Capítulo 21

Sienna y Evelyn emocionadas me detallaban todos los invitados que iban a acudir al baile aquella noche mientras me arreglaban el pelo, pero mi mente parecía inmersa en mil pensamientos mucho más lejanos y no me dejaba concentrarme. 

―¿Elizabeth?

―Ehh― Evelyn me pasó la mano por delante de la cara― ¿Hola? ¿Estás prestando atención?

―¿Eh? Si, sí, que eh....― no supe en que punto de la conversación me había quedado― no sé si es buena a lo mejor deberíamos cancelarlo, no creo que Alistair...

―Olvídate de Alistair― Sienna se colgó de mi brazo riendo― esto es por ti, por tu cumpleaños, para que te lo pases bien un rato

Sonreí― Podíamos haber organizado algo más íntimo

―¡Vamos Elizabeth sabes que en Inglaterra cien invitados es algo íntimo!

No quería arruinarles la fiesta, que se notaba que llevaban preparando con cariño tanto tiempo. Pero por dentro, tenía un cúmulo de sentimientos tan contradictorios que no tenía el ánimo para celebraciones. 

Como era habitual Alistair abandonó la alcoba antes de que yo me levantase y dejó todo impolutamente colocado. Como si no quisiese que yo supiese que hubiera pasado la noche allí. o tal vez no quería que lo supiese Iona.

―Quiero agradecer estos meses pero no sé si es lo más adecuado

Sienna sonrió― Créeme los escoceses somos orgullosos pero agradecidos, tomaremos muy bien vuestras palabras

―Sois como una segunda familia― susurré

―Lo sé, tal vez deberías decir eso

―¿Qué vestido vas a ponerte?― preguntó Evelyn

―No lo había pensado― murmuré

―Pues el baile está a punto de comenzar, deberías saberlo

―El violeta― dijo con orgullo Sienna― haz orgullo a tu apodo

Sonreí, estaba vez de verdad y con su ayuda me coloqué poco a poco aquel majestuoso vestido

―¿Te ha contado Elizabeth como lo confeccionó?

Sienna negó y Evelyn y yo reímos a la vez― Con las cortinas de tu hermano

Sienna soltó una carcajada―¡Júramelo!

Asentí riendo― Tenías que haber visto su cara parecía que iba a asesinarme

―Se rumoreaba por el castillo que no se lo habíais puesto fácil, no sabía hasta que nivel

Suspiré con algo de melancolía― ¿Ha estado hoy todo el día con Iona cierto?― pregunté con algo de celos

Ambas miraron al suelo fingiendo retocar el vestido

―Evelyn...― exigí información y ella resopló

―Es normal, es decir, acaba de volver, ella ha insistido en que la ponga al día con todo lo que ha ocurrido desde que se marchó

―¿No puede ponerla al día Keith?

―No― se apresuró a responder y yo enarqué una ceja― ¿Sabes si tu hermano ha traído alguna misiva?

Negué con la cabeza― Puede que Alistair sepa algo pero yo solo he recibido la de Keith.―Evelyn resopló con lástima― Sabes que se muere por ti

―Lo sé. Deseo verle ya― dijo y yo no la creí

―Por que solo habláis de hombres...que aburrimiento Dios mío.

Evelyn y yo pusimos los ojos en blanco― Eres una aburrida― murmuró

―¿Por no querer hablar todo el día de tu primo, el mío, tu hermano y el mío? Que horror esta todo el mundo emparentado

Todas reímos y asentí

―Disfruta hoy Elizabeth, no dejes que pensamientos negativos invadan tu mente, esta fiesta es en tu honor, y créeme pocas veces verás ese salón de baile abierto en este castillo, si hoy está así, es por que eres alguien especial a quien todos apreciamos mucho

―Además si en algún momento, te encuentras mal, estamos aquí y sabes donde están nuestras alcobas. A la hora que lo necesites― puntualizó Evelyn

―Estoy bien, de verdad...ayer, fue algo extraño, no volverá a ocurrir, solo quiero divertirme un rato, bailar, comer...

