Capítulo 1: Contactos extraños.
Me levanté por la mañana para irme a trabajar, ya desde temprano debía levantarme para ir al centro de salud mental y ayudar a personas a las que bueno, la vida no les ha sido generosa o todo esto de la pandemia y de la guerra les ha afectado mucho. Me preparo el café, me lavo los dientes y al trabajo que me voy, sin antes claro revisar el correo, el cual suele estar vacío, pero de todas formas reviso por si me dejan algo.
Miro dentro de mi buzón y me llevo una sorpresa al ver una carta... extraña. -¿Pero qué demonios...?- La cojo y la miro a conciencia. Tiene un ligero color amarillento, aunque parece nueva, y está sellada con cera y con un símbolo de un ojo con seis alas. Seguí mirando la carta como si me hubieran hipnotizado, pero rápidamente veo cómo se acerca el autobús a la parada, así que me la llevo en la mano y corro al autobús.
Ya en el trabajo, dejo la carta en un cajón en mi escritorio y dejo que el primer paciente entre. -¡Buenos días señor Ryan, siéntese por favor!- -Buenos días Jack...-.
DESPUÉS DE 8 HORAS
Ya por fin... atendí al último paciente y ya me puedo ir a casa. No es que odie mi trabajo, pero escuchar los problemas de los demás cuando no puedes soportar los tuyos es agotador. Iba a salir ya de la oficina cuando de repente me acuerdo de la carta -¡Ay, la carta!- Voy al cajón donde la dejé y la cojo para después irme a casa, ya en casa la abriré.
Me metí en el autobús, pagué mi billete y al irme a sentar, el autobús estaba extrañamente vacío, y con vacío me refiero a que no había ni un alma allí sentada, solo yo, así que me apresuré a irme al fondo del autobús para sentarme en la ventanilla y seguir admirando la carta. No habían escrito ni el destinatario ni la dirección del que lo había escrito en el sobre, ¿cómo habrá llegado entonces a mi casa? ¿Habrá sido algún vecino mío el que me lo dejó? Nah, no creo, son demasiado amargos como para siquiera mirarme a la cara, y si ya no me pueden ni ver, ni hablemos de poner una carta en mi buzón. Entonces, ¿tal vez haya sido un niño? Tampoco, el sello tiene demasiado detalle, y dudo mucho que los padres dejen a sus hijos tocar la cera para quemarla. ¿Pero qué significa ese ojo con alas? -Vamos a buscarlo pues...- me murmuré a mí mismo. Cogí el móvil y busqué "Ojo de seis alas" y me apareció una criatura llamada... ¿Serafín? Jamás había escuchado ese nombre. Leí más y me apareció que un Serafín es un ángel con poderes de fuego y purificación... ¡Ja, imposible que una criatura así exista en realidad! ¡Poderes de fuego y purificación, que bobada!
En fin, después de esta pequeña investigación, decidí abrir el sobre, y ya sé que dije que lo abriría en casa, pero es que la curiosidad me estaba comiendo por dentro y tenía que abrirlo sí o sí. Al abrirlo, un olor extraño pero dulce inundó el autobús, solo espero que el conductor no piense que encendí un incienso o algo. Saqué la carta, que tengo que admitir que al tacto es muy suave y agradable, además de venir delicadamente decorada en los bordes, pero sin fijarme mucho en este detalle, me puse a leer la carta:
Tranquilo has de estar
pues pronto me verás,
ya que pronto morirás,
y en paz podrás descansar.
Mira donde quieras,
cierra donde puedas,
que de mí,
nadie escapa.
-¡¿Qué demonios!?- Chillé, y tan rápido como chillé, me tapé la boca para que el conductor no se alarmara. Esperé mirando al frente a que llegara mi parada e inmediatamente me bajé y corrí a meterme en casa.
Ya en la mesa del comedor, revisé la carta una y otra vez ¡Me llamaréis paranoico, pero que te den una carta sin destinatario y dirección de la persona que lo envío y que digan que pronto vas a morir y que le verás cuando estés cerca de morir no es normal! Miré dentro y fuera del sobre, luego la carta, solo para ver si se me había pasado algo, y no, no se me pasaba nada.
Miré fuera de mi ventana a ver si había alguien, y cerré las persianas, cerré la puerta con llave y chequeé la casa de arriba a abajo por si alguien había entrado. Un niño no podría haber hecho esto, ni siquiera los... bueno, mis vecinos puede ¡Pero tampoco creo que me tengan tanto odio como para enviarme una carta diciéndome que me voy a morir!
