Capítulo O8. El sombrero y la mandarina
Estar en cama era de los planes mas aburridos para disgusto de Luffy, pero las órdenes de Chopper habían sido claras la noche anterior. El Rey Pirata hizo una mueca de disgusto.
'Luffy tienes que guardar reposo y bla, blah...'
Sin embargo, obviamente no estaba en una situación de vida o muerte en este momento y todavía sentía la garganta algo rasposa incluso después de haber ingerido la pastilla misteriosa que su pequeño nakama le había dado.
Le gruñó el estómago ruidosamente y se giró al otro lado de la camilla. Aun con la mente dormida, parpadeo unos segundos y Luffy miró a su dimuta navegante sobre la orilla de la cama. Abrió los ojos y le sonrió en gratitud a su compañera.
Nami enserio...
Él se sentó en forma de loto y la siguió mirando. Nami se removió incómoda y un par de ojos avellana se abrieron. Estaba a punto de hablar cuando su capitán intervino.
- ¡De verdad te quedaste!
- ¡Por supuesto que lo hize! -replicó con dientes filosos casi a la defensiva, con un lindo ceño fruncido.
Sus ojos se posaron en Luffy, que miraba por la ventana y se metía el dedo meñique en la nariz.
Nami era como una adulto gruñón metido en el cuerpo de una niña. Luffy hizo un pausa y se tomó el tiempo para repasar sus pensamientos. Entonces, comenzó a reirse por lo bajo. Espera, ¡eso era porque ella realmente es una adulta gruñona atrapada en el cuerpo de una niña!
Su labio inferior sobresalió ligeramente - ¿De qué te ries, eh Luffy? ¿Te estas riendo de mi? -siseó y le jaló de la oreja.
- Uh-huh -negó. Nami aun lo miraba con esa carita sospechosamente adorable.
A pesar de su título de Rey pirata, Luffy sabia pocas veces como comportarse con Nami.
- Sanji-kun nos espera para el desayuno. Deberíamos ir -ella lo soltó y se giró para mirar hacia adelante.
Luffy se encogió de hombros y brincó hacia la puerta.
- ¡TENGO MUCHA HAMBRE! -gritó a todo pulmón al entrar. Todos le dieron los buenos días, aunque la mayoría ya habia acabado de desayunar, disfrutaban la rara ocasión en donde podían tener un tiempo de comida tranquilos sin que nadie intentara robarles la comida y ahora solamente se encontraban conversando mientras que Robin leía el periódico diario y bebía su taza de café.
- ¿Nami? -preguntó Usopp, a sabiendas.
- Ah, dijo que regresaría.
- Luffy, ¿cómo te sientes? -intervino Chopper menos preocupado.
- Bien. ¡Gracias Chopper, eres el mejor!
- Diciendo eso no me harás feliz cabron~
- ¿Puedo ir a la cubierta? Ya no me siento tan enfermo -carcajeó con la boca llena, restos de comida saltaron a la cara de Usopp.
- ¡Asqueroso! -su amigo francotirador le golpeó el pecho.
- Luffy... -dijo Chopper de la manera más seria-. No estoy seguro de que estés en condiciones...
- ¡Pero...!
Sin embargo, antes de que Luffy reclamará, una sombra pequeña y perturbadora se paró detrás del capitán. Luffy dejo de reír y los cabellos de la nuca se le erizaron.
- ¡LUFFY!
Luffy suspiró fuertemente.
Maldición.
- Pero... Pero... ¡Dije que estaba bien! -reclama groseramente por encima del hombro -. Incluso yo...
- Y ahí van otra vez -Robin asiente, y Usopp se toma su tiempo para suspirar. Su mano viajo a su mentón observando al par - ¿Acaso no podemos tener un desayuno tranquilo alguna vez?
Brook rie discretamente. - El capitán siempre estará de humor para discutir con Nami-san. Yohoho...
- ¡Agh! ¡Supongo que tu idiotez no conoce límites! -ella gritó.
- Eres tan grosera -le devolvió la mirada - Solo quería salir a jugar con ellos.
Nami se giró hacia la mesa, su largo cabello aún caía sobre su hombro. Luffy también se sentó y robó algo más de comida. Poco después, Sanji se acercó con su desayuno y un par de elogios.
- Gracias, Sanji-kun -Nami le dijo al rubio mientras tomaba asiento, todo el tiempo, fingiendo que Luffy no estaba allí.
Luffy miró a Nami, que no lo miraba. ¿Por qué seguía enfadada con él? - ¿No te cansas de estar enfadada todo el tiempo? -él inclinó la cabeza para ver mejor su rostro.
- De hecho sí, pero eres un idiota la mayor parte del tiempo.
- Esa es una razón tonta para estar enojado.
