Capítulo 1. La Liberación
Hola a todas muchas de verdad muchas gracias por apoyar mi proyecto, espero que esté primer capítulo les guste también, tal vez suba a diario porque siento que los capítulos están cortos pero ya veré, gracias por sus votos y comentarios que me animan mucho a seguir la historia.
Muchos saludos y besitos a todas, nos seguimos leyendo chicas :)
Miré el cuerpo sin vida de Lucille Sharpe, tan inerte tirado sobre la nieve congelante y aquella neblina espesa y blanquecina que parecía que la envolvía en una manta que llevaba consigo todo aquel odio sobrehumano que todo su cuerpo pudo haber albergado durante años, toda la fuerza de destrución y coraje que la convirtió en un monstruo imperdonable se esfumaba con el recuerdo que hoy mismo ella sembraba en todos nosotros en ese momento, no era nadie, no era nada, ahora se convertía solo en un amargo recuerdo destructivo y cruel.
Fue difícil dar pasos pero logré bajar de nuevo hacia las minas y ver dos siluetas arrinconadas en la silenciosa oscuridad, de ahí logré ver incorporarse al mismo tiempo a Alan y a Thomas, estuve a punto de caer por la falta de fuerzas y estabilidad pero corrí en un intento pobre y me acerque a Alan que estaba casi sin aliento, tenía la mirada perdida pero logró sostenerme la mirada cuando me vio, le acaricie la cara e intente que no fuese otro más que dejase su recuerdo en esta casa, no él, no aquí.
—Alan, Alan —le repetí, tenía mucho dolor, lo supe porque apenas podía escucharme —Saldremos de aqui, es hora de irnos. Ya termino.
Apenas y pudo asentir, me coloque de lado donde llevaba la herida de la axila y le coloque una mano sobre la espalda y apretando su brazo al costado para ayudarle a incorporarse un poco más, Thomas llevaba el brazo bueno sobre los hombros así que él fue quien llevo toda la carga del peso de Alan.
Fuimos hacia el elevador quien sería nuestro transporte hacia la salida de este infierno viviente para poder ponerle fin a todo.
(...)
Contemple una vez más sobre el hombro de Alan la residencia Sharpe ya casi tragada por el suelo con tal fuerza que esperé no llevarme ningún recuerdo más, anhele y esperé por supuesto que todos aquellos trágicos sucesos y aberraciones que albergaron esas manchadas paredes al fin pudieran haberse liberado, que el sufrimiento dejara de emanar de todos aquellos viejos rincones y la consolación anduviese finalmente merodeando cerca después de habernos librado de estas casi inrompibles cadenas que nos aferraban a una agonía eterna.
Caminamos sobre la nieve que nos impedía dar pasos más largos, era dar pasos muy pesados, levantar un pie era casi para mi utilizar todas mis escasas fuerzas pero no podía permitirme rendir, no ahora que habíamos salido.
En ese momento una ráfaga de nieve me acaricio sobre la mejilla, lo sentí solo ahí, no quise pero me obligue a mirar la mansión Sharpe una vez más y esta vez la vi cubierta completamente en una gruesa y pálida cortina de neblina que la desaparecía casi por completo
Dolor.
Olvido.
Perdón.
Tristeza.
Todas aquellas palabras se podían oirse gritar desde lejos y yo tuve suficiente motivación de poder seguir andando con más constancia gracias a ello.
Eramos libres, estabamos siendo liberados.
Pude a lo lejos vislumbrar lo que parecia ser una luz amarillenta a lo lejos, varias manchas negras apagadas que poco a poco incrementaban volumen, la luz se convirtió en dos y luego en tres para hacerse ver como lámparas sostenidas por varios hombres con abrigada ropa que nos hacían señas y gritaban.
Al darme cuenta no pude evitar detenerme solo unos segundos, Alan levanto la cabeza cuando poco a poco aquellos ruidos imperceptibles de sus gritos se hacian cada vez más claros, me apegue al costado de Alan y le susurré.
—Al fin todo termino. —le aseguré con firmeza.
Levanto la cabeza para volverse a mí, tenia los ojos ya entrecerrados pero la fuerza que aun lo mantenía a mi lado le renació desde el rostro en una media sonrisa que me confirmo que todo se podría volver de nuevo más claro para ambos, que volvería de nuevo todo lo que habiamos dejado atrás.
Trague saliva y miré en dirección al de Thomas quien también se habia detenido unos segundos al ver a todas aquellas personas, en sus ojos miré tiempos pasados, vi mi vida y la de muchos, lo vi cansado, afligido y perdido y supe que él ya no soportaba llevar detrás suyo aquellas vidas nuca más.
No logró sostenerme lo suficientemente la mirada como para leer más en su interior, la gente se acercaba cada vez más y yo con las pocas fuerzas que quedaba en mi cuerpo aclamaba que las cosas pudieran terminar como antes aunque fuese una última vez.
Caminamos sin detenernos, me ahogue en la impresión al ver debajo de nuestros pies como las huellas que dejabamos sobre la nieve se teñian de ese color escarlata que nos recordaba que estábamos debajo de tierras malditas, fue como si estuviésemos dejando pedazos de nosotros ahi mismo y es que así fue que sucedió, dejabamos todo lo que éramos cada delirante y agonizante paso.
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