Capítulo 4: Un viejo amigo moribundo.
Me quedé mirando por un rato a Máximo durante unos buenos minutos ¡No me podía creer que tuviera a mi viejo amigo en mi comedor! No sabía si sonreir porque él estaba aquí o llorar porque... -¡Alooooooo, Máximo llamando a Jackie!- Sacudió una mano delante de mí, sacándome de mi trance, haciéndome reaccionar y levantarme lentamente del suelo, haciendo contacto visual en todo momento con mi amigo -Maxi...- Empecé a llorar a mares, pareció un niño al que se le había caído el helado. Máximo se limitó a mirarme con una sonrisa y a abrazarme, parecerá mentira, pero al contrario de la mayoría de los libros de fantasmas, al tacto era cálido y sólido, casi como si estuviera vivo -No fue tu culpa... Y lo sabes...- No paraba de llorar, ya hasta vergüenza me estaba dando...
Después de tranquilizarme, Máximo me dejó de abrazar y me ofreció la silla de la que me había caído. Me senté, secándome las lágrimas como podía mientras lo miraba a él y al suelo -¡Bueno, creo que debería explicarte el porqué de mi visita!- Hizo una pausa para captar mi atención, la verdad, estaba bastante cansado de tanto misticismo, así que una explicación no me vendría mal -Bien, pues explícame de qué va todo esto, porque ya estoy hasta... donde tú sabes de todo esto- -¡Jajaja, no cambiastes nada de la última vez de cuando nos vimos!- Se rió un poco más, extrañaba esa risa... -Pues bien, te seré sincero e iré al grano...- Se puso serio de golpe, cosa que le dio más importancia al asunto -Pues... Se podría decir que... Bueno... Tu hora está llegando y la Muerte, por alguna extraña razón, quiere tu alma a TODA costa... - Me lo quedé mirando sorprendido. Tenía buena salud, no tomaba nada ni fumaba, y jamás había estado excesivamente enfermo. Entonces, ¿cómo es posible que esté apunto de morir? ¿Y por qué la Muerte quería mi alma tan desesperadamente? Aparecían cada vez más preguntas en mi cabeza, y cada vez se hacían más confusas. Máximo se limitaba a mirarme fijamente, esperando mi reacción a tal noticia - Sí, ya sé que alguien te diga que te vas a morir no es bonito ¡Pero para eso estoy yo! - Lo mire con esperanza, se puso erguido cual soldado y se puso a marchar de derecha a izquierda -¡Sé una manera de salvarte de la Muerte, y te puedo asegurar que será 100% eficaz... Bueno, un 90% eficaz! Tal vez un 80... 70...- -¡¿¡¿FUNCIONA O NO!?!?- Grité ante el titubeo, y el solo se quedó callado y con una sonrisa de "lo que te voy a decir te va a doler" me dijo -Si te digo la verdad, nunca lo he probado, y no tengo ni idea de si va a funcionar... Hehehe...- Lo miré desolado, sentí como si me hubieran tirado mil baldes de agua helada -Así que estoy condenado...- -¡Qué va...!- Lo moré serio -Bueno sí, estamos condenado no, lo siguiente ¡Pero hey, por intentar no pasa nada!- -¡Sí, sí que pasa, estaría MUERTO!- Me quedé callado, suspiré y bajé la cabeza. Máximo se acercó a mí y me dijo -Oye, intentémoslo, si no funciona, simplemente disfruta de lo que te queda de vida, después de todo, la vida es corta -Lo miré, pensé un poco y dije -Bue, no pierdo nada...- Me levanté y lo miré con decisión- ¿Qué tengo que hacer?- Me sonrió y me cogió de la camisa y me llevó a rastras hasta la mesa de mi comedor para sentarme y sacar de la nada un papel y un bolígrafo- ¿Puedes hacer aparecer cosas de la nada?- -¡Sip! ¿Mola, eh?- -¡Suertudo, ya me gustaría a mí hacer eso! ¿Sabes cuántas veces he tenido que levantarme del sofá para coger el mando?- -Ya, si ya te he estado observando desde hace mucho...- -¿Qué?- Máximo abrió los ojos como platos al pensar en lo que había dicho y me miró avergonzado -¡N-no pienses que soy u-un raro, s-solo te estaba viendo por-porque me quería asegurar de que estuvieras bien, nada más!- -...Vale- Aclarado el malentendido, Máximo empezó a escribir, y una vez terminó, me miró para que prestara atención- ¡Bien, aquí tienes tres razones por las que la Muerte te persigue!- Con el bolígrafo, señaló firmemente la primera razón -Primera razón, tener una mala salud. Yo te veo bien, así que no creo que sea este, pero por si las moscas, te tendrás que poner fitness y empezar a hacer dieta.- -Yupi... De vuelta a la lechuga...- Después de que Máximo se riese de forma burlona y una mirada de desagrado mía, siguió -Segunda razón, has acumulado mucho Karma, has hecho muchas maldades y la Muerte te quiere muerto, así que te pregunto ¿Has matado?- -No- -¿Has robado?- -No- -¿Has violado?- -¿Si te digo que soy virgen y que ni primer beso he tenido, qué piensas?- -Que eres un fracasado con las mujeres- -¡Gracias! ¿Eh? ¡Me acabas de humillar aún más!- -¡Eh, tú mismo te has humillao, así que no me vengas con que te humillé porque tú me has dado pie!- -Bue, vale...- Nos miramos y nos partimos de risa, como los viejos tiempos... -Bueno, la tercera y última razón es...- Se quedó callado, lo miré confuso y después leí el papel- Suicidio...- Le seguí en el silencio, él me miró con tristeza, para después mirar el papel, cogerlo y arrugarlo todo para tirar a "papelera" (¿Entienden? Papelera, canasta... ¿No? Bue, seguimos :'v) y me miró decidido -¡Venga, empecemos, no vamos a dejar que la Muerte te alcance!- -Pero mañana ¿No? Porque mañana trabajo y son las 3 de la mañana, y tú ya sabrás cómo son mis clientes...- Me miró, miró el reloj y dijo -¡Ostras, se me ha ido la olla, sí mejor descansa!- Me levanté de la silla, pero antes de irme a la cama, me abalancé a mi amigo... Pero al parecer se me olvidaron las películas de terror y lo de "los fantasmas traspasan cuerpos" y caí de bruces al suelo, quedándome haciendo la plancha en el suelo -Creo que te tendría que haber avisado que no me puedes tocar- -Au...-.
Bueno, después de asegurarme de que no me había roto la nariz y me fui a dormir. Tener a mi amigo de vuelta se sentía extraño. Estaba feliz, pero algo me carcomía por dentro, culpa tal vez... Pero mejor dejo de pensar y me voy a la cama, mañana fijo será un día muy agotador...
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