Capítulo 13

Coramora, 22 de Septiembre del 2018

—Vas a matarme—le dijo Axel a Griffin quién acababa de llegar a su apartamento—. Si mi psicólogo estuviese aquí me diría que acabo de echar cinco años de terapia por el inodoro, no con esas palabras pero sí.

—A ver, ¿qué hiciste? —preguntó caminando hasta la cocina para abrir el refrigerador.

—Estuve toda la noche escribiéndome con Jane—respondió y caminó detrás de él. Se sentó en uno de los taburetes del mesón. Griffin sacó dos latas de coca cola y le entregó una a Axel.

— ¿No era eso lo que querías? —le preguntó destapando la lata.

— ¿Por qué se siente como si no fuese lo correcto?

—Quizás porque no lo es—respondió—. Quién sabe cómo son las cosas en el mundo, lo correcto para uno debe ser malo para otros—se encogió de hombros—. ¿No te gustó hablar con ella?

—No se sintió como Jane—suspiró—. O sea, sí era Jane, los recuerdos están ahí, sé que es ella quién me hablaba, pero es como si fuese otra persona.

—La gente cambia, Axel, más cuando son nueve años de diferencia.

Axel bebió de su coca cola y analizó la situación. Más de una vez fue víctima de alguna persona que le escribía diciendo que era Jane, al principio creyó que lo fue pero luego se dio cuenta de la realidad, nadie conocía las cosas que Jane hacía, nadie podía imitar sus recuerdos, más cuando era algo que él se había tenido guardado por mucho.

La chica que le había escrito ayer era Jane, ella recordaba todo, desde la primera vez que hablaron hasta de las cosas más mínimas como la pulsera que llevaba puesta siempre y que pocos conocían su significado. Hablar con ella fue gratificante, como si hubiese hablado con una vieja amiga, pero había algo que no le cuadraba del todo; quizás era la incertidumbre sobre muchas cosas que ella esquivaba como la razón de su alejamiento, o también la respuesta a sus comentarios que le hacían ver que eran dos Jane: la chica de la cual se había enamorado de adolescente y una desconocida con todos sus recuerdos.

—Sólo pienso en lo que Jo me dirá cuando se entere—dijo y observó a Griffin caminar de la cocina hasta la sala. Encendió el televisor y colocó el canal de comida.

—Bueno, si tanto te importa la opinión de Jo es por algo, ¿no crees?

— ¿A qué te refieres?

—Que te sigue gustando—Axel negó—. Oh venga, es demasiado obvio, confesaste que la amabas.

—Es diferente, muy diferente—respondió—. Es mi mejor amiga, ella terminó conmigo. Aunque me gustara, yo no le gusto a ella.

—Terminó contigo porque necesitabas tu momento de superar a Jane—le dijo—. ¿Recuerdas lo que nos contaste? Que ella te dijo que no quería competir con los fantasmas de Jane. ¿Siguen esos fantasmas?

—No lo sé—respondió—. No la comprendo, me dijo que no quería tenerme en su vida y luego me escribe; ¿quién entiende a las mujeres? Porque yo no.

Griffin se echó a reír y luego tomó un sorbo de la coca cola para acomodarse en el sillón y darle una mirada a Axel.

—Ve a hablar con ella en persona, debes confrontarla—explicó—, pero debe ser cara a cara, por mensaje la conversación siempre se aleja.

—Le escribiré para ver si acepta salir conmigo, en plan de amigos, claro—Griffin asintió y continuó viendo la televisión.

Axel sacó su teléfono y pensó en las palabras que le podía escribir para no sonar tan interesado pero tampoco sin mostrar interés alguno. Luego de intentar varios mensajes, consideró que lo mejor era improvisar y llamarla para tener una respuesta rápida. Marcó su número y esperó nervioso a que atendiera.

— ¿Axel? —Escuchó su voz—. Hey, ¿qué tal? —lo saludó.

—Hola—dijo—. Estaba tomándome una Coca Cola y pensé que sería buena idea si salimos tú y yo y te invitaba una—expresó manteniéndose seguro. Jane rió por lo bajo.

—Me parece una buena idea—respondió—, ¿te veo al salir del trabajo? Salgo a las nueve pero podemos vernos en tu casa.

—Sí, tendré las Coca Colas listas para cuando llegues—sonrió, le echó una mirada a Griffin quién estaba sentado en el sofá revisando su celular y continuó hablando—. Te pasaré por mensaje mi dirección. Te veo en unas horas entonces.

—Nos vemos Ax—dijo y cortó.

Axel guardó su celular en el bolsillo trasero y empezó a realizar un baile de celebración llamando la atención de su mejor amigo. Griffin frunció el ceño y dejó su celular a un lado en el sillón para permanecer mirándolo esperando a que Axel hablara por sí solo.

—Saldré con Jane—le dijo—. Bueno, no saldré, ella viene hacia acá pero es la misma emoción—sonrió, Griffin asintió y luego sonrió.

