Capítulo O4. Como en casa
Cuando la risa se detuvo, Nami se puso roja de la vergüenza y mientras rechinaba los dientes había buscado refugio tras Zoro. Realmente era al único a quien no le importaba.
Por otro lado, Luffy qué se limpiaba una lágrima con su dedo chiquito lanzó la última carcajada. Chopper también se estaba divirtiendo. El caos en la cabina se detuvo.
- ¡Pero que inmaduros son todos! -les gritó, roja de la furia. Sus nakama ya no le tomaron en serio.
Usopp dió un paso atrás en precaución
Luego de que la risa subsistió, el Rey Pirata adoptó la misma altura que Nami. En cunclillas y con el estómago adolorido por la risa, sacudió una mano restándole importancia.
- Nami -llamó antes de que la navegante protestara-, no hay de que preocuparse. ¡Solo será un tiempo antes de que regreses a la normalidad!
Entonces Chopper interrumpió. Ahora que Nami era casi de su tamaño no le costó alzar los ojos.
- Será una semana. Usualmente el gas no permanecerá mucho tiempo en tus nervios -señaló con sus dedos, su par de ojos de reno inocente escanearon todo su rostro.
La navegante tenía un profundo ceño fruncido. Robin pensó que era tierna. Sanji entonces apareció con un gran vaso de leche, sus ojos convertidos en corazones al dar un par de volteretas.
- ¡Nami-swaaaaan! -chilló cerca del oído de la pelinaranja-. Ahora es una hermosa niña de ocho años nuevamente. ¡Un retoño!
Sus pies tamborilearon el suelo del Sunny. No le contentó del todo las palabras de Chopper y un millón de pensamientos recorrieron su mente. Si bien había logrado dirigir el rumbo del Sunny Go con éxito, estaban cerca de zonas donde las tormentas y ciclones eran desastrosas. Prácticamente hecho humo por la nariz.
Zoro suspiró rascándose la cabeza y se fue sin ningún cuidado en el mundo- Necesito alcohol.
- De todos modos, ¿cuándo llegaremos a la otra isla? -dijo Luffy sonriendo de costado.
- Bueno, ha hecho un buen tiempo -se mordió el labio de manera pensativa. Suspiró-. Yo diría que mañana en la tarde estaríamos arribando en Amazon Lily.
Ella contestó ladeando la cabeza, con un tono algo seco. Luffy no terminó por comprender.
Robin apareciendo en medio de todos ellos, dijo pensativa -Luffy, ¿no es arriesgado viajar con Nami en ese estado?
Los demás, aunque curiosos, permanecieron en silencio. Sanji seguía fumando.
Algo hizo click en la cabeza de Mugiwara y miró a Nami con recelo. Después, su sonrisa de marca registrada se extendió tontamente. Su brazo se estiró y jaló casi juguetonamente el cabello anaranjado.
- Shishishi, qué más da. ¡Nami de ese porte no es aterradora!
- ¡Imbécil te voy a enseñar quien no es aterradora! -intentó (realmente intentó) alcanzar a Luffy sin embargo, los brazos fleur de la arqueóloga la detuvieron. Nami gruñó como un perro y el Rey pirata rió mucho mas fuerte.
Franky quien salía de la galería mucho después de oir el escandalo, se aproximó con un barril de cola. Carcajeó con burla.
- Oi Nami, ¿cómo golpearás a nuestro capitán si ahora eres pequeñita? -comentó con burla. Nami solo bufó.
- Presenciar el desarrollo del cuerpo de Nami-san...
Brook se aferró a su taza de té, una vez más entre balbuceos dió el último sorbo antes de que la patada de Sanji lo mandará volando por la cubierta.
- ¡PERVERTIDO! -gritó el cocinero con dientes afilados y ojos rojos. Un chorrito de sangre escapaba de su nariz.
-Oi, oi-dijeron Chopper y Usoop.
En una carcajada disimulaba, Robin parecía divertirse; todavía Nami quería golpear a Luffy. La arqueóloga con la sonrisa mas comprensiva e infinita del mundo, le puso una mano en el hombro en apoyo pero animando a la navegante a que aceptara la situación.
- Fufufu ¿qué te parece si vamos a probarte la ropa de Chopper?
Nami balbuceo con una mueca de tristeza - Pero no quiero oler a mapache...
- ¡OYE! -reclamó el doctor muy ofendido.
- Solo serán unos días. Luego compraremos la ropa más linda para que te la pongas.
Y Nami, olvidando magicamente su enojo tomó la mano de Robin y se alejaron del ruido perdiéndose por la puerta con Chopper detrás.
Usopp aun preocupado, se acercó hacia Luffy quien todaviá miraba el lugar donde la figura de sus nakama desapreció y le colocó un brazo alrededor del hombro. El capitán todavía reía jovialmente
- ¿No crees que una Nami junior es mucho más peligrosa que Nami grande? -pensó un poco. La escena de Nami escabullendose por las cabinas para torturarlo no le agradaba del todo.
Luffy se rió una vez más y se giró para arrastar a Usopp a la proa.
- No hay nada que pensar ¡Vamos a jugar!