Cogí el móvil para llamar a la policía, pero algo iba mal con mi móvil... No abría nada, no respondía a veces, y tengo que admitir que ya me estaba poniendo de los nervios. Tiré el móvil en la mesa del comedor y me froté el entrecejo para intentar recordar si tenía algún móvil que me funcionase o al menos una estación de policía cerca, pero nada.
Ya viendo que no podía ni llamar ni ir a una estación de policía, decidí quedarme quieto en mi cama, atento a cualquier sonido que escuchase, y de repente, sentí como se me hacía difícil mantener los ojos abiertos y respirar de forma normal. No me ahogaba, pero sí que sentía un sueño increíble y que mi corazón iba cada vez más lento...
Cerré los ojos y una tranquilidad abrumadora se apoderó de mi cuerpo, dando mi último suspiro.
...
-¡Aaaah!- Me levanté agitado, como si hubiese tenido una pesadilla. Intenté relajarme, y cuando ya me había calmado, miré a mi alrededor. No estaba en casa, y menos en el trabajo o en algún lugar que yo conociese... Estaba en una especie de túnel, y al fondo había una luz cegadora, pero que de cierta forma me estaba llamando a entrar en ella.
Me levanté y me dirigí a esa luz. En medio de esa luz, empecé a ver una figura que se iba acercando a mí a gran velocidad. Di un salto e inmediatamente me fue corriendo hacía la oscuridad para después despertar en una cama con la respiración agitada.
La habitación era blanca y se escuchaba un "pi, pi, pi" continuo. Miré, y al parecer estaba en un hospital. -¿Qué...?- -¡Dios mío! ¿¡Cómo es posible, si llevabas sin pulso como 40 minutos!?- Escuché una voz femenina y al ver a los pies de la camilla, vi a una enfermera de unos 27 años, de pelo castaño y cuerpo entre delgado y robusto, con los ojos como platos fijados en mí. -¿Dónde estoy?- Pregunté, la enfermera sacudió la cabeza como saliendo de un trance y con voz lo más tranquila posible dijo -En el hospital, llevabas como 10 minutos muerto cuando llegamos a tu casa. Te intentamos reanimar durante media hora, pero no respondías, así que te dejamos aquí, ¡y nada más salió el doctor, reviviste de alguna forma extraña!- -¿Pero qué me pasó para que terminase aquí?- -No lo sabemos, simplemente recibimos una llamada de un hombre diciendo que estabas inconsciente y que habías dejado de tener pulso e inmediatamente fuimos a tu casa. Aunque fue extraño que no viésemos a nadie en tu casa y que tuvieses las persianas y puertas cerradas a cal y canto- Procesé la información muy lentamente, ya que estaba de cierta manera muy dormido, incluso la enfermera se habrá dado cuenta por la cara de confusión que tenía, pero después me di cuenta de que cuando me pasó eso, mi móvil no funcionaba, no tenía ningún otro móvil por el que llamar y no había NADIE en mi casa, entonces, ¿cómo pudo alguien llamar, o siquiera darse cuenta de que estaba sin pulso aún con lo antes dicho? -Perdone enfermera- -Charlie- -¿Qué?- -Charlie, me llamo Charlie, me es incómodo cuando me llaman "enfermera" o "señora"- Parpadeé un poco, pero después proseguí con mi pregunta - Charlie, ese hombre del que hablas... ¿Dijo su nombre o si era algún familiar mío o conocido?- -No, le preguntamos, pero cortó la llamada ahí- Extraño cuanto menos, me quedé meditando un poco más, con Charlie mirándome fijamente como un búho, algo que me incomodaba un poco, pero al menos se dio cuenta de que estaba algo incómodo y me dijo -Perdona si te incomodo, pero es que me parece tan fascinante que hayas vuelto de la muerte. Sin duda, Dios te hecho una mano ahí- -Nah, más bien he tenido suerte, aunque espero que no se repita de nuevo, ya llegué a los 30 como para no poder llegar a los 40- Charlie se rió muy fuerte, tan fuerte que juraría que las paredes empezaron a temblar. Luego de eso nos pusimos a hablar. La verdad, Charlie era una mujer de lo más interesante y divertida, realmente pasé un buen rato hasta que llegó el doctor y me dio un chequeo para ver si estaba bien. Me despedí del doctor y de Charlie y me fui a casa. Ya se me habían hecho las 5 de la mañana, así que ya me podía estar durmiendo si no quería despertarme zombie a la mañana siguiente. Solo espero despertar de nuevo...
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