—Que bien Ax, aunque quiero que recuerdes que ella tiene novio—habló—. No te quiero hacer sentir mal ni nada, sólo es algo que debes tomar en cuenta; es algo que va más allá de la relación que ustedes tuvieron.

—Novio como la chica que te gusta.

—Buena jugada rubio, buena jugada—le dijo—. Iré a verla cantar hoy, me dijo que quería que fuera—sonrió.

—Ya entiendo por qué te vestiste como si quisieras llamar la atención.

—Me visto así siempre, así que no tienes criterios para decir eso—le sacó la lengua—. Te dejo para que te arregles, diviértete.

Se despidió de un abrazo y tomó su celular para abandonar el apartamento. Axel caminó hacia la cocina para verificar si tenía varias latas de Coca Cola y algo de comida. No sabía que sucedería ese día con Jane pero era necesario estar preparado para cualquier situación.

Mientras que eso no significara darse cuenta que la chica que conoció hace nueve años, ya no era la misma.

~•~

Griffin estacionó su auto frente a La Clave de Sol, el lugar se encontraba un poco lleno pero sabía que se debía a la linda chica que cantaría esa tarde. Entró al local y la observó cantar, se veía tan concentrada por lo que hacía, cantando con tanta pasión que estaba tan seguro que no había nadie más increíble que ella.

Conocía a miles de chicas, había estado con varias y salido con otras pero ninguna le provocaba esa sensación en el pecho. Se sentía un poco confuso por eso, no sabía qué hacer en esa situación; para él había una química que no podía ocultarse, sentía que ese interés era mutuo pero tenía dudas de lo que ella sentía por el otro chico que estaba en su vida. Siempre odió los triángulos amorosos y le molestaba mucho más sentirse dentro de uno.

Ella terminó de cantar y recibió el aplauso del público, la observó agradecer y bajarse luego del pequeño escenario para saludar a sus compañeros de trabajo. Se dio cuenta que estaba ese chico, el mismo que había visto en el Dush y la razón por la que no se enfocaba completamente en esa posible relación.

Pero no le importó que él estuviera y menos lo que podía pensar al verlo, sólo acomodó un poco su camisa y con su mejor sonrisa se acercó a pasos seguros hacia la chica.

— ¡Marie! —dijo llegando junto a ella—. Te escuché cantar, lo hiciste genial, corazón.

Ella le sonrió y lo abrazó rápido tomándolo por sorpresa. Dean, se acercó un poco más a ellos llamando la atención de Marie.

—Hola Dean—lo saludó amable. Podía estar saliendo con la chica que le gustaba, pero siempre debía mantener una buena imagen en público—. ¿Qué tal?

—Bien—respondió serio y miró a Marie quién estaba observando a Griffin con una pequeña sonrisa en el rostro.

— ¿Te puedo pedir un autógrafo? —preguntó una de las chicas que se encontraba ahí, llevaba el uniforme de la Clave de Sol por lo que supuso que era la amiga de Marie que ella ya le había mencionado. Griffin sonrió y asintió tomando la libreta y el bolígrafo que ella llevaba en la mano.

—Eres la amiga de Marie, ella me ha hablado de ti—respondió él, la chica asintió alegre y éste le guiñó el ojo al devolverle la libreta ya firmada con una bonita-y divertida-nota.

—Es un honor, en serio.

—No lo adules mucho que les subes el ego—se rió Marie, Griffin negó y pasó su brazo por su cuello, aprovechó para juntarse un poco más a ella.

Su celular sonó por lo que se separó un poco y lo sacó para revisarlo, tenía un mensaje de T.J preguntándole si tenía las partituras de una canción que ambos estaban componiendo. La tenía, pero no sabía en qué parte de su casa se encontraba.

—Debo irme, Axel me está hablando para que vaya a dar la cara para hacer de mediador en la discusión de Gino y T.J—mintió, no podía revelar mucha información sobre los nuevos temas del álbum—. Se están peleando por un video juego—agregó, Gretta y Marie rieron.

Se despidió de los tres y se marchó esperando que las personas de la cafetería pasaran por alto su presencia ese día. Lo bueno que tenía Coramora era la poca demanda de paparazis y reporteros, así no podían crear rumores de él que llegase a los oídos de Howie.

~•~

Axel revisó su celular y se fijó en la hora, ya Jane debía estar por llegar y se encontraba un poco nervioso por eso. Hubo un tiempo en donde él deseó con demasiadas ganas que ese momento llegara, pero ahora, sus nervios venían dados por la incertidumbre de lo que podría suceder más que por las ganas de verla.

Había pasado tantos años pensando en las posibilidades que tenía de verla que cuando lo había hecho no sintió como si fuese demasiado. Le gustó verla, estaba más que feliz por haberla encontrado pero había algo que no estaba del todo igual. No sabía si era en él o en ella, pero sentía que algo entre ellos había cambiado, ignorando claro, las razones que lo llevaron a separarse de ella.