Asintieron no muy convencidas y yo comencé a andar siguiendo la música que provenía de la parte de abajo. 

―¡Espera!― Evelyn salió corriendo de la habitación retocando su propio vestido― te falta el carmín

―No voy a besar a nadie

―Por su puesto que no pero os dará color

Me aplicó un poco y sonrió orgullosa como el pintor observando su obra de arte― No habrá dama que os haga sombra hoy, estáis preciosa

Chocó la mano con Sienna― ¿segura que estás bien?― me preguntó mientras Evelyn entraba en la alcoba a dejar el carmín y yo le brindé mi más amplia sonrisa

―Por su puesto que sí

Bajamos a la planta de abajo dónde había un murmullo ensordecedor. Sonreí a todos mientras me hacía hueco entre la multitud. Entré en el salón seguida de Evelyn y Sienna y en cuanto hice acto de aparición el público calló. Avance admirando los hermosos y grandes tapices con los escudos del clan MacLaren que decoraban la estancia. 

Comprobé con alegría que no había ni rastro de Iona.

―¡Muchas gracias a todos los presentes por asistir!― hice contacto visual con Alistair que había interrumpido su conversación con Keith para mirarme con detenimiento. Hoy algo en el irradiaba una especial fiereza. Los colores de su kilt eran más vibrantes, el broche con el símbolo de los MacLaren brillaba con más fuerza. Su pelo perfectamente peinado, sus ojos ámbares fijos en mí hicieron que me temblaran las piernas como hacía tiempo que no lo conseguían.― Nunca pensé que diría esto pero es un honor celebrar esta fecha con vosotros que aunque nuestra andadura juntos no comenzó de la mejor manera os habéis convertido...― en una segunda familia. Esa era mi frase, hasta que Iona entró intentando pasar desapercibida pero los cuchicheos y murmullos volvieron. Dedicó una pequeña sonrisa y se colocó al lado de Alistair. 

Iona ha vuelto.

Seguro que Alistair se desposa con ella

¿Y que va a ser de la inglesa?

Esta incluso más hermosa que antes de marchar

Nada de la alegría inicial quedó en mí. Solo rabia, mucha rabia― la puntualidad supongo que no es la virtud de todos.― Alistair me lanzó una mirada de enfado mientras Iona avergonzada agachaba la cabeza― Anuncio que pronto marcho― cambié radicalmente el discurso― y podré reunirme con los míos, agradezco a aquellos que con tanta buena diligencia me habéis tratado. Sin duda mi instancia aquí será algo, que por más que quiera, no podré olvidar― lancé el dardo envenenado a Alistair que apretó la mandíbula e hice un gesto para que los músicos siguieran tocando.

Sienna y Evelyn se apresuraron a mi lado― Qué buena manera de agradecer ser tu segunda familia

―Qué hace ella aquí― pregunté sin dejar de mirarla

―Está invitado todo el clan 

No podía dejar de mirarles. Alistair sin dejar de mirarla reía de algo que ella representaba con las manos y ella rozó su brazo con cariño

Un sirviente pasó a mi lado cargando unas copas de cerveza y yo cogí una

―Odias la cerveza― dijo Sienna

―Lo sé― le di un trago y en cuanto el sabor fermentado entró en contacto con mi lengua casi vomito pero aguanté y le di otro

―ha sido un discurso enternecedor― bromeó Keith detrás de mí― solo te ha faltado maldecirnos a todos 

Otro trago a la cerveza. Me tomaría uno cada vez que estuviese tentada de mirarles.

―No era mi discurso original

―¿Y cual era el original? ¿Han sido los peores tres meses de mi vida, os odio a todos adiós?

Keith consiguió robarme una sonrisa y orgulloso de ello la señaló

―He hecho que dejéis ese ceño fruncido que tan mal os sienta

―Tu siempre conseguirías sacarme una sonrisa

―Y he conseguido también que dejes de tratarnos con esas formalidades pomposas

Evelyn se acercó y Keith le sonrió

―Estáis deslumbrante lady Warwick 

Evelyn rio y pasó de largo mientras la mirada verde de Keith la siguió por la sala

Otro trago.

