructura pareció gemir con la fuerza de su impacto cuando la pared cedió. Sin saberlo, la joven navegante contuvo la respiración ya que había falta de movimiento dentro de los escombros.

 "Todo estará bien Nami" Le había dicho, con esa tonta e inocente sonrisa. Nami le creyó.

Monkey D. Luffy tampoco pensó mucho cuando le dio su precioso sombrero de paja, ni cuando salvó su isla ni cuando le entregó la libertad. Le dio a Nami una nueva familia y le devolvió un sueño.

Si se lo preguntan a Nami, Luffy era su amigo. Supuso que estaba bien que él no fuera un 'Caballero de brillante armadura', y no era como si ella fuera la hermosa princesa pura que él merecía.

Cuanto menos lo pensaba, algo cálido nacía cuando él sonreía. Sintió quererlo al inicio y juró quererlo hasta el final. 

Nami ahora le sonreía.

- Lo arreglé para ti -le estiró su sombrero, cortó el hilo y se sentó a su lado. 

- ¡Eso es increíble Nami, gracias!

Y si se lo preguntan a Luffy, diría que ella es como un arcoíris porque Nami siempre le mostró a Luffy todos los colores que podía imaginar. Esa podría ser una de las muchas razones por las que al capitán le resultaba difícil no mirarla de vez en cuando. Porque a Luffy le gustaban los colores, especialmente los realmente bonitos.

- ¿Por qué estas sonriendo? -solía preguntarle.

- Quedémonos así para siempre.

Y Nami rio entre dientes debido a que Luffy no era un miserable 'caballero de brillante armadura' sino algo mucho mejor, iba a ser el Rey Pirata.

Y eso era algo que ningún héroe podría esperar hacer frente.

Si hay errores, mil disculpas TT

Los especiales, no van a ser precisamente largos, solamente es un respiro a la historia. Sin embargo, me entretuvo haber escrito un capitulo del inicio de todo.

¡Mucho amor para ustedes!



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