Capítulo 35
Coramora, 26 de Octubre del 2018
—No me avisaste que vendrías—comentó Howie con la mirada en su computadora, Axel estaba frente a él.
—Quise pasar para hablar un rato—dijo—. Apenas salió el video hoy y ya estamos de número uno.
—Eso es porque a la gente le gusta lo que hacen—comentó y lo miró—. Estás un poco serio. ¿Todo en orden?
—No realmente—le dijo—. ¿Recuerdas a Jane? —el rostro de Howie cambió a un gesto serio.
— ¿La chica que te gustaba cuando eras adolescente? —preguntó—. ¿Qué hay con ella?
—Ella me gustaba mucho.
—Lo sé Ax, pero todos sabemos lo que te hizo—dijo—, creí que te buscaría cuando salió el álbum pero ya han pasado años desde eso y nunca volvió.
— ¿Creíste que me buscaría?
—Claro, ¿no fue esa la intención? —Axel bufó.
—Parece que tú intención y la mía estaban en polos opuestos—comentó y lo miró—. Sé lo que hiciste, no te hagas el desentendido—Howie cerró su computadora y luego de acomodó en su silla.
—Y según tú, ¿qué fue lo que hice?
—Alejar a Jane.
Howie rió, se pasó una mano por su acomodado cabello y luego se inclinó un poco hacia Axel.
— ¿Alejarla? —preguntó—. Axel, que una chica que no regrese cuando la buscas no significa que haya sido yo el culpable. Tú sabes lo que el equipo trabajó para buscarla, no había nada sobre Jane en el país; la última vez que vi a esa chica fue hace nueve años cuando la trajiste al estudio.
— ¿Y entonces cómo explicas que te vi saliendo de su casa hace poco? —Howie se tensó.
—Tú...
—Era mentira—le dijo—, pero por tu reacción puedo notar que algo de verdad había en ella—también se inclinó hacia el escritorio—. Ahora dime, ¿qué le hiciste a Jane?
—Todo lo que he hecho ha sido con el fin de que ustedes estén bien.
Axel no se creyó otra vez esa mentira, ¿para que ellos estuviesen bien? Si Howie nunca hubiese amenazado a Jane ella no se habría ido y él no se sentiría roto. No hubiese tenido que ir durante años a un psicólogo que lo ayudase a liberarse de los pensamientos sobre Jane, no habría pasado noches despierto buscando cualquier información que pudiese relacionarse a ella; no tendría el corazón roto ni le hubiese roto el corazón a todas esa chicas con las que intentó salir luego.
¡Eso no estaba hecho por su bien! ¿Cómo podías tener las intenciones de hacer el bien cuando el resultado era el sufrimiento de alguien más?
—Mentiroso—le dijo—. Pasé años buscando a Jane—dijo—, no sólo a Jane, buscándome a mí mismo.
—Las chicas se cuelgan de tu fama, no te ayudan con tus seguidores y sólo te rompen el corazón, ¿cuál es la razón de querer a alguien que no te ayudará?
— ¿No es eso lo que tú eres? —Howie volvió a reír.
—Has visto a esa chica, ¿no es así?
— ¿La has visto tú?—dijo—. ¿Por qué? ¿Qué quieres de Jane?
—No es Jane, no es nada personal—confesó—, es cualquier chica que te distraiga de lo que necesitas alcanzar. Jane, Stella, Joseline...todas eran iguales; todas te distraían de tu objetivo como cantante. ¿Hice que se alejaran? Ellas decidieron alejarse, yo no las he obligado.
Axel apretó su puño con fuerza pero se aguantó, no iba a golpearlo, si lo hacía nada de lo que él dijera serviría.
—Jane iba a arruinar tu suerte con las chicas, a las fans les gusta que su ídolo sea soltero, quien vivir la idea de que algún día podrían salir contigo. Stella te daba más fama, eso me gustaba, pero te distraía, no te mantenía enfocado en las cosas que quería y Joseline—rió—, ella te quería lavar el cerebro, era una chica rebelde que quería meterte ideas sobre mí, pero no fui yo el que la hizo irse, eso lo hiciste tú; una lástima, porque quería haber sido yo quién tuviese ese poder sobre ella.