―Pensaba que odiabas la cerveza

―la odio

―nadie lo diría

Volví a mirarlos. Corrillos de lairds se arremolinaban para hablar con ella que con una sonrisa amable les saludaba con cortesía. Oficialmente yo había dejado de ser la señora de Balquhidder.

―Es la novedad― murmuró Keith―Iona. En unos días nadie la prestará esa atención.

―No me puede importar menos la atención que la den

―¿A quién pretendéis engañar? Estáis asesinándola con la mirada

Alistair estaba ignorando mi presencia, parecía ni reparar en que yo estaba en la misma instancia que él. Permanecía a su lado hablando con los hombres que se acercaban a saludarle, como si de una pareja de recién desposados se tratase.

Otro trago.

―Ven, os vendrá bien bailar y dejar la cerveza. ― me agarró y sacó a la pista de baile mientras mis pies algo más torpes de lo normal intentaban seguirle el paso de la animada melodía― se nota que habéis bebida

―¿Tan mal lo hago?― murmuré riendo

Pero tenía razón la cabeza me comenzaba a dar un poco de vueltas.

Iona con gracia cogió la mano de Alistair y le arrastró hasta dónde todos nos encontrábamos bailando y Alistair no parecía muy contento con la idea

―¿Alistair baila?― pregunté a Keith

Él rio negando y le señaló― No, ahora fingirá encontrarse a alguien, se excusará y se marchará.Efectivamente, fingió un choque con el laird de la casa MacNeil y entabló una conversación― Quien sabe tal vez contigo si hubiese bailado

―Lo dudo

keith hizo una reverencia riendo y se marchó. Volví a rescatar una copa de cerveza y le di otro trago mientras observaba como Iona se presentaba ante el hombre con el que hablaba Alistair.

―Os dije que se cansaría de vos― dijo una voz detrás de mi

―Podéis iros al infierno y volver Morrison

―Iona siempre fue y será su favorita. Yo estuve a su lado cuando partió, la única vez que he visto a Alistair MacLaren llorar

Otro trago.

―Pudriros 

Quería marcharme de allí. Me daba algo de vueltas la cabeza. No encontraba a Evelyn y Sienna estaba ocupada charlando con un par de mujeres del servicio así me apresuré a salir cuando una mano me agarró la muñeca.

―¡Lady Elizabeth!

Iona me sonría con cierta falsedad 

―Iona...― sonreí con la misma falsedad

―Llevo queriendo hablar con vos toda la velada, Alistair me ha dicho que lleváis tres meses aquí

―Así es...

―me alegro de que pronto podáis regresar a vuestra familia, yo que he estado lejos de la mía tanto tiempo sé lo que es esa melancolía

―suerte la vuestra que habéis podido regresar― noté mi lengua especialmente suelta 

―Echaba de menos a mis padres, a Alistair y Keith...pensaba que nunca volvería a verles

Alistair se acercó a Iona sin mirarme― los Donald te buscan

―Estaba hablando con lady Elizabeth que he compartido su morriña durante mucho tiempo, pero ahora, que estoy a vuestro lado ha merecido la pena― le rozó el brazo dedicándole esa mirada de adoración que vi ayer― no podía aguantar un minuto más sin ti

No sabía si su intención era dañarme o ignoraba mi situación pero los celos y la cerveza no fueron una buena combinación y en el momento en el que dejé salir aquellas palabras los supe, pero mi poder de contención había quedado mermado por lo que fuera que llevara aquella bebida― No os preocupéis Iona, muy pronto abandonaré su lecho yo, y  vos podréis ocuparlo.

Me rocé la boca, sorprendida a mi misma por mis palabras. Iona parecía tan sorprendida como yo y miraba a Alistair mientras que él mantuvo su vista fija en mí como pocas veces le había visto enfadado. Sus facciones marcadas en completa tensión, sus ojos ámbares parecían querer matarme...

