*Narra Law*

Después de unas largas horas de viaje, ya estaba de vuelta en el Nuevo Mundo. Había conducido hasta el bloque en el que vivían Eustass-ya y Ivy-ya.
Antes de llamar, me miré en el retrovisor del coche. No estaba en mis mejores condiciones.
Saqué a Bepo conmigo y llamé al interfono.

Eustass-No debería dejarte pasar.

Law-Necesito hablar con Ivy-ya.

Eustass-Dudo que puedas pero aún así voy a dejarte pasar.

Cogí a Bepo en brazos y comencé a acariciarle, nunca me había puesto tan nervioso por una chica. Me estaban sudando las manos.

Llamé a la puerta, cada vez estaba más cerca. Eustass-ya me abrió con cara de pocos amigos.

Eustass-Te dejo intentarlo, si no consigues nada, te irás y no volverás por aquí nunca más, ¿entendido?

No respondí a su pregunta, primero tenía que encontrar la habitación de Ivy-ya.
Nunca había estado en su habitación ya que la mayoría de veces íbamos a mi casa.

Eustass-Al fondo a la izquierda.

Law-Gracias.

Llamé dos veces con los nudillos, no obtuve respuesta. Por lo que me tocó abrir la puerta, para mi sorpresa, no había puesto el cerrojo.

Law-¿Ivy-ya?

Ivy-Vete, no quiero que me vea nadie...

Su voz sonaba diferente, parecía que estuviese rota.
Examiné la habitación, estaba bastante desordenada. Había peluches tirados por el suelo al igual que su móvil que se encontraba en la otra punta del cuarto.
En la cama había un pequeño bulto bajo las sábanas, tenía que acercarme a ella sin espantarla.

Me quité los botines al igual que mi sombrero, levanté cuidadosamente las suaves sábanas rosas. Ivy-ya se encontraba tumbada en posición fetal mirando al lado opuesto, llevaba puesta una sudadera del equipo de fútbol americano de la universidad.

Ivy-¿Por qué te empeñas en acercarte a mí?

Escuché como sollozaba, se notaba que estaba haciendo esfuerzos por no llorar a moco tendido.

Law-Ivy-ya lo siento mucho, yo no quería decir eso...Es solo que se mezclaron muchas cosas y me agobié.

Ivy-No te preocupes, tú no tienes la culpa. La tengo yo, yo soy el pro...

No pudo acabar la frase porque se puso a llorar.
Por primera vez en la historia yo, Trafalgar D. Water Law, iba a dar un abrazo por voluntad propia.

Law-Ivy-ya sabes que eso no es verdad.

Ivy-Sí que lo es, si yo no fuera como soy, nada de esto hubiera ocurrido.

Law-Tienes razón, si no fueras tal y como eres, no nos hubiéramos conocido ni nos hubiéramos hecho tan buenos amigos.

Ivy-Pero yo no quería ser solo tu amiga.

Law-Yo tampoco.

Nos quedamos en silencio durante un breve instante.

Law-Ivy-ya, gírate por favor.

Sorprendentemente hizo lo que le dije sin oponerse.
No me miraba a los ojos, parecía avergonzada. Acerqué una mano a su rostro, le retiré las lágrimas con el pulgar.

Law-¿Te he dicho alguna vez lo guapa que eres?

Ivy-No...

Law-Pues de ahora en adelante te lo diré siempre.

Ivy-Law.

Law-¿Sí?

Ivy-¿Qué va a ocurrir con lo nuestro?

Law-Bueno, a mí me gustaría intentarlo como novios.

Ivy-¿De verdad?

Al estar debajo de las sábanas, no había muy buena iluminación pero juraría que se ha sonrojado.

Law-Lo digo totalmente en serio.

Ivy-E-Está bien pero que hay de...

Law-No te voy a forzar a nada, si quieres hacer algo lo hablamos y luego nos ponemos manos a la obra.

Ivy-ya sonrió, es más, se le iluminó toda la cara.

Law-Pero hay algo que yo quiero hacer y que no vas a poder impedir.

Ivy-¿Y qué es?

Law-Esto.

Acerqué su rostro para poderla besar.

Ivy-¿Sabes qué es la primera vez que beso a alguien?

Law-¿De verdad?

Lo cierto es que me lo imaginaba pero no quería fastidiar el momento.

Ivy-Sí, pensaba que lo ibas a notar (ruborizada).

Nos quedamos abrazados hasta que por fin cerramos los ojos y caímos en los brazos de Morfeo.

Continuará...