»¿Estás aquí porque quieres conocer sobre la verdad? Esta es la verdad: Jane Sanders te arruinaría la vida; yo sólo le impedí que lo hiciera. De igual forma, ella no habría soportado todo el peso de tu fama, era una chica débil—hizo una pausa—, no, todavía sigue siendo una chica débil. Necesitas a alguien quien te ayude con tu carrera, todas las chicas que te he presentado son perfectas para ello, ¿por qué te empeñas en chicas que no lo valen? Todo esto lo he hecho por ti y por los chicos, porque los quiero ver crecer, porque quiero que su éxito perdure.
— ¿Quieres vernos crecer o quieres ver a tus bolsillos crecer? —se levantó de su silla, Howie no hablaría de más, lo conocía.
Se dio la vuelta y se dispuso a salir de la oficina, sintió la mirada de Howie pegada en su espalda pero no se detuvo, tomó la manilla de la puerta y fue cuando Howie le dio lo que esperaba.
—No dudaría nunca volver a hacer lo que hice—le dijo—. Soy capaz de todo, Axel, soy capaz de hacer lo que sea, para conseguir lo que quiero; eso aplica también al asustar a una chica de dieciséis años para que se aleje de lo que deseo.
No se volteó, abrió la puerta y salió sin decirle una palabra al respecto. Lo único que necesitaba en ese momento era poder soltar toda la rabia que estaba sintiendo, toda la traición que obtuvo en tan poco tiempo. Pero había conseguido lo que necesitaba, de una u otra manera, eso podía servirle como evidencia de que él realmente sí le había hecho algo a Jane.
Sacó su teléfono del bolsillo y detuvo la grabación. Se la envió inmediatamente a Joshua y esperó que todo saliera a su favor.
~•~
— ¿No deberías estar yendo a hablar con Julia? —le preguntó T.J a Gino, quién se encontraba en la entrada del apartamento de T.J. Gino asintió.
—Necesito un consejo—admitió—, desde que Julia y yo terminamos, nunca hablamos sobre lo que fuimos. No sé cómo abordar el tema, no sé cómo hacer para que no se vuelva incómoda la situación.
T.J se sentó en el sillón de su sala, Gino entró por completo al apartamento y cerró la puerta para luego sentarse a su lado.
—Deberían ser honestos con ustedes mismos—dijo—. Decirse lo que sintieron y lo que sienten ahora—agregó y lo miró con una sonrisa simple y amigable, algo que de alguna forma le dio un poco más de tranquilidad a Gino—. Así como cuando tú y yo hablamos luego de terminar: sinceridad ante todo. Debes decirle lo que sientes y lo que quieres.
— ¿Y si no sé lo que siento?
— ¿Te gustó el beso?
—Sí.
— ¿Quieres volver a besarla?
—Sí—repitió. T.J volvió a sonreír.
—Entonces sabes lo que sientes—dijo—. Ahora, ¿te ves con ella nuevamente en una relación?
—No quiero perder la amistad que tenemos—dijo—. Amo a Julia, no quiero que nos hagamos daño.
— ¿Por qué tendrían que hacerse daño?
—No funcionó la primera vez, ¿no existe una ley sobre que no debes regresar con tu ex?
—Si era un ex de mierda obviamente no regresas—argumentó—, pero si las cosas entre ustedes terminaron por falta de tiempo, porque no podían verse seguido y todavía querían estar juntos pero sabían que era lo mejor en ese momento...no le veo lo malo de regresar con ella.
— ¿Y si...
—Y si—repitió interrumpiéndolo—. ¿Quieres que vuelvan a ser amigos o te gustaría llegar a tu casa en este momento y tomarla de la cintura para besarla con tanta destreza que terminen en tu cama o en el sillón o en donde sea, con ella gimiendo tu nombre en tu oído? —Gino le dio un golpe en el brazo.