Al atardecer, las risotadas y los tablones de la cubierta retumbaban mientras Usopp, Chopper y Luffy correteaban por todos lados mientras que una Nami de ochos años acabó vestida con unos shorts blancos y una camiseta púrpura que decía SMILE y como cortesía, Robin le había hecho dos colitas en su cabeza.
Con anterioridad, las horas habían pasado y la navegante fue obligada por la arqueóloga a qué tomé aire fresco. Muy en el fondo, Nami quería salir pero era muy orgullosa.
Luffy se detuvo en seco y su sonrisa creció cuando observó las dos figuras frente a él y en un solo movimiento había estirado sus brazos hacia las chicas. Una vez más estaba en cuclillas mirando a Nami.
- ¡Nami vamos a jugar!
Ella lo miró con ojos incrédulos -¡Capitán idiota! -murmuró Nami, tirándole de la oreja y estirándosela. El Rey Pirata se emocionó más.
- ¿Acaso tienes miedo a perder? -molestó Luffy, sonriéndole pícaramente.
La navegante estaba peligrosamente seria. Nami se incorporó del suelo, como ofendida.
- ¿Pero qué locuras estás diciendo?
- Entonces vamos a jugar
Nami le saco la lengua y dijo entre dientes: -Bien
- ¡Hey! ¡Usopp, Chopper! -comenzó, se veía tranquilo e incluso feliz-. Nami también juega
Chopper corrió hacia ellos y tiró de la mano de Nami.
- ¡Genial Nami, hagamos equipo! -se le iluminó el rostro.
Pero Luffy interrumpió.
- ¡Bien! Nami y yo seremos equipo -demandó con un brazo en el cielo y el otro en la mano de Nami.
Usopp vaciló un momento, interrogando al par. Se alzó de hombros y se unió a Chopper.
- Oye Luffy, por si no lo recuerdas estábamos jugando al escondite. Aquí no hay equipos -señaló, lo dijo tan serio e impasivo.
- Pero Nami también quiere jugar...-hizo puchero, todavía con sus dos manos juntas.
- ¡Bah! De todos modos, harás lo que ella quiere
Se quejó y la pelinaranja alzó el mentón. Usopp suspiró.
- ¡Pues bien, como el valiente guerrero propongo a qué...
Robin se llevó una mano a la boca, los murmullos llenaron sus oídos pero era una escena bastante linda de mirar.
— Míralos que tiernos. Tienen la misma edad mental —susurró junto a Zoro. Observó a su Capitán y a Nami perseguir a Chopper. Luffy tiraba de la pequeñita mano de la navegante.
Nami, en un intento por detenerlo, saltó como pudo a sus hombros y le rodeó la cintura con las piernas.
— ¿Que haces...? —ella chilló cuando él comenzó a correr— ¡PARA TONTO!
Fue lo último que escuchó Robin cuando su Capitán despegó con Nami en su espalda.
— ¡Me caeré!
Él lo sabía, por eso se aseguró de seguir moviéndose para que ella no lo soltará.
De repente, Luffy comenzó a girar y Nami cerró los ojos con fuerza, presionando su cabeza contra un lado de su rostro.
Reía histéricamente y escuchar los chillidos de la navegante lo hizo aún más divertido.
Sintiéndose satisfecho con las burlas decidió parar.
Con la más dulce sonrisa, Luffy soltó una bocanada de aire y fue entonces cuando notó que todavía no lo soltaba. A su vez, el pecho de Luffy vibró de la manera más tierna.
— ¿Nami?
Sujetándolo con fuerza, maldijo mentalmente— Estoy mareada, idiota
Rió una vez más.
Justo cuando iba a decir algo, sintió que ella lo agarraba con más fuerza. Parpadeó.
— ¿Sigues mareada? —le preguntó.
Ella asintió, abrazó su cuello sin ahogarlo a pesar de lo mucho que quería estrangularlo hasta la muerte.
La cercanía era indescriptible. A Luffy le ponía feliz
Luffy trató de girarse para poder verla, pero ella solo presionó su mejilla contra el lado de su cara.
Lo que no sabía es que Nami ya no estaba tan mareada. De hecho, disfrutaba tanto del contacto que no podía dejarlo ir. Por alguna razón, ese pensamiento fue vergonzoso.
— ¿Eres feliz, Nami?
Ella levantó la cabeza para verlo.
Esa vez, Luffy solo miró el agua. Él estuvo momentáneamente serio.
Nami quería decir algo, pero se detuvo a mitad de la oración. Vió allí el mismo rostro lleno de confianza que conocía desde aquella vez. Sus labios se apretaron; esas emociones eran abrumadoras. Ella quiere que él lo sepa.
— ¡Por supuesto que lo soy!
Entonces, el capitán solo podía sonreír ampliamente mientras que un doloroso calor en su pecho se extendía por todo su cuerpo.
Luffy tarareo riendo— Lo sé —dijo.
Nami, en la seguridad de su espalda, también río.
Soy tan feliz
Y lo decía enserio, desde el fondo de su corazón.
No hay mucho que decir, emocionalmente el hogar de Nami es Luffy.
Pienso que lo que prometió Luffy a Gen, de cuidar la sonrisa de Nami, es una de las promesas más lindas que pudo haber hecho 😭
¡Mucho amor para ustedes!
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