- ¡Solo no me gusta verte enfermo Luffy! -replico, sonrojandose violentemente cuando la tripulación se quedó en silencio. Por supuesto, fue una respuesta adorable. Resopló y apartó su mirada de nuevo -Ahora deja de hablarme, me estas haciendo sentir tonta.
Luffy casi jadeo.
- Bueno - se rió conmovido, una pequeña sonrisa tocó sus labios.
Robin suspiró, pero luego se rió entre dientes. Bueno, eso fue todo, pero al menos terminaron de discutir -Ambos son muy animados.
Zoro levantó la vista, para encontrar a Luffy mirando a Nami. Ella, parecía no darse cuenta todavía.
La navegante balbuceo alguna incoherencia. Su humor se había disparado y se dió cuenta que no tenía más ganas de discutir cuando Luffy saltó hacia la cubierta con el resto. Ni siquiera le había dado tiempo de decirle que use abrigo, de todos modos él no la escucharía.
Cómo siempre, Robin tenía esa rara capacidad de saber cuándo algo andaba mal. Se sentó frente a ella en silencio, observándola hasta que se dió cuenta la fuente de su preocupación.
- Deberías contárselo.
La intensidad de su mirada la tomó por sorpresa.
- ¿Debería? Incluso ahora, yo no sé cómo podría consolarlo.
- Nami -ella la miró con severidad momentáneamente, se volvió algo silenciosa y pensativa-. Tú siempre encuentras una forma. Capitán-san lo apreciará de todos modos.
La tarde llegó muchísimo antes de que cualquiera pudiera esperar. Nami no almorzó, no jugó ni salió a la cubierta.
No creyeron que se trataba de algo serio. ¿Estaba enferma? Chopper lo solucionaría ¿Estaba triste? Luffy la haría reír. Era tan simple como eso.
Sin embargo, Nami tampoco ceno y con Chopper preocupado y Sanji pisándole los talones para que lo resuelva, él finalmente decidió comportarse como el Capitán.
Pero Nami no le quería abrir.
- ¡Te dije que te marcharas!
- ¡Y yo te dije que tumbaría la puerta si no me abres!
La navegante se rascó la nuca desesperadamente, despeinandose en el proceso y camino furibunda hacia la puerta. Miró enojada a Luffy y le dió las espaldas sin poder mirarlo. Sentía culpa.
Sus ojos vacilaron y la miró sospechosamente - ¿Qué ocurre?
- ¿Qué quieres? ¿Te cansaste de estar haciendo el tonto todo el día? -Nami hipó, encontrando difícil hablar.
- Estabas llorando -le gruño de vuelta en busca de que lo mirara.
- No digas tonterías, no tengo tiempo para eso.
Era demasiado cierto, es el hombre más testarudo del mundo.
- Nami, pero estás llorando ahora -la mujer solo le ofreció una sonrisa de dolor.
- Como decirlo Luffy, en la siguiente isla... En la siguiente isla se encuentra la tumba de tu hermano.
El cuerpo de Luffy se puso rígido cuando los recuerdos se le agolparon como dagas. Entonces Nami lo sabía, era conflictivo pensar en eso todo el tiempo.
Sintiéndose vulnerable una vez más, Nami se mordió el labio. -Lo siento, no quería...
- ¿Es mi culpa? -el rostro de Luffy se apretó desconcertado-
Luffy lo confirmó cuando el pequeño sollozo de Nami lleno sus oídos. Nami era vulnerable cuando se trataba de Luffy, todo de él afectaba a su corazón, si Luffy estaba triste ella lo estaría y si estaba feliz, su pecho volvería a hincharse de alegría. Ese extraño poder suyo, era molesto.
Luffy no tendría que saber eso, él no sabía tantas cosas. Y aunque, despues de cinco años de ese día, ella seguía lamentándose por no haber acompañado a su dolor.
Él se quitó el sombrero de la cabeza y lo presionó suavemente contra la de ella, hundiéndolo ligeramente con la presión de su mano.
Levantó ambas manos y agarró el borde del sombrero a ambos lados de su cabeza. Ella levantó sus ojos del suelo para poder verlo bajo el ala de su sombrero de paja.
Esperó algo, estaba confundida hasta que se dió cuenta.
Me vió llorar...
- Oi Nami -se estremeció-, solo sonríe ¿de acuerdo?
Ella vio su deslumbrante sonrisa, asegurandolo sin querer que todo estaría bien y se encontró comenzando a reflejarlo.
Por supuesto, Nami lloraría con él y sonreirá por él.
Prometí que actualizaría apenas termine el semestre ❤️
Les gustó el capítulo?
Por cierto, cambie la portada, me gusta un montón
¡Mucho amor para ustedes!
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