*Narra Ivy*

Ivy-¿De verdad que no te importa que me mude aquí?

Kid-Claro que no, mi apartamento es muy grande. Hay sitio de sobra para los dos.

Después de lo que me había pasado en la residencia prefería estar acompañada de algún familiar.

Kid-Creo que ya está todo.

Ivy-Gracias de verdad, Kid.

Kid-Ivy no tienes por qué darme las gracias por esto.

Ivy-Es que no sé cómo agradecértelo.

Kid-No tienes que agradecerme nada, es lo que tendría que haber hecho desde un principio.

Nos quedamos en silencio, observé mi nueva habitación. Solo me faltaba meter la ropa en el armario.

Kid-Cuando termine de entrenar, compraré la cena.

Ivy-Deja que lo haga yo, seguro que acabas muy cansado y...

El pelirrojo me tapó la boca para que dejase de hablar.

Kid-Yo me encargo de todo, tú quédate tranquila aquí y explora el apartamento, sé que te pondrás a curiosear.

Ivy-Me conoces demasiado bien (hinchando los mofletes)

Kid-Por algo soy tu hermano.

Kid preparó todo lo que necesitaba para el entrenamiento y se fue. Me quedé en silencio absoluto, cosa que no me hacía mucha gracia por lo que decidí poner algo de música.

El apartamento de Kid era enorme, tenía 4 habitaciones, 3 baños, un gran salón, una cocina, un comedor, un despacho y lo que más me gustaba, una inmensa terraza desde la que se podía observar toda la ciudad. Por supuesto, este apartamento no se lo había pagado Kid, no, se lo habían dado por la beca.
Resultaba que mi hermano era muy bueno al fútbol americano, sobre todo ejerciendo de quarterback. Por lo tanto era normal que le hubiesen dado una beca por ello.

Después de curiosear por todo el apartamento, volví a mi habitación a guardar la ropa que me faltaba y a leer.
Lo que más me había costado recoger de mi antigua habitación sin duda eran mis libros, tenía demasiados y no todos eran del mismo tema. Me gustaba ordenarlos con etiquetas de colores: verde para biología y medicina, azul claro para física, naranja para los libros de aventuras, rosa para los de romance etc...No obstante, en mi estantería no había libros de terror ya que odio las historias de miedo.

Tras varias horas leyendo, escuché el sonido de la puerta abriéndose y eso solo podía significar una cosa: Kid había vuelto.

Kid-Ivs ya he vuelto.

Salí rápidamente de mi cuarto, tenía hambre.

Ivy-¿Qué has comprado?

Kid-Pizza, sé que no es lo más sano de este mundo pero me apetecía mucho.

Me di cuenta de que había comprado dos pizzas de tamaño familiar.

Ivy-Sabes que yo no me puedo comer una de estas entera, ¿verdad?

Kid-Lo sé pero yo sí y créeme después del entrenamiento podría comerme una vaca entera.

Fui a poner la mesa pero mi hermano negó con la cabeza.

Kid-Cenaremos en el sofá, si quieres saca vasos y un par de platos.

Ivy-¡Sí!

Cenamos viendo una serie. Luego, debí de quedarme dormida porque me desperté por la mañana en mi cama.

Kid-Buenos días dormilona.

Ivy-Hacía mucho tiempo que no dormía así.

Kid-Eso es porque te pasas la noche en vela leyendo.

Ivy-No es elección mía no poder dormir.

Kid-Lo sé, tu pequeña mente no deja de trabajar y te quedas pensando.

Ivy-¿Pequeña mente?

Kid-Desayuna o llegaremos tarde.

Ivy-Ya voy.

Fuimos a la universidad en el coche de Kid, yo todavía no me había sacado el carnet porque...Digamos que no he tenido tiempo.

Kid-Avísame si te sientes incómoda, si alguien te trata mal o...

Ivy-No te preocupes Kid, te enviaré un mensaje si necesito algo (interrumpiéndole)

Kid-También necesito saber a qué hora acabas las clases para que pueda llevarte a casa o a donde quieras.

Ivy-Entendido, hoy acabo a la 1.

Kid-Entonces te esperaré aquí.

Continuará...