Capítulo O13. El deseo de amar para siempre.
Roy que en realidad era un hombre sencillo se miró así mismo dentro de lo muchos chistes y bromas tontas. El sonreía todo el tiempo y respondía cortésmente y mientras esto duró, sus ojos nunca dejaron de buscar a la pelinaranja.
Roy, con su intuición repentina de sentimientos escondidos y entre tantas cosas, hizo una pregunta peligrosa.
- ¿Por qué Nami no esta aquí ahora? - miró a Nojiko con una mirada extraña y en blanco. Con una pausa, empezó a pensar en una buena excusa que lo haría marcharse.
Sanji, por otro lado, se sentía bastante miserable y Zoro no pudo evitar burlarse.
- Mi dulce ángel... dónde podría estar...
Como si un pensamiento acabará de aparecer en el cerebro de Nojiko, ella lo asimiló por un rato. Sabía de buena manera que el hombre de cabello negro había escapado con su hermana hace rato; consideraba además como de muy buen signo que Nami pareciera más torpe al lado del Rey Pirata. En realidad, era algo muy lindo de ver.
Ella se rascó una oreja, y sacando de su alma a los labios una sonrisa extraña, cuyo significado Roy no pudo entender, suspiró feliz.
- Estará bien, parece que solo necesitaba tiempo para ella -respondió la joven, sacudiendo la cabeza de manera amistosa.
- Honestamente no lo piensas, ¿verdad? - Usopp fue el primero en soltar; sus brazos se cruzaron mientras miraba a Roy -. Luffy esta con ella, no es como si la fuera a dejar sola o algo así.
Frunciendo el ceño, miró a Usopp, intentó sonreír, falló, lo intentó una vez más y decidió que era mejor no fingir sus sentimientos actuales. - Entiendo, pero yo también soy su amigo y tal vez debería buscarla.
A Robin le pareció algo encantador.
- ¡Oh, eres un caballero Roy! -chilló Chopper, con esa voz suya aguda y aparentemente infantil.
Sanji miró con expresión de incredulidad, casi lleno de odio si podía odiarlo. Roronoa Zoro se recostó pacíficamente contra el costado del tronco, con las manos descansando cómodamente detrás de su cabeza, pensó que entonces que Luffy tendría problemas ahora. Franky le dedicó un pulgar arriba.
Nadie chistó algo; había llegado el momento de conocer si el memorial de Roy era acogido o rechazado, la verdad era que el tipo sabía mucho de los recuerdos de Nami. Su firmeza y su paciencia esperando a por la mujer habían sido tan grandes como su valor ante los océanos, por lo que en un paso firme arrastró consigo todo aquello y decidió buscarla.
- ¿Qué está haciendo? - Intentó gritar el cocinero, pero terminó suspirando su pregunta al morder el cigarrillo entre sus dientes cuando desapareció entre tropezones.
Roy, a solas, no hacía más que pensar sobre su diálogo con Luffy, ciertamente con pensamientos encontrados, aunque poco gratos también. El sol iluminaba de lleno la colina y los pantanos; el sol comenzaba a esconderse tras haber alumbrado aquel día terrible.
Haciendo contraste con el atardecer, el pelo largo de cierta navegante apareció frente a sus ojos y una sonrisa feliz se esparció por el largo de sus labios. Al principio, busco acercarse pero enseguida se quedó absorto y los labios fruncidos cuando ella empezó con un sollozo silencioso. El espíritu de Nami parecía quebrarse y no podía hacer nada.
Sus manos se encontraron nuevamente a sus costados una vez más. Creía, o decía creer mucho, que ella necesitaba algo que abrazar. De niños, de vez en cuando él era el algo que Nami abrazaba, así que era exactamente lo que iba a hacer ahora.
- ¡Na-...!
- ¡Roy! ¿Necesitabas algo? -Luffy se enderezó, sin preocuparse más por estar escondido y continuó pisando fuerte en su dirección. No los quería juntos. No está seguro de por qué, simplemente no.
- Ella esta llorando -bufó obstinadamente.
Él suspiró molesto pero no intentó contradecirlo. - Ella es bastante inteligente, no es necesario que estés aqui -de nuevo, Luffy se limitó a mirarlo fijamente, con ojos saltones. Una sonrisa irritada volvía sus labios-, así que me quedaré con ella hasta que este bien. De todos modos, soy su capitán.
Roy no lo pensó mucho, ese hombre estaba absurdamente celoso.
- ¿A qué le temes? -continuó con una sonrisa torcida, sin darse cuenta, o posiblemente sin preocuparse por el insulto en su discurso-. ¿Qué te la quite?
Sus ojos se abrieron lo más que pudieron completamente en shock, y su mandíbula cayó, completamente rígida mientras les devolvía la mirada. Luffy apretó los dientes recobrando su habitual sonrisa, disipada un instante por aquel relámpago de celos.