—Eres un sucio de deblin, dios mío—dijo, T.J se echó a reír.
—Estás rojo como un tomate—Gino se levantó del sillón.
—Sabía que debía ir a hablar con Griffin sobre esto—dijo y caminó a la cocina. Tomó uno de los vasos de la encimera y sacó una jarra de agua del refrigerador para servirse un poco y beber de ella—. Me iré a hablar con Julia.
—Vale, te me cuidas, espero y jueguen a las metras—dijo divertido, Gino sólo le dio una mirada seria para luego irse del apartamento.
Condujo durante veinte minutos (o quizás un poco más) hasta llegar a su casa. Se quedó un momento dentro de su auto mirando hacia la nada pensando cómo podía iniciar la conversación, ¿debía llegar y hablar con ella de forma directa? ¿O debía esperar un poco para que no se sintiera obligada a hablarlo?
Tenía que hacerle frente a una situación que había ignorado por cuatro años y que ya no podía esperar cuatro años más para poder soltarlo.
Se bajó del auto y subió por el ascensor que se encontraba en el estacionamiento, sentía que entre cada piso pasaban los segundos más lentos, sentía que tardaba una vida en subir, hasta que llegó y deseó congelar el tiempo por un momento. Sus pasos se sentían pesados, más cortos, con miedo, pero ¿a qué le tenía miedo?
Abrió la puerta de su apartamento y lo primero que vio fue a Julia sentada en el sillón principal mirando concentrada su celular. Ella sintió su presencia y volteó a verlo, se levantó del sillón y lo miró firme.
—Tenemos que hablar—le dijo, Gino asintió y terminó de entrar a su apartamento.
—Sí, lo necesitamos.
Ella volvió a sentarse y le pidió que él la acompañara, Gino caminó hacia ella y se sentó a su lado, su mirada se dirigió al frente, quizás si no la veía, sería mucho más fácil hablar sobre ello.
—Te tardaste—dijo Julia y rió—, pero eso me hizo pensar sobre todo lo que sucedió—colocó su mano sobre la de Gino y volteó a verlo—. Esa canción...¿cuándo la escribiste?
—Hace poco, un mes o un poco más—confesó, ella asintió—, me siento así en este momento.
Julia sonrió.
—Sí fuiste un tonto—se rió—. Pero nuestra relación se basó en el poco tiempo que teníamos—dijo—, aunque a veces sentía un poco de celos de T.J, a pesar de todo, siempre se quedaba con tu atención.
—Fui un tonto—le dijo—, fui el tonto más grande, Julia, porque no luché para tenerte a mi lado, decidí dejarlo a lo fácil, soltarte porque era "lo mejor" para ambos—apretó su mano, pero no tan duro como para que le incomodara—. Pero si me permites esta vez, quiero luchar por nosotros, no importa el tiempo que tengamos, quiero estar contigo.
— ¿Qué sucederá con nuestra amistad?
—Podemos seguir siendo amigos—dijo—, aunque si soy sincero, creo que entre tú y yo una amistad es muy poco para lo que podemos sentir.
— ¿Sí? —ella lo miró divertida por la confesión de él—. ¿Y qué es lo que lo dos podemos sentir?
—Magia—confesó, Julia rió por su respuesta. Le había parecido tierna su forma de decirlo.
Ella se acercó y besó su mejilla.
— ¿Y si me invitas a una cita hoy? —le dijo con una sonrisa—. La noche está como para una película y una comida casera, si tienes suerte puedes besarme. No soy de las que se queda en la casa del chico en la primera cita, pero quién sabe si puedes llegar a hacer la diferencia.
Gino sonrió cómplice y le regresó el beso en la mejilla.
—Películas y comida casera me parecen muy bien para mí.
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Lunes de Kloss para mejorar la semana.
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