Will lo llamó por el interlocutor del apartamento avisándole que tenía visitas. Se acercó al espejo de la sala, se dio una mirada y sonrió al ver que todo estaba en orden, para luego bajar por el ascensor hacia la recepción.

Saludó a Will con la mano y se acercó a Jane quién lo tomó por sorpresa al abrazarlo. Le sonrió a la chica y colocó su mano en la espalda guiándola hasta el ascensor. Dentro ninguno de los dos habló, Axel no sabía qué decir y Jane creyó conveniente no hacerlo.

—Puede que mi casa esté un poco desordenada—dijo caminando hasta la entrada, le quitó el seguro a la puerta y la abrió indicándole a Jane que entrara primero.

Jane pasó y observó la sala, frunció el ceño al no ver ningún rastro de desorden.

— ¿A esto llamas desordenada? —alzó una ceja—. Mi casa entonces está hecha un asco—rió. Axel se encogió de hombros.

—Me gusta el orden—respondió—. ¿Quieres una Coca Cola?

—Por eso estoy aquí, ¿no? —sonrió—. Me compraste con eso—Axel rió y caminó hasta la cocina para buscar las latas en el refrigerador.

Le entregó una a Jane y le hizo señas para que ambos se sentaran en el sillón frente al televisor. Axel apoyó sus pies en la mesa de vidrio que estaba frente a él y le dio una mirada a Jane quién estaba observando la lata.

— ¿Todo bien? —le preguntó.

—No pensé que volvería a pasar el rato contigo—dijo bajo—. A veces me imaginaba cómo podría ser si volviese a suceder, nos imaginé un poco más grandes, cada quién por su lado, hablando sobre hijos y la familia que teníamos. De cómo cumplimos nuestros sueños por separado.

—Yo imaginé este momento con unos cuantos años menos—respondió—. Tenía la esperanza de que aparecieras luego de publicar el primer álbum pero no sucedió.

—No es que no haya querido Ax, sólo era lo mejor para ambos.

—Era lo mejor para ti—dijo—. No pensaste en mí cuando tomaste esa decisión.

—Fue por ti que tomé esa decisión—lo miró—. Tenía miedo de que fuese mi culpa. Yo...no quiero hablar sobre este tema, Axel. De verdad no puedo, no estoy lista.

Axel asintió y tomó la mano de la chica con delicadeza, ella lo miró y este le dio una sonrisa dulce haciéndola sentir cómoda.

—Está bien, no tocaré ese tema hoy—le dijo—. Quiero mostrarte una canción—se levantó del sillón y caminó hasta el piano eléctrico que se encontraba a un costado de la ventana.

Buscó la partitura de la canción que estaba escribiendo y se preparó para comenzar a tocar; las teclas sonaron lentamente para luego darle un poco más de intensidad a la melodía.

—Es un misterio, lo sé—comenzó a cantar—, es lo que ella siempre ha sido. Su mirada brilla cuando habla, de los momentos que ha vivido. Llámalo amor, no sé qué sea, con ella todo es distinto. Si la miras podrías verlo, esa chica nunca pierde su brillo.

Jane sonrió al escuchar lo que llevaba compuesto, la letra era preciosa y la forma en que Axel cantaba con tanto sentimiento lo era mucho más. Él volteó a verla y ella sintió su corazón latir rápido, se sintió como si fuese la primera vez, como si volviera a vivir con mucha más intensidad lo que Axel le causó la primera vez que lo vio.

—Está preciosa—le dijo.

—Gracias—respondió—. No está lista pero creo que la llamaré "La Indicada", es de esas canciones en donde el chico puede estar con miles de chicas pero sabe que con ninguna es igual que la chica a la que ama, la indicada que lo ayuda a ser mejor persona.

—Yo...no sé qué decir sobre eso.

—No digas nada—sonrió y se levantó del banco—. Es un adelanto del nuevo álbum, es lo único que puedo mostrarte.

—Tus álbumes siempre son buenos, los he comprado todos y logré que mi hermana también le gustaran sus canciones.

—Selene—suspiró—, ¿por qué nunc ale dijiste nada?

—Era más fácil para ella; ¿crees que me creería si le decía que conoció a su cantante favorito cuando tenía siete años? Además por la propia seguridad de ella, no quería que estuviera involucrada en todas las cosas que podían incluir conocer a un cantante famoso.

—Me hubiese gustado estar ahí para ella para muchas cosas.

—Lo estuviste, ella te aprecia demasiado.

—Pero como un cantante, no como persona.

—Ax...

—Bien bien, sin hablar del tema—habló. Mantuvo el silencio por unos minutos pero luego lo rompió para hablarle—. Gracias por venir hoy, realmente quería verte.

Ella sonrió.

—Yo también quería hacerlo.



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