- Nami nunca me dejaría.
Su corazón latió dolorosamente.
La sorpresa de Roy disminuyó lentamente mientras escuchaba sus palabras. Esto era mucho más profundo que él. Había un vínculo que estos dos compartían, un vínculo que él nunca podría interponer.
- ¡Luffy! Lamento haber tardado...
Relajándose considerablemente, el rostro de Luffy se suavizó mientras volvía a mirar a Nami, pero luego finalmente asintió y respondió suavemente.
- No importa. ¡Las frutas del bosque son riquísimas! -Su sonrisa se hizo más cálida mientras la miraba.
Sonriendo más ampliamente, ella también asintió antes de volverse hacia Roy, creyó haber escuchado su voz en algún momento. -¡Ah, lo siento, Roy-... Ah! -exclamó, mirando a su alrededor, pero él ya no estaba a la vista. - Oh, ¿a dónde fue? - preguntó ella, frunciendo el ceño suavemente.
Con una extraña mirada en el rostro y los brazos detrás de la cabeza, Roy caminó por entre los arboles con un suspiro. Él lo dejaría pasar por esta vez. Le había gustado mucho el coraje de Nami cuando la conoció, y ella realmente le había interesado, pero parecía que su capitán ya se había dado cuenta de esto, o tal vez no.
Sin embargo, no había dejado de ver los celos del otro hombre cuando la vio con él. Incluso lo había desafiado por ella. Entonces algo tenía que haber ahí. Luffy definitivamente no quería que ningún hombre le quitara a su navegante. Al igual que el mismo, Monkey D. Luffy no era un hombre con quien perder el tiempo. Sin embargo, eso no quería decir que Roy tampoco lo fuera, pero sabía cuándo había perdido.
- Ah, lamento lo de tu amigo, Nami -dijo Luffy, frotándose la nuca con el ceño fruncido, mirando hacia la profundidad del bosque, observando descaradamente todo el asunto.
Ella ni siquiera se había dado cuenta. -Está... bien... puedo hablar con él más tarde -respondió con un suspiro mientras caminaba para mirar a Luffy, aunque no lo miró.
- ¿Nami? - llamó de repente en voz baja, sin dejar de mirar en la dirección en la que había estado Roy. Luffy notó la extraña mirada en sus ojos y pensó en el hecho de que no admiraba a Luffy de la misma manera que admiraba a Roy. Eso... lo estaba molestando. Tanto que estaba empezando a inquietarse.
- ¿Sí? - preguntó ella, finalmente mirándolo.
- ¿Te gusta? - preguntó, su voz aún tranquila.
- ¡Ngh!-exclamó ella, alejándose un poco de él mientras sus mejillas se enrojecían aún más. Después de un rato, se giró para mirarlo.
- Ah, ¿Nami? - Luffy llamó confundido y asustado. Luffy puso los ojos en blanco cuando no lo negó. -Está bien. Es 'increíble', ¿recuerdas? -habló con un tono de voz infantil, enfurruñado por algo que ella no podía entender.
- Luffy... -alzó su ceja, cruzándose de brazos-, ¿Qué demonios te ocurre?
- ¡Yo también soy un capitán increíble! -él la interrumpió cuando Nami quiso jalarle de las mejillas y, aunque amará su toque, la agarró de las muñecas. Luffy resopló dramáticamente. - ¡Y! ¡Y podría ser navegante! -Gritó Luffy, acercándose a su rostro para demostrar lo serio que hablaba.
¿De qué está hablando?
- Él es solo un amigo, Luffy. Así que, sí, supongo que me gusta. En realidad, me recuerda un poco a ti, solo que menos molesto.
-¿Eso es así? -él respondió, pero su voz permaneció furibunda, lo que hizo que ella se volviera y lo mirara. Su expresión ilegible.
- ¿Por qué lo preguntas? -preguntó ella, curiosa.
- No lo sé -respondió encogiéndose ligeramente de hombros.
Estuvieron en silencio por un rato mientras caminaban, pero luego ella dijo: - Estabas... ¿estabas celoso de él...?
Respondió al instante. - Él iba a hablar contigo, pero yo no pude. Me enojó. No me agradaba.
Ella abrió los ojos con sorpresa por su honestidad. A pesar de ello, mantuvo su brillante sonrisa y se rió.
- Luffy, para mí sigues siendo el mejor de todos.
Porque sí, Nami nunca abandonaría a este hombre, ni por nadie.
Nami es otra cosa, no es necesario que se lo diga. Pero ella nunca abandonaría a Luffy 💞 pero Luffy se siente amenazado por Roy, nuestro capi esta acostumbrado a ser el favorito de Nami.
El siguiente capitulo será muy interesante!
¡Mucho amor para ustedes!
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