Salí, a paso acelerado sin entender muy bien por que había dicho aquello. O por que me costaba andar recto, y un dolor de cabeza hacía que me diese un poco de vueltas el suelo. 

Ya en el pasillo lejos del murmurllo abrí una ventana para dejar que entrase el aire y escuché pasos firmes detrás de mi

Alistair me agarró de la muñeca ― ¿Quién te crees que eres para decir eso?

―¿Acaso he mentido?

Se acercó aún más a mí, dejando su rostro a pocos centímetros del mío, intentando intimidarme.

Me pegué a la pared y él me acorraló.

―¿Cómo has sido capaz de insinuarlo?

No podía responder. Nada del amenazante tono que estaba usando contra mí me intimidaba. Nada me hacía pensar con claridad. En mi embriaguez solo podía pensar una cosa

Solo un movimiento mío.

Sus majestuosas facciones.

Aquellos ojos que me hacían perder la razón.

Sus labios. Gruesos, rectos. Tan cerca de los míos.

Nunca había besado. 

―¡Solo estaba intentando ser amable y tú...!

No le dejé acabar la frase. Con algo de nervios pero con diligencia, fundí mis labios con los suyos. Y por primera vez, dejé a Alistair MacLaren sin palabras.

Todos los celos, todos mis sentimientos, todos mis pensamientos...todo tuvo sentido cuando mi boca se posó en la suya. Algo dentro de mi explotó, sintiendo mil matices que jamás creí poder experimentar. 

Al principio parecía confuso, se resistió durante unos segundos a seguir mi torpe ritmo, pero de un momento para otro con un hambre feroz devoró mi boca. Como si llevase conteniéndose mucho tiempo. Como si yo fuese la única copa de agua en un desierto. 

Me agarró de la cadera y me apretó contra él haciendo que yo soltase un suspiro en sus labios.

―Elizabeth...― murmuró contra mi boca. Me separé un segundo para mirarle a los ojos y volver a sus labios como una adicta. Su sabor era lo mejor que había probado en mi vida y necesitaba más. Mi mano se posó en su camisola aferrándome, profundizando el beso y él soltó una gruñido de satisfacción mientras posaba una mano en mi pelo.

―Alistair...― una voz nos sacó del trance en el que habíamos caído y vi a Iona con lágrimas en los ojos 

―Yo...― murmuré

Acababa de besar a un hombre que no era mi marido. A Alistair. Nos había visto la mujer que estaba enamorada de él. Todo este tiempo había pensado que ella era la furcia de la historia. La furcia era yo.

Y darme cuenta hizo que me diese un ataque de pánico.

―Lo siento...― susurré y salí corriendo― yo he bebido...yo no...

―¡Elizabeth...!

―¡Olvida que esto ha ocurrido, la cerveza ha nublado mi juicio!

Corrí escaleras arriba llorando intentando encontrar la alcoba de Evelyn, necesitaba que alguien me ayudase a descifrar lo que acababa de hacer.

Mi corazón latía a un ritmo frenético intentando encontrarle el sentido a lo ocurrido. Mi mente me mostraba en bucle aquel beso y mi estómago estallaba en mil mariposas cada vez que lo recordaba. Me rocé los labios con la respiración entrecortada.

Encontré que la cámara de Evelyn no estaba bien cerrada y no necesité llamar para saber lo que estaba ocurriendo. 

Keith, en la cama tumbado desnudo, Evelyn también desnuda encima de él, moviéndose mientras él parecía marcarle el ritmo con las manos. Ambos gemían, Keith sonreía mirándola y aceleró el ritmo haciendo que Evelyn soltase un grito.

Me quedé sorprendida, procesando lo que estaba ocurriendo y lo primero que pensé fue en mi hermano. Evelyn se arqueó hacia atrás y abrió los ojos un breve segundo, en el que reparó de mi presencia

―¡Keith, para!

―Q-que...pasa

Evelyn saltó de la cama, se tapó con la sábana y Keith también me vio

―Maldita sea

―¡Y mi hermano! ¡C-cómo vas a....!

