Género: Ciencia Ficción Militar, Drama

Año de estreno: 1989

Duración: 6 episodios de unos 25 minutos

Reseña escrita por lobodepeluche

Cuando un universo crece a un ritmo tan exponencial como el de Gundam, Doctor Who o los cómics de superhéroes, desde el lado del consumidor siempre se termina llegando al mismo y natural punto muerto: ¿Cómo demonios me voy a introducir en una marca con tantísimo lore? ¿Por dónde empiezo? La clásica "desde el principio" puede ser interesante si la arqueología audiovisual te entretiene, pero te condenaría a la interminable tarea de revisar todas y cada una de las entregas que han ido surgiendo a lo largo de tantos años de historia. Cosa que casi nunca merece la pena. Porque diferentes eras tienden a venir acompañadas de diferentes maneras de narrar, que pueden ser o no de te gusto. Y porque en realidad luego descubres, cuando ya es demasiado tarde, que solo un porcentaje muy reducido de obras resultaban lo suficientemente interesantes como para sostenerse por sí mismas.

Lo que cuento, los creadores lo saben de sobra, y por eso tratan continuamente de dar facilidades; Marvel y DC se reinician cada cierto tiempo, Doctor Who corta con casi todo lo anterior con cada cambio de Showrunner... y Gundam saca series ambientadas en universos alternativos que puedes verte sin saber nada del principal, el llamado UC. El problema es que esto no da una solución a quien se quiera meter en el Gundam de verdad sin tampoco calentarse mucho la cabeza.

Con esta idea en mente, yo no puedo recomendar War in the Pocket lo suficiente. Es una historia paralela a la serie original, que se produjo para conmemorar el décimo aniversario de la misma, y que no requiere de ningún tipo de conocimiento previo serio. Todo lo que tienes que saber es que los humanos ya han colonizado el espacio, que hay una guerra en marcha entre la Federación Terrestre y el Principado de Zeón, un territorio semi-autónomo, y que cada bando desarrolla sus robotitos para tratar de superar al contrario. Punto.

Lo que hace a esta entrega diferente, y de ahí su subtítulo de bolsillo, es que no vamos a ver épicas batallitas en las que se decida el destino de la humanidad. En su lugar, se explora detenidamente un mensaje que todo el UC tiene como subtexto, pero que no ha vuelto a tratarse en ninguna otra entrega con la misma sensibilidad y acierto; que la guerra siempre es algo terrible, que quienes la libran no son caricaturas de villanos de dibujos animados y grandes héroes, sino personas con los mismos sueños y aspiraciones que tú y que yo; y que gane quien gane, todos perdemos siempre algo.

Esto se consigue a través de sus tres protagonistas. Por un lado, Al, un niño de las colonias que ve el conflicto a través del filtro de su inocencia infantil. Por otro, su vecina, Chris, piloto de pruebas secreta del nuevo robot que la Federación prepara para asestar un golpe de efecto. Finalmente, Bernie, un piloto novato de Zeón al que encargan, junto al resto de su pelotón, destruir ese trasto.

El caso de Bernie se me hace particularmente interesante porque pertenece, literal, al bando de "los malos" de la franquicia. Sin embargo, es uno de los personajes más humanos que ha dado esta, e indiscutiblemente termina siendo el héroe. El mensaje de que la humanidad trasciende ideologías nunca había quedado más claro. Y es que no necesitas estar en el lado que la historia considere el correcto para poseer un estricto sentido de la moral y ser una buena persona.

La cosa es que, tras fallar el asalto y perder a todos sus compañeros, él se limita a tratar de reparar su robot sin llamar la atención, pero entonces conoce a Al. En el inicio, encuentra en el pequeño una ayuda con sus tareas, pero lo suyo pronto evoluciona a una genuina y profunda amistad. Con él... y más tarde con Chris.

Supongo que, visto el planteamiento, cualquiera puede imaginar el cariz que termina por adquirir el cuento: para el final, Al, gracias a esos dos, habrá pasado por todo un arco que lo habrá convertido en alguien completamente diferente de quien era cuando empezó. Madurará, descubrirá la auténtica guerra, la que afecta a la gente de a pie. La de bolsillo.

Y sí, este tipo de estructura narrativa no tiene un solo pelo de original. No deja de ser una tragedia de manual. Salvando las evidentes distancias, como las de los griegos, Shakespeare... o los culebrones. Tampoco tiene la profundidad de muchas obras antibelicistas de más prestigio o recorrido histórico.

La cuestión es que yo no creo que necesite nada de eso. Lo que sí tiene, en su lugar, es un guion simple pero sólido que se detiene constantemente en sus personajes; los explora, te hace que te encariñes con ellos, que los entiendas. Un apartado artístico genial que corre a cargo de Haruhiko Mikimoto, que para quien no lo conozca fue el diseñador japonés estrella de los años 80, y al que casi todos los demás copiaban. Y un apartado sonoro realza perfectamente el tono melodramático que permea la obra.

Es, en definitiva, una gran historia. Me parece un drama muy emotivo que se atreve a desarrollar, sin paliativos, lo que Gundam todo el rato parece querer decir, pero en lo que rara vez se para a ahondar porque está demasiado ocupado con intrigas políticas o batallas espaciales. En ese sentido, es mucho más Gundam que cualquier otro Gundam al que te puedan redirigir.

Por eso, si alguna vez te llamó la atención la franquicia de los Mobile Suits pero no te apetece meterte de lleno en ella, mi recomendación es clara: War in the pocket es cortita, pertenece al canon original, no precisa conocimientos previos para poder disfrutarse, respeta el espíritu... y es una historia preciosa.