Evelyn empezó a llorar― Por favor Elizabeth, déjame explicártelo, por favor te lo suplico

―Y-yo...solo quiero marcharme de aquí

―¡Adoro a William Elizabeth lo sabes! ¡Pero...!

―¡Pero nada! ¡Mi hermano está en Londres volviéndose loco por encontrarte y tú estás aquí mancillando el nombre de los Wessex!

―¡No te hagas la digna! ¡Y que es de mi primo! ¡Si no fueses tan cobarde de admitir lo que sientes tu ya habrías hecho lo mismo hace tiempo!

Me di la vuelta para volver a mi alcoba―¡Yo jamás le faltaría el respeto así!

―¡No me tratéis como si fuese una furcia Elizabeth! ¡No voy a recibir lecciones de moralidad tuyas!

―¡Me da igual la moralidad! ― seguí buscando el pasillo que era perseguida por Evelyn― ¡Me importa mi hermano!

―¡Y a mi también! ¡Pero estoy irremediablemente enamorada de Keith MacLaren y así llevo desde que tengo uso de razón! 

Frené. No era algo que me sorprendiese pero escucharlo de su boca parecía surrealista.

―Evelyn...

―¡Crees que no me odio por esto! ¡Crees que no he intentado resistirme pero...! ― me acerqué a ella y le rocé el pelo abrazándola― lo siento mucho...

― por el amor de dios vete a taparte o alguien va a verte― susurré intentando cubrirla con la sábana

―Esto no es un capricho pasajero Elizabeth, siento mucho faltar el honor de tu familia así, pero la primera vez que esto ocurrió fue antes si quiera de conocer a tu hermano

La historia de repente tuve sentido, todos los comentarios, la primera vez que Evelyn me presentó a los escoceses en el baile de los Wellington. La actitud que Keith siempre ha tenido con ella

―Si me das la oportunidad de explicarte bien la historia yo...

―Ahora ve a taparte, tranquila ni una palabra saldrá de mi boca, pero necesito descansar

―Prométeme que me darás la oportunidad de poder explicarte todo

Asentí― gracias― murmuró y desapareció en la oscuridad del pasillo

Keith me estaba esperando en la puerta de la alcoba solo con el pantalón pues― Sé que no ha tenido que ser fácil presencia eso, sabiendo quien en el prometido de Evelyn

―No me lo recuerdes por favor, suficientemente mal me siento

―La amo Elizabeth, estaría dispuesto a sacrificar todo por ella. No sé que te habrá dicho ella, pero a mi la sola mención de tu hermano hace que quiera matarle. 

―No necesito tantos...

―Evelyn y yo nos conocemos desde niños y créeme he hecho grandes estupideces que hacen que casi la pierda pero, no voy a permitir que vuelva a ocurrir

―Por mi nada debes temer, vuestro secreto aunque me odia a mi misma por hacer esto a mi hermano, estará a salvo conmigo

―En otro momento no habrías perdonado esto― murmuró mientras se alejaba― deberías reflexionar el por que ahora sí, quizás llegarás a una conclusión que te conviene llegar más pronto o más tarde.

Sabía perfectamente a que se refería, yo también me había percatado. Pero pensaba en ese beso y en lo que habría estado dispuesta a hacer si no hubiese interrumpido Iona. En el calor de estar cerca de Alistair, en como mi corazón se aceleraba en su presencia, de lo que me hacía sentir y lo tenía claro.

Tal vez Evelyn y yo no éramos tan diferentes.

Pero no estaba dispuesta a que mi debilidad fuese una carga.

Así que atranqué la puerta con una silla para que Alistair no pudiese entrar, no podía con la vergüenza de pensar en lo que había hecho y en los deseos y sentimientos que me había hecho tener ese beso.

Me metí en la cama y entrada la noche escuché golpes en la puerta y a Alistair maldiciendo por no poder entrar. Duró unos minutos hasta que se dio por vencido y se marchó, puede que a seguir consolando a Iona. 







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